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¡¡sSi vas a votar, piensatelo!!
per COLECTIVO LIBERTARIO DE SANT BOI Correu-e: colectivolibertariosantboi@gmail.com (no verificat!)	20 mai 2007
MENTIROSOS VIVIMOS SECUESTRADOS LA DEMOCRACIA DIRECTA



MENTIROSOS Llegan las elecciones y todos los polÃticos se vuelven, de repente, humildes, democrÃ¡ticos y activos (Quieren que se vea que hacen cosas, como las obras, que se guardan todas para los meses previos). Pero luego una vez que les damos el voto y con Ã©l, el poder para seguir engaÃ±Ã¡ndonos otros cuatro aÃ±os, se quitan la mÃ¡scara y se ponen de nuevo al servicio de los intereses econÃ³micos y especulativos y nos engaÃ±an y mienten cuando: â�¢ Hablan de defender los intereses de la poblaciÃ³n pero hacen planes urbanÃsticos y recalifican terrenos cediendo a la presiÃ³n de las inmobiliarias y los intereses especulativos. â�¢ Hablan de defender los intereses del paÃs pero nos llevan a guerras suicidas para colocar a sus puntales en las cÃºpulas del FMI y las universidades yanquis y para defender los intereses de las petroleras y demÃ¡s intereses econÃ³micos y especulativos. â�¢ Hablan de democracia pero pasan por encima de la libre expresiÃ³n del pueblo cuando Ã©ste se manifiesta contra sus pretensiones (la guerra de Irak y otras â��misiones humanitariasâ�?), cuando se apoyan cierres de empresas y despidos masivos de trabajadores y luego se especula con los terrenos, defendiendo los intereses econÃ³micos y especulativos. â�¢ Hablan de planes de vivienda para jÃ³venes y personas sin techo pero luego los expulsan de las viviendas y locales vacÃos y abandonados por la presiÃ³n de los intereses econÃ³micos y especulativos. â�¢ Hablan de justicia pero apoyan y esconden a policÃas y mÃ©dicos asesinos y permiten el acoso mafioso de las inmobiliarias a personas mayores sin otro techo donde cobijarse para favorecer los intereses econÃ³micos y especulativos. â�¢ Hablan de los derechos de las personas pero unos organizan actos racistas y xenÃ³fobos porque quieren personas sin derechos para explotarlas mejor y otros aceptan cediendo ante esos grupos y colaborando entre todos al servicio de los intereses econÃ³micos y especulativos. â�¢ Hablan de democracia pero resucitan leyes de la dictadura y las llaman â��normas cÃvicasâ�? para represaliar y acallar a las personas y grupos que no tragan su sistema corrupto e hipÃ³crita. En definitiva: â�¢ Un sistema que llaman democracia porque se puede votar cada cuatro aÃ±os y no lo es porque la poblaciÃ³n no puede ejercer su libre expresiÃ³n para corregir los desvÃos de sus polÃticos sin que le acusen de incÃvico. Por todo eso se demuestra una vez mÃ¡s que, LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA NO SE CONSIGUEN EN LAS URNAS, SINO QUE SE CONQUISTAN EN LA CALLE. VIVIMOS SECUESTRADOS Hace unos dÃas, un amigo de Abrera me contaba cÃ³mo habÃa sido victima de un secuestro. Al parecer, una vez que habÃa hecho sus compras en el Carrefour de su demarcaciÃ³n, se vio retenido por la guardia civil en el interior del parking del supermercado. Junto a Ã©l y a otros clientes del citado establecimiento, se encontraban los trabajadores de la empresa SAS de Abrera, los cuales habÃan sido reducidos y secuestrados tambiÃ©n cuando se dirigÃan a la factorÃa de SEAT a exponerle al presidente del gobierno -que se hallaba allÃ de visita- la situaciÃ³n en la que se encontraban ante el cierre salvaje de su empresa. Hechos como este y otros similares deben ser, para cualquier ciudadano con un mÃnimo de conciencia, no sÃ³lo motivo de preocupaciÃ³n, sino tambiÃ©n de reflexiÃ³n. Y, asÃ, reflexionando, mientras mi amigo me detallaba lo ocurrido ese viernes uno de marzo, yo me hacia las siguientes preguntas: Â¿...en el fondo, no estaremos todos secuestrados...? Â¿...no se encuentra secuestrada nuestra vida laboral al tener reducidos a la mÃ¡s mÃnima expresiÃ³n los derechos laborales, estar sometidos permanentemente al chantaje de las patronales y las sindicales pactistas que cada dÃa precarizan mÃ¡s y mÃ¡s las condiciones de trabajo...? Â¿...no se encuentra secuestrada nuestra vida diaria, a travÃ©s de las hipotecas, de la agonÃa del final de mes, y del estado de ansiedad y miedo que se genera desde el poder, desde el Estado, desde la partitocracia y desde sus medios de prensa y comunicaciÃ³n...? Â¿...no se encuentra secuestrada nuestra vida civil al tener reducida nuestra libertad y nuestra autonomÃa individual y colectiva a la mÃ¡s mÃnima expresiÃ³n mediante normas y leyes que, abanderÃ¡ndose democrÃ¡ticas, en el fondo y en la prÃ¡ctica son herramientas para el control social, la represiÃ³n civil y el sostenimiento de los privilegios, y que sirven, ademÃ¡s, para allanar el camino hacia la pÃ©rdida de mÃ¡s derechos sociales.....? Pues sÃ, todos estamos secuestrados, secuestrados en el trabajo, secuestrados en la vida diaria y secuestrados en nuestros municipios. En nuestro municipio -SANT BOI-, el secuestro civil se produce a imagen y semejanza de Barcelona, a travÃ©s de â��Sant Boi me agradaâ�?, y otros eslÃ³ganes semejantes. De esta forma se entra en la dinÃ¡mica de pretender convertir la ciudad-civil en una ciudad-empresa, donde el consumo y la ley del mercado impere por encima de cualquier valor social y humano. El mercantilismo municipal, representado por quienes nos gobiernan, emplea todos los mÃ©todos psicolÃ³gicos, demagÃ³gicos, de manipulaciÃ³n y alienaciÃ³n social para servir al mercado y a los diseÃ±adores del secuestro colectivo. Pero no conformÃ¡ndose nuestros polÃticos municipales con alienar las mentes de sus vecinos con excrementos tan miserables, dan paso, mediante la tecnologÃa moderna del consenso, a la aplicaciÃ³n de las nuevas ORDENANZAS MUNICIPALES DE â��CIVISMOâ�? Y â��CONVIVENCIA CIUDADANAâ�?, en cuyos anexos estÃ¡ redactada la polÃtica represiva y reaccionaria de siempre. Con maestrÃa manipuladora, mentirosa y engaÃ±osa, los â��comisarios polÃticosâ�? de nuestro municipio, indujeron en su dÃa a la ciudadanÃa de Sant Boi a participar en el debate de estas ordenanzas, pero sÃ³lo de forma testimonial y para justificar su hipÃ³crita concepciÃ³n de la participaciÃ³n ciudadana, pues, en estos debates trataron por todo los medios de eludir y escamotear los anexos antes indicados. Como ocurre siempre en estos casos, la servidumbre voluntaria mÃ¡s afÃn a la polÃtica de turno entra al capote como los mejores novillos, con nobleza y con ceguera. Este ciclo polÃtico municipal se cierra con estas y otras maniobras electoralistas: por ejemplo, con la aprobaciÃ³n del reglamento de â��participaciÃ³n ciudadanaâ�?, o con la consabida, propagandÃstica e interesada liquidaciÃ³n de los fondos de las arcas municipales, que, invariablemente, ante la posibilidad de que cambien las siglas y las caras de los secuestradores en el poder, se produce cada vez que se avecinan la comedietas electorales. En el fondo, la historia de la humanidad es la historia de un secuestro. A los que luchan por salir del mismo les llaman hoy ELEMENTOS ANTISISTEMA. A los secuestradores y adictos al sistema, a su servidumbre voluntaria y a sus amos, seÃ±ores y diseÃ±adores del secuestro, se les llama DEMÃ�CRATAS. Hay quien llama tambiÃ©n asÃ a los otros, a los que ni sienten ni consienten, a los que tienen la mente desquiciada y se guÃan por la irracionalidad mÃ¡s absoluta, como todos aquellos que, siguiendo las diferentes convocatorias del PP, han desfilado por la capital del Reino, con el cinismo y la poca vergÃ¼enza de enarbolar, prostituyÃ©ndola, la bandera de la libertad. Son los fascistas de toda la vida, cuyo resurgir es fÃ¡cilmente comprensible si analizamos la historia mas reciente de este paÃs y comprobamos cÃ³mo la supuesta izquierda (PSOE, IU-ICV, ERC...) ha destrozado cualquier tipo de conciencia obrera. Es imposible salir del secuestro colaborando con los secuestradores y con su sistema. DEMOCRACIA DIRECTA No deja de ser curioso, y motivo de preocupaciÃ³n, el hecho de que, en la actualidad, cuando se pregunta a los habitantes de este paÃs sobre los principales problemas, nunca se menciona la falta de democracia. Aparte de lo discutible que puedan ser los mÃ©todos utilizados para realizar estas encuestas periÃ³dicas, creo que es muy grave que la ciudadanÃa haya aceptado, sin rechistar, que Ã©ste (la democracia representativa o parlamentaria) es el Ãºnico sistema polÃtico posible, â��el menos maloâ�?, como suelen decir los mismos polÃticos. Porque, Â¿realmente podemos hablar de democracia como â��gobierno del puebloâ�??: un sistema polÃtico basado en estructuras jerÃ¡rquicas (antidemocrÃ¡ticas, por definiciÃ³n) como son los partidos polÃticos que secuestran durante 4 aÃ±os nuestro voto para intercambiarlo como cromos, sin ninguna responsabilidad real sobre sus acciones, ignorando a la gran mayorÃa de la poblaciÃ³n que no tiene capacidad para hacerse oÃr por el sistema. A dÃa de hoy, la democracia ha sido reducida a una fachada para encubrir (y proteger) el poder de los grandes capitales. La mayorÃa de los principales partidos polÃticos tienen el mismo programa que viene predeterminado por los bancos y los especuladores financieros, las empresas y las instituciones globales (FMI, OMC, Banco Mundial,...) Queda claro que la democracia parlamentaria ya no representa al pueblo ni a sus intereses. Hay que deshacerse de ella, substituyÃ©ndola por la Democracia Directa (DD): sistema polÃtico en el cuÃ¡l el pueblo ejerce su poder de forma clara, sin representantes y mediante mecanismos de decisiÃ³n directos. Ya en el siglo XVIII, Jean Jacques Rousseau la defendÃa. Uno de sus argumentos en su obra Contrato Social es: "La soberanÃa no puede ser representada por la misma razÃ³n de ser inalienable; consiste esencialmente en la voluntad general, y a la voluntad no se la representa: o es una o es otra. Los diputados del pueblo no son ni pueden ser representantes; son Ãºnicamente sus comisarios y no pueden resolver nada en definitiva. Toda ley que el pueblo en persona no ratifica es nula; vale decir, no es una ley. El pueblo inglÃ©s piensa que es libre y se engaÃ±a; lo es sÃ³lo mediante la elecciÃ³n de los miembros del Parlamento; tan pronto como Ã©stos son elegidos cae en su condiciÃ³n de esclavo, no es nada. El uso que hace de su libertad en los cortos momentos que la disfruta es tal, que bien merece perderla." Â¿Es un sistema posible? Actualmente, existen ejemplos de prÃ¡cticas de DD en paÃses como Suiza, Estados Unidos, Italia, Uruguay, Alemania, ... En estos estados, mediante la recogida de firmas en un plazo determinado (financiada por el gobierno, en Alemania, por ejemplo) los ciudadanos tienen la posibilidad, a travÃ©s de un referÃ©ndum, de: - Proponer nuevas leyes (incluidas reformas constitucionales), sin necesidad de tramitarlas en los parlamentos nacionales o regionales. - Modificar leyes aprobadas por estos parlamentos. - RevocaciÃ³n de cargos electos. CompÃ¡rese con la situaciÃ³n en EspaÃ±a: los ciudadanos Ãºnicamente pueden introducir proposiciones de ley en el Congreso, avaladas por 500.000 firmas (65.000 en Catalunya) recogidas en un perÃodo de 6 meses. Siempre y cuando no se trate de modificaciones de leyes orgÃ¡nicas ni asuntos de carÃ¡cter internacional. Y en las pocas ocasiones que han podido cumplirse estos requisitos, finalmente, ni se ha discutido en el Congreso espaÃ±ol, o se ha aprobado una ley totalmente en contra a la iniciativa popular (Ley de IncineraciÃ³n de residuos en el Parlament de Catalunya) Y a un nivel mÃ¡s cercano, en los ayuntamientos, tenemos el caso tan famoso y paradigmÃ¡tico de Porto Alegre (Brasil), donde, desde 1989, los presupuestos municipales se definen a partir de la asamblea de ciudadanos, que, ademÃ¡s, puede fiscalizar el correcto uso del dinero pÃºblico. Un argumento clÃ¡sico contra la DD se basa en que â��los temas sobre los que tienen que discernir los gobernantes son demasiado complejos para ser entendidos por todos los ciudadanosâ�?. Si suponemos que esto es cierto, entonces los ciudadanos, al no poder comprenderlos, no pueden saber si la acciÃ³n realizada por sus representantes les conviene o es la que ellos querrÃan, lo que significa que no pueden valorar las decisiones tomadas por sus gobernantes. Y puesto que los representantes deberÃan ser evaluados por sus decisiones, los ciudadanos no tendrÃan capacidad para valorarlos. AnalizÃ¡ndolo asÃ, podemos ver que no se trata de argumento contra la DD sino contra la democracia en sÃ misma, lo que es muy grave. Las prÃ¡cticas de DD en los paÃses anteriormente mencionados, nos permiten enumerar algunas ventajas: evita la desmotivaciÃ³n polÃtica; se mantiene la soberanÃa popular en los perÃodos entre elecciones; se adecÃºan las instituciones a la evoluciÃ³n de la sociedad; las leyes aprobadas son mÃ¡s cercanas a las preferencias de los ciudadanos quienes, a su vez, estÃ¡n mejor informados; mejora la gestiÃ³n pÃºblica y el proceso de toma de decisiones; permite el control de los representantes polÃticos, etc. Pero, a nosotros no nos bastan las experiencias de DD anteriormente explicadas. Queremos mÃ¡s. Queremos una democracia directa real y total. Queremos desmantelar los mecanismos del poder mientras se ganan espacios cada vez mÃ¡s amplios de autonomÃa y de gestiÃ³n participativa. El modelo de democracia directa (o consensual) anarquista, como la anarquÃa en su conjunto, representa una visiÃ³n de la sociedad que se enfoca sobre todo en los micro-niveles de la misma. La preocupaciÃ³n no estÃ¡ en la relaciÃ³n entre el gobierno y los gobernados, sino Ãºnicamente entre los gobernados que se deshacen del gobierno. La idea es que la gente se una a los niveles mÃ¡s bÃ¡sicos, independientemente y autÃ³nomamente, y en cooperaciÃ³n con otros, tome decisiones en los llamados micro-niveles de la sociedad. Las decisiones sÃ³lo pueden ser tomadas por individuos. Corresponden a sus propias necesidades y no a las de los dirigentes que los controlan o quieren controlarlos. AÃºn una caracterÃstica mÃ¡s: se trata una organizaciÃ³n descentralizada lo que implica que la toma de resoluciones que tienen que ver con condiciones regionales y comunales la realizan los colectivos bÃ¡sicos de ciudadanos. Esto asegura que las decisiones sean controladas y accesibles todo el tiempo por los individuos. Las resoluciones pueden ser cambiadas si las necesidades de los individuos cambian; son revocables en todo momento. Todo este proceso estÃ¡ basado en el principio del consenso de la asamblea, porque la DD anarquista no estÃ¡ ligada al concepto de gobierno de la mayorÃa. Por lo tanto, las personas afectadas tienen el derecho de ser consultadas en las decisiones. Y no sÃ³lo eso, todas las personas que son desfavorecidas por una decisiÃ³n, tendrÃan derecho de veto en este proceso de toma de decisiones. Esto, les permite anular la decisiÃ³n de manera que una discusiÃ³n pueda comenzar de nuevo. AsÃ, las minorÃas tendrÃan mayor peso en el proceso de toma de decisiones, y la posibilidad de prevenir desventajas. Tres elementos bÃ¡sicos proveen una representaciÃ³n bÃ¡sica sobre como funciona el principio de consenso: hay una reuniÃ³n de las personas afectadas por las consecuencias de una decisiÃ³n. Es posible reaccionar a ella ya sea rechazÃ¡ndola a travÃ©s del veto o aceptÃ¡ndola. Lo segundo significa que este asunto me afecta ahora, pero puedo aceptar las consecuencias ya que el impacto no es significativo, o porque yo no quiero detener el proceso y veo que se justifica. Idealmente, hay consenso o aceptaciÃ³n unÃ¡nime y adherencia a una decisiÃ³n o a una perspectiva sobre la decisiÃ³n. La aceptaciÃ³n unÃ¡nime representa el ideal de la democracia consensual. En la prÃ¡ctica, sin embargo, a menudo hay compromisos por los cuales todos los lados son capaces de aceptar menos ventaja. El consenso es, sin embargo, la meta perseguida por una democracia consensual anarquista. El objetivo es eliminar las decisiones que pasan por encima de la mayorÃa. Se empieza organizando la vida polÃtica, a nivel municipal, alrededor de instituciones de DD: asambleas de ciudadanos, asambleas populares, por barrios, o reuniones por pueblos pequeÃ±os,... A travÃ©s de este tipo de entidades, la gente podrÃa gestionar sus propios problemas dentro de la comunidad llegando a decisiones polÃticas mediante procesos de DD en vez de delegar en elites polÃticas. Para abordar problemas que transcienden las fronteras del municipio, los municipios democratizados de una regiÃ³n determinada formarÃan una confederaciÃ³n, enviando delegados a un consejo confederado. Esta confederaciÃ³n no serÃa un estado, ya que estarÃa controlada totalmente por las asambleas de ciudadanos. Los delegados enviados tendrÃan solamente poder para tratar decisiones tomadas por su asamblea, estando supeditados a ella. Los comitÃ©s intermediarios entre ciudades o entre barrios de una misma ciudad grande no tendrÃan ninguna capacidad de toma de decisiÃ³n; son comitÃ©s de discusiÃ³n o cÃrculos en los cuales todas las personas afectadas pueden juntarse y participar en la discusiÃ³n. El objetivo final es llegar a recomendaciones que puedan ser aceptadas por todos los implicados y regresar con estas recomendaciones a los grupos de base. Esto permitirÃa la cooperaciÃ³n inter-regional. Evidentemente, este proceso de DD exige un alto grado de motivaciÃ³n y concienciaciÃ³n por parte de todas las personas que intervienen. Una re-evaluaciÃ³n de nosotros mismos como individuos, no como marionetas del sistema, con el objetivo final de hacer del estado algo superfluo, de eliminar las elites polÃticas y econÃ³micas actuales. Â¿UtopÃa? QuizÃ¡, pero la historia demuestra, una y otra vez, que es posible cambiar su curso. Y en estos momentos actuales, en los que no sÃ³lo falta democracia, sino que el poder muestra su autÃ©ntica cara de destructor del planeta Tierra, mÃ¡s que nunca es necesaria la intervenciÃ³n directa del pueblo.
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