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Notícies :: amèrica llatina |
La revolución que el viento se llevó
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per Profesor J Correu-e: profesor_j@yahoo.com (no verificat!) |
21 mar 2007
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La revolución continental fue llevada por el viento reformista |
Cuando los barbudos bajaron de la Sierra Maestra en Cuba, hicieron pedazos a la vieja escuela de la izquierda que se debatÃa en intensas discusiones entre los estalinistas rusos, los estalinistas chinos y sus respectivos seguidores, de cómo habÃa que tomarse y dirigir el poder para llevar el capital a su máxima potencia. La plusvalÃa continuaba, pero esta vez se destinaba a satisfacer necesidades populares, muy simpático, pero a la vez sumamente dramático, ya que por esa vÃa jamás se establecerÃa una sociedad sin clases. Los acuerdos de Yalta establecieron la era de la coexistencia pacÃfica de disputa entre los dos bloques donde unos y otros se tironeaban los paÃses como perros peleando un hueso, los occidentales capitalistas etcétera por un lado y el capitalismo de estado por el otro.
En esa época a los rebeldes cubanos no les quedó otra alternativa que plegarse al bloque dirigido por la URSS, ya que de otra forma serÃan rápidamente aniquilados por la primera potencia occidental que estaba ad portas.
Eso confundió a muchos dirigentes revolucionarios de nuestro continente Abya Yala, que pensaron que era una necesidad a ser reproducida en todas partes y asà las guerrillas que se extendÃan por todos lados aceptaron trabajar con los destacamentos estalinistas que poco a poco asumÃan la dirección de operaciones y las lÃneas estratégicas de acumulación de fuerzas, por más que algunas organizaciones realizaban denodados esfuerzos para constituir coordinadoras revolucionarias en la lÃnea del pensamiento del Che, como la del Cono Sur, que fue arrasada por las fuerzas combinadas de los estados. La Coordinadora Bolivariana de Colombia entre las FARC, ELN y otras fuerzas tuvo corta vida, en especial por la rigidez de los estalinistas farianos que hoy dÃa atacan a las columnas elenas como si fueran enemigos. Pero eso era de esperar, conociendo la historia de esas formaciones.
AsÃ, los procesos rebeldes que se extendÃan por todas partes no sólo encontraron problemas de teorÃa, táctica y estrategia, sino fundamentalmente problemas organizativos y ausencia de arraigo en la población. La centralización en los mandos hacÃa que para el sistema bastara con acabar con los cuadros dirigentes para terminar de raÃz con la insurgencia, puesto que dicha raÃz estaba arriba, en la burocracia, y no en la gente.
Asà la revolución continental fue llevada por el viento reformista y las malas costumbres de partidos y orgánicas autoritarios. Fue más que nada una autoderrota. Basta ver por ejemplo a muchos tupamaros, muy rebeldes ellos, que hoy dirigen el gobierno uruguayo sin que se les mueva un pelo. ¿Se viraron? ¿O siempre tenÃan esa inclinación?
O en Chile, donde viejos dirigentes miristas ocupan cargos junto al sistema, o en Bolivia donde antiguos dirigentes izquierdistas caen al ser descubiertos en medio de la corrupción.
En la actualidad muchas agrupaciones guevaristas, simpatizantes de aquellos barbudos de la sierra, se han incorporado a trabajar en las organizaciones sociales y han modificado notablemente sus formas organizativas, llegando algunas de ellas a plantearse más la construcción del poder popular para avanzar hacia la sociedad sin clases, el no poder, que a acumular fuerzas para dirigir y administrar el capitalismo de estado.
Ambas corrientes adquieren renovadas fuerzas y presencia en el continente, al parecer los vientos soplan fuertemente por estos lados. Por una parte los reformistas se instalan en algunos gobiernos o apoyan otros y se esfuerzan por atar a los movimientos sociales y por la otra los nuevos movimientos llenos de viejos militantes que aprendieron la lección se organizan y movilizan con autonomÃa, con lo que se va produciendo un acercamiento histórico entre ellos con los anarquistas y las comunidades originarias, como sucede por abajo entre diversos sectores venezolanos, la Coordinadora del Gas de Bolivia, los zapatistas, Oaxaca, regiones de Colombia y muchas otras partes.
El gobierno chileno acaba de dar un duro golpe a la Coordinadora mapuche Arauco Malleco con la detención de Huenchunao, pero llegan demasiado tarde, pues el arraigo está en las comunidades, de donde saldrán cientos y miles de otros Huenchunao o Huentelaf a continuar la batalla por la autonomÃa.
Asà la experiencia está enseñando que la importancia de las comunidades, rurales o barriales, va más allá que ser el caldo de cultivo o la base de sustentación de fuerzas que disputan el estado, ya que está visto que es allà que se establece la resistencia, la propuesta y la construcción. Ya no basta en los barrios contar con la dirección de la junta de vecinos o una radio, sino que es necesario pasar a la fase de que la población salga de las casas a entrecruzar sus vidas y hacerla en común. No es suficiente cada cierto tiempo “salir a combatirâ€? para luego regresar a la cotidianeidad sistémica. La rebeldÃa es una cuestión social, de autoorganización para cambiar las formas de vida de lo cotidiano y allà resistir los embates del estado para extender lazos fraternos horizontales hacia las otras comunidades e ir tejiendo el entramado de la nueva sociedad por abajo y por fuera de las instituciones, sean ellas presentes o de futuro, de manera que la estrategia deberÃa ser elaborada en cada lugar, por la propia gente, para desarrollar la escuela participativa social donde las asambleas barriales y locales tomen decisiones sobre sus pasos de sobrevivencia y de defensa contra las agresiones estatales.
Por esos lazos horizontales entre comunidades y barrios deberÃa circular una nueva economÃa, una economÃa alternativa basada en la autogestión, cooperación, solidaridad y apoyo mutuo.
La lucha ideológica ha salido de los espacios teóricos para hacerse carne en la práctica social de autoorganización en localidades, barrios y comunidades, lugares de donde saldrá una nueva subjetividad rebelde y constructiva.
Abrazos
Profesor J |
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