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Notícies :: corrupció i poder |
El Rey mató a un oso ebrio amaestrado en Rusia
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per à pa |
19 oct 2006
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Moscú, Agence France Presse (AFP)
Un responsable regional ruso afirmó que el rey Juan Carlos de España mató a un oso domesticado y embriagado de vodka durante una cacerÃa amañada en agosto en la región de Vologda, al norte de Moscú, indicó hoy el diario ruso Kommersant.
“Una abominable puesta en escena tuvo lugar durante la cacerÃa en la que participó el rey de Españaâ€?, escribió el vicedirector del Departamento para la Protección y el Desarrollo de Recursos de Caza de la region de Vologda, Serguei Starostin, en una carta al gobernador de la región, Viacheslav Pozgalev, citado por Kommersant.
Starostin acusa a responsables de la administración local de haber “sacrificadoâ€? para la cacerÃa real un oso amaestrado, “alegre y gentil, de nombre Mitrofan, que era cuidado en un lugar de veraneo de la ciudad de Novlenskoeâ€?.
“El oso fue metido en una caja y transportado hasta el lugar de la cacerÃa. Después se le dio vodka mezclada con miel (...). El animal borracho fue un blanco fácil. Su majestad Juan Carlos mató a Mitrofan con el primer tiroâ€?, siguió Starostin.
Sin precisar si el rey de España estaba al corriente de esta “falsificación�, el responsable ruso estimó que los organizadores de esta “puesta en escena� eran el primer vicegobernador de la región, Serguei Gromov, y el jefe del servicio local de la agricultura, Andrei Filatov.
Starostin recordó otros casos de cacerÃas “falsificadasâ€? preparados por estos responsables para huéspedes destacados, con animales domesticados como vÃctimas, sobre todo lobos y linces, e hizo un llamado al gobernador para evitar que estas personas “transformen la caza en una payasada sangrientaâ€?.
La administración de la región de Vologda, no comentó estas informaciones. |
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Re: El Rey mató a un oso ebrio amaestrado en Rusia
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per ... |
20 oct 2006
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Sobri o ebri, valenta salvatjada anar matant osos per diversió.
Assassins! |
Re: El Rey mató a un oso ebrio amaestrado en Rusia
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per ! |
20 oct 2006
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no importa: és que el rei es tan "campechano" que si le perdona TOT. La gent és tonta. |
Los Borbones a los Tiburones
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per Frank Rennicke |
20 oct 2006
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Aquest Borbó ja quan era menut volent o sense volguer ja accidentalment al dispararseli l´arma va matar el seu germà. La veritat que veient la cara de gilipolles que te aquest parasit i la forma amb la que parla res es d´extranyar. Al proxim que li disparin a ell, per ruc !
Una cacería de Juan Carlos de Borbón en Rumania abate nueve osos protegidos por la Convención de Viena, incluida una osa gestante
La cacería de Juan Carlos de Borbón el pasado 8 de octubre en en los Cárpatos tuvo como resultado una sangrienta carnicería en la que abatió nueve osos [ursus arctos] y un lobo, especies protegidas por los convenios internacionales que Rumanía también firmó. Concretamente el oso de esta región es una especie protegida por la Convención de Berna desde 2001. Así se informó el 12 de octubre por el diario Romania Libera. La cacería que Juan Carlos disfrutó en la región de Covasna entre el viernes ocho de octubre y el domingo siguiente se ha convertido en Rumanía en un asunto de indignación nacional a escasa distancia de las elecciones presidenciales.
La batida comenzó en la tarde noche del viernes. Don Juan Carlos llegó al aeropuerto de Otopeni en Bucarest. Después, escoltado por 10 coches de la policía rumana y varios vehículos de acompañamiento protocolario, se desplazó en un Audi A-8 a la finca, donde lo cambió por un 4x4. Las 15 personas que formaban la partida se alojaron en Erdofule, una de las 39 cabañas que el dictador Ceaucescu poseía en la región.
La empresa contrató a 50 bateadores, a razón de cinco euros por día cada uno, entre los que se infiltraron, de paisano, varios miembros de la policía secreta.
También se preparó el clásico recibimiento folclórico al monarca español, con lugareños vestidos con trajes regionales que ofrecieron al Rey el agasajo de bienvenida propio del país: pan, un puñado de sal y un gura (trago) de palinca, un aguardiente elaborado con ciruela.
Ahora proliferan empresas de vanatoare -caza- en la zona. En la Cámara de Comercio hay inscritas una treintena. Los aficionados locales se remontan a la época de Ceaucescu para datar la primera ocasión en que Don Juan Carlos se desplazó a Rumanía para aplacar sus veleidades cinegéticas. Invitado por el propio dictador.
Otilla Josiff Sherkany fue durante 30 años el director político de la Asociación de Cazadores del distrito, en la época comunista. Hoy se ha convertido en una suerte de barón local, con 30.000 hectáreas de bosque de su propiedad dedicadas a organizar cacerías. Ahora el negocio ha pasado a manos de su hijo, Otilla Kiss Sharkany: «Mi padre me dijo que fue Santiago Carrillo el que le habló por primera vez al Rey de que en Rumanía se caza de puta madre. Este año es la segunda vez que lo tenemos como invitado. Estuvo en abril. Ahora vino con cuatro norteamericanos, que pagaron todo el viaje». Entre los ilustres huéspedes de Sharkany se cuentan Alain Delon y familia, Hugo Boss o el ex ministro popular Francisco Alvarez Cascos, afecto a la caza del urogallo.
La empresa Abies cobra 130 euros por cada jabalí joven de hasta 50 kilos abatido; 200 euros por las hembras de entre 230 y 400 kilos; aunque también influye en el precio el tamaño de los colmillos de los animales: hasta 12 centímetros, 270 euros; de más de 20, pueden llegar a los 800 euros. También se paga por los fallos: 100 euros por cada animal herido y no cobrado y 50 euros por disparo errado. Aparte, claro, el alojamiento. La caza de ojeo del oso cuesta 800 euros por dos días y tres noches (hasta 7.000 euros con trofeo). La caza de espera, incluido trofeo, cuesta 8.500 euros por tres días.
Nicolae Daramus, periodista de El Cotidianul, publicaba también el 12 de octubre una airada protesta contra la presencia del Rey, armado, a los pies de los Cárpatos: «Los inmigrantes rumanos que van a recolectar fresa al país de Don Juan son tratados como homínidos, no como humanos. (cabria mencionar que en Rumania a sus gitanos autóctonos tampoco les tratan muy bien, por lo que no pueden dar lecciones) Ahora le llegó el turno a los animales salvajes. Su Majestad de Borbón mató nueve osos [las informaciones sobre el número de animales abatidos difieren según las fuentes], entre ellos una osa gestante. Otros dos animales quedaron malheridos de bala azul».
El periódico Rumanía Libre tampoco fue muy condescendiente con Don Juan Carlos. Bajo un titular que reza «Especies protegidas abatidas por el Rey de España en Covasna», el periodista escribe despectivamente: «Cincuenta bateadores pusieron bajo las narices del Rey a 30 animales, de los cuales la corte real abatió a nueve osos jóvenes de pequeña puntuación, a una osa gestante y a un lobo».
El Palacio de la Zarzuela no ha querido comentar estas reacciones.
Polonia. Como Rumanía, es otro de los países a los que Juan Carlos suele acudir a cazar. Y donde también levanta polémica su presencia. Esta primavera, los medios polacos y españoles se hicieron eco de la ejecución de un bisonte europeo en la región de Masuria. También se trata de una especie protegida, entre otras razones porque se encuentra en peligro de extinción.
Sierra de Gredos. En estos montes, donde el monarca español se dedica a la caza de la cabra montésa al rececho, cobró una de las especies más codiciadas para los aficionados a la cinegética: un ejemplar de 120 kilos, y con una cornamenta que superaba el metro de arboladura. El precio que un cazador paga por abatir este tipo de piezas puede llegar a superar los 25.000 euros.
Encomienda de Mudela. Este coto de Ciudad Real, de 20.000 hectáreas, es el paraíso de los cazadores de perdiz roja. Allí son habituales apellidos ilustres: Abelló, Botín, Suárez Yllana, Amusátegui. Franco ya lo usaba. Y Don Juan Carlos le tiene especial predilección.
Quintanilla de Onésimo. El coto vallisoletano de Florentino Azuaga también figura entre los preferidos del Rey. Allí se caza jabalí, corzo y ciervo. Aunque el Rey nunca ha ocultado su afición por la caza, este año prefirió suspender su visita al coto cuando ésta se hizo pública. ¿Una cuestión de imagen? |