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Notícies :: amèrica llatina |
Los alertas del humanismo clásico por Oscar Portela
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per Oscar Portela Correu-e: portelao@hotmail.com (no verificat!) Telèfon: 0378315516913 |
29 oct 2005
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Estado de la geopolítica Argentina |
Los alertas del humanismo clásico.
por Oscar Portela
Yo vivà toda mi vida en el centro del acuÃfero guaranà ( esteros del Ibera: lagunas, islas, esteros o bañados ( equivalentes de las marismas de la Florida): allà comà mosquitos, moscas - mi padre, abuelos, bisabuelos, se allanaron a vivir en esa zona más difÃcil que el Ã?frica, no tanto como el Amazonas), y los caballos en los que viajábamos durante horas, se caÃan al agua, con sus montados, nosotros llevados por peones: Corrientes constituye la tercer zona densa en riqueza acuÃfera del mundo, y por la tanto desde hace unos años, parte de la provincia cuyo caudal de aguas, ocupan más del 60 por ciento de la provincia, esta ya en manos de capitales extranjeros: sobrarán argumentos para defender esta especie de privatización del territorio nacional, asà que nuestros gritos solo, podrán ser como los del “teruâ€? , quien trata de engañar al predador, pero no alejaran a los mercaderes, que ya , mimados por los organismos internacionales, declararon el agua como "patrimonio de la humanidad" ( "Humanismo y Terror" - Maurice Merleau Ponti): ayer el oro, luego el petróleo , hoy el agua, el alma de los pueblos crucificadas, las lenguas ensimismadas y alienadas, todo, por lo tanto, como intelectual y polÃtico, frente a un paso más de las iluminadas corporaciones, que remplazan a los Estados, y frente a la decretada muerte de los partidos que han implosionado definitivamente en nuestro paÃs ( ver ultimas elecciones), creo que , todo acto de protesta y rechazo, solo será parte de una retórica que nada importará a una voluntad que sabiéndose a si misma, solo se frenará, con la explosión centrÃpeta de su propia fuga hacia la nada del nihilismo extremo: quiero decirlo claramente, no se puede hacer nada, salvo actuar como actúa hoy Irán, o algunos paÃses que han declarado la guerra a un imperio que no sabemos cuanto tardará en caer:
la corruptela estructural de la Repúblicas bananeras, son cómplices de las entregas constantes de nuestra memoria histórica y sin ella, carecemos ya del sentimiento de pertenencia no solo a una determinada territorialidad, sino a la mas honda de la comarcal.
a Alberto Peyrano
Ctes octubre 2005 |
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Comentaris
Re:Hugo Chavez en las nubes de Ubeda, por Oscar Portela
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per Oscar Portela portelao@hotmail.com |
04 nov 2005
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Chávez en la nubes de “Úbeda�
Por Oscar Portela
Y hablaba y hablaba interminablemente, y en su esperanto se mezclaban Judas – el primer capitalista! ( pobreteo, los capitalistas no se suicidan), Jesús, el primer Socialista, - no Fourier -, y Marx, y Fidel, y el Che, y la pobretea Evita, y Simón – no Simón Judas, sino BolÃvar,- victima de sus desmedidas ambiciones, muerto traicionado por sus generales y sifilÃtico-, y cabrÃan en la ilimitada lista, con buena voluntad, la madre Teresa, la defensora del humanismo clásico doña Hebe, la del pañuelo blanco, y por supuesto, el pensador Maradona , porque esta es la patria de Alberdi, de Rosas, y hasta del manco Paz, hasta que, obligadamente le llegó, por extrañas vÃas discursivas, el nombre de San MartÃn, y también , de viaje al imperio que pretende construir, nuestro padre de la patria, el general San MartÃn – muy a su pesar no creÃa sino en imperios -, empero, olvidando al General Rozas y la batalla de “Obligadoâ€?, en la que por segunda vez los ingleses fueron expulsados de la Argentina, y en su bitácora, tampoco destacaba MartÃ, pero si Fidel , y esperábamos el turno de Moria,¡ pero no llegó!
¡ Que desilusión la nuestra Discepolin! Tanta retórica vacÃa, tanto vacÃo del pensar, tanta vacuidad en medio de un desierto que se acrece , en este paÃs, desde la Boca a Santiago del Estero donde la vinchuca sigue haciendo estragos, mientras los marines viven cómodamente, en la cómoda lista de un paÃs que gasta en educación, tanto como para figurar en la lista del paÃs numero 76, y las cárceles se atestan, y proliferan los nuevos mandarines y las nuevas castas, y el poder es cada dÃa – con el disfraz proporcionado por Hop, mas omnÃmodo que el Napoleón el pequeño- y hasta el suicidio, se cobra victimas, cuando la violencia no duerme con su mejor amigo: hasta aquÃ, el Comandante Chávez, a quien creÃmos, no un aventurero, sino un defensor de los humildes, no un emulo raquÃtico de Mao, sino un sÃmbolo de una raza casi extinguida, mientras hoy, tÃmidamente nos preguntamos, sin el fondo de su turbulento corazón, no envidia el garrote esgrimido por Tedie Rooselvet, y su no lucida revolución bolivariana, no tiene otro objetivo que “restaurarâ€? hoy, un imperio que tenga en Venezuela su columna vertebral: por fin, dirÃamos entonces, alguien que como Napoleón, comprende que la historia Universal, no es la de los pueblos ni la de las naciones, sino solo la de los imperios: pero esto Chávez, verborragico, vacÃo, e insultando a quienes no piensan como él, lo guardo como un enigma de su estrategia, la que sostiene que el “hombre no es una pasión inútilâ€? ( Sartre).
Oscar Portela
4 nov 2005 |
Re:Oscar Portela, un clamor en el desierto, por Graciela Maturo.
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per Oscar Portela portelao@hotmail.com |
11 mar 2006
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OSCAR PORTELA, UN CLAMOR EN EL DESIERTO
Acerca del libro Claroscuro de Oscar Portela,
Corrientes, SubsecretarÃa de Cultura, 2005.
En la desmemoriada y decaÃda cultura argentina surgen todavÃa algunas voces que dan cuenta de lo mejor de nosotros. Y esas voces no son las de figuras repetidas en las pantallas, las escasas revistas, o las páginas de los más prestigiosos suplementos de los diarios, por el contrario vienen de rincones distintos del paÃs, y a menudo carecen de la debida repercusión en las grandes ciudades.Entre ellas destaco la del poeta correntino Oscar Portela, voz escondida y silenciada, hace tiempo recluida entre los palmerales y las aguas de su provincia natal. Esa voz, a pesar de todo, se deja oir contra la estulticia y la barbarie de este tiempo atroz, en esporádicas publicaciones provinciales.
La poesÃa de Oscar Portela es intensa, esencial, reveladora. No recoge el ruido de las calles ni la pasajera atracción de la feria bulliciosa; nace de la interioridad profunda del hombre, esa interioridad que se relaciona con el destino y lo sagrado.
Por eso su decir toma el aire del canto, del llanto, de la elegÃa. Se lanza en versÃculos entrecortados, de ritmo irregular pero sin embargo fiel a una música interna, para decir la angustia de estar vivo, la trágica certidumbre del tiempo, los vislumbres de la eternidad. El combate con el Ã?ngel, configurado en uno de sus poemas, es la instancia decisiva que ha marcado al poeta con una iniciación indeleble. Desde allà le es irrenunciable recordar a vivos y muertos, proclamar la orfandad de la criatura humana, reconocer la fuerza augural de su propio canto.
Portela se mueve en un mundo donde toda cosa visible se desmorona; persigue, sin embargo, el rastro de lo permanente. Sabe que su misión es la fidelidad a ese rastro, que se manifiesta en el mundo y más allá de él, en su palabra. Está destinado a auscultar incesantemente su propio corazón para ofrendarlo en las aras del sacrificio. Dotado de una lucidez espectral, se reconoce como oficiante en un final de época que tiene visos de catástrofe.
La palabra de Oscar Portela se eleva como una salvaje plegaria, mezclada de blasfemia, para decirnos el despojo y la destrucción que se inician en su propio cuerpo . Construye un arca para la salvación del mundo, como lo proponÃa el cristiano Dostoievsky. Intenta nombrar los restos del naufragio, tender el exorcismo de la memoria para impedir que el viento final arrase con lo que queda de humanidad sobre la tierra. Tal el contenido de estos poemas que nos avasallan y acongojan, pero también nos iluminan.
Graciela Maturo. |
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