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Gilad Atzmon parla de sionisme
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per Jo, l'absolut |
22 des 2005
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En llegir la entrevista m'ha vingut a la ment una notícia publicada recentment al país manipulant unes declaracions del president Irani (Ja sabeu, quan es parla d'Iran es fa anar qualificatius d'extremista, i de fabricant d'armes nuclears, quan es parla d'Israel o EEUU desapareixen els qualificatius anteriors. ¿Qui mata més gent en aquest món? ¿Qui te més armes nuclears?). El president Iraní parlava de l'Holacust con a mite, Gilad Atzmon ho torna a fer i explica per què. |
Tres en uno: jazzman, escritor y activista (una conversación con Gilad Atzmon)
La belleza como arma polÃtica
Manuel Talens
Memoria
La autopista española AP7 en sentido norte suele ser fluida y fácil de transitar, pero el pasado 27 de agosto puso a prueba mi paciencia, porque tenÃa una cita en los Pirineos franceses con Gilad Atzmon y la avalancha de veraneantes europeos que regresaban a sus paÃses multiplicó el tráfico de tal manera que en vez de llegar a las dos de la tarde le estreché la mano tras la puesta del sol. Por suerte, me habÃa esperado.
Nacido en Israel, Gilad Atzmon se educó en el judaÃsmo laico. Hizo el servicio militar obligatorio durante la guerra del LÃbano (1982), una experiencia que lo volvió muy escéptico sobre el sionismo y sobre la polÃtica israelÃ. Diez años después abandonó su paÃs natal sin billete de regreso. En el Reino Unido estudió FilosofÃa, pero después de graduarse escogió la música en vez de una carrera académica. Vive en Londres y se considera un exiliado.
Hasta el momento de nuestro encuentro nos conocÃamos únicamente a través de breves mensajes de correo electrónico, desde el dÃa en que empecé a traducir al español algunos de los artÃculos que publica sin cesar en su sitio web (www.gilad.co.uk) contra los Aparatos Institucionales del Estado de Israel. Siempre me ha impresionado por la forma intelectualmente estructurada con que suele criticar lo que considera polÃtica racista del sionismo y ha puesto su arte al servicio de una causa: la liberación del pueblo palestino. Si he mencionado el arte es porque Atzmon es, por encima de cualquier otra cosa, un artista que utiliza sus muchos instrumentos (el saxofón, el clarinete, la flauta… y el ordenador portátil) para interpretar música, escribir libros y artÃculos activistas. Su anterior disco, EXILE, recibió en 2003 el Premio de la BBC al “Mejor Ã?lbum de Jazz del Añoâ€? y ahora acaba de sacar uno nuevo, musiK, ambos grabados con su propio grupo, una banda multiétnica denominada The Orient House Ensemble. También ha publicado dos novelas, traducidas a diecisiete lenguas (A Guide to the Perplexed [en castellano, GuÃa de perplejos, Editorial Planeta, 2003] y My One and Only Love). Lo que sigue es una parte de la larga conversación que mantuvimos hasta separarnos al amanecer, cuando él siguió camino de Roma y yo regresé en dirección al sur. Signo de los tiempos, nuestra charla continuó más tarde a través del chat.
MANUEL TALENS Y GILAD ATZMON (FOTOGRAFÃ?A: MPH)
Manuel Talens: ¿Quién es usted, señor Atzmon?
Gilad Atzmon: Buena pregunta, probablemente soy el último en saberlo. Asumo que soy un músico de jazz convencido de que debo reinventarme. Para ello he de hacerme preguntas sobre mà mismo. Una buena pregunta para empezar es quién puedo ser. La mayor parte de mis escritos y de mi crÃtica del sionismo y de la economÃa global se alimentan de mi tendencia a entender quién soy y a ponerme en tela de juicio.
MT: Juguemos al psicoanalista y al psicoanalizado: deduzco que si tiene que reinventarse es porque no se siente feliz con lo que es. DÃgame, por favor, si le causa algún problema ser judÃo.
GA: Siempre digo que las entrevistas me ahorran el dinero que podrÃa gastar en psiquiatras. Creo que la necesidad de reinventarse no es necesariamente una fuga. Es más bien la búsqueda de una esencia auténtica. De hecho, el proceso de reinvención adquiere su poder de un claro asalto contra el ego. Uno empieza a funcionar cuando deja de pensar. En lenguaje lacaniano podrÃamos decir que “uno es donde no piensaâ€?. Puede que parezca curioso, pero hoy sé que fue mi amor por el jazz lo que me volvió cada vez más crÃtico de la identidad judÃa y del sionismo. A los dieciocho años, cuando lo lógico hubiera sido convertirme en un soldado supremacista judÃo, me enamoré de Coltrane y de Bird. Entonces comprendà que la cultura que me inspira (afroamericana) no tenÃa nada que ver con la cultura por la que estaba destinado a luchar.
MT: Pero eso no responde a mi pregunta, al menos no para el objetivo que tengo en cartera. Déjeme recordarle que esta conversación se dirigirá en principio a un público de lectores gentiles -es decir, no judÃos- de habla hispana no necesariamente informados sobre la idiosincrasia del pueblo judÃo. Necesito saber si se siente confortable bajo su piel como judÃo -considerando el hecho de que nadie escoge sus orÃgenes-, y he de saberlo porque algunas de mis preguntas se ocuparán de cuestiones tan delicadas como el antisemitismo y el odio que algunos judÃos supuestamente se profesan a sà mismos. Se lo repito: ¿Le causa algún problema ser judÃo?
GA: De ninguna manera, porque no me considero judÃo. Dicho lo cual, simpatizo con los judÃos creyentes y con cualquier grupo espiritual o fe religiosa, pero mucho menos con la identidad laica judÃa. Sostengo que una vez que se despoja a la judeidad de su contenido espiritual, lo que queda es mero racismo. Ya lo ve, no soy ni judÃo religioso ni laico, por eso no puedo considerarme judÃo.
MT: Vaya, no esperaba una declaración tan directa. Para serle sincero, si aceptamos el concepto semiótico de que la lengua es el mundo interior en que vivimos, un mundo que no es nunca neutro y que estructura nuestro modo de pensar, después de haberlo visto y escuchado hablar hebreo con su mujer y sus hijos me figuraba que usted se sentirÃa cómodo -aunque crÃtico, desde luego- dentro del ambiente lingüÃstico en el que creció. No olvidemos que el hebreo no es una lingua franca más o menos desnacionalizada como el inglés o el español, sino la lengua resucitada de los judÃos israelÃes. De manera que si lo educaron como judÃo laico, pero niega serlo ahora ¿qué es usted, un hombre aculturado?
GA: De hecho, me considero un palestino de lengua hebrea. Mi lengua es el hebreo y mi patria es Palestina. A diferencia de Israel, que es un aparato polÃtico racista y nacionalista, Palestina es un trozo de geografÃa. Palestina es auténtico y genuino e Israel es artificial e impuesto. Sabe, cuando siento nostalgia voy a un restaurante libanés en vez de a uno israelà que sirva falafel. Sin embargo, no tengo inconveniente en confesar que he tratado de asimilarme a más de un grupo nacional o social y déjeme decirle que no me preocupa en absoluto. Mi inglés es malo y mi acento descubre mi origen a los pocos segundos. He aprendido a aceptarlo. Nacà y crecà en un lugar determinado y no puedo hacer nada por evitar que asà sea. Pero creo realmente que la compasión y la empatÃa son cualidades humanistas universales. Para mÃ, liberarme de lo judÃo es convertirme en un ser capaz de sentir empatÃa. Ése es mi objetivo y disfruto del itinerario.
MT: DÃgame por qué arguye que la judeidad laica es una forma de racismo. Hay tantos millones de personas honradas de origen judÃo que no son religiosas en absoluto y que, sin embargo, se sienten y se consideran judÃas que una afirmación como ésa me sorprende. ¿Puede explicarla? Y al mismo tiempo no olvide aclarar con palabras sencillas qué es el sionismo: tenga presente que está usted dialogando con gentiles occidentales, cuyos genes culturales -los denominados memes- son cristianos y que a menudo se sienten perdidos ante nociones como el sionismo, el semitismo o sus antónimos antisionismo y antisemitismo.
GA: Vale, lo aclararé. No es el origen judÃo lo que hace que uno sea racista; lo que puede hacerlo es más bien la aceptación de una identidad judÃa laica. Como dije antes, una vez que le sustraemos el contenido religioso a lo judÃo sólo nos queda el concepto de sangre judÃa. De hecho, el sionismo es una percepción nacionalista que equipara lo judÃo con la raza en vez de con una fe religiosa. Como tal, el sionismo es la creencia de que Sión (Palestina) es la patria nacional del pueblo judÃo. Esa extraña creencia se basa en una promesa bÃblica. En otras palabras, los sionistas transforman el texto espiritual (la Biblia) en un acto notarial. Pero entonces hay que preguntarse quién es el pueblo judÃo. Desde una perspectiva sionista, los judÃos son de raza judÃa. De hecho, el sionismo antecede al nazismo. Los primeros sionistas hablaban de sangre judÃa y de eugenesia racial cuando Hitler estaba aún en pañales. El problema es que mientras que el sionismo se inició como un movimiento polÃtico esotérico marginal y fue sumamente criticado por la mayor parte de la escuela de pensamientos ideológico y religioso judÃos, ahora es la voz oficial del pueblo judÃo. Tiendo a argumentar que muchos judÃos, y esto incluye incluso a los supuestos “judÃos antisionistasâ€?, de hecho no son otra cosa que criptosionistas.
En uno de mis últimos textos (www.gilad.co.uk/html%20files/3rd.html) afirmo que quienes se denominan judÃos pueden dividirse en tres categorÃas principales: 1. Los que practican el judaÃsmo; 2. Los que se consideran como seres humanos de origen judÃo y 3. Los que sitúan su judeidad por delante de todas sus otras caracterÃsticas. Obviamente, no tengo ninguna dificultad con las dos primeras categorÃas, pero la tercera es bastante problemática. La tercera incluye, por ejemplo, a un judÃo que vive en Estados Unidos (en vez de a un estadounidense de origen judÃo), a un judÃo que toca el saxofón (en vez de a un saxofonista de padres judÃos), a un judÃo antisionista (en vez de un antisionista de ascendencia judÃa). Para el judÃo de la tercera categorÃa, la pertenencia racial es una cualidad primaria y ésa es, de hecho, la propia esencia del sionismo. Por eso, nacer judÃo es algo inocente, pero ser judÃo no lo es necesariamente. Todo depende de la categorÃa en la que uno se incluya. A menos de pertenecer a las dos primeras categorÃas, no se es necesariamente inocente.
MT: Perdone mi obstinación, pero quiero que sea usted sumamente preciso. Para mÃ, ese “no se es necesariamente inocenteâ€? que acaba de mencionar sugiere que es posible pertenecer a la tercera categorÃa sin ser un racista. ¿Es eso lo que ha querido decir?
GA: Sólo porque estoy tratando de ser cortés.
MT: Insisto: ¿Está dispuesto a aceptar que esos judÃos antisionistas que, según usted, son criptosionistas, es decir, sionistas ocultos, pueden ser seres humanos maravillosos, en absoluto racistas?
GA: Verá usted, todos somos “racialmente conscientesâ€?, pero ser racista es algo muy distinto. Seré muy claro en este punto. Ser un judÃo laico y considerar que la propia judeidad constituye una cualidad primaria es una clara manifestación de una tendencia racista. Muchos de los judÃos antisionistas simplemente no son conscientes de los problemas que conlleva su orientación racial. Ésa es la razón por la que he intentado dialogar con ellos y hacerles comprender el error de su concepto racial. Les pido que olviden su orientación antisionista exclusivamente racial y se unan a un movimiento universal. De más está decir que muchos judÃos lo comprenden por sà mismos. Mi argumento es que si el sionismo es algo categóricamente erróneo, la pertenencia racial o étnica de alguien es irrelevante.
MT: Si lo he entendido bien, sus flechas retóricas sólo van dirigidas contra algunos individuos judÃos (más expresamente, contra algunos individuos judÃos que pertenecen a la tercera categorÃa), no contra el pueblo judÃo como grupo.
GA: La respuesta es sÃ, yo no procedo a una crÃtica de grupo, porque los judÃos no son ni un grupo ni un “puebloâ€?. Y, sin embargo, es muy importante mencionar que la tercera categorÃa no está solamente constituida por un puñado de individuos esporádicos. En términos prácticos, la tercera categorÃa forma una identidad muy sólida con un claro objetivo global. Asimismo afirmo que dentro de la tercera categorÃa es posible encontrar polaridades polÃticas e incluso oposiciones metafÃsicas. Hay en ella colonos sionistas radicales de Brooklyn asà como marxistas revolucionarios judÃos de Londres. No podemos criticar a los judÃos como grupo porque no forman un pueblo, una continuidad racial ni tampoco una entidad étnica o cultural. Las diferencias culturales entre los judÃos sefarditas y asquenazÃes son manifiestas, pero la cosa llega aún más lejos. Los antropólogos nos dirán que los judÃos no son una raza: de hecho, los estudios genéticos han demostrado recientemente que mientras que los judÃos sefarditas y los palestinos comparten un origen canaanita común, los asquenazÃes o al menos la gran mayorÃa de ellos no tienen nada que ver con Canaán…
MT: Perdone, pero algunos lectores podrÃan perderse si no vuelve a los conceptos básicos y les explica la diferencia entre judÃos sefarditas y judÃos asquenazÃes.
GA: Desde el punto de vista tradicional, los judÃos sefarditas (Sefarad significa España en hebreo) son de origen oriental (Oriente Próximo, Balcanes, Arabia, etc.) Los judÃos asquenazÃes son en gran parte de origen europeo. Pero de nuevo la cosa se complica ligeramente, porque muchos de nosotros sabemos que los asquenazÃes son de hecho kazarios. Sus antepasados se convirtieron al judaÃsmo en torno al siglo IX. Dicha realidad es bastante embarazosa para los sionistas, porque si esto es asÃ, entonces para la mayor parte de los judÃos asquenazÃes su “patriaâ€? original es la tierra del antiguo reino de Kazar (situado en algún lugar entre el Mar Caspio y el Mar Negro). No tienen nada que ver con Palestina. De hecho, es una cuestión muy interesante. Yo tiendo a creer que todos los asquenazÃes son kazarios . Hace tiempo Marcel Charbonnier me envió un ensayo académico que habÃa traducido sobre el origen del yÃddish, la lengua de los judÃos centroeuropeos . Según aquel ensayo, la estructura gramatical del yÃddish es similar a la del kazario . Pero la verdad es que no quiero insistir en eso, porque estoy lejos de ser a un experto.
MT: Sólo por curiosidad, es usted de origen asquenaz�
GA: Mi padre es sin duda un judÃo asquenazÃ, asà que probablemente soy de origen kazario.
MT: Bueno, continúe, por favor.
GA: Pero a pesar de que los judÃos no constituyen una raza, los de la tercera categorÃa están racialmente motivados. Yo estoy en contra de la motivación racial. Usted, que conoce bien mis escritos, sabe que soy el último en juzgar a la gente por su pertenencia racial, de hecho estoy totalmente contra dicha orientación. No hay ni una sola referencia racial en ninguno de mis escritos crÃticos. En la práctica, mi crÃtica de los judÃos y de la judeidad se centra de la identidad de la tercera categorÃa. Como puede comprender, la mayorÃa del pueblo judÃo coquetea con la filosofÃa de la tercera categorÃa. Los sionistas obviamente se encuentran en el mismo centro de la percepción supremacista y los “judÃos antisionistasâ€? sólo un poco más abajo.
MT: Me alegro de que haya clarificado esto, porque desde mi perpleja perspectiva de gentil no acabo de entender que a usted, Gilad Atzmon -un ser humano de origen judÃo según sus propias palabras, que confiesa su simpatÃa por los judÃos religiosos y que aborrece el racismo- lo acusen agriamente los sionistas y algunos defensores a ultranza de Israel de ser un racista, un antisemita y un judÃo que se odia a sà mismo. ¿Qué sentido tiene eso? ¿No será que estamos ante una guerra de propaganda que usa la palabra racista deliberadamente amputada de su significado semántico original?
GA: Por supuesto, es algo deliberado que llevan a cabo con suma inteligencia. La identidad contemporánea judÃa se compone de tres elementos principales: religioso, nacionalista y racista. Los sionistas están interesados en que los tres elementos se mantengan lo más confundidos entre sà que sea posible, lo cual es un fraude intelectual. Si uno ataca su polÃtica nacionalista ellos lo acusan de ser un racista, si ataca sus tendencias racistas dicen que todo se debe a su inocente religión. Mi modelo de la tercera categorÃa establece una plataforma para atacar el sionismo y la judeidad como visión tribal del mundo, exclusiva y supremacista.
MT: Le haré ahora dos preguntas escuetas para cerrar este tema y situar definitivamente su posición. Por favor, conteste solamente sà o no. ¿Es usted un antisemita?
GA: No, desde luego que no. Mi tesis es que una vez que Israel se estableció explÃcitamente como el estado del pueblo judÃo a costa de los palestinos nativos, cualquier acción de guerra realizada contra los judÃos puede entenderse en términos de “lucha polÃticaâ€?. Esto no quiere decir que dicho acto sea legÃtimo.
MT: ¿Es usted un antisionista?
GA: SÃ, claro. Pero tiendo a ampliar la definición de sionismo. Para mÃ, cada judÃo de la tercera categorÃa es un sionista o un criptosionista. Mi opción representa un serio desafÃo a la identidad judÃa. He leÃdo muchas cosas escritas sobre mÃ, pero nunca me he encontrado con un argumento contrario que se tenga en pie. Empiezo a preguntarme si no será que no existen tales argumentos. Y si no los hay, que es lo más probable, no tendré mucho más que decir sobre el asunto. Puede que entonces me dedique a escribir sobre flores y pajaritos.
MT: Mientras investigaba sobre usted para esta entrevista me topé por casualidad con un increÃble sitio web sionista que incluye lo que ellos denominan una lista de la mierda (shit list, acrónimo formado por las palabras inglesas “lista de auto-odio o amenaza contra Israelâ€?, http://masada2000.org/list-A.html), que de hecho no es más que una lista negra pública de “enemigosâ€?. Por supuesto, usted está incluido en ella con una larga diatriba. Muchas de las opiniones que se expresan allà son bastante ofensivas y probablemente punibles ante la ley, pero dejando de lado las implicaciones morales de estos inventarios malévolos o el peligro fÃsico que imponen sobre las vidas de tantas personas, lo que quiero resaltar aquà es que se halla usted en compañÃa de varias personas a quienes los gentiles les profesamos un alto grado de respeto: Woody Allen, Noam Chomsky, Nadine Gordimer, Harold Pinter, Naomi Klein o incluso el extraordinario poeta y humanista Natan Zach. ¿Tiene algo que comentar sobre esto?
GA: Me siento muy feliz y honrado de estar en una lista como ésa. Además, pienso que la lista de la mierda es un maravilloso escaparate de las tácticas que utiliza la tercera categorÃa de judÃos contemporáneos. Pero lo absurdo es que algunos activistas judÃos de la izquierda que están incluidos en ella se dediquen a publicar listas similares de sus adversarios. Mi consejo es que se olviden de la filosofÃa kosher y se unan al movimiento de solidaridad palestina local y global. |
Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=24333 |
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Comentaris
Re: Gilad Atzmon parla de sionisme
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per Jo, l'absolut |
22 des 2005
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MT: Me permito explicar para los lectores la palabra hebrea kosher. De hecho, kosher hace alusión a las leyes dietéticas judÃas y determina lo bueno y lo malo, lo que está dentro y lo que está fuera. Originalmente significa genuino, connota todo lo que se refiere a los requisitos de la ley judÃa para la preparación de los alimentos, pero también se utiliza como sinónimo de lo judÃo. Sigamos:
Louis Althusser acuñó el concepto de “Aparatos Institucionales del Estadoâ€?, según el cual cualquier estado, a diferencia de los pueblos en general, siempre impone y perpetúa intereses particulares de clase mediante instrumentos represivos expresamente creados a tal efecto, como son la policÃa, las leyes, el derecho de recurrir a la violencia o incluso matar, etc. DÃgame en primer lugar si está usted de acuerdo con esta noción marxista y, si es asÃ, aplÃquela al Estado de Israel y haga algún comentario sobre dónde cree que se sitúa el centro de la polÃtica sionista.
GA: De nuevo, las cosas son ligeramente más complicadas cuando se trata de Israel y la judeidad. Estoy de acuerdo con Althusser. En la práctica, Israel es un instrumento polÃtico que está ahà para servir y apoyar la hegemonÃa de la elite asquenazÃ. Esto puede cambiar en un futuro próximo. Una vez que los judÃos sefarditas comprendan que la filosofÃa expansionista asquenazà rompió sus lazos históricos con sus vecinos árabes, Israel podrá convertirse en Palestina.
Veamos ahora la otra parte de su pregunta. Ignoro dónde se encuentra el centro de la polÃtica sionista. ¿Está en el gabinete de Sharon? ¿Está en Wall Street? ¿Es todo el entramado neoconservador otra práctica pragmática sionista global? Pero creo que eso no es lo importante. Prefiero imaginar el sionismo como una “red de operacionesâ€? en la que cada miembro, y sólo él, es totalmente consciente de su función. Si esto es asÃ, entonces habrÃa que considerar que Israel y el sionismo son un aparato colonialista particular dentro de un movimiento global mucho mayor.
MT: Ahora que ha mencionado la globalización, dÃgame qué opina sobre los estrechos lazos, casi conyugales, del Estado de Israel con el programa imperial de Estados Unidos y no se olvide de analizar desde su propia perspectiva el papel que juega en tales lazos la izquierda institucional israelÃ.
GA: Al principio Israel debÃa servir los intereses globalizados estadounidenses e ingleses. Obviamente, esto ya no es asÃ. Estados Unidos ahora lucha (con poco éxito) contra los últimos bastiones de resistencia árabe (al colonialismo sionista). En cuanto al papel de la izquierda israelà dentro de este canallesco asunto global sugiero que seamos bastante cuidadosos. Tradicionalmente, la izquierda israelà se asoció con el Partido Demócrata estadounidense. En los años ochenta el Likud creó un lazo muy fuerte con los republicanos radicales de derecha. Esta asociación es ahora tan sólida que los soldados yanquis están dispuestos a morir por intereses estratégicos israelÃes (por ejemplo, la invasión de Irak). Pero si insiste usted en hablar de izquierda institucional israelà tendré que asegurarle que, de hecho, la izquierda israelà no es más que una entidad verbal. No hay nada debajo. La razón es muy sencilla. Si Israel es el Estado del pueblo judÃo, entonces cualquier pensamiento de izquierda dentro de un entorno polÃtico nacionalista de ese pelaje debe entenderse como “nacionalsocialismo judÃoâ€? (estoy seguro de que le suena a algo). Dicho lo cual, hay unos pocos izquierdistas en Palestina de origen judÃo. Todo el mundo sabe que nunca se definirÃan a sà mismos como israelÃes o sionistas de izquierda, sino más bien como “palestinos de lengua hebreaâ€?, “palestinos judÃosâ€? o algo por el estilo.
MT: A usted lo han acusado de muchas cosas en la red, pero quizás los dos cargos más serios son la negación del Holocausto y la incitación a la quema de sinagogas, ambas cosas punibles por la ley. ¿Tiene algo que replicar?
GA: Creo que usted mismo lo ha dicho. A pesar de que esas acusaciones son punibles por la ley, nunca he pasado por una comisarÃa... Obviamente, se trata de acusaciones hueras que están allà para servir una causa polÃtica especÃfica, principalmente dentro de la comunidad de la tercera categorÃa. En caso de que le interese, le daré una dirección de internet en la que hay una lista parcial de las mentiras que se han dicho sobre mÃ, seguida de mis respuestas: www.gilad.co.uk/html%20files/1001lies.html.
Pero está usted en su derecho de exigirme que sea más especÃfico. Mientras que la acusación de incitaciones a la quema de sinagogas es una mentira indignante, mi posición sobre el Holocausto es más complicada. Yo no niego el Holocausto o el judeocidio nazi. Únicamente insisto en que tanto el Holocausto como la Segunda Guerra Mundial deberÃan tratarse como un acontecimiento histórico más que como un mito religioso. La historia de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto está llena de discrepancias y contradicciones. Hay preguntas importantes que todavÃa están por contestar. ¿Por qué los estadounidenses no bombardearon Auschwitz? ¿Por qué esperaron hasta junio de 1944 antes de desembarcar en las playas de NormandÃa? ¿No fue sólo porque Stalin avanzaba en la Europa central? ¿Por qué los aliados bombardearon ciudades alemanas en vez de instalaciones logÃsticas y objetivos militares? ¿No serÃa porque no deseaban impedir que el ejército de Hitler se enfrentara a Stalin? ¿Por qué los estadounidenses lanzaron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? ¿No fue porque los rojos acababan de declarar la guerra contra Japón y hubieran podido interferir con la polÃtica que tenÃan prevista en el PacÃfico? Está claro que un escrutinio histórico de la Segunda Guerra Mundial revelarÃa el hecho de que desde la perspectiva angloestadounidense, Stalin era el auténtico enemigo en vez de Hitler. El discurso del Holocausto está ahà para ocultar esta interpretación bastante convincente.
La pregunta fundamental que hay que plantearse es por qué a nadie se le permite tratar ese capÃtulo histórico aplicando métodos académicos. La respuesta es muy sencilla. Hoy en dÃa la mayor parte de los judÃos, los estadounidenses y los ingleses consideran el Holocausto como la nueva religión occidental.
MT: ¿Quiere decir como un dogma, un principio considerado indiscutible?
GA: SÃ, pero el Holocausto es más que sólo un simple dogma religioso. Lo que convierte a cualquier religión en artÃculo de fe es la aceptación de un relato no realista. La fe es el resultado de una aceptación ciega de lo sobrenatural. La fuerza de la religión del Holocausto se debe a su carácter no realista. El discurso del Holocausto está estructurado como una pesadilla: es la metamorfosis de un hombre que se convierte en una máquina de matar. Dicho lo cual, si aceptamos que el Holocausto es la nueva religión liberal angloestadounidense también deberÃamos permitir que la gente no creyese en ella. Pero de algún modo somos mucho menos comprensivos con los que no creen en la religión del Holocausto. Esa falta de fe ha entrado incluso en el Código Penal de algunos paÃses, lo cual es un hecho que refuerza la profunda intención polÃtica de este dogma artificialmente sacralizado desde arriba: el hecho de no creer en el Holocausto es hoy un delito punible por la ley.
MT: Sabe, la criminalización de la ausencia de fe me resulta familiar. La Iglesia católica está llena de dogmas curiosos, como el de la SantÃsima Trinidad o el de la virginidad de MarÃa a pesar de su maternidad y hace unos pocos siglos a uno lo podÃan quemar en la hoguera por no creer en ellos.
GA: SÃ. Cuanto más fantástico es el relato más profunda es la fe. El valor de verdad del acontecimiento pierde su relevancia, ya que a nadie le importa en absoluto si MarÃa era virgen o si el episodio bÃblico de Moisés y el arbusto ardiente son hechos históricos reales. Creer es aceptar ciegamente. Y, sin embargo, la religión siempre tiene un propósito: la religión del Holocausto está ahà como núcleo del discurso democrático liberal. Su función es mantener el vÃnculo entre el colonialismo sionista y el expansionismo occidental. En otras palabras, la validez del Holocausto como acontecimiento histórico pierde su importancia. Aquà es exactamente donde yo interfiero. No soy historiador y no voy a discutir la cuestión histórica de si hubo 6 millones o 2,5 millones de vÃctimas judÃas. Para mà esa cuestión aritmética es poco pertinente, por no decir estúpida, porque el asesinato es siempre asesinato, tanto si se mata a una persona como a muchas. En cambio yo mantendrÃa que incluso si se hubieran asesinado “sóloâ€? unos miles de judÃos o gitanos debido a su origen étnico o a su sangre impura, el hecho es lo bastante trágico como para establecer un capÃtulo histórico traumático principal. La cuestión sigue en pie: ¿qué es lo que transforma un discurso histórico en una religión?
Se me ocurre una respuesta: los palestinos, por ejemplo, son las últimas vÃctimas de Hitler. El hecho de que estén viviendo en campamentos de refugiados desde hace casi seis décadas es el resultado directo del judeocidio nazi, porque el sionismo estableció el Estado de Israel en su territorio como consecuencia del Holocausto. Por eso, yo dirÃa que la historia de la Segunda Guerra Mundial les pertenece a los palestinos tanto como a los judÃos o a los demás. Pero aquà es exactamente donde empieza el problema. Una vez que el Holocausto se convierte en una religión deja de ser un capÃtulo histórico. Los judÃos son las vÃctimas supremas y los palestinos son sólo vÃctimas de segunda categorÃa, es decir, “vÃctimas de las vÃctimasâ€?. Una vez que el Holocausto se convierte en una religión, a nadie se le permite hurgar en lo que hay debajo. Tiendo a creer que el discurso oficial del Holocausto es en realidad una creación de los angloestadounidenses victoriosos. Y está ahà para servir a su auténtico propósito. Estoy de acuerdo con muchos historiadores en que la industria ritual de las vÃctimas judÃas empezó a partir de 1967 y que los amos decidieron que el Holocausto debe estar al servicio del colonialismo occidental.
MT: ¿Y qué me dice de Hitler?
GA: En ningún caso significa esto que Hitler era inocente. Hitler era sin duda un asesino despiadado, pero no fue el único. Yo atribuyo una parte importante de la culpa a los estadounidenses. Los mismos que arrasaron Dresde y Hamburgo liquidaron a los habitantes de Hiroshima y Nagasaki. No sorprende en absoluto que sean los mismos que dejaron dos millones de muertos en Vietnam y que devastan América Latina desde hace seis décadas. Y tampoco que quienes ayudaron a los israelÃes a encerrar a 1,3 millones de palestinos en la franja de Gaza sean los mismos que ahora destruyen Bagdad, Faluya, Mosul y Tikrit. Y, por si fuera poco, han sido los mismos que hace sólo unas semanas no se precipitaron para ayudar a los negros pobres de Nueva Orleans. Estados Unidos es sin duda una mala noticia. Francamente, ya ni siquiera es noticia. Por decirlo en pocas palabras, si aspiramos a un mundo mejor tendremos que reescribir la historia del siglo XX. Más vale que exijamos que se detenga esta matanza en nombre de la “libertadâ€? y la “democraciaâ€?. Es nuestro deber examinar nuestra propia historia y ponernos a la tarea de revisarla. Es nuestro deber asegurarnos de que el replanteamiento histórico (revisionismo) encuentre su camino en el centro de nuestro discurso de izquierda. Yo afirmo que la historia oficial de la Segunda Guerra Mundial está ahà para ocultar algunos crÃmenes capitales a una escala asombrosa. Hitler fue derrotado hace sesenta años. Estados Unidos ganó aquella guerra sangrienta, pero desde entonces no ha dejado de lanzar bombas sobre civiles inocentes. Para liberarnos debemos reorganizar el siglo XX y cuanto más pronto lo hagamos, mejor. Y si el Holocausto es ahora oficialmente un acontecimiento ex histórico, si es una mera religión, entonces insisto en que se permita tratarlo teológicamente. De hecho, eso es lo que yo hago.
MT: ¿Cuál es su plan ideal para una justa resolución de ese al parecer interminable conflicto israelopalestino?
GA: Sólo es posible una salida, a saber, “un estado únicoâ€?. Como usted probablemente sepa ya, no creo en una solución pacÃfica, es decir, la paz entre Israel y los palestinos. Esa salida no resuelve la causa palestina, es decir, “el derecho a regresar a su tierraâ€?, pero en realidad es mucho más profunda. La noción de paz es totalmente extraña a la psique hebraica. Sharon ha dicho últimamente que Israel quiere la paz (shalom), pero insiste en “determinar sus términos y condicionesâ€?. Está claro que para Sharon la paz es una decisión pragmática, producto de una reflexión más que de una conformidad con el concepto de compasión y reconciliación. La declaración de Sharon revela un importante choque cultural judeocristiano. Básicamente, la diferencia entre los judÃos y los cristianos podrÃa resumirse en una frase: los cristianos son judÃos que aman a su prójimo. La pregunta que hay que hacerse es si eso es cierto. Pero una cosa está clara, el pensamiento occidental valora la compasión y el amor al Otro, y ésta es la razón por la que los judÃos no han podido nunca integrarse de manera masiva en el ambiente cultural occidental. La judeidad es una celebración de la negación. Los judÃos (sobre todo los asquenazÃes) siempre se han encerrado a sà mismos entre los muros de un gueto. Por eso no sorprende que ahora apliquen la misma táctica del muro en Israel. Esta clase de identidad aislacionista nunca puede apoyar la auténtica paz.
Incluso dentro de los cÃrculos polÃticos de la clase obrera, los judÃos organizaron células separatistas (como el Bund en el interior de los soviets y otras organizaciones izquierdistas exclusivamente judÃas). Eso hace que una solución pacÃfica sea inconcebible. Por lo tanto, para alcanzar cualquier forma de reconciliación entre los dos pueblos, primero hay que derrotar a la identidad hebrea y esa derrota se logrará principalmente desde el interior de ésta. Tenemos que ayudar a los israelÃes a des-sionizarse. Eventualmente, una vez logrado esto deberemos asegurarnos de no olvidar des-sionizarnos nosotros mismos... y me refiero aquà principalmente a la Gran Bretaña de Blair y a Estados Unidos. Yo dirÃa que la des-sionización de Palestina es un elemento clave en el proceso de nuestra liberación global.
MT: La identidad aislacionista que acaba de describir me ha recordado el muro que han construido, pero la excusa oficial para éste que es que deben defenderse del terrorismo.
GA: El hecho de llamar terrorismo a un acto de “lucha por la libertadâ€? es sintomático del nuevo discurso occidental sionificado. Obviamente esto se aplica a Israel, pero también a los estadounidenses y a los británicos. Está claro que los iraquÃes tienen derecho a enfrentarse a las fuerzas extranjeras invasoras, de la misma forma que los palestinos tienen el deber moral de luchar por la liberación de su territorio.
MT: Ahora que ha mencionado la lucha por la liberación ¿qué opina de la ética que subyace a la creación de Israel en 1948 por parte de las Naciones Unidas en un territorio ya habitado por los palestinos? ¿Y de la posterior expulsión de aproximadamente 750 000 de éstos?
GA: La creación de Israel y la expulsión de los palestinos de su territorio suscitan una nueva pregunta. ¿Cómo pudieron los judÃos cometer una atrocidad de tal calibre sólo tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial? Se trata de una pregunta muy pertinente y siento decir que nadie hasta ahora la ha respondido con claridad. Se me ocurren dos posibilidades para la respuesta: 1) Los hombres o las mujeres hebraicos están lejos de ser seres humanos capaces de sentir empatÃa. Para ellos el dolor de los demás carece de significado. Esto podrÃa ser el resultado del código supremacista judaico. También podrÃa explicar el hecho de que tras sesenta años de opresión israelà no haya habido ni una sola voz sionista que se haya alzado para expresar cualquier forma de arrepentimiento por ese pecado original mencionado antes. 2) Los hombres y las mujeres hebraicos de 1948 estaban lejos de ser judÃos traumatizados. En otras palabras, para ellos el Holocausto no era todavÃa un acontecimiento principal. Tal como en la actualidad nos enseñan Segev y Finkelstein, se necesitaron muchos años para que los judÃos interiorizaran y le dieran forma al discurso colectivo del Holocausto, por no mencionar el trauma. Al parecer, el sabra de 1948 (es decir, el israelà que habÃa nacido allÃ) despreciaba al judÃo de la diáspora. Los palestinos ayudaron al sabra a redimirse de la humillación que le habÃa impuesto la imagen débil y desesperada del judÃo indefenso de la diáspora. Este modelo psicológico es fundamental para entender la polÃtica israelÃ. El hecho de matar árabes siempre une a los israelÃes en torno a sus lÃderes.
MT: Durante los últimos años los medios convencionales de comunicación de España han publicitado la experiencia de Barenboim-Said, a la que califican de instrumento musical para la paz: la West Eastern Divan Orchestra, integrada por jóvenes músicos israelÃes y palestinos, cuya sede está en Sevilla. A pesar de que no me opongo de ninguna manera a lo que pueda traer armonÃa social en cualquier lugar, no deja de sorprenderme que mientras Barenboim dirige a sus pupilos en auditorios europeos ante públicos extasiados, en la franja de Gaza o en Tel Aviv las bombas siguen explotando. De algún modo esta impotencia me recuerda la vieja pertinacia de la Iglesia católica, que envÃa misioneros a hacer caridad (lo cual es hoy digno de elogio, pues éstos llevan a cabo un magnÃfico trabajo humanitario que de otro modo nadie harÃa), pero no se enfrenta al auténtico problema, la injusticia polÃtica y económica del mundo y, mucho menos, a los causantes de dicha injusticia. ¿No le parece que tales actitudes dirigen ingenuamente la atención hacia lo anecdótico y mantienen el statu quo? ¿Qué opina del trabajo de Barenboim como “misioneroâ€? de la paz desde dentro del sionismo?
GA: Estoy de acuerdo con usted hasta cierto punto y, por si fuera poco, con frecuencia critico a Barenboim por ser sionista y por propagar el mensaje del sionismo. Y, sin embargo, creo que Barenboim está haciendo un gran trabajo. En primer lugar, cruza la lÃnea divisoria. En segundo, les da a los músicos jóvenes de la región la oportunidad de trabajar con un genio absoluto de la música (el propio Barenboim). Pero lo más importante es que se las arregla para irritar a los israelÃes y pone al descubierto su actitud reaccionaria. Sólo tiene que pensar en Barenboim convertido en persona non grata por haber interpretado a Wagner en Jerusalén. ¿No es maravilloso? Creo que Barenboim ilumina los rincones más patéticos de la psique judÃa. Por eso mantengo que si tenemos en cuenta los diferentes aspectos de la actividad de Barenboim, su contribución al movimiento de solidaridad con Palestina es más que positiva.
Pero si he de responder a su pregunta, está claro que Barenboim no puede evitar que los israelÃes lancen bombas. Ser israelà es adentrarse en una negación homicida, pues para los israelÃes y, en cierto modo, para el judÃo postalmúdico, ser es odiar. El dÃa que los israelÃes dejen de lanzar bombas y de odiar al mundo dejarán de ser israelÃes para convertirse en “palestinos de lengua hebreaâ€?. Le aseguro que eso pasará, es un cambio demográfico inevitable. Quienes apoyamos a Palestina sólo tenemos un deber, que es ayudar a los palestinos a sobrevivir durante los próximos veinte años. Debemos detener la limpieza étnica que está ampliamente en marcha. Debemos llevar la esperanza a las calles palestinas. Nuestro deber es desenmascarar a los israelÃes y sus planes sionistas. También podemos presionar a los polÃticos y a la sociedad de Israel. Eso es lo que está haciendo Barenboim. Ese hombre ofrece esperanza a través de la belleza, porque la belleza es su arma y creo que la utiliza a la perfección.
No es fácil ser judÃo y ayudar a los palestinos, porque uno cae de inmediato en la trampa sionista, se convierte en un buen judÃo. Cuando uno es judÃo está siempre atrapado en una doble moral, siempre sale ganador. Sabe usted, ser judÃo es muy complejo: si uno se pone a favor de los derechos de los palestinos lo que hace es probar que los judÃos son “grandes humanistasâ€?. Si se pone en contra de los palestinos no es por maldad, sino porque uno es una “vÃctima desesperada de dos mil años de persecución sin fin y lo único que quiere es vivir en paz de una (jodida) vez en su (jodida) patriaâ€?. Como ve, si uno acepta el estandarte judÃo lo que hace es permitir que gane el sionismo. Haga uno lo que haga es siempre a favor del sionismo, como ángel o como vÃctima. No le quepa la menor duda de que recibo gran cantidad de metralla por poner al descubierto esa complejidad. Ésa es la razón por la que he abandonado por completo la identidad judÃa. Soy un ex judÃo. Mi bondad o mi maldad no tienen nada que ver con ningún grupo, sino conmigo mismo (yo, mÃ, mÃo). Pero no puedo exigirle a nadie que haga como yo. Sólo puedo sugerir, a Barenboim y a otros, que esta vÃa puede ser interesante. |
Re: Gilad Atzmon parla de sionisme
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per Jo, l'absolut |
22 des 2005
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.....Continua al link |
Re: Gilad Atzmon parla de sionisme
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per Jo, l'absolut |
22 des 2005
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=24333 |
Re: Gilad Atzmon parla de sionisme
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per Meravellós com a jazz-man i com a home |
23 des 2005
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Recomane la seua pagina web i la seua música.
Enhorabona per una entrevista tan bona ! |
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