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Los encomenderos y antiguos tratantes, contra la nueva política en América Latina
08 mai 2006
Desde las páginas de La Vanguardia, la vieja guardia capitalista, alarmada por el nuevo mapa político, intenta defender su ancestral posición en América Latina, basada en Gobiernos fácilmente maleables por el capital exterior.
El nuevo nacionalismo económico latinoamericano que promueve Chávez preocupa a la tradición capitalista europea, acostumbrada a disfrutar de toda clase de "facilidades" en el Continente Sur.

Desde La Vanguardia, sus articulistas intentan diariamente poner su granito de arena contra las nuevas políticas latinoamericanas:

LA CRISIS DE UN PROYECTO
América Latina se rompe en disputas
Intereses e ideologías enfrentadas bloquean la deseada integración continental
La actitud de Chávez y el comercio con EE.UU. son los mayores escollos
El último órdago lo ha lanzado Bolivia al nacionalizar sus hidrocarburos

En la historia reciente de América Latina, no había habido nunca una situación tan de enfrentamiento entre sus miembros como la actual. La esperada integración continental ha mutado en un cruce de acusaciones y tensiones que se harán manifiestas esta semana cuando los países latinoamericanos se reúnan con la UE.

EL ESPEJO ROTO DE LA UE
La reciente Comunidad Sudamericana de Naciones no tira adelante

UN ROMPECABEZAS
Prácticamente no hay un país en la región que se lleve bien con sus vecinos

JOAQUIM IBARZ - 08/05/2006
Enviado especial LA PAZ

América Latina nunca había estado tan dividida. Prácticamente no hay un país que se lleve bien con sus vecinos. La tan cacareada integración continental se ha convertido en un rifirrafe que, como en una familia mal avenida, se enfrenta a toda clase de acusaciones. En la reunión que celebrarán a finales de esta semana en Viena con la Unión Europea, los países de América Latina mostrarán tensiones que no sólo obedecen a diferencias ideológicas, como las que pueden enfrentar a Venezuela con México, Perú y Colombia.

La tensa relación entre dos países cercanos, Uruguay y Argentina, gobernados por presidentes de centroizquierda, demuestra que el problema es más complejo, refleja la existencia de intereses nacionales contradictorios y la ausencia de un serio proyecto de integración. Bolivia y Chile no mantienen relaciones diplomáticas por la exigencia de los gobiernos de La Paz de tener una salida soberana al océano Pacífico.

Sólo 16 meses después del nacimiento de la Comunidad Sudamericana de Naciones, que tenía a la UE como meta que alcanzar, la región está muy enfrentada. La decisión de Perú de presentar en la Organización de Estados Americanos (OEA) una queja contra Venezuela por su intromisión en las elecciones presidenciales muestra fisuras que estremecen alianzas y vecindades. En la mayoría de los casos, Hugo Chávez es el promotor de las divisiones.

El conflicto entre Caracas y Lima se desató tras las acusaciones de que Chávez financia al nacionalista Ollanta Humala, que ganó la primera vuelta con el 30,6% de los votos. La crisis se trasladó a la OEA, donde Perú denunció la "inaceptable injerencia" de Chávez en los asuntos internos del país, en un intercambio de acusaciones en la sesión ordinaria de su Consejo Permanente. El embajador peruano quiso presentar un vídeo sobre las insultantes declaraciones del presidente venezolano. La demanda fue rechazada porque Chávez, gracias al regalo de petróleo, se ha ganado el voto incondicional de los países caribeños.

El desencuentro de Venezuela con Perú se suma a los ocurridos con la República Dominicana, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, El Salvador y, especialmente, Chile, por la imprudente declaración de Chávez de solicitar el mar para Bolivia. El incidente más grave se vive con Perú, porque hasta ahora ningún jefe de Estado había amenazado con romper relaciones diplomáticas si algún candidato (refiriéndose a Alan García) gana las elecciones.

Chávez sorprende con donaciones y acuerdos de cooperación con comunidades y países, improvisando apoyos millonarios a candidatos populistas. También el presidente de Nicaragua, Roberto Bolaños, se queja de la financiación por Chávez de la campaña del sandinista Daniel Ortega. Frente a lo pactado en el Caribe insular, donde Venezuela da petróleo en condiciones ventajosas a sus gobiernos, en El Salvador y Nicaragua es para asociaciones de izquierda.

En México, Chávez es pieza de confrontación electoral. El candidato del gobernante PAN, Felipe Calderón, acusa a su competidor populista, Andrés Manuel López Obrador, de querer seguir los pasos de Chávez, por lo que denuncia en su propaganda que es un peligro para México. "Acusan a López Obrador de recibir dinero de Venezuela. Corre la fama de que Chávez financia con mano generosa a todos los candidatos del continente que se ponen la camiseta de la izquierda", señaló el escritor Sergio Ramírez, ex vicepresidente de Nicaragua.

En ese marco, se produjo la fisura en la Comunidad Andina de Naciones (CAN), formada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, después de que Bogotá y Lima firmaran tratados de libre comercio con Washington. Chávez anunció "la muerte" de la CAN, con el argumento de que los tratados con Estados Unidos vulneran el bloque. Venezuela se retiró de la CAN y sus relaciones con México y Perú están congeladas. Más al sur, Uruguay y Argentina atraviesan el peor conflicto de su historia reciente por la instalación de plantas papeleras en un río fronterizo. Los dos países han apelado al Tribunal de La Haya, lo que aumenta las tensiones.

Otra trifulca surgió al decir el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, a sus socios Lula da Silva y Néstor Kirchner y al propio Chávez -todos de izquierda, como él- que el Mercosur ya no sirve, por lo que se retirará de la alianza si se le impide negociar un tratado comercial con EE.UU. La última pelea surje de la decisión del presidente Evo Morales de nacionalizar los hidrocarburos, por lo que envió al ejército a los lugares de extracción. Lula se molestó con la medida porque Petrobrás, la compañía de Brasil, controla el 49% de los yacimientos, al igual que el argentino Kirchner, cuyo país recibe buena parte del gas boliviano.

La aparente buena relación que existía entre los gobiernos de izquierda de América Latina, que son mayoría, se transformó en un cruce de acusaciones que evidencia que la unidad era sólo un espejismo y que los dos bloques son irreconciliables. Tras las broncas de las últimas semanas, queda claro que por lo menos hay dos izquierdas en la región. "Una es moderna, de mente abierta, reformista e internacionalista y florece de la izquierda dura del pasado", escribe el ex canciller mexicano Jorge Castañeda en la revista Foreign Affairs.La otra, surgida de líderes como el argentino Perón, el brasileño Vargas o el peruano Haya de la Torre, "nació de la vieja tradición del populismo latinoamericano, nacionalista, estridente y cerrado de miras".

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Comentaris

Re: Los encomenderos y antiguos tratantes, contra la nueva política en América Latina
08 mai 2006
No hay nada menos "vanguardista" que ese diario caduco y neoliberal...
Sindicato Sindicat