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Por sus textículos lo reconocereis
21 set 2006
Reseña de "La Estampida de los Hipócritas" en su presentación en El Horiginal de Barcelona y valoración de la defensa de la poesía catalana del siglo XX por el poeta mexicano Orlando Guillén
Por sus textículos lo reconocereis
Roberto Godínez Navarijo

¿Quién es Orlando Guillén? No un renegado buscapleitos ni menos una especie de ogro que embriagado de sí mismo se obsesionara en arrojar piedras a los cristales de Palacio, como sus detractores lo pintan, de la calumnia sacando raja. Pero la obra de Orlando Guillén ha provocado la estampida de los hipócritas y la verdad se viene abriendo paso y es imparable.
Orlando, como sintetiza Enric Cassases, es un Poeta con mayúsculas: un escritor, periodista y dramaturgo que ante el acoso del Estado mexicano por motivos de opinión incontestable, decidió defender su obra con aquello que la sostiene: con su propia vida.
Eso y más que eso documenta su libro “La estampida de los hipócritas (carta pública al presidente Fox), Muerte bastarda en Barcelona y otros textículos�, recientemente publicado en México por Ediciones Le Prosa y Ediciones y Distribuciones Culturales, presentado en julio en el Club de Periodistas de esta ciudad de México y a punto de presentarse en El Horiginal de Barcelona el próximo jueves 28. En la presentación mexicana acompañaron al poeta los escritores Mario Raúl Guzmán, Max Rojas y Gonzalo Martré, mientras el pintor Orlando Díaz realizaba un cuadro efímero con el tema de la estampida hipócrita. En la presentación en Cataluña estarán con el autor presentes Dolors Miquel (flamante y llameante ganadora del premio Gabriel Ferrater de poesía) y Enric Casasses (autor entre otros títulos de “Canarios fosforescentes� y consultor en catalán y epiloguista de “Doce poetas catalanes del siglo XX�, libro este último que “La estampida� defiende de manera inobjetable). El pintor mexicanocatalán Rilke Guillén Roca será en Barcelona el encargado de realizar con el mismo tema que Díaz un cuadro efímero necesariamente original y distinto.
Es a partir de la publicación de textos cargados de agudeza e ironía -en donde pone por los suelos a la cúpula cultural mexicana desvelando su falsedad y su putrefacción- que Guillén es gradualmente segregado y finalmente vetado en los medios de comunicación, y privado de su derecho al trabajo y a la vida, a tal grado que sus libros de teatro y poesía le son retenidos por las instituciones públicas encargadas de publicarlos (en forma obligada, tanto por su valor intrínseco como por estatuto y por contrato).
Orlando ha resistido en condiciones oprobiosas. Así realiza diversos actos de protesta, se encadena públicamente y da lecturas de poesía a cielo abierto, escribe una carta pública al presidente en defensa de sus derechos fundamentales y la distribuye en ediciones de mano.
En tanto, los medios y el presidente callan.
A la luz de las velas y en muchas ocasiones forzado a escribir a mano, Orlando completa entre 1999 y 2004 un trabajo de vida: “Doce poetas catalanes del siglo XX�, una antología de libros enteros de los poetas catalanes más representativos del siglo pasado (Carner, Guerau de Liost, Riba, Vinyoli, Ferrater, Estellés, Maria-Antònia Salvà entre otros) traduciéndolos al castellano; sin embargo persiste el bloqueo, y pese a la relevancia internacional y al apoyo de las instituciones catalanas de y a la obra, esta es burdamente descalificada en un principio, luego pretendidamente mutilada, y finalmente retenida indefinidamente por el Fondo de Cultura Económica, por lo que presenta querella penal contra esta editorial de Estado.
Hay que decir que la Poesía sabe retribuir a quien le sirve y es la prensa catalana quien dimensiona y valora a cabalidad el trabajo de Orlando (¿quién mejor si no los poetas catalanes para calificar la traducción de su propia lírica?). Pero la necedad y el miedo escénico de los hipócritas les lleva a omitirlo de la Feria del libro de Guadalajara en su edición de 2004 dedicada precisamente a la cultura catalana y en la que, irremediablemente, Guillén hubiera tenido un papel protagónico. Y lo tuvo, pero exhibiéndolos en lo que nada valen, y con riesgo manifiesto de su vida.
Orlando Guillén sostuvo casi a punto de cumplir 60 años y en precarias condiciones de salud un ayuno de conciencia por ocho días y medio a las mismísimas puertas de la Feria. Allí recibió la solidaridad de los escritores universitarios y de la de más de uno de los ponentes, gestos indicativos del lado en que se asentaba la razón. Fugazmente se consignó el hecho en algún noticiero televisivo y mezquinamente en algunos periódicos, pero su repercusión nacional e internacional todavía no cesa.
Con la presentación de este caso de persecución de Estado a un escritor ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y con la publicación de “La Estampida de los Hipócritas (carta pública al presidente Fox), Muerte bastarda en Barcelona y otros textículos� el autor da por concluida (es decir: dejándola en manos de la justicia internacional) la defensa de su obra en México y se autoexilia en Barcelona, donde realiza actualmente otro tipo de acciones por la publicación de “Doce poetas catalanes del siglo XX� y prepara una lectura maratónica de este libro monumental y panorámico de la poesía de su título.
En la primera parte de “La estampida� se reúnen los documentos que dan cuenta de esta historia infame y de todas las instancias a las que Orlando Guillén llamó sin obtener respuesta a tomar cartas en el asunto, y hablan por sí mismos. Leerlos es atender a la razón que le asiste. Por sus textículos lo conocereis.
La segunda parte es un muestrario no exhaustivo y ni siquiera riguroso pero sí contundente del trabajo periodístico, de crítica teatral y literaria, de opinión libre y de traducción que el maestro ha llevado a cabo a lo largo de un gran tramo de su vida.
La importancia del libro radica no sólo en la denuncia que hace un escritor del atropello a sus derechos fundamentales y de la impunidad con la que actúa la gente del poder en un país que se ostenta democrático y es fraudulento y defensor de la libertad de expresión y es censor operante; también es relevante por ser testimonial de lo que puede la valentía civil y solitaria cuando la asiste la razón y el derecho. Poeta, Orlando Guillén es y ha sido un hombre decidido a defender a toda costa su obra, su verdad y a final de cuentas su vida.
A quien llevado por los fantasmas de la propaganda de los detractores del poeta pretenda hallar en “La estampida� el insulto fácil o el chismorreo político, desde aquí le advertimos que al autor no le interesan ni el chantaje ni la fama escandalosa. “La estampida de los hipócritas� es un libro que apela a la inteligencia, a la conciencia y a la sensibilidad del lector, a su buen humor y a su memoria civil y humana.
Porque, finalmente, Orlando Guillén es un Poeta.
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http://floresdeuxmal@yahoo.com.mx

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