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Notícies :: ecologia : amèrica llatina |
Reflexiones de Fidel Castro, HOY en la Mesa Redonda...
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per enviado por F Espinoza |
08 mai 2007
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Esta tarde, en la Mesa Redonda, repercusión de las reflexiones del Comandante en Jefe |
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REFLEXIONES DEL COMANDANTE EN JEFE
La tragedia que amenaza a nuestra especie.
No puedo hablar como economista o como cientÃfico. Lo hago simplemente como polÃtico que desea desentrañar los argumentos de los economistas y los cientÃficos en un sentido u otro. También trato de intuir las motivaciones de cada uno de los que se pronuncian sobre estos temas. Hace solo veintidós años sostuvimos en Ciudad de La Habana gran número de reuniones con lÃderes polÃticos, sindicales, campesinos, estudiantiles, invitados a nuestro paÃs como representantes de los sectores mencionados. A juicio de todos, el problema más importante en aquel momento era la enorme deuda externa acumulada por los paÃses de América Latina en 1985. Esa deuda ascendÃa a 350 mil millones de dólares. Entonces los dólares tenÃan un poder adquisitivo muy superior al dólar de hoy.
De los resultados de aquellas reuniones enviamos copia a todos los gobiernos del mundo, con algunas excepciones como es lógico, porque habrÃan parecido insultantes. En aquel perÃodo los petrodólares habÃan inundado el mercado y las grandes transnacionales bancarias prácticamente exigÃan a los paÃses la aceptación de elevados préstamos. De más está decir que los responsables de la economÃa aceptaron tales compromisos sin consultar con nadie. Esa época coincidió con la presencia de los gobiernos más represivos y sangrientos que ha sufrido el continente, impuestos por el imperialismo. No pocas sumas se gastaron en armas, lujos y bienes de consumo. El endeudamiento posterior creció hasta 800 mil millones de dólares mientras se engendraban los catastróficos peligros actuales, que pesan sobre una población que en apenas dos décadas y media se ha duplicado y con ella el número de los condenados a vivir en extrema pobreza. En la región de América Latina la diferencia entre los sectores de la población más favorecida y los de menos ingresos es hoy la mayor del mundo.
Mucho antes que lo que ahora se debate, las luchas del Tercer Mundo se centraban en problemas igualmente angustiosos como el intercambio desigual. Año tras año se fue descubriendo que las exportaciones de los paÃses industrializados, elaboradas generalmente con nuestras materias primas, se elevaban unilateralmente de precio mientras el de nuestras exportaciones básicas se mantenÃa inalterable. El café y el cacao ―para citar dos ejemplos― alcanzaban aproximadamente 2 mil dólares por tonelada. Una taza de café, un batido de chocolate, se podÃan consumir en ciudades como Nueva York por unos centavos; hoy se cobra por ellos varios dólares, quizás 30 o 40 veces lo que costaba entonces. Un tractor, un camión, un equipo médico, requieren hoy para su adquisición varias veces el volumen de productos que se necesitaba entonces para importarlos; parecida suerte corrÃan el yute, el henequén y otras fibras producidas en el Tercer Mundo y sustituidas por las de carácter sintético. Mientras, los cueros curtidos, el caucho y las fibras naturales que se usaban en muchos tejidos eran sustituidos por material sintético de sofisticadas industrias petroquÃmicas. Los precios del azúcar rodaban por el suelo, aplastados por los grandes subsidios de los paÃses industrializados a su agricultura.
Las antiguas colonias o neocolonias, a quienes se les prometió un porvenir maravilloso después de la Segunda Guerra Mundial, no despertaban todavÃa de las ilusiones de Bretton Woods. El sistema estaba diseñado de pies a cabeza para la explotación y el saqueo.
Al inicio de esta toma de conciencia no habÃan aparecido todavÃa otros factores sumamente adversos, como el insospechado derroche de energÃa en que caerÃan los paÃses industrializados. Estos pagaban el petróleo a menos de dos dólares el barril. La fuente de combustible, con excepción de Estados Unidos donde era muy abundante, estaba fundamentalmente en paÃses del Tercer Mundo, principalmente en el Oriente Medio, además de México, Venezuela y ulteriormente en Ã?frica. Pero no todos los paÃses calificados en virtud de otra mentira piadosa como “paÃses en desarrolloâ€? eran petroleros, 82 de ellos son los más pobres y como norma necesitan importar petróleo. Les espera por tanto una situación terrible si los alimentos se transforman en biocombustibles, o agrocombustibles como prefieren llamarlos los movimientos campesinos e indÃgenas de nuestra región.
La idea del calentamiento global como terrible espada de Damocles que pende sobre la vida de la especie, hace apenas 30 años ni siquiera era conocida por la inmensa mayorÃa de los habitantes del planeta; aún hoy existe gran ignorancia y confusión sobre estos temas. Si se escucha a los voceros de las transnacionales y su aparato de divulgación, vivimos en el mejor de los mundos: una economÃa regida por el mercado, más capital transnacional, más tecnologÃa sofisticada, igual a crecimiento constante de la productividad, del PIB, del nivel de vida y todos los sueños del mundo para la especie humana; el Estado no debe interponerse en nada, no debiera incluso existir, excepto como instrumento del gran capital financiero.
Pero las realidades son tercas. Uno de los paÃses más industrializados del mundo, Alemania, pierde el sueño ante el hecho de que un 10 por ciento de la población está desempleada. Los trabajos más duros y menos atractivos son desempeñados por los inmigrantes que, desesperados en su creciente pobreza, penetran en la Europa industrializada por todos los agujeros posibles. Nadie saca al parecer la cuenta del número de habitantes del planeta, que crece precisamente en los paÃses no desarrollados.
Más de 700 representantes de organizaciones sociales se acaban de reunir en La Habana para discutir sobre varios de los temas que en esta reflexión se abordan. Muchos de ellos expusieron sus puntos de vista y dejaron entre nosotros imborrables impresiones. Hay material abundante sobre el cual reflexionar, además de los nuevos sucesos que ocurren cada dÃa.
Ahora mismo, como consecuencia de la puesta en libertad de un monstruo del terror, dos personas jóvenes que cumplÃan un deber legal en el Servicio Militar Activo, aspirando a disfrutar del consumismo en Estados Unidos, asaltaron un ómnibus, forzaron con su impacto una de las puertas de entrada de la terminal de vuelos nacionales del aeropuerto, llegaron hasta un avión civil y penetraron en él con los rehenes, exigiendo el traslado al territorio norteamericano. DÃas antes habÃan asesinado a un soldado que estaba de posta, para robar dos fusiles automáticos, y en el propio avión privaron de la vida con cuatro disparos a un valiente oficial que, desarmado y capturado como rehén en el ómnibus, intentó evitar el secuestro de la nave aérea. La impunidad y los beneficios materiales con que se premia desde hace casi medio siglo toda acción violenta contra Cuba, estimula tales hechos. HacÃa muchos meses no ocurrÃa nada parecido. Bastó la insólita liberación del conocido terrorista, y de nuevo la muerte visitó nuestros hogares. Los autores no han sido juzgados todavÃa, porque en el transcurso de los hechos ambos resultaron heridos, uno de ellos por los disparos que hizo el otro dentro del avión, mientras luchaban contra el heroico oficial de las fuerzas armadas. Ahora muchas personas en el exterior esperan la reacción de los Tribunales y el Consejo de Estado ante un pueblo profundamente indignado con los acontecimientos. Hace falta una gran dosis de serenidad y sangre frÃa para enfrentar tales problemas.
El apocalÃptico jefe del imperio declaró hace más de cinco años que las fuerzas de Estados Unidos debÃan estar listas para atacar preventiva y sorpresivamente 60 o más paÃses del mundo. Nada menos que un tercio de la comunidad internacional. No le bastan, al parecer, la muerte, las torturas y el destierro de millones de personas para apoderarse de los recursos naturales y los frutos del sudor de otros pueblos.
Mientras tanto el impresionante encuentro internacional que acaba de tener lugar en La Habana reafirmó en mà una convicción personal: toda idea siniestra debe ser sometida a crÃticas demoledoras sin concesión alguna.
Fidel Castro Ruz
7 de mayo del 2007
5:42 p.m.
Esta tarde, en la Mesa Redonda, repercusión de las reflexiones del Comandante en Jefe
Hoy, a las 6:30 p.m. (hora de CUBA), tendrá lugar una Mesa Redonda Informativa con la repercusión de las Reflexiones del Comandante en Jefe sobre temas cruciales para la humanidad, publicadas en las ediciones de este martes de Granma y Juventud Rebelde. Esta Mesa Redonda será transmitida por Cubavisión, el Canal Educativo, Cubavisión Internacional, Radio Rebelde y Radio Habana Cuba.
Sintonizar en:
http://www.rrebelde.cu
http://www.radioprogreso.cu
http://www.radiohc.cu
http://www.rhc.cu/
http://www.cubavision.cubaweb.cu
http://www.mesaredonda.cu
http://www.juventudrebelde.cu/tv/
http://www.cubainformacion.tv/ |
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 This work is in the public domain |
las reflexiones del alcaide de cuba.
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per b |
08 mai 2007
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las reflexiones del alcaide de cuba. Hoy en la carcel-isla de cuba. |
Re: A "b"
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per (A) |
08 mai 2007
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Te falta:
Firmado:
Desde la carcel-continente de Europa.
(eres un capullo, b, sinceramente, no ves lo que pasa a tu alrededor pero te sientes un machito al criticar a un pobre pais del tercer mundo como es Cuba) |
Re: Reflexiones de Fidel Castro, HOY en la Mesa Redonda...
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per x |
09 mai 2007
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l´alcaide de cuba dóna una xerrada als presos de la illa-presó de cuba.
llibertat per al poble cubà. |