Izquierda e Inmigración: Entre el deseo y la realidad

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Anàlisi :: globalització neoliberal : immigració : laboral : pobles i cultures vs poder i estats
Izquierda e Inmigración: Entre el deseo y la realidad
per Andalucía Libre	04 nov 2005
Es obligación de la izquierda describir la realidad tal cual es y no tal como le gustaría que fuese. De igual manera, las gentes de izquierda, al menos en las cuestiones de entidad, deben expresar sus opiniones tal y como las piensan y no constreñirse ante otras consideraciones de oportunidad sobre como afrontar los desafíos de esa realidad. La cuestión de la inmigración reúne hoy meritos sobrados para ser objeto de aplicación de ambos criterios.
Izquierda e InmigraciÃ³n: Entre el deseo y la realidad AndalucÃa Libre Entendemos en AndalucÃa Libre que es obligaciÃ³n de la izquierda describir la realidad tal cual es y no tal como le gustarÃa que fuese. De igual manera que tambiÃ©n consideramos que las gentes de izquierda, al menos en las cuestiones de entidad, deben expresar sus opiniones tal y como las piensan y no constreÃ±irse ante otras consideraciones de oportunidad sobre como afrontar los desafÃos de esa realidad. Y que deben hacerlo aun a costa de situarse en ocasiones a contracorriente y en riesgo de recibir descalificaciones, incluso de los mÃ¡s afines. La cuestiÃ³n de la inmigraciÃ³n reÃºne hoy meritos sobrados para ser objeto de aplicaciÃ³n de ambos criterios y asÃ lo hemos venido haciendo en sucesivos anÃ¡lisis. Sabiendo perfectamente que nos leen no sÃ³lo en AndalucÃa sino tambiÃ©n en bastantes de los paÃses emisores de emigrantes, nos ponemos nuevamente a la faena. La crisis de las Vallas La crisis de las Vallas en las colonias de Ceuta y Melilla ha tenido en AndalucÃa una sostenida atenciÃ³n mediÃ¡tica. Durante varias semanas, telediarios, noticiarios radiofÃ³nicos y prensa han abierto sus ediciones con noticias y reportajes dedicados a los sucesivos hechos acaecidos, destinÃ¡ndole minutos y primeras planas. Aunque hayan adjudicado y ocultado responsabilidades polÃticas segÃºn sus preferencias partidarias -PSOE o PP- no por ello han dejado de difundir en detalle los asaltos, las heridas, las muertes, las detenciones, los traslados... con amplio despliegue. Se han hecho eco de las convocatorias de protesta con antelaciÃ³n en la mayorÃa de las ocasiones y le han dado cobertura, incluso afectuosa, con una actitud positiva que muy raramente se prodiga de su parte. AÃºn sin entrar a fondo en la determinaciÃ³n de las causas y menos aÃºn en la identidad de sus beneficiarios, la miseria del Ã?frica Negra ha sido recogida en televisiones y periÃ³dicos, mÃ¡s allÃ¡ de las imÃ¡genes de hambrunas o practicas tribales exÃ³ticas a las que ha estado tradicionalmente limitada. Internet, por su lado, ha rebosado en los sitios de izquierda mÃ¡s concurridos y de referencia de artÃculos, declaraciones y comunicados, habitualmente coincidentes cuando no casi idÃ©nticos. El discurso y consigna habitualmente repetidos ha coincidido en unir y vincular la indignaciÃ³n y el rechazo a las muertes y a las condiciones de deportaciÃ³n con consignas expresivas como "Tumba la Valla" u otras del estilo, es decir, la demanda de una apertura libre, total e irrestricta de fronteras a la inmigraciÃ³n. Del PCE-IU a las organizaciones polÃticas y sociales a su izquierda se ha reiterado en extenso esta posiciÃ³n. A traves de diversos instrumentos unitarios preexistentes, de plataformas ad-hoc o de asociaciones presuntamente apartidarÃas que recibÃan el apoyo de prÃ¡cticamente toda la izquierda polÃtica, social y sindical organizada y especialmente de sus sectores mÃ¡s activos, se han convocado variadas protestas en nuestra NaciÃ³n. No ha habido problemas significativos de competencias ni duplicidades. A partir de los datos de que disponemos, podemos afirmar que la movilizaciÃ³n mÃ¡s importante de las habidas fue la manifestaciÃ³n realizada en Sevilla que reuniÃ³ a unas 1.200 personas en una aglomeraciÃ³n metropolitana que acoge en torno a un millÃ³n de habitantes. Otra manifestaciÃ³n en Malaga congrebaba en torno a 1.000. Dos concentraciones comarcales celebradas en Jerez y El Puerto de Santa Maria en diversas fechas han declarado unos 300 asistentes. En Granada, JaÃ©n, CÃ³rdoba o Huelva la prensa ha hablado de acciones en las que han estado presentes no mÃ¡s de 100 personas y en algunos casos de algunas decenas menos. Fuera de AndalucÃa, por ejemplo en CataluÃ±a, la manifestaciÃ³n realizada al efecto bajo estas demandas en Barcelona ha congregado entre 1.100 y 3.000 manifestantes, segÃºn las fuentes. En EspaÃ±a, el acto mÃ¡s masivo realizado en Madrid -con el apoyo de multitud de organismos- no ha pasado de reunir a 1.000 y dÃas despuÃ©s la extrema derecha fascista ha juntado bajo lemas racistas y xenÃ³fobos una cantidad similar. Ciertamente, este resumen no recoge en lo tocante a AndalucÃa a los asistentes a charlas u otras actividades preparatorias o complementarias y tambiÃ©n es muy posible que deje en el tintero otras acciones que se nos hayan escapado. AÃºn asÃ y aÃºn si para compensar errores u omisiones involuntarias, duplicamos, triplicamos o quintuplicamos los datos expuestos no dejan de ser cifras polÃticamente significativas. Para ver hasta que punto han de tenerse en cuenta a la hora del anÃ¡lisis, basta hacer una relaciÃ³n de organizaciones convocantes y relacionar las presencias con los afiliados o socios que declaran o los votos que reciben. O la proporciÃ³n de concentrados en relaciÃ³n con los habitantes. O comparar asistentes con el numero de inmigrantes residentes en esas ciudades y zonas, aÃºn restringiÃ©ndolo a aquellos en situaciÃ³n legal regularizada. Â¿Quiere esto decir que el pueblo andaluz o su clase obrera son insensibles al sufrimiento ajeno?. En absoluto. Las imÃ¡genes de los africanos, primero heridos, luego muertos; luego trasladados por Marruecos hacinados en autobuses en condiciones infrahumanas y luego deambulantes por el desierto, han impactado socialmente y provocado indignaciÃ³n y rechazo; aunque sea con el peso de la culpa endilgado en exclusiva al Gobierno marroquÃ, olvidando la responsabilidad espaÃ±ola. Los hechos subsiguientes a los asaltos de las vallas han trascendido el alcance social al que la rutina ha reducido otros como la captura o aÃºn el hundimiento de pateras en el Estrecho. Â¿PorquÃ© entonces estas modestÃsimas cifras de participaciÃ³n?. El problema -en nuestra opiniÃ³n- ha radicado en la expresa vinculaciÃ³n realizada entre el rechazo a los hechos de las Vallas y el apoyo a la Libre InmigraciÃ³n o incluso a la continuidad de su incremento contingentado. La respuesta obtenida muestra que la percepciÃ³n social al respecto en AndalucÃa ha cambiado sustancialmente en los Ãºltimos cinco aÃ±os. Entonces, al aprobarse la primera reforma de la Ley de extranjerÃa por parte del Gobierno del PP se produjeron movilizaciones muy significativas y generalizadas en solidaridad con los inmigrantes. Fue cuando naciÃ³ la consigna "Papeles para Todos", entonces entendida y apoyada como exigencia de regularizaciÃ³n de todos los inmigrantes ya residentes y de rechazo a su expulsiÃ³n. Sin embargo, al producirse sucesivas regularizaciones por parte de PP y PSOE e incrementarse exponencialmente la inmigraciÃ³n y pese al trabajo de algunas ONGs y organizaciones de izquierda -o quizÃ¡ por ello mismo- el mantenimiento de esa consigna por razones doctrinales cambio su naturaleza y efectos polÃticos y sociales. PasÃ³ a definirse y verse como un apoyo a la entrada e instalaciÃ³n indefinida de inmigrantes y de factor convocante, devino en repelente. Traducida en esta coyuntura en "Tumba la Valla", los resultados estÃ¡n a la vista: ha anulado de hecho los efectos de la solidaridad humana elemental. Las encuestas publicadas en los medios, en donde unÃ¡nimemente se constata un rechazo social mayoritario y creciente a la instalaciÃ³n de mÃ¡s inmigrantes, son otro sÃntoma y exponente de esta situaciÃ³n a valorar aÃºn mÃ¡s sabiendo el peso coercitivo de lo "polÃticamente correcto" o la presiÃ³n del discurso oficial -especialmente asumido por el PSOE- favorable a una "inmigraciÃ³n ordenada", presuntamente necesaria. MÃ¡s significativos serÃan aÃºn estos datos si se centraran especÃficamente en la opiniÃ³n entre la clase obrera y particularmente entre sus sectores mÃ¡s pobres y precarios que son precisamente los que conviven fÃsica y cotidianamente con la inmigraciÃ³n en los barrios y en los trabajos. AsÃ pues, existen elementos suficientes para preguntarse si en la cuestiÃ³n de la inmigraciÃ³n existe una ruptura o como mÃnimo un distanciamiento notable entre un reducido nÃºcleo activista y lo que en principio es o deberÃa ser su orla o base social natural. Problemas de discurso Ciertamente, existe desde hace tiempo una posiciÃ³n extensamente argumentada a favor de la Libre InmigraciÃ³n -coherente en explicaciÃ³n, medios y fines- que es la que se recoge en el documento "El FenÃ³meno de la InmigraciÃ³n. AportaciÃ³n a un Debate", del Circulo de Empresarios; pero tiene el inconveniente de estar hecha desde posiciones expresamente patronales y ultraliberales y por tanto no puede ser reivindicada pÃºblicamente por quienes se ubican y se reclaman de la izquierda. A falta de material tan sÃ³lido y tal y como puede comprobarse fÃ¡cilmente, el discurso de esa izquierda favorable a la Libre InmigraciÃ³n puede resumirse argumentalmente asÃ: 1Âº. SitÃºa acertadamente el origen ultimo de la inmigraciÃ³n en la desigualdad y en la explotaciÃ³n imperialista. No obstante, omite habitualmente que la inmigraciÃ³n se produce factualmente y se orienta en destinos cuando existe perspectiva de consumarse. Tampoco suele hacerse menciÃ³n al hecho de que la inmigraciÃ³n en nada resuelve ni puede resolver la situaciÃ³n colectiva original que la provoca. 2Âº. Se acoge al principio de reciprocidad, recordando anteriores episodios migratorios de andaluces o europeos. AquÃ hace abstracciÃ³n de las circunstancias histÃ³ricas concretas de entonces y de ahora. No hay referencias comparativas, por ejemplo, entre la expansiÃ³n econÃ³mica de la posguerra en Europa occidental, CataluÃ±a o Euskadi y la tan distinta situaciÃ³n actual o se ignoran datos tan cruciales del contexto decimonÃ³nico en ultramar como la llamada Conquista sobre el Desierto o el Far-West que la explican u otros como las ideologÃas criollas de base racista, favorables al blanqueamiento de poblaciones, vÃa migratoria. 3Âº. Suele respaldarse en la cita del Derecho de Transito de personas recogido en la DeclaraciÃ³n de Derechos Humanos aprobada por la ONU. No obstante, este se encuentra formal y obviamente vinculado y condicionado al derecho de aceptaciÃ³n de los Estados y naciones receptoras. Una versiÃ³n de este argumento hace hincapiÃ© con fundamento en la contradicciÃ³n entre quienes apoyan la libre circulaciÃ³n de capitales y mercancÃas y se niegan a hacer lo propio con las personas, pero resulta inoperante ante quienes se oponen a someterse a ambas necesidades del capitalismo. AdemÃ¡s lleva consigo de rebote a la enunciaciÃ³n de otra contradicciÃ³n: no cabe en coherencia apoyar la libre inmigraciÃ³n y luego oponerse a la libre deslocalizaciÃ³n de empresas. Si se califica de 'egoÃsta' e 'insolidario' rechazar competencias sobrevenidas en el mercado de trabajo propio, del mismo modo habrÃa de calificarse priorizar 'el propio bienestar' -aplicando la terminologÃa al uso- sobre las mayores necesidades de los trabajadores que se emplearÃan en las nuevas ubicaciones. 4Âº. Hasta hace algÃºn tiempo se solÃa hacer referencia al numero proporcionalmente bajo de la inmigraciÃ³n en AndalucÃa y el Estado espaÃ±ol. Su incremento continuo, su cuantÃa y los porcentajes ya alcanzados en un paÃs sustancialmente retrasado en relaciÃ³n a los que servÃan de comparaciÃ³n -incluso superÃ¡ndolos- lo ha dejado en desuso. 5Âº. Otro argumento repetido es hacer Ã©nfasis en su 'inevitabilidad'. Siendo algo fatalmente incontrolable y universal, sÃ³lo cabrÃa aceptarla como dato estable. Esta idea es simplemente falsa. Al igual que las deslocalizaciones, se puede controlar e impedir, si existen las condiciones polÃticas necesarias y la voluntad requerida. Negarlo implica perversiÃ³n, propugnando una parÃ¡lisis indefinida justificada por la espera mutua de quien se atreve a empezar a romper el modelo capitalista y neo-liberal. 6Âº. Reproduciendo razonamientos patronales y neo-liberales se aduce repetidamente que "la inmigraciÃ³n nos es necesaria", utilizando el plural mayestÃ¡tico. Â¿A quien?, cabe preguntarse. No desde luego a los trabajadores. No discutimos que la fuerza de trabajo adicional proporcionada por la inmigraciÃ³n le haya resultado muy Ãºtil en AndalucÃa a constructores y propietarios de invernaderos, hoteles o restaurantes, pero para mantener salarios bajos y condiciones precarias. Como NaciÃ³n no ha servido ni puede servir para que AndalucÃa salga del subdesarrollo, antes al contrario, consolida el modelo dependentista. Es falso que los inmigrantes sean responsables de la precarizaciÃ³n -que existÃa antes de su llegada masiva merced a la polÃtica neo-liberal y a la colaboraciÃ³n de clases de los sindicatos neoverticales- pero es obvio que su constante incremento favorece su persistencia. Estas implicaciones reaccionarias se expresan aÃºn mÃ¡s rudamente cuando se esgrime como refuerzo demogrÃ¡fico para el mantenimiento de la Seguridad Social -asumiendo asÃ las mentiras patronales sobre sus riesgos de quiebra y sobre las presuntas soluciones a aplicar- o cuando la justifican porque gracias a sus bajos salarios y a su sobreexplotaciÃ³n estÃ¡n atendidos ancianos o enfermos, en una nueva forma de justificar la privatizaciÃ³n y limitaciÃ³n de los Servicios Sociales. 7Âº. En complemento, antecedente o desarrollo de lo anterior tambiÃ©n se afirma que la aceptaciÃ³n de la inmigraciÃ³n es una especie de "obligaciÃ³n moral" de los 'ricos' frente a los 'pobres'. Es evidente que nuestra pobreza no tiene comparaciÃ³n con la del Tercer Mundo, como tampoco son iguales allÃ todas las 'pobrezas'. AÃºn asÃ, es tremendamente injusto y torpe hacer indistintamente responsables por igual de la explotaciÃ³n imperialista a burgueses y a trabajadores; a potencias excoloniales y estados imperialistas y a naciones dominadas. Â¿QuÃ© 'responsabilidad moral' pueden tener en la hambruna de NÃger, en el desastre del Congo o en la corrupciÃ³n de Nigeria un trabajador de Astilleros de Puerto Real, una camarera de Cazorla o un jornalero de Pedrera?. Â¿QuizÃ¡ se les acusa de no haber hecho ya en AndalucÃa la 'RevoluciÃ³n Socialista' o no haber implantado el 'Comunismo Libertario' o el 'Reino de dios en la Tierra'?. Â¿Acaso tienen sus sedes centrales en AndalucÃa la General Motors, el Deustche Bank, Sony, TelefÃ³nica, La Caixa o el BSCH?. Â¿QuÃ© culpas puede tener una NaciÃ³n como AndalucÃa que aÃºn sufre de tal dominaciÃ³n que sigue incapaz de recuperar mÃ¡s de 1.750.000 andaluces que no pueden siquiera plantearse retornar a su Patria?. Pese a lo que pudiera ser su pretensiÃ³n, esta lÃnea argumentativa favorece reactivamente un incremento de la alienaciÃ³n conformista. 8Âº. Siguiendo esta pauta se ubica el ultimatismo polÃtico cargado de condena moral, esgrimido por algunos articulistas. Se viene a decir que atenerse a cualesquiera consideraciones tÃ¡cticas, de nivel de conciencia, de oportunidad o de correlaciones de fuerzas; tener presentes las limitaciones objetivas de espacio y economÃa o de preservaciÃ³n de la cultura e identidad nacional, constituyen -a sus ojos- un comportamiento obsceno e insolidario. SÃ³lo el abrir vÃa libre a todos los necesitados del mundo para instalarse en nuestro paÃs serÃa asÃ algo propio de gentes de izquierda. AsÃ pues, por citar sÃ³lo un caso, el Congreso Obrero Anarco-Sindicalista de Castro del RÃo que defendÃa -en 1918 y en pleno Trienio Bolchevique andaluz- la contrataciÃ³n prioritaria de los trabajadores de sus propios municipios para dificultar el acoso patronal, serÃa tambiÃ©n tachado en coherencia retrospectiva de 'obsceno' e 'insolidario'. Â¿Se aplican a si mismos estos paradigmas todos sus defensores?. Â¿Asumen en su vida la renuncia mÃstica que parecen proclamar?. Â¿No han 'pactado con el mundo' en alguna o muchas ocasiones o no lo hacen aÃºn a la misma hora en que expelen admoniciones?. Â¿No confunden sus condiciones de vida y sus sueldos como altos funcionarios o profesionales estables o liberados sindicales con los de la clase obrera y el pueblo al que condenan, reproduciendo tÃ³picos sobre el consumismo?. Â¿Nunca optaron por determinado director de tesis en lugar de otro para asegurarse una posterior plaza en su departamento?. Â¿Nunca compatibilizaron sus columnas de izquierda con la venta de su pluma a la derecha por razones nutricias?. Â¿Nunca buscaron la ayuda de un antiguo camarada, ahora burÃ³crata sindical, para conseguir un puesto de trabajo en algÃºn aparato anexo?. Â¿Nunca priorizaron asegurarse una alcaldÃa en su pequeÃ±o pueblo sobre lo que ellos mismos saben que son las necesidades del conjunto de la izquierda, de la clase y de la naciÃ³n?. Si exigen actuar al margen del tiempo y del espacio, Â¿quÃ© hacen aÃºn, por ejemplo, dentro de IU?. Â¿O de CCOO?. Â¿O porquÃ© se mantienen en ONGs subvencionadas que le hacen el trabajo de agitaciÃ³n complementaria al PSOE y si se da el caso, no tienen escrÃºpulo en hacerse la foto con la MonarquÃa espaÃ±ola?. Â¿QuÃ© valor tienen las jaculatorias sobre derechos provenientes de quienes se han demostrado en su modestÃsimo Ã¡mbito de poder como dÃ©spotas o gurus?. Si se apuntan renovadamente al nihilismo, Â¿porque recurren a los tribunales del Estado para reclamar patrimonios o defender derechos?. Â¿CÃ³mo se puede conciliar el defender un dÃa la libre inmigraciÃ³n con reclamar otro listas de empleo reservadas a residentes?. Â¿PorquÃ© es justo defender vÃas restringidas de acceso a la enseÃ±anza o a la funciÃ³n publica para los que ya estÃ¡n -por mal que estÃ©n- porque, entre otras razones, estos votan y se afilian sindicalmente, a costa de los que ni siquiera estÃ¡n -y por tanto ni votan ni se afilian y estÃ¡n peor- y es injusto priorizar algo lejanamente similar a escala nacional?. Â¿DeberÃan renunciar a sus cooperativas de tierras en activo los que las tienen porque no haya otros pueblos andaluces que hayan sido capaces de conseguir con sus luchas conquistas semejantes?. Este apresurado repaso de inconsistencias y de inadecuaciones en relaciÃ³n con la realidad y las aspiraciones populares quizÃ¡ expliquen su extremadamente reducido poder de convocatoria, ilustren sobre la situaciÃ³n y adelanten algunos de los riesgos que conlleva. Claves de la cuestiÃ³n Llegados aquÃ, se impone situar la cuestiÃ³n inmigratoria en el Ã¡mbito polÃtico -liberÃ¡ndolo de su secuestro por la moralina- lo que conlleva ubicarlo en el terreno de las opciones, las prioridades y las consecuencias. SerÃa de imbÃ©ciles o malnacidos negar, minusvalorar o despreciar la necesidad de quienes emigran. MÃ¡s aÃºn, ha de partirse del dato de que los sufrimientos son muchÃsimo mÃ¡s intensos y generalizados de los que superficialmente aparecen de forma ocasional en los noticiarios y consecuentemente que la presiÃ³n por eludirlos individualmente es de amplitud comparable a la miseria de la que quieren huir y esto se traduce en centenares de miles de candidatos a la emigraciÃ³n. De igual modo, obligado es afirmar -con similar nitidez y contundencia- que la supresiÃ³n de las condiciones de explotaciÃ³n que motivan la emigraciÃ³n han de resolverse bÃ¡sica y prioritariamente tambiÃ©n en origen, emancipÃ¡ndose de la tutela imperialista; sin ocultar el coste del empeÃ±o, pero sabiendo que no afrontarlo los implica en magnitud infinitamente mayor. A este objetivo en nada puede ayudar, por la vÃa de la inundaciÃ³n inmigratoria, la generaciÃ³n en paÃses como AndalucÃa de una situaciÃ³n social que fomente la desorientaciÃ³n de la clase obrera e incrementen su divisiÃ³n. Se mire como se mire, es evidente que AndalucÃa no puede subsistir dejÃ¡ndose en manos del libre mercado, sea este de capital o de fuerza de trabajo. Defender la libre inmigraciÃ³n es un absurdo y asÃ lo avala el que nadie se haya tomado la molestia de argumentarla fuera del terreno de las abstracciones o el esfuerzo de adelantar sus consecuencias practicas. Tanto si se hace desde la instalaciÃ³n en la marginalidad por aÃ±oranza de un caos que no se estarÃa en condiciones polÃticas de aprovechar; como si se hace desde la hipocresÃa, como recurso temporal hasta que las decenas se convirtieran en centenares de miles, es una irresponsabilidad. La inmigraciÃ³n contingentada, por su lado, es un eufemismo que sÃ³lo sirve a la dualizaciÃ³n social. La aplicaciÃ³n practica de la polÃtica del "Papeles para todos-Salta la valla" llevarÃa en AndalucÃa al colapso social. La crisis del mercado de trabajo serÃa inconmensurable. Y llevarÃa inevitablemente al enfrentamiento interno en la clase obrera entre andaluces e inmigrantes y entre estos mismos, para beneficio exclusivo de la patronal. Ante la incapacidad fÃsica y econÃ³mica de absorciÃ³n, los menguados Servicios pÃºblicos existentes en AndalucÃa entrarÃan en coma, degradÃ¡ndose en forma terminal y abriendo paso a su desmantelamiento. Ya resulta notorio hoy que el flujo persistente de la inmigraciÃ³n dificulta notablemente la integraciÃ³n nacional de los inmigrantes ya instalados. Apliquemos la hipÃ³tesis al caso de Marinaleda: Â¿quÃ© podrÃan hacer sus 2.500 habitantes si un dÃa se presentaran en el pueblo 250 inmigrantes solicitando su admisiÃ³n como socios de pleno derecho de sus cooperativas?. Â¿Y si a estos les siguieran otros 250?. Â¿Y si luego vinieran otros 250 o 500 o 1.000 mÃ¡s...?. Ni siquiera la RepÃºblica Socialista de AndalucÃa -por la que luchamos- estarÃa en condiciones de aplicar -aunque quisiera- esta polÃtica. Conviene subrayar que el efecto negativo en el terreno polÃtico general del "Papeles para todos-Salta la valla" es ya operativo y lo serÃ¡ aÃºn mÃ¡s si cala socialmente su identificaciÃ³n con la izquierda. De entrada permite lavar sus culpas en la generaciÃ³n de la situaciÃ³n actual al binomio PP-PSOE, que son los que sirviendo los intereses empresariales la han creado y amparado, como muestra la desenvoltura con la que ahora el PP ha reclamado la devoluciÃ³n inmediata de los inmigrantes. AdemÃ¡s, hasta ahora la desagregaciÃ³n acumulada de la izquierda y la desarticulaciÃ³n social se han manifestado preferentemente en forma de pasividad, pero no puede apostarse a que sea siempre asÃ. Se han perdido cuadros, militantes y organizaciones; se ha generalizado la precariedad, reducido dramÃ¡ticamente el poder adquisitivo y la fuerza de presiÃ³n. La orfandad global de la clase obrera andaluza es terrible. El prolongado dominio del social-liberalismo ha sido demoledor en todos los ordenes imaginables. Es obligado preguntarse quÃ© puede ocurrir socialmente en el momento que la burbuja inmobiliaria se reduzca y mÃ¡s aÃºn si los frÃ¡giles basamentos del entramado socioeconÃ³mico andaluz entran en crisis. En este contexto, la cuestiÃ³n de la inmigraciÃ³n puede servir de estribo impulsor para un retroceso cualitativamente superior. SerÃa temerario negar que el peligro de secuestro de sectores obreros y populares por el neo-fascismo es real. La izquierda andaluza no puede confiar indefinidamente en que la sucesiÃ³n de coyunturas o las repetidas torpezas de la extrema derecha espaÃ±olista -que ni siquiera vamos a enumerar, por razones obvias- le evite tomar decisiones y afrontar opciones. AsÃ pues, es necesario asumir sin ambigÃ¼edades desde la izquierda andaluza una posiciÃ³n favorable al cierre de la inmigraciÃ³n, empezando por razones polÃticas pragmÃ¡ticas por la extracomunitaria. Esto implica defender el cierre de las actuales rendijas que mantienen abierto el flujo y de actuaciones que disuadan ya en origen -desde el respeto a los derechos humanos bÃ¡sicos- de la inmigraciÃ³n ilegal. Se ha de acompaÃ±ar esta lÃnea, entre otras medidas, del impulso al ejercicio activo del derecho al reagrupamiento familiar de los inmigrantes regulares ya instalados y de su derecho a una residencia indefinida irrestricta en AndalucÃa sin vinculaciÃ³n a su situaciÃ³n laboral. Se ha de asumir como prioridad nacional la dignificaciÃ³n de las condiciones de vida y trabajo de los inmigrantes, concretÃ¡ndose especÃficamente en acciÃ³n sindical al efecto en ramas como el campo, la construcciÃ³n, la hosteleria o el servicio domestico. Y desde una concepciÃ³n laicista de la sociedad, se han de combatir con contundencia todas las manifestaciones de discriminaciÃ³n o de racismo sobre los inmigrantes para facilitar su integraciÃ³n nacional. Publicado en AndalucÃa Libre nÂº 272, 2 de noviembre de 2005 --oOo-- MATERIALES DE UNA CRISIS COLONIAL AndalucÃa Libre nÂº 271 - Ceuta y Melilla: una crisis colonial domingo, 30 de octubre de 2005 En este Correo: Andalucia Presentados Presupuestos de la Junta de AndalucÃa para 2006, PA reclamarÃ¡ en los Ayuntamientos que AndalucÃa sea reconocida como NaciÃ³n Jaleo celebra su XI Asamblea Nacional Ceuta y Melilla - Materiales de una Crisis Colonial PP y PSOE se unen y ratifican en Parlamento la 'espaÃ±olidad' de Ceuta y Melilla Izquierda Unida reafirma que "Ceuta y Melilla son ciudades espaÃ±olas y europeas" AberchÃ¡n (CpM): â��Melilla no necesita una mociÃ³n del PP para defender nuestra espaÃ±olidadâ�? Debate Mociones sobre crisis migratoria y 'espaÃ±olidad' Ceuta y Melilla en Parlamento espaÃ±ol Polisario cree que 'Marruecos permite la inmigraciÃ³n para chantajear a EspaÃ±a' Rechazamos que Marruecos sea convertido en un Estado mercenario, Via DemocrÃ¡tica - Annahj Addimocrati, DocumentaciÃ³n: Las Colonias espaÃ±olas de Ceuta y Melilla - 1. Contexto General - Historia - 2. Antecedentes - La Crisis de Leila-Perejil - 3. Antecedentes - Presente y futuro de Ceuta y Melilla (Reportajes y CrÃ³nicas; Analisis) - 4. Documentos sobre Historia de las colonias de Ceuta y Melilla Sugerencias y Avisos: - Elecciones en Alemania - Memoria HistÃ³rica: Textos de 'Balance' para conocer sobre el POUM y la RevoluciÃ³n de 1936 - Encuentro en Osuna de Convocatoria por AndalucÃa/CUT-BAI. Directorio de AndalucÃa en Internet MÃºsica de fondo: Cuatro son los PuÃ±ales, Hakim --oOo-- AndalucÃa Libre nÂº 272 - Ceuta y Melilla (2) - InmigraciÃ³n - Africa domingo, 30 de octubre de 2005 En este Correo: Materiales de una Crisis Colonial (y 2) PresentaciÃ³n y Resumen de una Crisis Elementos para el analisis de una crisis colonial, AndalucÃa Libre AndalucÃa concentra el 10,68% estatal de extranjeros afiliados a la Seguridad Social La OpiniÃ³n pÃºblica ante la Crisis de las Vallas - Encuestas en El Mundo, El PaÃs, El Periodico. DocumentaciÃ³n Ã?frica: 1. General; 2. Noticias y Portales; 3. Organizaciones OpiniÃ³n, La valla de la VergÃ¼enza, La plataforma DocumentaciÃ³n sobre InmigraciÃ³n: - 1. Datos PoblaciÃ³n, InmigraciÃ³n y Economia - AnÃ¡lisis - 2. Cronicas y OpiniÃ³n sobre InmigraciÃ³n, AndalucÃa Libre - 3. DocumentaciÃ³n General - Asociaciones El remate, Izquierda e InmigraciÃ³n: Entre el deseo y la realidad, AndalucÃa Libre Sugerencias: Materiales andaluces para el debate del Estatuto de CataluÃ±a Solidaridad con Palestina y la NaciÃ³n Ã?rabe MÃºsica de fondo: Clandestino, Manu Chao Directorio de AndalucÃa en Internet, --oOo-- 2. DescripciÃ³n. AndalucÃa Libre es un BoletÃn Digital que se distribuye por Correo Electronico. AsÃ nos definimos en nuestro sitio: "Noticias y opiniÃ³n desde la izquierda independentista andaluza. Una visiÃ³n de AndalucÃa como naciÃ³n desde la izquierda; una visiÃ³n del Mundo desde la izquierda andaluza." Puedes recibir Andalucia Libre en tu buzÃ³n gratuitamente al momento de editarse de forma regular, enviando un correo a esta direcciÃ³n: andalucialibre-alta ARROBA eListas.net Modalidades de suscripciÃ³n: Correo VersiÃ³n HTML y Web; Correo VersiÃ³n sÃ³lo Texto y Web; Solo Foro Web-Lectura en la Red. La suscripciÃ³n es libre. 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Comentaris

Re: Izquierda e Inmigración: Entre el deseo y la realidad
per Pijis, vivid con ellos!	05 nov 2005
Barcelona es un puto Guetto, y no le queda mucho para que le pase lo mismo que a Paris, yo los defendia antes de vivir en un barrio con ellos, mueran todos los putos negros moros y demás escoria que nos roba a la minima de cambio.