Cuando en el día de hoy son miles las querellas y demandas que llegan a los juzgados denunciando errores, negligencias, imprudencias o auténticos actos criminales médicos, hechos que violan a todas luces el derecho a la dignidad y a la vida humana, éstos no solamente no reciben el reproche social y mediático que se merecen, sino que reciben el apoyo más descarado, partidista y feroz por parte del sistema judicial así como la indiferencia de una buena parte de la clase política. Indiferencia que, ya sea por ignorancia, por intereses económicos o partidistas o, simplemente por desinterés, hace oídos sordos a las llamadas desesperadas y justas de estas otras víctimas que, directa o indirectamente agredidas se las somete, de forma continuada, a padecer grandes injusticias sociales y judiciales además de provocarles grandes sufrimientos añadidos y de sumirlas en la indefensión más absoluta. |