La Comandanta Ramona y las zapatistas
Eugenia Gutiérrez
2. Después del encuentro en La Garrucha
Cuatro verbos dominaron el discurso: luchar, sufrir, organizarse y trabajar. Porque cuando se lucha, necesariamente se sufre. Pero para sufrir menos, hay que organizarse. Sólo asà es posible trabajar por la liberación del pueblo. Y para la liberación del pueblo vivimos.
Más de ciento cincuenta voces, femeninas y morenas, se lo explicaron pacientemente a miles de oÃdos que las escuchaban con alegrÃa, admiración y respeto. La cita fue del 29 al 31 de diciembre de 2007 en el Caracol “Resistencia Hacia un Nuevo Amanecerâ€?, más famoso por su nombre de La Garrucha, Zona Selva Tzeltal, territorio rebelde zapatista. Delegadas de los cinco Caracoles presentaron sus avances en mesas plenarias donde, como dicen muchas de ellas, “las temasâ€? de trabajo fueron:
• Cómo vivÃan antes y cómo están ahora las zapatistas.
• Qué hicieron, cómo hicieron para organizarse para lograr sus derechos.
• Cuáles son sus responsabilidades ahora.
• Cómo se sostienen en su lucha.
• Qué cambios tienen ahora.
• Cómo luchan con sus niñas y niños zapatistas.
• La mujer, y la mujer en la Otra Campaña.
Los distintos temas fueron abordados por delegadas que llevaban las siguientes representaciones: comandantas (suplentes e integrantes del Comité Clandestino Revolucionario IndÃgena, CCRI), insurgentas (tres capitanas de las Fuerzas Mexicanas de Milicia), responsables regionales, responsables locales, integrantes de las cinco Juntas de Buen Gobierno (JBG), “concejasâ€? autónomas, comisariadas agrarias, promotoras y formadoras de salud, promotoras y formadoras de educación, comisariadas y agentas autónomas, directivas y administradoras de trabajos colectivos, asà como bases de apoyo (BAZ) que se presentaron en su carácter de: abuelita, mujer mayor de edad, mujer casada, joven soltera, mamás zapatistas, compañeritas niñas, viejitas, traductoras, relatoras y encargadas del sonido. En total, 20 horas de plenarias (cuatro horas para cada Caracol) con intermedios para preguntas y descansos.
ParecerÃa un encuentro tÃpicamente zapatista de no ser porque a todos los hombres, incluidos los de prensa, se les pide que se retiren del auditorio el primer dÃa, pues “sólo mujeresâ€? pueden estar aquÃ. A “un compañero que está escondido ahà atrás de un posteâ€? le pide la maestra de ceremonias “que se retire. Aquà sólo mujeresâ€?. Y nada terrible sucede. Diez o doce cámaras que han venido a grabarlo todo permanecen listas en sus tripiés, tan tranquilas. No falta mujer que las maneje. Algunas dudaban si podÃan. Hoy ya no dudan. Y pueden.
En el templete del auditorio todo el control del sonido y el espacio es femenino. En las bancas para quienes escuchan, también. Hay mujeres de la sociedad civil tan poco acostumbradas al respeto que parecen incómodas de verse tan cómodamente sentadas. A lo mejor son las “automarginadasâ€?, término que usará una zapatista al dÃa siguiente, pero quién sabe. De cualquier forma, con la salida de los hombres no ocurre ninguna tragedia. A los maridos, hijos, novios, amantes o hermanos les toca oÃr desde lejos, desde fuera, o distraerse atendiendo los puestos de vendimia. Otros ni siquiera vinieron, se quedaron a cuidar a los hijos pequeños. Por eso entre las convocadas hay tanta concentración, tanto brazo relajado y tan poquito dolor de hombros. Además, respiran bien las cinturas y sobran manos libres que apuntan o toman fotos. Las delegadas zapatistas vienen adornadas con moñitos de colores en la cima del pasamontañas: azul para La Garrucha, blanco para La Realidad, rojo para Morelia, amarillo para Oventic y verde para Roberto Barrios.
Con el respeto de siempre, entonamos ese himno nacional que jamás nos menciona. Enseguida habla la comandanta Susana, la que abrió camino con Ramona y que, de hecho, viene “de parteâ€? de ella para informarnos, primero, que nunca va a dejar su trabajo y, segundo, que “Ramona pues vive y no está muerta Ramonaâ€?. Y no es la única ausente que anda cerca. Ya de por sÃ, presas y presos nos acompañan todo el tiempo. Pero aquà también se siente caminar a “los caÃdosâ€? que murieron en la lucha, a “las guerrerasâ€? que pelearon por la paz, a “todas las mujeresâ€? que no pudieron llegar. La compañera Yoana dice que “tenemos que ir a agradecer al general Zapataâ€?, ya que “por él pudimos conocer nuestro derechoâ€?, y habla con tanta seguridad que dan ganas de voltear para buscar al general entre los hombres que escuchan desde el fondo.
Es asà como se da por inaugurado este evento que tiene varios nombres simultáneos: Tercer Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo: “La Comandanta Ramona y las Zapatistas�, o bien, Primer Encuentro de las Mujeres Zapatistas con las Mujeres del Mundo, o para las más exigentes, una combinación de ambos: “Tercer Encuentro de los Pueblos… y Primer Encuentro de las Mujeres…� al mismo tiempo. Que cada quien escoja.
En los letreros de cartulina desplegados por todo el Caracol se leen las siguientes frases: “En este Encuentro no pueden participar los hombres en: relator, traductor, exponente, vocero, ni representar en la plenaria estos dÃas 29, 30 y 31 de Dic 07. El 1 de enero del 08 vuelve a lo normal. Sólo pueden trabajar en: hacer comida, limpiar y barrer el Caracol y las letrinas, cuidar a l@s niñ@s y traer leñaâ€?.
Pero una de esas frases no puede ser verdad. Veremos cuál y veremos por qué.
EL ANTES
Los dÃas de esclavitud.
Decenas de mujeres indÃgenas rebeldes explican cómo sufrÃan antes del levantamiento armado de 1994. Pero entre los recuentos del horror vivido con los patrones y entre los relatos de su esclavitud, de su vida infrahumana, de su humillación y su sufrimiento, nos calan muy hondo los de la abuelita Avinia (de La Garrucha) y los de las compañeras viejita Eva, viejita Gloria, viejita Verónica y viejita Angelina (de La Realidad). Varias de ellas hablan en su lengua materna y recurren a traductoras. Es asà como nos enteramos de “¡Cuántos sufrimientos! ¡Cuántos!â€? tuvieron que padecer con los castigos fÃsicos que las hacÃan “desmayar por el dolorâ€?. A sus esposos los amarraban a los árboles dos dÃas, desnudos. A ellas las sentaban en una piedra filosa hasta que les sangraban las rodillas. Ninguna aprendió jamás a leer ni a escribir porque los finqueros las consideraban animales.
Dicen que si no hubiera sido por los fundadores del EZLN que llegaron a las montañas de Chiapas hace más de veinte años, “ya todos ‘tuviéramos de mozosâ€?, igual que “nuestros papaes y mamaesâ€?. Los relatos de esclavitud coinciden: a los seres humanos se les mandaba a llevar carga cuando “no hay caballosâ€?. Y es que los hijos de los patrones tenÃan que comer sabroso en Comitán: cajas de maÃz al que se le habÃa quitado el corazoncito y la puntita, dejándole “sólo la carnitaâ€?. Abuelita Avinia está sorprendida de que un hombre pueda ser tan insaciable. Nos cuenta, indignada, que el inútil del patrón no era capaz de irse a bañar al rÃo, sino que habÃa que cargarle su agua para no quitarle su comodidad. ¿Cómo describirÃa esta abuelita lo insaciable que es un juez de la suprema corte, un consejero del IFE, un violador de la PFP?
Se quejan mucho estas mujeres de que no conocÃan el peltre, de que todo era puro barro. Afirman haber nacido en familias que, por generaciones, “no tomamos dulceâ€? porque no lo permitÃa el patrón. “Pero ni la espuma de la miel lo da a lamerâ€? a los niños, “no lo puede agarrar ni un pedacito de cañaâ€?. Aunque, claro, su ganado del cacique podÃa darse sus antojos, como lamer sal tranquilamente porque ya estaba “pero bien remolidoâ€? gracias a la piel cocida de las manos indias. Entre las asistentes, pocas habÃamos escuchado una descripción tan minuciosa y tan directa del derecho de pernada, de cómo son violadas las jovencitas con la misma naturalidad con la que el sol sale y se pone. Eso ya no sucede en las comunidades en resistencia del EZLN, donde se extinguieron los patrones. Pero sabemos que ocurre en muchas fincas de nuestro paÃs y por eso sigue doliendo. En cada relato destaca la obsesión del cacique por lastimar, por explotar, por humillar a otros, por descansar a toda costa mientras a decenas de familias se les va la vida en servirle. Además, “lo que hace un patrón lo hacen todosâ€?. No importa si la finca es Del Rosario, Las Delicias, Porvenir o La Codicia.
La comandanta Rosalinda cuenta que la seguridad pública asesinaba y violaba a las mujeres de quienes se organizaban para protestar, hasta que llegó la información de que podÃan organizarse clandestinamente y se formaron milicianas e insurgentes. Por eso, da igual si el patrón es el que “lo cambea con tierraâ€? a las hijas, si se llama don Enrique Castellanos, a quien “los viejitos lo metieron en unas redes y lo colgaronâ€? cansados de ver violadas a sus hijas, o si se llama don Javier Albores, el que “tuvo familia con sus criadasâ€?. Todos fueron expulsados de sus paraÃsos el 1 de enero de 1994.
La historia de la clandestinidad.
Hace muchos años llegó un grupo de hombres y mujeres a las montañas de Chiapas. Iban como maestros, como médicos. Uno de los hombres se presentó un dÃa en la comunidad de Araceli, “Base del Apoyoâ€? a la que le “toca explicar la clandestinidadâ€?. No sabÃan quién era la persona que llegó, pero dice Araceli que les habló de sus productos y sus precios y luego les preguntó “cuántos tiempos vamos de aguantar viviendoâ€?. Se fue, luego volvió con permiso de las comunidades. Habló con más. Les dio un folletito. Les preguntó si estaban bien dispuestos a luchar. Les dijo que fueran muy cuidadosos. Luego les aconsejó que pusieran vigilancia. Luego les explicó “cómo luchamos, junto con quién luchamos y contra quién luchamosâ€? y les enseñó lo que significa la palabra “compañerosâ€?. Luego les contó de un ejército que iba a luchar por el pueblo: Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y que la preparación no sólo era polÃtica sino militar. Según la comandanta Sandra, “nadie quien lo supo, más que nada más los que lloranâ€?.
Maribel nos amplÃa la información. Ella nos dice que para reunirse con los que llegaron de fuera “Ãbamos como si fuera a pescarâ€?, pero en realidad iban a recibir pláticas en las montañas, en las cuevas, bajo los árboles, “muy en silencio y despacitoâ€?, de noche, preparándose “para el trabajo de la luchaâ€?. Cuenta Maribel que habÃa cine-debate: “nos traÃan para ver pelÃculas de luchadores de otros paÃsesâ€?. Luego venÃan las preguntas y el debate y eso “nos conmovió nuestros corazonesâ€?. A veces habÃa que hacer un hoyo para ocultar el ruido del motorcito que brindaba energÃa.
Algunas señales iban en la ropa: playera roja, blanca, café o negra significaban que habrÃa reunión, y dependiendo del color era el lugar. A veces se daban un apretón fuerte de manos y esa era la señal. Las primeras insurgentas enseñaron a estas mujeres muchas cosas: “aprendimos a hacer vigilanciaâ€?, asà como a manejar armas y hacer “de todoâ€?. Por eso, dicen las zapatistas ancianas hoy, “fuimos capaces de resistirâ€?. Estas mujeres alimentaron a los fundadores del EZLN hace más de veinte años. La compañera viejita Verónica nos cuenta que la tostada y el pinole se preparaban “no en la dÃaâ€? sino en la noche, porque antes eran clandestinos. Pero ya no. Y ahora se prepara de dÃa. La compañera viejita Angelina dice que a los fundadores “ellas lo mantenieronâ€? y que “lo quisieron mucho, lo alimentaronâ€?, pero no habÃa caminos. TenÃan que moverse de noche, en picadas, de un campamento a otro. En aquellos tiempos, Maribel explica que prepararon y llevaron pinole, tostadas, galleta, pan, yuca, plátano, camote, azúcar, sal, calabaza. “Lo que comÃamos es lo que comÃan tambiénâ€?. Y cuenta que se organizaron “a hacer costuras para uniformesâ€?. Luego vino el alzamiento, en el que muchas de ellas participaron, “y con esa sangre despertamosâ€?.
La condición de la mujer.
Cuentan las mujeres zapatistas que no sólo las han lastimado los patrones. Antes de los dÃas con el EZLN e incluso después del alzamiento, eran sus propios padres, sus esposos, sus hermanos y hasta sus hijos quienes las subestimaban. Sólo los hombres se divertÃan; sólo ellos descansaban. Si a alguien se le ocurrÃa nacer niña, su padre la despreciaba. Si a alguien se le ocurrÃa participar en las reuniones, los hombres se burlaban. Todo indica que la labor de Ramona y de Susana debió ser titánica. Ellas instigaron a las zapatistas a elaborar su Ley Revolucionaria en los años en que daba mucha risa ver luchar a una mujer. Esa Ley ya se ha ampliado de 10 a 30 artÃculos, pero nos dicen las zapatistas que todavÃa no son públicos. En tanto, este auditorio donde escuchamos por última vez la voz de Ramona, hoy sigue ocupado sólo por mujeres. En algunos huequitos en la pared o por la puertita ubicada detrás del escenario se pueden ver cámaras fotográficas que entran solas. Desde fuera, las sostienen antebrazos duros y con las venas marcadas, de esos que a muchas nos fascinan. Son los hombres que siguen sin poder incorporarse a las plenarias, pero que no dejan de retratar este espacio que hoy no es suyo. Dentro de poco se les permitirá de nuevo el acceso a los de prensa, siempre y cuando “nos respeten o los sacamosâ€?. Para el tercer dÃa, ya todos podrán entrar.
De cualquier forma, los trabajos siguen y las compañeras zapatistas nos advierten: “vamos a ser sinceras en decirloâ€?. A veces, cuando ha habido problemas, “hay mujeres que con eso abandonaron sus trabajosâ€?. Hay pleitos fuertes en las casas porque “no muy dejan salir nuestros maridosâ€?. Piensan que van a echar novio. Como si no fuera también su derecho, pienso yo. De cualquier manera es triste. “Los hombres falta para que entiendanâ€? la importancia de la lucha de las mujeres. Grabiela, una de las tres capitanas que junto con Elenita y Hortensia representan a todas las mujeres que se encuentran “en posiciones de montaña en el sureste mexicanoâ€?, dice que antes, “si nacimos niña, nuestro trabajo es ser mujerâ€?. Que no se podÃa jugar basquetbol con los niños, ni estudiar. De hecho, nos platica que una partera cobraba menos por la niña porque no tenÃa el mismo valor que el niño.
En una reflexión recurrente y generalizada, estas mujeres aseguran que antes de organizarse para luchar pensaban que ellas no valÃan nada. Es más, cuando se percataron de que sà valÃan tuvieron que demostrárselo primero a ellas mismas. Los hombres ya tenÃan experiencia, ya caminaban de noche, pero ellas sentÃan muchÃsima pena de opinar, de hablar, de viajar, de decidir. Ya fuera en las fincas o en sus propias casas, tenÃan que levantarse a las dos o tres de la mañana para ir por la leña, preparar el café y tortear desde tempranito. Luego habÃa que cuidar a los niños solitas, cargándolos hasta el rÃo trepados en la ropa que iba a ser lavada. Luego habÃa que regresar con todo encima, la ropa limpia y los niños sucios. Y el agua para beber. Y la leña. Además, los hombres se emborrachaban y les golpeaban el cuerpo y el alma. Dicen que era enorme su cansancio, indescriptible su tristeza y larguÃsimo su dÃa. Que el sueño era cortito y ellas tenÃan que levantarse a las dos o tres de la mañana otra vez para ir por la leña de nuevo.
Hoy, estas mujeres portan un cansancio muy otro. Llevan meses haciendo trabajo intelectual, polÃtico y organizativo en medio de una salvaje ofensiva institucional y paramilitar. De hecho, mientras estamos en plenarias nos vuelan por encima los militares. Ellas lucen nerviosas pero satisfechas. Sus compañeros las apoyan en la logÃstica. Muchos están en las cocinas, matando pollos y cocinando. Ahora que “los priÃstas, los orcaos y los opddiques nos quieren quitar el terrenoâ€? como si nada hubiera cambiado, la joven casada Mireya deja claro que ya todo cambió, que ella se casó después de 1994, que nadie la obligó, que tiene dos hijos libres y que su esposo la respeta.
EL AHORA
Cómo se organizan para luchar.
Mayoritariamente, las mujeres zapatistas informan que todavÃa falta mucho para lograr el respeto “y ocupar en algún lugar el lugar que nos correspondeâ€?, pero Elisa, la compañera mayor de edad, señala que “ya conocemos ya nuestro derechoâ€?. Muchas de las que han venido a este singular encuentro son bases de apoyo del EZLN. Reconocen el trabajo de Ramona, saludan al Subcomandante Marcos “donde quiera que estéâ€? e “inclusivamente a sus tropas insurgentesâ€? y agradecen a la organización “que nos dio lugar y respetoâ€?.
Hay quien se entrega el micrófono a sà misma, con mucha elegancia y seriedad: “Tiene la palabra la compañera Dalia, que ero yoâ€?. También hay quien presenta su Curriculum Vitae detallado, como Everilda, suplenta al CCRI que nos convocó a este encuentro en julio pasado. Dice que empezó su participación polÃtica cuando tenÃa diez años. Durante 2 años y 7 meses fue base de apoyo. Luego fue nombrada responsable local, cargo que desempeñó durante 1 año. Más tarde fue nombrada responsable regional. “Ese trabajo ya es más grandeâ€? y en él estuvo 7 años, 1 mes y 26 dÃas que le “enseñaron a luchar fuerteâ€?. Enseguida fue nombrada suplenta al CCRI, cargo que ocupa actualmente.
Por cierto, ¿a qué se dedica una comandanta zapatista? Ese cargo “no se cambea cada 3 ó 6 añosâ€? como los polÃticos. Everilda explica: “no somos dirigentasâ€?, sino que “representamos a las mujeres para orientar a las compañerasâ€?. El trabajo suena pesadito: “nos corrigen y corregimos los erroresâ€? de los pueblos. Cada una de las delegadas aquà presentes tiene una función que cumplir dentro de la organización. Sobre todas esas funciones, nos dieron datos abundantes.
Quienes trabajan en las Juntas de Buen Gobierno nos explican cuáles son sus responsabilidades. Dicen que en agosto de 2003, cuando nacieron las JBG, todos sus miembros eran hombres. Luego se integraron algunas compañeras. Dice una de ellas que “los pueblos zapatistas como que no se habÃan dado cuentaâ€? de que habÃa participación de mujeres en su lucha. En 2004 se hicieron asambleas en todos los pueblos y se acordó el ingreso de mujeres por tres años. Entonces ya hubo más mujeres. Pero fue en 2005 cuando más empezaron a participar ellas en las Juntas. ¿Cuáles son sus trabajos? Recibir “a las personas nacionales e internacionalesâ€?. Fungir de puente con ellas. Ver los distintos problemas que les presentan las bases de apoyo, o incluso quienes no son integrantes del EZLN. Distribuir equitativamente los recursos económicos. Las juntas llevan el control de los proyectos o donaciones, pero sólo pueden presentar propuestas a los pueblos, “que son la máxima autoridadâ€?. No tienen descanso, ni horarios, ni dÃas de trabajo. Atienden las 24 horas a quien lo necesita. Algunas mujeres de las JBG están aprendiendo a usar la computadora. Nos dicen que “sentimos muy difÃcilâ€?, que les “falta mucho de aprenderâ€?, que no saben leer ni escribir, que por eso no hablan español, que no pueden caminar solas porque hay hombres que las quieren violar, sin importar que sean casadas, que muchas veces sus maridos, sus papás y sus hermanos no las dejan ir al trabajo porque piensan que van a hacer “cosa malaâ€?. Pero ellas saben lo que viene: “algún dÃa debemos tomar nuestro derecho y el lugar que nos corresponda como mujeresâ€?.
En los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) también hay mujeres. Algunas compañeras explican que “antes no era costumbre de que las mujeres participenâ€?. Es por eso que el número de mujeres en los MAREZ es limitado. Dicen que no es porque no las dejen participar los compañeros sino porque ellas no se atreven a hablar porque no están acostumbradas. Los hombres sÃ. Ellas nunca han tenido la oportunidad de estar en un cargo, “muchos menos, darle solución a un problemaâ€?, pero confÃan en que poco a poco van a aprender. Muchos las critican porque cómo es posible que una mujer ande sola y ande en todos lados. Pero ellas no hacen caso. Dicen que “por eso estamos aquà frente a ustedesâ€?. Aunque no saben leer ni escribir, exhortan a todas las presentes a no tener “el miedo de hablarâ€? porque esas ideas son malas, son de los ricos que las quieren tener calladas y explotadas. Pero ellas saben que “ya es hora de hacer algo por nosotras mismas y por nuestro puebloâ€?.
Una agenta autónoma como Elvia tiene la tarea de resolver “chismes� y toda clase de conflictos. A veces hay que enviar a alguien a “la cárcel� durante 24 horas. Para problemas de adicción habrá castigos de un mes de trabajo, e incluso la expulsión de su pueblo. El trabajo de las agentas es hacer la justicia, “y la justicia es la justicia�.
Marleni y Lucero son “concejasâ€? municipales y saben mucho de todo, de lo agrario, de la salud, de la educación. Hay una compañera para cuestiones de tránsito, que vigila que los caminos no estén muy tapados, y otra compañera para derechos humanos que impide abusos de las autoridades autónomas. Ellas impulsan la participación de las mujeres en los colectivos de bordados, de pan, de pollos, de ganado. Si hay alguna compañera a la que “no le dan su derechoâ€? su papá, su hermano o su esposo, es su deber de estas “concejasâ€? ir a averiguar qué está sucediendo. Si hay abusos y violación, ellas lo investigan. Dicen que “el miedo, la timidez y la vergüenzaâ€? irán quedando atrás, pues ahora hacen sus reuniones “para planear planes de trabajoâ€?. Luego nos dicen la clave para que no los desaparezcan como pueblos indÃgenas: “Respetamos la mayorÃa. Además, nosotras cumplimosâ€?.
Parece que las responsables regionales la tienen difÃcil. Nos dice Amalia que “el tiempo de trabajo que tenemos es de todo el tiempo. No tiene finâ€?. Por un lado, están sufriendo desalojos y presiones. Por otro lado, tienen que organizar fiestas conmemorativas como el 8 de marzo, o preparar los trabajos colectivos “para contrarrestar la guerra económica del mal gobiernoâ€?, sistema “destructor de la humanidadâ€? que “nos está jodiendoâ€? y contra el que “todos tenemos el deber de lucharâ€?. Las responsables locales tienen otras tareas. Yaneli, por ejemplo, invita a las campesinas a hacer el trabajo, a organizarse. Los argumentos que usa son convincentes: “El gobierno nos quiere acabar, nos puede provocar la muerteâ€?, pero “si estamos organizadasâ€?, el mal gobierno ya no puede entrar a las comunidades a regalar “sus migajasâ€? con esos programas que debilitan la voluntad de lucha. Las responsables locales supervisan la correcta conmemoración de las siguientes fechas: 12 de noviembre de 1983 (llegada a la selva de los seis fundadores y fundadoras), 17 de noviembre de 1983 (fundación del EZLN), 1 de enero de 1994 (alzamiento), 26 de octubre (cumpleaños del subcomandante Pedro), 10 de abril (muerte de Zapata), 6 de agosto (nacimiento de los Caracoles y las JBG), 8 de marzo (dÃa internacional de la mujer).
A ellas les toca organizar las fiestas, pero también les toca ver cuántos van a defender a sus pueblos. Jóvenas y jóvenes de 15 años para arriba ya pueden hacer y recibir “trabajo de nuestra luchaâ€?. Las responsables locales vigilan que el trabajo de parteras, hueseras y encargadas de plantas medicinales esté avanzando. De igual forma, apoyan los estudios polÃticos en la parte de las mujeres, para “darle saber cuál es nuestro deberâ€? como mujeres revolucionarias. Finalmente, si un colectivo fracasa o si un pueblo no está trabajando bien, es responsabilidad de ellas animarlos. Luvia nos informa que las responsables no tienen lÃmite en sus cargos, a menos que les dé una enfermedad. Por si alguna está interesada, para ser responsable local zapatista se necesita cubrir las siguientes caracterÃsticas: “disciplina, honestidad, comportamientoâ€? con los compañeros y los pueblos, “unidad y compañerismo y sufrimiento que ha pasadoâ€? en la historia de su lucha, disposición para caminar kilómetros, dejar a sus hijas, hijos y esposos durante dÃas y capacidad para asistir a reuniones que duran dos dÃas.
En los trabajos colectivos se turnan las secretarias, las tesoreras, las presidentas. Son las administradoras y coordinadoras de esos trabajos. Mari nos cuenta que en su colectivo de pan empezaron con un préstamo de 1,000 pesos que les dio la organización para el horno, además de 494.50 pesos para materiales con los que se hace el pan. Luego pusieron una mercerÃa. No sabÃan ni hacer corte de caja, pero aprendieron y ya tienen sus tiendas. Para el colectivo de pollo juntaron una gallina por cada mujer. Los hombres les ayudaron a juntar las varitas y a hacer el corral. Hoy ya no tienen necesidad de comprar pollo.
¿Qué hacen las comisariadas? Heidi nos explica que ellas dicen a qué hora se quema la milpa y dónde se hacen las zanjas. También vigilan “la tumba de los árboles� y se encargan de enseñar la importancia de la reforestación. Además supervisan el cuidado de los animales y la limpieza de arroyos y cascadas para “que estén en buenas condiciones de naturaleza�. Por su parte, Daisy explica que hay que medir las colindancias y presentar informes de gastos y asuntos pendientes. Una comisariada autónoma le busca solución a “todos los problemas que cometen los compañeros y las compañeras� en cuestión agraria. Dice que antes “tenemos miedo y vergüencillas� por ser mujeres, pero ya no.
Para desempeñar todos estos cargos, las delegadas señalan insistentemente que sólo es necesario respetar tres principios básicos: unidad, disciplina y compañerismo. Nada más. Será por eso que, cuando la promotora de salud Angélica nos aclara que no cuentan su tristeza con el fin de provocar nuestra lástima, una mujer del público en la sesión de preguntas y respuestas habla por todas nosotras: “Compañeras, no nos dan lástima. Nos dan envidia�.
Mujeres por la Dignidad.
HabÃa una vez unas mujeres artesanas indÃgenas que querÃan tener una cooperativa. VivÃan en los Altos de Chiapas y estaban muy solas porque “trabajaban en individualâ€?. Sus productos los llevaban a vender a San Cristóbal de las Casas. AhÃ, como en escena de apertura del Oficio de Tinieblas, su esfuerzo se les pagaba a un precio muy bajo. En un retrato fiel a Rosario Castellanos, las mujeres se topaban con coyotes, intermediarios ladrones y compradores abusivos que vivÃan del cansancio de ellas. Fue por eso que se organizaron para formar una sociedad cooperativa donde pudieran juntarse todas. El 1 de marzo de 1997 hicieron su Asamblea General de Mujeres Artesanas. Ahà se aprobó la primera Sociedad Cooperativa Mujeres por la Dignidad y quedó legalizada su cooperativa. Las socias de esta Sociedad Cooperativa realizan una asamblea nacional cada año. La mesa directiva revisa el trabajo de las encargadas. Si una compañera lo hace bien, la reeligen varios años más. Son ellas mismas quienes deciden cómo van a trabajar. Algunas veces, bajo un árbol. Otras veces, en su casa. Nos dice una compañera que sufren mucho con sus hijos “por no tener un lugar especial para trabajarâ€?, pero eso no las detiene. Hay dos compañeras representantes en cada comunidad. Reciben la paga. Dejan veinte por ciento en la tienda y ya no dependen de los hombres, “pero mucho menosâ€? dependen “del mal gobiernoâ€?.
También tienen sus problemas. Algunas compañeras ya se salieron y sólo están en colectivos, no en sociedad pues no sienten mucha obligación. Hay organizaciones independientes que han causado divisiones porque, queriendo ayudar, llevan los productos de las zapatistas a tiendas donde hay gente que recibe sueldos. La lucha, pues, se torna durÃsima y muchas no aguantan. Las que sà aguantan señalan con satisfacción: “Hemos demostrado que podemos administrar una Sociedad Cooperativa como mujeresâ€?. La mesa directiva hace los trámites para la exportación de artesanÃas. La sociedad tiene vendedoras. A veces caminan ocho horas solas con sus hijas e hijos, pues hay que ir a la tienda en el centro del Caracol de Oventic. Las mujeres se turnan por semana. Hacen posta dÃa y noche. Entre todas les dan para el pasaje a las vendedoras. Las apoyan con frijol. No les pagan, pues como en todas las actividades autónomas zapatistas, “sólo están cumpliendo su trabajo por concienciaâ€?. Ya tienen clientes y no andan ofreciendo sus artesanÃas por las calles de San Cristóbal. Desde hace catorce años, el de estas mujeres organizadas es, ante todo, un Oficio de Luz.
EL DESPUÉS
La salud, la educación.
Estas mujeres que se tutean con la muerte no iban a hablarle de usted a la enfermedad. No iban a tenerle respeto a la ignorancia. Las cuentas que rinden las promotoras y formadoras de salud y de educación son suficientes para avergonzar a cualquier polÃtico. La presentación es impecable; el lenguaje, asombrosamente claro para quien no está utilizando su lengua materna. La información que nos dan las zapatistas es detalladÃsima, concreta y diáfana. Si fuera arete serÃa filigrana.
Las jóvenas bilingües y trilingües que preparan fÃsica y mentalmente a las próximas generaciones son las más seguras en el micrófono. Todas ellas, junto con sus compañeros, están logrando erradicar enfermedades que se habÃan incrustado en el sureste de México y que, por siglos, todos los malos gobiernos se negaron a combatir. A diferencia de hace diez o doce años, ya casi no vemos niños y niñas panzoncitos de lombrices. Rosaura nos explica que antes del ’94 habÃa muchos partos prematuros, retención placentaria, cáncer cérvico uterino que no se detectaba a tiempo. A los pacientes los sacaban “cargando en camillas de lazoâ€? y todo para que no los atendieran en los hospitales del mal gobierno porque eran indios. Esta promotora de salud dice que las mujeres no podÃan descansar lo suficiente después del parto, que eran “muy burladas por los hombres, humilladas, maltratadas, golpeadasâ€?. Todas “sufrÃamos muchas violencias domésticasâ€?.
Con apoyo de sociedades civiles solidarias empezaron a capacitarse hasta llegar a tener su ClÃnica Central de Francisco Gómez. Ahà se hacen estudios de papanicolau, se vacuna a niñas y niños, se dan consultas y pláticas de control natal, se hacen ultrasonidos y colposcopÃas y “ya se está construyendo una clÃnica especÃfica de atención a la mujerâ€?. Para ello se necesitan muchos materiales. Pero Rosaura, de La Garrucha, nos informa que sobre todo necesitan a una compañera “médica ginecóloga voluntaria… para que nos capaciteâ€? en cuestiones de salud reproductiva. Si la compañera indicada está leyendo estas lÃneas, ya sabrá lo que tiene que hacer.
Las promotoras y formadoras de educación se capacitan cuatro veces al año durante un mes para enseñar a sus alumnas y alumnos la educación verdadera. Abigail explica que la escuela es el “espacio donde podemos compartir el conocimientoâ€?, y que esto se hace “con mucha paciencia, sin maltratoâ€?. Desde 2005, muchas mujeres zapatistas reciben capacitación como formadoras para, a su vez, formar a nuevas formadoras. Tan sólidos son los eslabones que no hay manera de imaginar cómo podrÃan romperse esas cadenas de transmisión de una educación analÃtica, liberadora, crÃtica y acorde “con la realidad regionalâ€?. Eugenia se queja de que antes, aunque iban a la escuela, no se les daba lugar para sentarse, “estábamos totalmente desapartadasâ€? porque los niños no jugaban con ellas “ni juntos ni revueltosâ€?. Su relato nos habla en pasado de las torturas de los profesores, tan actuales para el resto del mundo. Samanta, por su parte, nos recuerda que “nuestra obligación es seguir adelante como mujeres para no volver a la humillación, al desprecio y al olvidoâ€?.
Dicen todas que aún falta mucho por hacer pero que ya se tienen clÃnicas y hospitales de zona, que hay laboratorios de herbolaria y jardines con plantas desinfectantes y curativas. En el Caracol de La Realidad hay laboratorio de análisis clÃnicos, hay quirófano y se han programado varias Jornadas Quirúrgicas.
Por su parte, las promotoras de educación como Griselda enseñan el cuidado de la biodiversidad y explican las cuatro áreas de estudio: historia verdadera, matemáticas, vida y medio ambiente y lengua. Con humildad nos dicen que sólo han logrado “parteâ€? de sus sueños, y nos recuerdan que ya viene uno gigante: “Hoy nuestro sueño sigue y soñamos con llegar a tener una nuestra universidad autónomaâ€?. La presentan asÃ, como un sueño, “que cada vez lo sentimos tan cerca…â€? y nos recuerdan que son mujeres en lucha: “AquÃ, donde estamos nosotras, mandamos nosotras, no ellosâ€?, porque aquà “no manda SEP ni Calderónâ€?, aquà manda el pueblo.
El dolor de las otras.
Para hablar de las mujeres en la Otra Campaña y en la Zezta Internazional les toca el turno a las integrantes de la Comisión Sexta que recorrieron México durante varios meses. Miriam señala que salió a recopilar historias de dolor. Ella y otras comandantas recuerdan con nitidez lo que les contaron las otras, las obreras, las jornaleras agrÃcolas, las migrantas, las “amas de casasâ€?, las trabajadoras de la maquila, las de abajo. Dicen que “sabemos que sufren igual que nosotrasâ€?. Se les habló de contaminación, drogadicción y asesinatos. De que se vive sola. De que no se puede comprar casi nada porque se paga la renta y la luz. Todo ese dolor nos lo transmiten con detalle. Elisa nos ofrece la mejor descripción de los dueños de maquiladoras: “esos vampiros y ratas que quieren seguir chupando nuestras fuerzas de trabajoâ€?, “estos sanguijuelasâ€? que tienen sus leyes sólo para matarnos de cansancio a cuentagotas. Amanda, que se opone a las privatizaciones que tantas le platicaron, llama a las campesinas a aprender de Ramona que, “sin saber leer, escribir o hablar el castilla luchó hasta el último suspiroâ€?. Por ella nos pide que no vendamos la tierra a quienes privatizan todo “para el beneficio de los zánganosâ€?, de los “bichosâ€? y “parásitosâ€? que se alimentan de nuestro trabajo, “porque la familia campesina es la forma más importante de sobrevivirâ€?.
Cuando nos platican los problemas de injusticia que les fueron descritos por firmantes de la Sexta en todo el paÃs, las zapatistas parecen cobrar más y más fuerza. Como que saben la falta que nos hacen. Elisa cierra sus intervención exhortándonos a tener “ánimo, pues, compañerasâ€?. Dice que ellas sólo son unas cuantas comisionadas, pero “si fuera que venimos todas no vamos a caber en un mundoâ€?. Ya lo dijo Miriam: “las zapatistas no estamos desanimadas ni cansadasâ€?.
En el acto polÃtico-cultural de alguna noche, las mujeres zapatistas no sólo se avientan El corrido del aborto hablando de la despenalización como derecho. También suben al templete mayor a entonar la canción llamada Las mujeres en la que “exigimos ternura, amor y devociónâ€? para ejercer nuestro derecho a vivir, a decidir y “a ser felizâ€? mientras otra compañera se lanza con “la bonita poesÃaâ€? llamada La mujer y nos hace sentir importantes porque “sin tú, no puede ser una revoluciónâ€?.
Las familias zapatistas.
Si hubiera habido un premio de oratoria se lo habrÃan llevado las compañeritas niñas MarÃa Linda y Marina. Ninguna de las dos llevaba ponencia. Nos hablaron en crudo. MarÃa Linda dijo que estaba ahà “para entregar en sus conocimientos claramenteâ€? su “forma de vivirâ€?, para decirnos que sus padres la orientan, que le han dado lo que ellos no tuvieron: el derecho a estudiar, “el derecho de salir a pasearâ€?. También nos advirtió: “Estos derechos que yo tengo serán mis mejores armas que tengo para defender mi vidaâ€?.
La compañerita niña Marina cumplió ocho años hace dos dÃas y fue igual de contundente. Ya sabe que tiene derecho de hacer lo que a ella le gusta: bailar, divertirse. Dice que “nosotras, las zapatistas, no estamos agarrando las limosnasâ€? del mal gobierno y que se siente “muy orgullosa de ser zapatistaâ€?. Nos recuerda que “no hay por qué desanimarnosâ€? y concluye: “es todas mis palabras, mi querido públicoâ€?. Por otro lado, la compañerita niña MarÃa, de la zona Zotz Choj, insiste en recordarnos nuestro “derecho a divertirnosâ€?, uno de los más reivindicados en este encuentro, y nos informa que “no vamos a pedirle permiso a nadie cuando queremos llevar en prácticaâ€? nuestros derechos.
¿Qué educación han recibido esas niñas para que, a diferencia de sus abuelas y sus madres, hayan transformado en puritito gusto lo que antes era vergüenza de hablar? Gran parte de la culpa la tienen sus madres y sus padres por estar educando en libertad a estas niñas y niños que, libres como nunca lo fueron sus abuelas ni sus abuelos, “van donde que le pega su destino y la suerte�. Elizabeth, una de las cuatro mamás zapatistas que vienen de la zona Selva Fronteriza, nos cuenta que aunque con mucho sufrimiento “pero sà pudimos cruzar cargando nuestros alimentos y nuestros corazones. También nuestros pensamientos�, todo “para no perder la historia verdadera�. Las mamás zapatistas se encargan de formar a sus hijas y a sus hijos de tal manera que respeten a sus mayores, conozcan la historia de la lucha, sepan por qué se hacen las fiestas, entiendan lo que es la resistencia.
Aquà nos dicen lo que es la paternidad y la maternidad voluntarias. Pensábamos que era tener la cantidad de hijos que se desean, pero estas mujeres nos enseñan que no sólo es cantidad sino calidad porque a las niñas y los niños hay que “cortarle su uña, bañarle bien�, darle una alimentación balanceada y nutritiva, enseñarlo que es su derecho descansar y divertirse pero que es su obligación liberar a su pueblo. Para Vanesa, “ha llegado su momento de levantarnos y alzar la voz� como mujeres porque “asà como dormimos con nuestros hombres�, asà luchamos. La mamá zapatista Esmeralda advierte que ya nadie podrá callarlas, que van a seguir hablando “en todas partes del mundo� para hacerlo un lugar “donde quepamos todas con un pan en la mano�.
Brenda, del Municipio Autónomo El Trabajo, tiene planes para las mujeres de la Otra Campaña: “no queremos que nadie quede sin luchar por nuestros derechos�.
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Cuando terminan las plenarias con los informes de avances de los cinco caracoles, las mujeres zapatistas abren un espacio para que hablen las de fuera. Pero antes, cinco comandantas dan lectura a cinco cartas que fueron escritas por mujeres en México y otros paÃses. La compañera Everilda, suplenta al CCRI por La Realidad, da lectura a las palabras de Mariana Selvas y Edith Rosales, presas polÃticas. La comandanta Elizabeth viene de Oventic y lee una carta de las presas del Amate, en Cintalapa Chiapas. La comandanta Rosalinda, de La Garrucha, lee el saludo de Gloria Arenas Agis, presa en Chiconautla. La comandanta Esmeralda, del Caracol de Morelia, lee un texto escrito por presas en Valladolid, Estado Español, mientras la comandanta Concepción, de Roberto Barrios, nos lee un mensaje de las hermanas Sáinz desde TurquÃa.
Luego se abre el micrófono a la sociedad civil nacional e internacional. Unas hablan. Otras no. Pero todas escuchan. Aquà también hay mujeres grandes que vienen de fuera. Está Martha de Chihuahua que lleva décadas luchando por los desaparecidos y las desaparecidas y que no acepta ningún tipo de comodidad ni privilegio cuando viaja. Está también Trini de Atenco, mujer que tiene a su familia presa y perseguida y que usa con tanta enjundia el micrófono que hasta truena dos bocinas. Está Meche de Tláhuac, que no sólo pone a decenas de personas a bordar su manta de la Ley Revolucionaria sino que también sube a Cerro de Huitepec con ocho clavos en el tobillo porque los compas están amenazados de desalojo. Esas y muchas otras mujeres vinieron a escuchar a quienes han optado por seguir los pasos de Ramona, como la joven soltera Adriana, quien hizo un llamado “a todas las solteras del pueblo de México y del mundoâ€? para demostrar cómo pueden luchar “las solterasâ€?. O la capitana Hortensia, que nos ofreció un intercambio para no desanimarnos en la lucha. Dijo que si no tenemos trabajo les mandemos la herramienta a las compañeras y ellas nos enviarán maÃz y productos del campo, que ellas trabajarán por nosotras.
Las zapatistas aseguran que si el gobierno piensa que el EZLN ya no existe, está equivocadÃsimo. Aquà todas nos llaman a organizarnos y a luchar unidas por nuestros derechos y por la liberación de nuestras familias y nuestros pueblos como un homenaje a las mujeres que nos han abierto camino, pues nos dice la comandanta Sandra que “ellas están muertas pero no muertas. Ellas están aquÃâ€?. Y debe ser cierto porque nos vamos bien cargaditas de fuerza. Pregunten a quién no le dolieron las manos de tanto aplaudir en la clausura, de tanto acompañar el himno zapatista con música de nuestras palmas.
Mientras el Caracol se va vaciando de miles de personas que lo visitaron, quedan colgados los carteles donde hay una frase que dice que después del 1 de enero de 2008 todo “vuelve a lo normal�. Pero eso no puede ser cierto porque, después de este encuentro de mujeres zapatistas con mujeres del mundo, aquà y en muchas partes ya nada volverá “a lo normal�.
6 de enero de 2008,
Segundo aniversario del fallecimiento de la Comandanta Ramona.
http://mujeresylasexta.org
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=153529
Tercer Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo “La Comandanta Ramona y las zapatistas�, del 28 al 31 de diciembre.
http://zeztainternazional.ezln.org.mx
Independencia lakota; Acteal; Mujeres en resistencia; Situacion Chiapas
Programa en español (52 min) de Radio Zapatista: Los indÃgenas lakota desconocen los tratados en EU y se declaran autónomos; Recordando los 10 años de Acteal; Homenaje a las mujeres en resistencia y la comandanta Ramona; Situación en Chiapas
http://chiapas.indymedia.org/local/webcast/uploads/_mp3_/rz04ene08.mp3
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=153602
Con la ceremonia y fiesta de año nuevo en el Caracol de La Garrucha concluye el Tercer Encuentro de los Pueblos Zapatistas "La Comandanta Ramona y las Zapatistas".
Discursos de la Comandanta Rosalinda y el Comandante Omar, en la madrugada del 1 de enero de 2008, al conmemorarse 14 años del levantamiento del EZLN
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=153467 |