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Notícies :: antifeixisme |
Poterea borrokatu
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per Abel Ortiz Correu-e: solesas@hotmail.com (no verificat!) |
02 feb 2007
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En el Harlem tórrido de un verano sofocante se escucha repetidamente un motivo: Fight the power, combate el poder. Ese grito peleón se escuchó en los más dispares lugares del planeta. Detrás estaban Coltrane, Chester Himes, Billie Hollyday, Joe Louis, Michael Jordan o Sydney Poitier. |
Hace algunos años, entre bastantes y muchos, sin exagerar, actuaron en el polideportivo “La Casillaâ€? de Bilbo, o Bilbao, nunca Bilbado como decÃa cerillita del Ferrol en otro alarde más de cretinismo, una extraña pareja ultramarina. Se llamaban “Public Enemyâ€?.
Herederos intelectuales del “black power� más combativo formaron un alboroto tremendo en los EEUU con sus textos y su actitud; el amalgama complicado de Martin Luther King y Malcom X.
Spike Lee, referente inexcusable de la cultura afroamericana contemporánea, eligió en una de sus pelÃculas, Do the right Thing, haz lo que debas, imperativo categórico, a los Public Enemy, no enema como insiste en corregir el listillo del office, como parte de la banda sonora.
En el Harlem tórrido de un verano sofocante se escucha repetidamente un motivo: Fight the power, combate el poder. Ese grito peleón se escuchó en los más dispares lugares del planeta. Detrás estaban Coltrane, Chester Himes, Billie Hollyday, Joe Louis, Michael Jordan o Sydney Poitier.
Los chicos de los barrios de New York, Detroit o Los Ã?ngeles, no estaban dispuestos a que les pisaran las flamantes zapatillas nuevas ni a que la policÃa entrara en sus calles con la soberbia de un ejército de ocupación, como si el Bronx fuera el Ulster. Tampoco consideraban como gestos amistosos por parte del estado que se apaleara hasta la muerte a Rodney King y a otros miles de afroamericanos por el solo hecho de ser negros.
El rap, como el swing, el blues, el funky o el jazz, es muy contagioso. En aquel combate contra el poder se embarcaron piratas de todas las cataduras. Objetivo; fight the power. La pintura era nueva pero el galeón antiguo. Es difÃcil resumir mejor el ideal libertario; la idea. Combate el poder.
Casi todos los “ismosâ€? polÃticos definen una “ideologÃaâ€?. Sánchez Ferlosio explicaba en un artÃculo antiguo como las ideologÃas son estuches, paquetes de ideas, que tienes que comprar en su conjunto. No puedes elegir; esta si o esta no, como si fuera una cata de pirulas. Te llevas todas.
El anarquismo no es una ideologÃa aunque muchos no lo tengan claro. Los antiguos propagandistas, los primeros ácratas, proclamaban la bondad de “la ideaâ€?. Una sola: el concepto de “poderâ€?. Cual es su naturaleza, cuales son sus formas, cuales son sus caracterÃsticas. Es decir: Fight the power en Harlem o, como teorizaba elevando el tono poético un punki de la tres mil viviendas, Sevilla, viva la debilidad.
La debilidad de las vÃctimas es siempre la otra cara del poder. VÃctimas de la policÃa de New York, victimas de la tortura, de un psicópata, de una ideologÃa e incluso de una idea grande o pequeña.
Victimas y poder; en la pareja, en la familia, en el barrio, en el trabajo, en el estado.
La noche en el polideportivo empezó mal. Los Public Enemy aparecieron en escena y la ovación consecuente fue acallada por el latigazo de los altavoces. La primera frase de la pareja al auditorio fue: Buenas noches, España. Para que queremos más. Silbidos. Abucheos. Ni fight the power ni nada. A juicio del respetable lo correcto hubiera sido un sencillo: gabon Euzkadi. Los artistas se miraron incrédulos. ¿Qué habÃan hecho mal?
El tipo del reloj enorme se acercó al micro y, in english, sure man, dijo: ¿porqué no hay negros hoy aquÃ, entre miles de personas, si este paÃs está tan cerca de Ã?frica?....Fight, fight, fight the power. O, en euzkera, poterea borrokatu. Combate el poder. Pero todo.
El que mata afroamericanos, el que mata vascos, palestinos e irlandeses o el que mata ecuatorianos. Fight the power.
Abel Ortiz |
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