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Brasil: ¿A quién pertenece el futuro?
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per Sergio Ferolla y Paulo Metri Correu-e: sociedadedemocratica@yahoo.com.br (no verificat!) |
17 gen 2007
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En los países socialmente maduros, consolidados y realmente soberanos, las prospecciones del futuro son hechas por los grupos de pensadores de la universidad, de las instituciones gubernamentales y de las empresas, así como por los grupos asociados a las ONGs nacionales. |
Brasil: ¿A quién pertenece el futuro?
Por algunas décadas, aún tendremos, ciertamente, estados nacionales, algunos con soberanÃa limitada; el predominio de acciones dirigidas por el mercado; el capital internacional que maximiza sus beneficios en las regiones diversas del globo; el declinar en la degradación del ambiente, nosotros esperamos; además de la más grande parte de la sociedad seguir sin libertad de expresión y sometida a los medios impregnados de desinformación y controlados por agentes de gran alcance, muchas veces de más allá de las fronteras. Por fortuna y en contraste con este cuadro sombrÃo, la solidaridad de algunos atenúa muchas de las injusticias sociales. El sueño de John Lennon en la canción â��Imagineâ�?, que prometia progresos tecnológicos sin propietarios, para eliminar especialmente enfermedades, los recursos naturales consumidos con moderación, los excedentes agrÃcolas donados a la lucha contra el hambre, el ambiente preservado y los seres humanos con libertad de expresión y con oportunidades en la vida communitaria, deben ser perseguidos, pero, muy probablemente, no sucederá dentro de este horizonte.
Los brasileños deben sobrepasarse, con victorias, este perÃodo y, para tal, en primer lugar, elegir que las grandes modificaciones que se pondrán en ejecución, teniendo en mente una escena de incertidumbres, con el crecimiento demográfico acentuado en paÃses subdesarrollados, aumentando la zanja entre los ricos y los pobres; el incremento de los conflictos localizados, de razones étnicas, religiosas y económicas; el aumento de la degradación del ambiente, debida a la carencia de conciencia de algunos grandes agentes de contaminación, estados y compañÃas; la escasez de los recursos naturales, principalmente, el aceite; la incidencia de las epidemias situadas en el mundo periférico, pero llevando amenazas de contaminación a los paÃses desarrollados; el aumento de la transferencia de la riqueza entre los paÃses, del más desprovisto para los poderosos; los progresos tecnológicos que tienen como objetivo cada vez una acumulación más grande del capital ; el incremento del trabajo en condiciones no-humanas en los paÃses menos desarrollados; el desempleo generalizado y el crecimiento de la desigualdad social en muchos paÃses.
Teniendo conciencia de los obstáculos a que hacer frente, es urgente rescatar el planeamiento estratégico nacional, que la basura neoliberal, que todavÃa existe en cuerpos gubernamentales y diversas mentes de la inteligencia nacional, obstaculiza su puesta en práctica eficaz. El concepto de que el paÃs puede crecer solamente con las decisiones de las â��fuerzas libres del mercadoâ�?, pensamiento rancio del liberalismo económico más distinguido, ha conducido el paÃs a las situaciones de la emergencia peligrosa en el sector de la energÃa eléctrica, como el â��apagónâ�? de 2001, en la infraestructura logÃstica, la opción por las soluciones de orientación extranjera, etc.
En los paÃses socialmente maduros, consolidados y realmente soberanos, las prospecciones del futuro son hechas por los grupos de pensadores de la universidad, de las instituciones gubernamentales y de las empresas, asà como por los grupos asociados a las ONGs nacionales.
Aparecen de estos trabajos las lÃneas principales de un planeamiento estratégico, a ser consolidado y a ser ejecutado periódicamente, con los planes de los gobiernos que se alternan en el poder.
Un ejemplo notable de la importancia de los planeamientos indicados de largo perÃodo, con visión estratégica, en nuestro paÃs, es la cuestión del aceite, ahora saliente por la certeza muy cerca de la escasez de este producto, propulsor verdadero de la especie humana. Si hasta muy recientemente, su abundancia ilimitada fue proclamada y defendida por el â��mercadoâ�? y sus muy bien remunerados voceros asà como por los paÃses de OPEP, interesados en el mantenimiento de altos contingentes de exportación, casi hay hoy un consenso sobre la crisis inminente, del FMI a The Financial Times, pasando por Alan Greenspan y los bancos famosos de inversiones.
Paradojicamente y en oposición de esta tesis, solamente el gobierno brasileño mantiene las rondas de licitación para la entrega del aceite nacional a las compañÃas petroliferas mundiales, en perjuÃcio de los intereses nacionales, colocando a perder todo unl un esfuerzo tecnológico e industrial, fruto de luchas y de la movilización apasionada de toda la sociedad.
No hay acuerdo sobre el año en que la producción mundial del aceite pasará por su punto máximo, ya que algunos creen que ya está, mientras que otros estiman que sucederá el pico alarmante en el 2015, el año a apartir del cual el precio del barril tendrá que subir muchÃsimo.
Cómo se quedará por todo el mundo la economÃa cuando el precio del aceite cresca mucho sobre el aumento de otros materiales y productos acabados, será una tarea para los planificadores eficientes y autorizados.
Entre las consecuencias previsibles, una contracción mundial se puede presentar, con el aumento del desempleo; existirá una substitución y una conservación naturales de parte de los derivados del aceite; los productos y los servicios, cuyos costes están bajo participación fuerte de estos derivados, tendrán sus precios creciendo arriba del promedio y podrán ser substituidos. Es decir que nuevos precios ocurrirán en la economia mundial, también con cambios de costos y de las costumbres de los consumidores. Sin embargo, en los paÃses en vÃas de desarrollo, que no tienen su proveer garantizado y de poca condición para pagar el precio creciente, la población sufrirá más con la escasez inevitable.
¿Si el Brasil crece el 6% el año, en los diez años próximos, según lo proclamado y esperado ansiosamente, el aceite de Petrobras será bastante para el provimiento doméstico en esta década? ¿Por qué precios nuestra compañÃa colocará los derivados en el mercado interior?
Debemos considerar que no podemos contar en el aceite â��licitado" a las compañÃas extranjeras, que por lo tanto pueden exportarlo en este exacto perÃodo, hecho conmemorado y divulgado como "autosuficiencia nacional". Un análisis exento y realista de estas premisas nos lleva a concluir que la â��crisis futuraâ�? de combustibles puede ser, determinada ahora, debido a la carencia de planeamiento y visión patriótica de los intereses verdaderos de la sociedad.
Si, debido a la carencia de capacidad o a las presiones de los agentes del mercado, un planeamiento macro dÃgno de una nación soberana no fue ofrecido a nuestro paÃs, consideramos, por lo menos, una medida profiláctica, donde los rondas de licitaciones llevados a través de la ANP se queden paralizados, para no crear más â��pasivo neoliberalâ�?, que compromete el futuro, la seguridad y la tranquilidad de la sociedad brasileña.
Como todos los brasileños, deseamos nuestro paÃs como nación grande, justa y soberana. AsÃ, la sociedad brasileña debe exigir garantÃas para su futuro, con un paÃs dirigido por planes integrados de gobierno, en los cuales las escenas viables de la coyuntura nacional e internacional se consideren seriamente.
No permitamos alineaciones con los que se ubiquen como insensibles y acomodados. Es importante tener en mente que el futuro está bajo nuestra responsabilidad y que nuestros errores, de nosotros, los ciudadanos del momento, estos quedarán para nuestros descendientes jóvenes, los niños y los nietos, a los cuales realmente deseamos un futuro feliz.
Sergio Ferolla, general brigadier de la fuerza aérea brasileña, es un miembro de la academia nacional de ingenierÃa. Paulo Metri es un miembro del consejo del club de ingenierÃa. Son autores de â��No todo el aceite es nuestroâ�?, publicado por la compañÃa Paz e Terra. |
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Comentaris
Re: Brasil: ¿A quién pertenece el futuro?
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per A |
17 gen 2007
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fuera, muerte al estado viva la anarquía |
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