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Notícies :: mitjans i manipulació |
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La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per manipulacio mitjans |
24 ago 2005
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La vanguardia de hoy publica esta perla informativa. Se olvida de explicar que es la ley 270bis italiana por cierto, y que el movimiento antiglobalizacion mas moderado tambien fue atacado mediante esta ley. |
La policía teme el liderazgo de los anarquistas italianos
Los servicios de información detectan a activistas venidos de Italia en foros alternativos en asambleas de okupas en Barcelona
E. FIGUEREDO - 24/08/2005
BARCELONA
Los servicios de información de la policía han detectado la presencia de destacados miembros del colectivo anarquista italiano en diferentes foros alternativos y asambleas okupas de Barcelona. Estos destacados militantes antisistema procedentes de Italia - cada vez con mayor ascendente sobre los okupas catalanes, según los investigadores- llevan a cabo charlas y conferencias que, en determinados círculos dentro de las fuerzas de seguridad, consideran de "adoctrinamiento".
La alerta policial se mantiene desde el mismo momento en que la posibilidad de que estos anarquistas estén empezando a ejercer funciones de liderazgo podría ser una realidad, al menos en determinados foros antisistema de la capital catalana. La celebración el pasado 25 de junio de una manifestación por las calles de Gràcia en favor de un grupo de detenidos italianos, arrestados el 11 de mayo, y en especial la de un activista anarquista capturado en Barcelona que llevaba fugado de la justicia de su país desde agosto del 2004, vino a confirmar buena parte de las sospechas de los servicios de información.
La manifestación, que no llegó al millar de personas, sí demostró sin embargo que los antisistema llegados de Italia empiezan a tener canales articulados de comunicación y de convocatoria.
La explosión de una cafetera bomba en el Instituto Italiano de Cultura de Barcelona el pasado 12 de julio y la de otro artefacto similar tres días después en un concesionario Fiat de El Prat de Llobregat fueron hechos que hicieron fijar definitivamente los ojos de las fuerzas de seguridad en la nueva colonia de antisistema llegados a la capital catalana, entre quienes están buscando a los supuestos autores del atentado. Días antes de la explosión del instituto italiano, se había localizado en Vallvidrera una mochila cargada de elementos para construir artefactos y un manual para su confección escrito en la lengua de Dante.
La llegada paulatina de estos antisistema extranjeros es una realidad. Los Mossos d´Esquadra, por ejemplo, justifican este fenómeno en el hecho de que las actividades de estos grupos en países como Italia o Francia están mucho más perseguidad das. El hecho de que el Código Penal, según fuentes policiales, castigue menos determinadas actitudes ha favorecido este fenómeno migratorio anarquista dentro de las fronteras de la UE a un país como España que consideran más permisivo.
Los servicios secretos italianos, el Sisde, elaboraron para el Ministerio de la Presidencia de la República Italiana un informe sobre el movimiento anarquista que se hizo público el pasado mes de julio. En él se demuestra el empeño del Gobierno de Berlusconi por perseguir a estos colectivos. En el primer semestre de este año, la policía de aquel país ha practicado 25 detenciones y ha llevado a cabo 150 entradas y registros en domicilios y locales.
En el informe de los servicios secretos italianos se dedica un apartado específico a la presunta activi-de grupos anarquistas huidos de Italia y refugiados en España y, en menor medida, en Grecia. En él se habla en especial de la operación policial del 11 de mayo en la capital catalana que contó con la presencia de miembros del cuerpo de Carabineros sobre el terreno. Refiriéndose al arresto de Francesco G., de 25 años, los servicios de información italianos dicen que tienen la seguridad de que "el sujeto recibió apoyo logístico de la franja anarquista catalana, como consecuencia de los lazos de colaboración con el área pisana (de Pisa, región de Toscana)", uno de los puntos de mayor implantación de estos colectivos en Italia.
El Gobierno español autorizó la extradición a Italia de Francesco G. el pasado 16 de julio, apenas cuatro días después de la explosión del Instituto Italiano de Cultura, en la que murió uno de los perros de la unidad de guías caninos. El servicio secreto italiano avisa de que una de las herramientas más utilizadas por la red anarquista es internet. |
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Comentaris
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per X |
24 ago 2005
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Ahir també sortia al Punt de Barcelona a la Portada |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Lo gaiter |
24 ago 2005
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Ja hi som tots. Aquests sensacionalismes i aquestes campanyes mediàtiques de criminalització segueixen sempre el mateix patró. En aquest cas ja hem arribat a la fase: "El mal ve de fora", una tàctica molt assimilada en els subsconscients de moltes persones i que sempre s'utilitza quan resulta prou incomode reconeixer que en el propi poble, barri, ciutat, país o el que sigui existeixen "elements perillosos" per les seves idees i accions. "Això no ho han fet gent del poble" qui no ha sentit aquesta sentència entre paternalista i xenòfoba, molt millor dir-ho quan no ets capaç d'assumir la realitat de que el teu veí pot ser un "perillossíssim anarquista" i tu sense enterar-te, i a sobre a nascut aquí.
Crec que els companys italians estan patint una cacera de bruixes amb diverses detencions i deportacions injustificades. L'esclat de dues bombes, la maleta sospitosament trobada a Vallvidrera amb material escrit en italià, i ara per arrodonir-ho les festes de Gràcia i l'acussació directa de "grups d'estrangers" com a causants dels aldarulls, entre els tretze detinguts sino recordo malament hi ha quatre que són italians. Només falta la rúbrica de l'article de torn per arrodonir el cercle mediàtic i ja està preparada una campanyeta magnifica per poder-nos emportar per endavant arbitràriament qualsevol italià que estigui compromès en algun moviment social, anarquista diuen però després ja ni caldrà. Si a sobre aquests elements tan perillosos estan relacionats amb el nostre mal preferit: els malignes okupes, i si a sobre: "estos anarquistas estén empezando a ejercer funciones de liderazgo", ja quadrem el cercle de la criminalització. Dos ocells d'un tret.
S'està preparant el terreny per un nou muntatge, els italians que visquin a Barcelona estan assenyalats directament pels mitjans i pels polítics. És la seva forma d'aplicar la neteja necessària fins a l'espera d'un nou mal vingut de ves a saber on o crescut entre les esplendoroses despulles de la seva tan magnífica civilització.
El mal ara ve de fora, però quan els interessi vindrà de dins. Res de nou, les mateixes mentides, criminalitzacions i manipulacions de tota la vida. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Cero |
24 ago 2005
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Potser no es tracta només d'una campanya criminalitzadora dels anarquistes de Barcelona, sino dels anarquistes en general.
Cal estar alerta, com sempre, a veure que volen aquesta gent...
Caldria revisar la premsa dels últims dies per anar veient "perles" com la de la vanguardia.
Us penjo dos "perles" més, aparegudes aquest agost a El Pais i a The economist (aquest últim sense traduir, però és la base de l'article del Pais).
El Pais
diumenge 21 d'agost de 2005 pg. 10
Las lecciones del anarquismo
Los anarquistas, que desprecian cualquier tipo de gobierno, tienen poco que ver con los yihadistas, que luchan por imponer una rÃgida forma de gobierno en todo el mundo. En cualquier caso, tienen algunas cosas en común.(...) Los teóricos de ambos movimientos a menudo llevan barba y sus seguidores están dispuestos a tomar el camino de las bombas, pero éstas no son ni mucho menos todas las similitudes entre ambos movimientos. ¿Que lecciones podemos extraer de eso grupo de fanáticos que existió hace ya 100 años y de cuya ideologÃa no queda prácticamente nada? Por lo menos dos. La primera es que la represión, la expulsión y las restricciones a la libertad de expresión no terminan con el terrorismo. Todo ello se intentó, a menudo con gran rigor, a finales del siglo XIX, cuando la violencia anarquista que aterrorizaba parte de Europa y EEUU estaba en su cenit. (...) Entonces, como ahora, los Gobierno respondieron al clamor popular con medidas que criminalizaban a cualquiera que predicase o apoyase la violencia, y si eran extranjeros se les expulsaba del paÃs. En España hubo juicios en tribunales militares especiales, presagiando quizás lo que serÃan los procesos de Guántanamo. (...) A cada nuevo ataque le siguen nuevas medidas, como si éstas pudieran haber evitado los atentados anteriores. Pero no habrÃan podido evitarlos, porque es difÃcil derrotar el terrorismo. Ã�sta es la segunda lección que deberÃamos aprender.
A lo largo de la historia, los hombres imbuidos de un determinado sentido de la injusticia o con un determinado propósito han recurrido al derramamiento de sangre. Los anarquistas no fueron los primeros. Sólo eran unos visinarios que creÃan en la violencia como medio para imponer su ideologÃa. Los yihadistas también lo son. (...) Unos y otros, tienen una ideologÃa carente de cualquier capacidad de empatÃa. Los activistas pueden ser detenidos, a veces incluso antes de que comentan una atrocidad, lo que demuestra la necesidad de la acción de la policÃa y los servicios de inteligencia. Quizás se pueda reducir su número disminuyendo los agravios con los que justifican sus ataques, lo que demuestra la necesidad de la acción polÃtica. Sin duda alguna, los ciudadanos necesitan sentirse seguros, lo que demuestra la necesidad de explicaciones honestas como, por ejemplo, (...) que las injusticias policiales cometidas en situación de alerta sólo provocan más violencia o que las nuevas restricciones no van a traer mayor seguridad. Una explicación honesta indica, además, que esta ola de terror pasará, como pasó la anarquista, pero no el terrorismo, por lo menos mientras siga habiendo extrañas personas seducidas por extrañas ideas. (...)
THE ECONOMIST
http://www.economist.com/displaystory.cfm?story_id=4292760
Repression did little to stop anarchist violence. But eventually the world moved on and the movement withered
BOMBS, beards and backpacks: these are the distinguishing marks, at least in the popular imagination, of the terror-mongers who either incite or carry out the explosions that periodically rock the cities of the western world. A century or so ago it was not so different: bombs, beards and fizzing fuses. The worries generated by the two waves of terror, the responses to them and some of their other characteristics are also similar. The spasm of anarchist violence that was at its most convulsive in the 1880s and 1890s was felt, if indirectly, in every continent. It claimed hundreds of lives, including those of several heads of government, aroused widespread fear and prompted quantities of new laws and restrictions. But it passed. Jihadism is certainly not a lineal descendant of anarchism: far from it. Even so, the parallels between the anarchist bombings of the 19th century and the Islamist ones of today may be instructive.
Islamists, or at least those of the Osama bin Laden stripe, have several aims. Some�such as the desire �to regain Palestine�, to avenge the killing of �our nation's sons� and to expel all �infidel armies� from �the land of Muhammad��could be those of any conventional national-liberation movement. Others are more millenarian: to bring everyone to Islam, which, says Mr bin Laden, �is the religion of showing kindness to others, establishing justice between them, granting them their rights, and defending the oppressed and persecuted.� All this will come to pass once everyone is living in an Islamic state, a caliphate governed by sharia law. Hence �the martyrdom operations against the enemy� and the promise of paradise for those who carry them out.
Anarchists have always believed in the antithesis of a Muslim state. They want a world without rule. Their first great theoretician, Pierre-Joseph Proudhon, wanted to abolish centralised government altogether. This, though, would not bring the chaos with which the word anarchy is often considered synonymous. On the contrary, a sort of harmonious order would ensue, the state being replaced by a system of autonomous groups and communities, glued together by contract and mutual interest in place of laws. Justice, argued this essentially non-violent man, was the �central star� governing society.
Though Proudhon is remembered for the dictum, �Property is theft!� he actually believed that a man had the right to possess a house, some land and the tools to work it. This was too much for Mikhail Bakunin, a revolutionary nationalist turned anarchist who believed in collective ownership of the means of production. He believed, too, that �the passion for destruction is also a creative urge,� which was not a description of the regenerative workings of capitalism but a call to the barricades. Regeneration, however, was very much an anarchist theme, just as it is a jihadist one. As one of anarchism's leading interpreters, George Woodcock, has put it, �It is through the wrecks of empires and faiths that the anarchists have always seen the glittering towers of their free world arising.�
What prompts the leap from idealistic thought to violent action is largely a matter for conjecture. Every religion and almost every philosophy has drawn adherents ready to shed blood, their own included, and in the face of tyranny, poverty and exploitation, a willingness to resort to force is not hard to understand. Both anarchism and jihadism, though, have incorporated bloodshed into their ideologies, or at least some of their zealots have. And both have been ready to justify the killing not just of soldiers, policemen and other agents of the state, but also of civilians.
The heads roll
For anarchists, the crucial theory was that developed in Italy, where in 1876 Errico Malatesta put it thus: �The insurrectionary deed, destined to affirm socialist principles by acts, is the most efficacious means of propaganda.� This theory of �propaganda by deed� was cheerfully promoted by another great anarchist thinker, Peter Kropotkin, a Russian prince who became the toast of radical-chic circles in Europe and America. Whether the theory truly tipped non-violent musers into killers, or whether it merely gave a pretext to psychopaths, simpletons and romantics to commit murders, is unclear. The murders, however, are not in doubt. In deadly sequence, anarchists claimed the lives of President Sadi Carnot of France (1894), Antonio Cánovas del Castillo, the prime minister of Spain (1897), Empress Elizabeth of Austria (1898), King Umberto of Italy (1900), President William McKinley of the United States (1901) and José Canalejas y Méndez, another Spanish prime minister (1912).
Such assassinations, it may be argued, were less similar to al-Qaeda's than to those of the Narodniki, the members of the Russian Party of the People's Will, who believed in �destroying the most powerful person in government� to undermine its prestige and arouse the revolutionary spirit. This they had undoubtedly done in 1881 by murdering Tsar Alexander II, even though he had been a reformer and, indeed, a liberator of the serfs. In truth, the practice of assassination is as old as the hills, though it got its name only in the 11th-13th centuries when it was followed by the Nizari Ismailiyun, a Shia sect that considered the murder of its enemies�conducted under the influence of hashish (hence assassin)�to be a religious duty.
Mr bin Laden would surely delight in some dramatic assassinations today. Presidents and prime ministers, however, do not nowadays sit reading the newspaper on the terraces of hotels where out-of-work Italian printers wander round with revolvers in their pockets, as Cánovas did, or walk the streets of Madrid unprotected while looking into bookshop windows, as Canalejas did. So Mr bin Laden must content himself with the assertion that on September 11th, �God Almighty hit the United States at its most vulnerable spot. He destroyed its greatest buildings...It was filled with terror from its north to its south and from its east to its west.�
The anarchists, too, were happy to resort to more indiscriminate acts of terror. �A pound of dynamite is worth a bushel of bullets,� said August Spies, the editor of an anarchist newspaper in Chicago, in 1886. His readers evidently agreed. A bomb thrown soon afterwards was to kill seven policemen breaking up a strikers' gathering in the city's Haymarket Square.
France, too, had its dynamitards. One of their bombs blew up the Restaurant Véry in Paris in 1892. Another, some months later, which was destined for a mining company's offices, killed six policemen and set off a flurry of wild rumours: acid had been placed in the city's water supply, it was said, churches had been mined and anarchists lurked round every corner. A year later a young anarchist, unable to earn enough to feed himself, his lover and his daughter, decided to take his own life�and at the same time make a protest. Ready to bomb but unwilling to kill, he packed some nails and a small charge of explosive into a saucepan and lobbed it from the public gallery into the Chamber of Deputies. Though it caused no deaths, he was executed�and then avenged with another bomb, this one in the Terminus café at the Gare St-Lazare which killed one customer and injured 19. The perpetrator of this outrage, designed to �waken the masses�, regretted only that it had not claimed more victims. A popular street song boasted:
It will come, it will come,
Every bourgeois will have his bomb.
And many were inclined to agree. Four more bombs went off in Paris in the next two months.
Other countries were hardly more peaceful. A bomb was lobbed into a monarchist parade in Florence in 1878, another into a crowd in Pisa two days later. In 1893, two bombs were thrown into the Teatro Liceo in Barcelona, killing 22 opera-goers on the first night of the season. A year later a French anarchist blew himself up by accident in Greenwich Park in London, presumably on his way to the observatory there. Two years later, at least six people taking part in a religious procession in Barcelona were blown to bits by an anarchist bomb. Countless attempts were also made on the lives of bigger names, such as King Alfonso XII of Spain (1878), Kaiser Wilhelm I of Germany (May and June 1878), Andrew Carnegie's business partner, Henry Clay Frick (Pittsburgh, 1892), a Serbian minister (Paris, 1893) and King Alfonso XIII and his English bride (Madrid, on their wedding day, 1906). In this last incident alone 20 bystanders died.
Then, as now, alarm and consternation broke out. Admittedly, violent attacks on prominent figures were quite frequent: one American president had been assassinated in 1865 (Lincoln) and another in 1881 (Garfield), and seven attempts were made on Queen Victoria's life before her reign ended in 1901, none of them by anarchists. Even so, governments could hardly do nothing. The response of some was repression and retribution, which often provoked further terrorist violence. Germany arrested 500 people after the second attack on the kaiser, many for �approving� of the attempts on his life. Spain was particularly prone to round up the usual suspects and torture them, though it also passed new laws. After the Liceo bombing, it brought in courts-martial for all crimes committed with explosives, and only military officers were allowed to be present during the trial of the supposed bombers.
France, too, resorted to unusual measures. After the bombing of the French Chamber of Deputies, 2,000 warrants were issued, anarchist clubs and cafés were raided, papers were closed down and August Vaillant, the bomber, was tried, found guilty and sentenced to death in a day. An apologist who declared that not a single man in France would grieve for the president if he confirmed the sentence (as he did), and then was assassinated (as he was), was jailed for two years for incitement to murder. The French parliament made it a crime not just to incite sedition but also to justify it. Criminal �associations of malefactors� were defined by intent rather than by action, and all acts of anarchist propaganda were banned.
Similarly, in Britain soon after last month's bombings, the prime minister, Tony Blair, announced that �condoning or glorifying terrorism� anywhere, not just in the United Kingdom, would become a crime. Places of worship used as centres for �fomenting extremism� are to be closed down. Measures will be taken to deport foreigners �fostering hatred, advocating violence to further a person's beliefs, or justifying or validating such violence.� Naturalised Britons engaged in �extremism� will be stripped of their citizenship.
Jihadists, of course, cross borders, and many are presumed to be indoctrinated by foreigners, even if they commit their deeds at home. So it was too with the anarchists, even though they often plotted and acted alone. Many of the ideas came from Russia. Besides Bakunin, Russia also produced Kropotkin, �an uncompromising apostle of the necessity of violence�, according to Barbara Tuchman in �The Proud Tower�.
Italy, by contrast, produced many of the assassins: for example, those who killed Carnot, Cánovas, Empress Elizabeth and King Umberto. It also exported utopians who founded anarchist settlements like the Cecilia colony in Brazil. Germany, too, had its share of fanatics, including Johann Most, the editor of an incendiary New York newspaper, Freiheit, and many of the Jewish anarchists who congregated in London's East End. France also sent anarchos abroad: a prominent theorist, Elisée Reclus, taught in Brussels. The man who shot McKinley was the child of Polish immigrants to America. And Switzerland, like England, played host to exiles who came and went with considerable freedom.
No wonder, then, that anti-foreigner feeling ran high in many places. In the United States, President Theodore Roosevelt asked Congress to exclude anyone who believed in �anarchistic principles� and, by treaty, to make the advocacy of killing an offence against international law. Congress duly obliged with an act that kept out anyone �teaching disbelief in or opposition to all organised government�.
By then an international conference had been held (in 1898) at the behest of Italy to seek help in fighting anarchism. The Italians did not get all they wanted: Belgium, Britain and Switzerland refused to abandon the right of asylum or to extradite suspected anarchists. But in 1893, just after the Liceo bombing, Britain had reluctantly banned open meetings of anarchists after the Liberal home secretary, H.H. Asquith, had come under attack for allowing an anarchist meeting to commemorate the Chicago Haymarket martyrs.
The vast majority of anarchists, like the vast majority of Islamists, were not violent, and some of those who once believed in bloodshed, notably Kropotkin, were to turn against it in time. But those who relished indiscriminate violence used an argument with striking similarities to that used by Mr bin Laden. Thus Emile Henry, who had left the bomb in the café at the Gare St-Lazare, was to justify his act by saying that those in the café were all �satisfied with the established order, all the accomplices and employees of Property and the State...There are no innocent bourgeois.� For his part, Mr bin Laden, in his �Letter to America� of November 2002, justifies the �aggression against civilians for crimes they did not commit� with a slightly more sophisticated variant. They deserved to die, he said, because, as American citizens, they had chosen �their government by way of their own free will, a choice which stems from their agreement to its policies.�
Such sentiments recall the characters of Conrad's �The Secret Agent� and Fyodor Dostoevsky's �Devils�. Inspired by 19th-century anarchist intellectuals and events, they describe men of almost autistic lack of empathy and contorted moral sense. For Conrad's protagonist, nicknamed the Professor, the world's morality
was artificial, corrupt and blasphemous. The way of even the most justifiable revolutions is prepared by personal impulses disguised into creeds. The Professor's indignation found in itself a final cause that absolved him from the sin of turning to destruction as the agent of his ambition. To destroy public faith in legality was the imperfect formula of his pedantic fanaticism; but the subconscious conviction that the framework of an established social order cannot be effectually shattered except by some form of collective or individual violence was precise and correct. He was a moral agent�that was settled in his mind. By exercising his agency with ruthless defiance he procured for himself the appearances of power and personal prestige. That was undeniable to his vengeful bitterness. It pacified its unrest; and in their own way the most ardent of revolutionaries are perhaps doing no more but seeking for peace in common with the rest of mankind�the peace of soothed vanity, of satisfied appetites, or perhaps of appeased conscience.
Anarchists like the Professor, a quiet man who went round with a bomb in his pocket that he could detonate with the squeeze of a rubber ball should he be arrested, were difficult to detect and impossible to deter. So why did their wave of terror pass? Not, it seems, because of the measures taken to deter them. The main reason, rather, was that the world became consumed with the first world war, the Russian revolution, the fight against fascism and the struggles against colonialism. Another was that, after a while, the more rational anarchists realised that terrorism seldom achieves the ends desired of it�as the IRA has recently acknowledged.
But in truth the wave did not entirely pass; it merely changed. The anarchist terrorists of 1880-1910 were replaced by other terrorists�Fenians, Serb nationalists (one killed the Archduke Franz Ferdinand and thus sparked the first world war), Bolsheviks, Dashnaks (revolutionary Armenians), Poles, Macedonians, Hindu nationalists (among them the killers of Mahatma Gandhi), fascists, Zionists, Maoists, Guevarists, Black Panthers, Red Brigades, Red Army Fractions, Palestinians and even al-Qaeda's jihadists. Few of these shared the anarchists' explicit aims; all borrowed at least some of their tactics and ideas.
And the world went on. It probably would even if yesterday's dynamitards become today's plutoniumards. But terrorism is unlikely to be expunged. As long as there are men like Conrad's Professor, there will be causes to excite them, and therefore deeds to terrify their fellow citizens. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per comor? |
24 ago 2005
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extraas personas y extrañas ideas?
que hay mas extraño que el capitalismo? |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per jove educat d'esquerres |
24 ago 2005
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Si lo dice la Vanguardia, el Punt i el Herald Tribune ha se ser veritat. Tot encaixa com un immens puzzle sideral. A partir d'ara toca controlar els anarquistes a Barna. Tolerància zero. |
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Ilustracions de "The Economist"
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per Cero |
24 ago 2005
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Caldria revisar a casa nostra també que és el que posa al museu d'història que hi ha a BCN, quan parla dels anarquistes, i de quina manera tant descarada i subliminal vincula a Ferrer i Guàrdia amb les bombes. |
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Los anarquistas no somos instrumentos de nadie ,somos dueños de nuestra propia libertad
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per anarquista |
24 ago 2005
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Los anarquistas no estamos para cambiar las leyes sino sencillamente queremos vivir sin ellas,es decir que nuestra lucha es individual o grupal pero siempre en defensa de nuestra libertad y en un grupo de hombres libres,no somos instrumentos de ninguna ideologia y quien comete un acto de violencia lo hace a título personal y en funcion de su propia idea del deber.La libertad es aqui y ahora y cada uno la practica por si mismo. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per aggg! |
24 ago 2005
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no es preocupen ni de especificar (anarquistes violents, per exemple), casi empren la paraula "anarquista" com a sinònim de terrorista. ...fanáticos...bombas...extrañas ideas... |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Mon pudent |
24 ago 2005
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Kin fastig q fan els putus diaris, la Vanguardia des de sempre q no a estat gaire a favor del poble pro bé tots son iguals. Si s'esforçen pr criminalitzar el moviment llibertari es pq saben q sinó ho fan tenen molt a perdre i aixo ens ha d servir pr contiunuar amb mes força q mai. Salut |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Ei |
24 ago 2005
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Ho sento, no veig què hi ha de criminalitzador en l'article de La Vanguardia. És obvi que hi ha molts sectors black block a Barcelona que estan formats bàsicament per gent de fora, que són els més radicals (en quan neguen taxativament la coordinació i entesa amb altres moviments socials). Jo no hi trobo res d'especialment manipulat en la notícia. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Antiterrorista |
24 ago 2005
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El Terror nunca ha beneficiado al anarquismo. El anarquismo si pretende algo debe liberarse del Terror. El Terror beneficia sobremanera al sistema. El Terror le da un fundamento al sistema. La Policía, los ejércitos, la represión, el Estado se sostiene gracias a que existe el Terror y a que la gente cree que existe el Terror. De paso los anarquistas y yihadistas dan nuevos argumentos y pruebas de la existencia del terror y refuerzan aun más al Sistema y justifican sus policias, leyes y ejercitos. El Sistema andaría preocupado sino hubiera terror, si reinara la Paz , el sistema tendría muchisimas razones para preocuparse. Cómo argumentaría entonces su existencia ? Cómo justificaría su necesidad ? NO me gusta ganghi ni lo que consiguió ( pues detras de él estaba el sistema ) pero el ha conseguido mucho más que el terror. Tampoco los hippies pero también consiguieron mucho más.
El Cristianismo demostró lo mismo.
Los grandes movimientos que enarbolan la paz y nuevas formas de vida son los que realmente ponen los pelos de punta al sistema, porque parece que con ellos se rompe la dicotomia del sistema: o conmigo o contra mi. Pues no, ni contigo ni contra ti, sino todo lo contrario: fuera de ti.
El sistema quiere hacernos creer que fuera de él no hay nadie. La practica del Terror le da la razon en eso y es solidaria con esa idea sistematica.
El Sistema se asienta sobre la idea inconscientemente asumida por siglos de contaminacion de que "el hombre es un lobo para el hombre" y de qe ahí fuera sin Estado hay "la lucha de todos contra todos". Quien recurre al Terror inconscientemente también cree en eso. Y creyendo en eso justifica al sistema. Porque sino creyera en eso trataría de vivir fuera del sistema, sin temor. Pero bajo la divisa "socialismo o barbarie" parece que los practicantes del Terror se inclinan por la barbarie ( como el sistema ) y le dan la razón.
Pero los practicantes del terror, habeis practicado el socialismo?
El sistema no lo permite ? Tan poderoso es ?
El primer paso para negar su poder es demostrarle que el socialismo es posible aqui y ahora y sin terror. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per bakunin |
25 ago 2005
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Be, "antiterrorista" tu també caus en el parany de posar al mateix sac anarquistes i terroristes. En l'exemple de fites aconseguides sense la violència (Gandhi, els hippis, etc)t'oblides de per exemple de les fites aconseguides sense violencia al nostre Estat, les vuit hores aconseguides "pacíficament", amb forta repressió de l'estat en vagues generals impulsades pels anarquistes, amb la posterior aparició dels pistolers de la patronal i obertament de la policia. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Un |
25 ago 2005
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Ei també deuriem pensar que de fet no és estrany i com que actualment ningú es solidari amb ningú, i no es d'estranyar de veure xusma com s'alegra quan reprimeixen el vei perque era comunista i no anarquista, o per ser indepe i no comunista, o per ser ecologista i no okupa...
Vaja que els ho posem fàcil. És tan fàcil com veure com molta gent suposadament d'esquerres i anarquista s'alegra quan tenquen a l'Otegi, i en el fonms pensen que ja li està bé. I en canvi obliden que la repressió sempre es generalitza. I més si tens tarats que van posant bombetes sense tenir el més mínim recolzament social.
Si Terra Lliure ja era una entelequia amb un suport social massa petit com per arribar enlloc a traves de la lluita armada, no en parlem del moviment anarco a barna, força més testimonial i dividit. |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per Grenouille |
25 ago 2005
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No ho veieu?
ESTAN DUENT A TERME UNA CAMPANYA QUE ACABARÀ AMB MOLTES DETENCIONS.
Vigileu el vostre cul, la policia està conspirant i preparant un muntatge.
PD: i no estic dient que ens fem enrera, no malinterpreteu. |
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Re: Te critico a ti, lo que hago yo
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per al noi fanfastic |
25 ago 2005
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"Ei", aunque a ti te parezca periodismo de investigación, la única investigación que hay detrás, es la policial, y desde luego muy interesada y nada cierta. Sólo hay que ver cómo relacionan las noticias que ellos mismos han creado. ¿Quién ha reivindicado la cafetera?. ¿Qué era tipo italiana?, vale, hay colillas, "han fumao". El que haya mucho "guiri" en las okupas, no es nada nuevo ni de ahora. Menos mal que no le han buscado una conexión polaca o sudamericana... Es como las detenciones de la mani de Gracia por la libertad de los anarquistas, pasaron de ser todos italianos, a que sólo hubiese un italiano. No es la primera vez que buscan desesperadamente crear una conexión Italia, Francia, Grecia,... Catalunya, España. Han habido ya tantos intentos, que al final alguno les dará resultado. Son torpes y tontos, pero no tanto, cada vez cometen un fallo menos, y alguna vez les saldrá como ellos tenían planeado, digo yo.
Deduzco que "Un" esboza la nueva ley de proporcionalidad para la "lucha armada". Según él, para toda lucha armada, hay que tener el apoyo de una mínima masa social y/o política, y ese límite habría que situarlo por encima del apoyo que tuvo Terra Lliure. Sí señor, nunca antes se hizo un planteamiento revolucionario desde una perspecctiva tan científica. Chapó! (chapeau!). De todas maneras, le ha faltado apuntar, que a partir de ahora, las franquicias para la lucha armada las distribuirá don Arnaldo, o alguno de sus acólitos. La lucha armada, también necesita de revoluciones organizativas y porque no aplicar las que tanto beneficio le ha dado al capital. Además, ningún acto de esos que han salido en prensa, independientemente de su veracidad, son actos calificados como lucha armada, en todo caso sabotajes, daños colaterales al capital,...asco a las instituciones de esta sociedad, llámalo como más rabia te de, ¿pero lucha armada?.
Una cosa es opinar que ese tipo de lucha es inútil, no sirve para nada, es errónea, o como dice el "antiterrorista", beneficia al estado-capital y a la justificación de su represión, opinión que a mi parecer es tan equivocada o más que ese tipo de lucha porque el capital-estado no necesita excusas para la represión..., como digo, una cosa es opinar, y otra descalificar y menospreciar como "xusma", "tarats"..., más o menos haces lo mismo que de lo que te quejas un poquito más arriba
Me hace mucha risa cuando dice:"I més si tens tarats que van posant bombetes sense tenir el més mínim recolzament social".
Si los que ponen "bombetas" sin apoyo social, son tarados, ¿qué son los que las ponen con apoyo social?, ¿revolucionarios?, ¿patriotas?, ¿gudaris?... O sea, que sólo se pueden poner "bombetas" si se tiene apoyo social, igual que hace el estado-capital..., o Al Quaeda. Sí que es cierto que hay mucha "xusma". |
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está clar que....
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per capdebolo |
25 ago 2005
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VAN A POR NOSOTR@S!!! |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per er profesional |
25 ago 2005
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El Pais: "Los teóricos de ambos movimientos (anarquismo y yihadistas/terroristas islámcos) a menudo llevan barba y sus seguidores están dispuestos a tomar el camino de las bombas, pero éstas no son ni mucho menos todas las similitudes entre ambos movimientos."
ostras se parecen en la barba!!!! ostras que facil es pillar a un anarquista!! claro!! por la barba!! que observaciones más perspicaces que hacen algunos periodistas, joder, y esperar que dice que hay más similitudes!! se ve que se lo ha currado más y todo... pero sino hacia falta!! si con la barba lo habias dejado bordado!!
QUE PATETICO!! |
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Re: La Vanguardia apunta contra grupos anarquistas en Barcelona
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per cuidado que vienen los anarquistas |
26 ago 2005
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Interesante :
http://www.periodicocnt.org/315agosep2005/21/ |
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