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Anàlisi :: educació i societat |
Debate sobre la ética
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per Corriente Comunista Internacional Correu-e: espana ARROBA internationalism.org (no verificat!) |
31 gen 2007
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¿Existe una ética proletaria? Ante la cada vez mayor descomposición moral del capitalismo ¿no se hace necesario afirmar la ética proletaria? |
Planteamos a quienes estén interesados un debate a partir de un texto de orientación sobre El marxismo y la ética que ha servido de base para más de 2 años de discusión internacional dentro de nuestra organización.
Este texto lo publicamos en la Revista Internacional nº 127 , aquà sólo ponemos algunos extractos comentados (que irán en cursiva y entrecomillados). Ver texto Ãntegro en: http://es.internationalism.org/revista127-etica
¿Por qué llevar ahora un debate sobre la ética?
La evolución de la sociedad actual tiende a una creciente descomposición de todo valor moral, para instaurar en su lugar el “todo valeâ€?, el “quÃtate para ponerme yoâ€?, el “cada uno a la suyaâ€?… El cinismo, la hipocresÃa, la duplicidad, la manipulación, el hostigamiento sistemático, la negación de la más elemental dignidad, la insolidaridad, la mentira… se han convertido en la “moral de nuestro tiempoâ€?. «En la actualidad, las profundas dudas arraigadas sobre las cualidades morales de nuestra especie no afligen solamente a las clases dirigentes o las clases intermedias, sino amenazan al proletariado mismo, incluyendo a sus minorÃas revolucionarias. Esa falta de confianza en la posibilidad de un enfoque más colectivo y responsable para la comunidad humana no es solamente el resultado de la propaganda de la clase dominante. La evolución histórica misma ha desembocado en esta crisis de confianza en el futuro de humanidad (…) La opinión popular parece estar confirmando la sentencia de Thomas Hobbes (1588-1679) de que el hombre serÃa, por naturaleza, un lobo para el hombre. El hombre es visto básicamente como destructor, predador, egoÃsta, irremediablemente irracional, y con un comportamiento social más bajo que muchas especies animales. (…) No es fácil, después de Auschwitz e Hiroshima, y ante los genocidios y la destrucción permanente y general, mantener la confianza en la posibilidad de un progreso moral. El capitalismo ha destrozado lo que existÃa previamente, el equilibrio rudimentario entre hombre y el resto de la naturaleza, minando también a largo plazo las bases de la sociedad humana».
De ahà que sea necesaria una reflexión y un combate por afirmar los valores morales del proletariado y con él los del conjunto de la humanidad
¿SerÃan secundarias las cuestiones morales y éticas?
Existe un materialismo que afirma que lo importante es lo económico y lo polÃtico y que todo lo demás no serÃa más que una simple derivada mecánica y pasiva de aquello. Las cuestiones sicológicas, morales, éticas, culturales, serÃan puramente secundarias. Este materialismo es presentado como “marxistaâ€? (¡).
No podemos aquà desarrollar el verdadero pensamiento de Marx, Engels y otros combatientes del proletariado que siempre protestaron contra la tentativa de hacerles decir que “todo derivaba de la economÃaâ€?.
El proletariado no actúa como el perro de Pavlov que reacciona como un acto reflejo a un golpe o a un estÃmulo. El proletariado no lucha únicamente “por el estómagoâ€?, los factores morales y de conciencia juegan un papel a menudo determinante en su lucha: la solidaridad colectiva, el conocimiento y la sed de claridad, el desarrollo de la confianza, la iniciativa creadora, la indignación moral ante la injusticia y la barbarie …. Sà es cierto que las luchas inmediatas suelen tener como base factores económicos. Sin embargo, éstos proporcionan una condición necesaria pero palmariamente insuficiente. Sin el concurso del factor subjetivo las luchas y, sobre todo, una lucha revolucionaria por liberar a la humanidad del yugo del capitalismo, es radicalmente imposible.
¿En qué consiste la moral burguesa?
« La perversión de la moral del proletariado en manos del estalinismo no es razón para abandonar el concepto de moral proletaria, del mismo modo que el proletariado no debe rechazar el concepto de comunismo so pretexto de que fue recuperado y pervertido por la contrarrevolución en la URSS». Cada clase social tiene una moral. La moral del proletariado es diferente y opuesta a la de la burguesÃa.
Los capitalistas y muy particularmente su personal polÃtico son especialistas en proclamar las más acendradas virtudes, el comportamiento más recto, el interés más “desinteresadoâ€?. Pero estas proclamaciones son siempre …para los demás. Todo capitalista pide que los demás capitalistas aumenten los salarios de los obreros por que asà venderá más, ahora bien siempre impone una excepción al aumento de salarios: su propia empresa. Todos los Estados piden que los demás Estados respeten las normas sobre medioambiente excepto … en su propio territorio. Todos los Estados reclaman normas sobre la competencia muy “justasâ€? y “laudablesâ€?… para los demás Estados. La moral burguesa está presidida a todos los niveles por la Ley del Embudo: lo ancho para mà lo estrecho para los demás. La hipocresÃa, la doble moral, la duplicidad y el engaño se erigen en normas morales no escritas de esta sociedad.
«El núcleo de la moral de la sociedad burguesa está contenido en la generalización de la producción de mercancÃas. Esto determina su carácter esencialmente democrático, que ha desempeñado un papel valiosamente progresista en la disolución de la sociedad feudal, pero que, con el declive del sistema capitalista, ha ido descubriendo cada dÃa más su aspecto irracional».
Las ideas democráticas fueron en los siglos XVIII y XIX un potente factor de combate contra la moral y la ideologÃa feudales que propugnaban el irracionalismo y el atropello instituido de la más elemental dignidad humana. Sin embargo, pronto revelaron sus lÃmites y los peligros que encerraban. La mercantilización generalizada de toda la vida social que se desarrolla con el capitalismo y que hoy llega a sus más evidentes extremos significa que «el valor del ser humano y de su actividad productora ya no está en su calidad humana concreta ni en su contribución particular a la colectividad. Ya solo se mide de manera cuantitativa en comparación con los demás y en relación con una media abstracta que se impone a la sociedad como una fuerza independiente y ciega. Al introducir la competencia entre las personas, al obligarlas a compararse constantemente unas con otras, el capitalismo socava la solidaridad humana en la que se basa la sociedad. Al hacer abstracción de las cualidades reales de los seres humanos, incluidas sus cualidades morales, socava las bases mismas de la moral. Al sustituir la pregunta: “¿Qué contribución puedo yo aportar a la comunidad?â€? por “¿Cuál es mi propio valor en el seno de la comunidad?â€? (riqueza, poder, prestigio), pone en entredicho la posibilidad misma de que exista la comunidad humana».
Violencia moral y violencia fÃsica, dos armas complementarias utilizadas por la burguesÃa
La violencia moral, la presión sicológica programada “cientÃficamenteâ€?, los procesos sistemáticos de “lavado de cerebroâ€? y de “reprogramación de la personalidadâ€?, forman parte del arsenal de violencia de la burguesÃa y se han perfeccionado en cinismo y perversidad hasta lÃmites difÃciles de alcanzar. La burguesÃa bienpensante “clamaâ€? contra sus colegas de paÃses que utilizan la violencia más brutal, el terror y la tortura. Esto lo hace porque cuenta con las armas de la violencia moral y psicológica infinitamente más destructiva y capaz de causar sufrimientos mucho más horribles y prolongados. Sin embargo, la burguesÃa de los paÃses “más civilizadosâ€? no renuncia al empleo de la violencia fÃsica. Vemos como la primera burguesÃa del mundo, del paÃs que nos presentan como la más vieja “democraciaâ€?, Estados Unidos, no se recata en utilizar abiertamente la violencia fÃsica no sólo en paÃses “lejanosâ€? como Irak sino en su propio territorio donde las porras eléctricas y los más brutales castigos son ley en sus cárceles superpobladas. Simultáneamente, en Europa –cuyos “civilizadosâ€? Gobiernos “se rasgan las vestidurasâ€? ante los excesos de su rival americano- vemos que, bajo la excusa de la “seguridad ciudadanaâ€? la población carcelaria se multiplica sin cesar a la vez que se proclama la represión, el castigo y la culpabilización como únicas medicinas frente a una sociedad cada vez más descompuesta en la que se multiplica la criminalidad, el caos y la indisciplina más anárquica.
Esta tendencia general al empleo cada vez más arrogante de la violencia fÃsica por parte de los Estados más “democráticosâ€? anuncia lo que utilizarán sin ningún escrúpulo moral contra el proletariado y sus militantes revolucionarios como ya se vio en el pasado: la calumnia, la persecución, la represión tanto de minorÃas como de masas… Durante la oleada revolucionaria de 1918-23 el Estado alemán –presidido por socialdemócratas- asesinó a más de 100 mil obreros y organizó el asesinato vil y sádico de los revolucionarios Rosa Luxemburgo y Kart Liebchneck en enero de 1919.
La moral del proletariado
El proletariado es portador de una moral revolucionaria que será la base de la futura sociedad comunista. Aunque esta moral no podrá desarrollarse plenamente más que con la destrucción del capitalismo y la creación progresiva de una comunidad humana mundial unificada, ya hoy sus principios y orientaciones son fundamentales no sólo para las luchas inmediatas sino más aún para la lucha contra el capitalismo y para la actividad de las minorÃas más conscientes de nuestra clase.
No podemos sino resumir aquà algunos de los principios de la moral proletaria. El más importante es la solidaridad. «El capitalismo hizo nacer la primera clase de la historia que sólo mediante el desarrollo de la solidaridad puede afirmar su humanidad y expresar su identidad y sus intereses de clase. Como nunca antes, la solidaridad se convirtió en el arma de la lucha de clases y el medio especÃfico con el que la apropiación, la defensa y el mayor desarrollo de la cultura humana serán posibles».
«Esta solidaridad va emparejada con la indignación moral de los trabajadores ante la degradación de sus condiciones de vida. Esta indignación es una condición previa, no solo de su combate y de la defensa de su dignidad, sino también de la eclosión de su conciencia».
«La expresión más elevada, y con mucho, de la solidaridad humana, del progreso ético de la sociedad hasta nuestros dÃas es el internacionalismo proletario. Este principio es el medio indispensable de la liberación de la clase obrera, el que pone las bases de la futura comunidad humana».
«El proletariado no necesita ilusiones morales y no soporta la hipocresÃa. Su interés es limpiar la moral de todas las quimeras y los prejuicios. Al ser la primera clase en la sociedad con una comprensión cientÃfica de ésta, el proletariado es el único que puede plantear la otra preocupación de la moral, que es la verdad de las cosas».
Hasta aquà un resumen apretado de lo que a nuestro juicio serÃan las premisas de un debate que esperamos se suscite.
Acción Proletaria CCI 24-1-07 |
Mira també:
http://es.internationalism.org |
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Comentaris
Re: Debate sobre la ética
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per un |
02 feb 2007
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moral proletaria? esteu de conya? hi ha d'haver un debat ètic, però la moral és per als capellans, aquest text s'hem fa sospitós ja d'entrada quant utilitza el mateix argument que el papa boitila dient que la moral s'està descomposant en el capitalisme. Això és cert i està molt bé que així sigui: però el que no és cert és que es perden els valors. Quant cauen uns valors n'apareixen uns altres simplement perquè els ésser humans funcionem a base de valors. Amb això vull dir que el que és necessàri és un debat étic (étic=resposta a ¿què s'ha de fer?), però no un debat moral (moral= resposta a ¿què está bé i que malament?). La moral és reaccionària per antonomasia.
La ética és important, però deixemnos de morals i autorepresions absurdes basades en dicotomies bé-mal. |
Re: Debate sobre la ética
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per Corriente Comunista Internacional espana ARROBA internationalism.org |
12 feb 2007
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Más allá de posibles problemas en la interpretación de términos o formulaciones queremos destacar lo más importante: que compartes con nosotros que «la ética es importante» y que «es necesario un debate ético».
Dices que toda moral es reaccionaria por antonomasia y que toda moral se basa en la pregunta: ¿qué está bien y qué está mal? ¿No crees que estás haciendo una generalización abusiva y que habrÃa que distinguir entre la moral de las sociedades de clase y la moral del proletariado que aspira a una sociedad sin clases?
La moral en las sociedades de clases tiene inevitablemente un componente normativo, de decálogo que dictamina “lo que está bien y lo que está malâ€?. Eso es cierto. Pero la moral proletaria no tiene esas caracterÃsticas. Es una moral basada en la solidaridad, en la comprensión consciente de los comportamientos y problemas humanos, en reforzar todo lo que el ser humano tiene de instintos sociales y de confianza y empatÃa hacia sus semejantes. La moral de las sociedades de clases y la moral del proletariado están en terrenos opuestos e irreconciliables.
Dices que la moral es para los capellanes. Existe igualmente una moral laica no menos reaccionaria. Por limitarnos a la moral burguesa esta tiene dos variantes aparentemente opuestas pero en realidad simétricas y complementarias. De un lado, el rigorismo moral del imperativo categórico, cuyo mayor exponente fue Kant. Esta variante propugna que el individuo se ha de someter a unas reglas que se le imponen más allá de su voluntad o de su comprensión. Estas normas son la expresión de la Nación y del Estado y tienen como fin hacer que los individuos se sometan a sus designios y su cohesión. Es una moral que impulsa, por un lado, el sentimiento de culpa y, por otro, la renuncia y la autolimitación.
Pero la otra variante de la moral burguesa es el utilitarismo. Propugna que la moral no es sino la expresión de los intereses materiales de los individuos. Para hablar en términos simples: el individuo debe obtener por encima de todo su propia felicidad aunque sea a costa de los demás. Su expresión extrema es el “todo vale�, el “fin justifica los medios�… Es la concepción moral que mejor se acomoda a la sociedad capitalista: la competencia desenfrenada entre empresas, naciones e individuos, el todos contra todos…
La sociedad burguesa lleva a la disolución de todo sentimiento moral, es decir, de todo sentimiento de convivir y cooperar entre semejantes. Esa es la concepción última de la moral y no el decálogo y la normativa frÃa e inflexible, la represión y la autorepresión, el buscar culpables y el sentirse culpables.
Ambas variantes de la moral burguesa: la rigorista kantiana y la utilitarista no son tan opuestas como parece pues ambas parten de un mismo axioma, la oposición y el conflicto entre individuo y sociedad, entre cada cual y los demás.
En cambio, la moral proletaria tiene otros axiomas: de un lado, la unidad y la colaboración fraternal y solidaria entre los seres humanos; de otro lado, el esfuerzo de comprensión cientÃfica y colectiva de los problemas humanos y sociales, asà como el debate para alcanzarla.
Nos limitamos a estas cortas reflexiones esperando que la continuación del debate pueda aportar la clarificación. |
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