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Anàlisi :: amèrica llatina |
La conciencia polÃtica y el estado chileno
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per Profesor J Correu-e: profesor_j@yahoo.com (no verificat!) |
14 gen 2006
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Dos contendientes en la gesta electoral de hoy en Chile: los que aspiran a cohesionar a la población y por el otro lado el resto, los pueblos oprimidos, esto es, los votos válidos y la abstención, la no inscripción y los votos blancos o nulos |
En la época de expansión del partidismo y el estatismo en los territorios controlados por el estado chileno, se hablaba a nivel mundial de la elevada conciencia polÃtica del pueblo chileno. Sectores importantes de la población se filiaban a los partidos obreros, reformistas o revolucionarios: comunista, socialista y MIR, los sindicatos eran fuertes y la mayorÃa estaban dirigidos por esos tres partidos y otros que hoy han desaparecido.
Hoy eso no se observa por ninguna parte en el terreno electoral. La mayorÃa de la población no se inscribe, no vota o emite un voto blanco o nulo. La llamada izquierda obtiene un 5% y luego se agarran de los pelos y a patadas unos con los otros, que unos apoyan una de las representaciones de la burguesÃa, que otros convocan a anular. Los tres destacamentos más importantes de la vieja izquierda están vinculados a las tres áreas donde se desarrolla lo popular: los socialistas en la manipulación para subordinación al neoliberalismo, los comunistas en la vieja historia de acceder al gobierno para establecer el capitalismo de estado y los miristas, unos pocos de furgón de cola del PC, otros menos ligados al PS y la mayorÃa vinculándose a los movimientos sociales para desarrollar la autonomÃa y el poder popular.
Pero la conciencia polÃtica, que antes se medÃa por la cercanÃa a los partidos polÃticos, hoy ha tomado otros rumbos. Parece razonable que ante la porquerÃa de izquierda con que se cuenta y con las pésimas experiencias históricas vividas, la gente vuelva las espaldas a los partidos tradicionales y se dedique a asuntos más importantes que estar definiendo quien va a administrar el capital y la desigualdad. La conciencia polÃtica no se puede medir hoy por el viejo juego de “seguir al lÃderâ€?, sino justamente por lo contrario: la capacidad de autonomÃa con respecto a los cantos de sirena, la capacidad de desembarazarse de la tela de araña sistémica que nos hace transferir nuestra libertad y nuestro protagonismo a ciertos representantes.
Convocados los llamados “chilenosâ€?, personas dominadas por el estado que ha asumido el nombre de “Chileâ€?, a decidir hoy dÃa quienes serán los que van a pasar la vaselina por el poste que será introducido en los espacios de la inocencia, muchos de nosotros no damos mayor asunto a ese momento triste y manipulador de la farsa democrática establecida por la convención. Unos, como el que escribe estas notas, que no estamos inscritos en los registros electorales y otros que se dan el gusto de ir a la fila e instalar un mojón en la urna (cuando decimos mojón, nos referimos a un hito, no al carácter escatológico-finalÃstico de la gesta eleccionaria, cagón, como dirÃan algunos prosaicos).
Seguimos siendo la mayorÃa, pese a quien pese y hagan los análisis que hagan los apitutados del poder. La no inscripción, la abstención y los votos blanco y nulo, somos los que definimos los rumbos de cada uno de los territorios dominados –por hoy- por el estado chileno.
Viva Chile! Dicen los alienados.
Abajo el estado chileno y todos los estados, decimos la mayorÃa.
Eso es conciencia polÃtica.
Abrazos
Profesor J
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