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Notícies :: antifeixisme |
La famila Bush y su Nazi/onal pasado
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per *a |
09 mai 2005
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El Ministerio de Guerra de los Estados Unidos incorporó en el pasado expertos en guerra biológica y en armas de destrucción masiva nazis, quiénes tuvieron la oportunidad de ensayar y probar su «especialidad» sobre los millones de civiles cuando estuvieron bajo las ordenes de Hitler o adherían a sus tesis durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante medio siglo, estos nazis aceptaron de trabajar en el más grande secreto en Fort Bragg (Estados Unidos), en la NASA, en el complejo militaro-industrial, en el lobby del armamento y en la CIA.
Fueron ellos los que desarrollaron los conceptos de "Guerra contra el Terrorismo" y la "Lucha contra los Estados Irresponsables". Desde 1981 George Bush padre dirigió en persona todas la operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código "Contra-terrorismo".
En 1942, Allen Dulles, abogado y amigo intimo de la familia Bush, recibió la misión de impedir a la prensa que cite o mencione el nombre de la familia Bush después que se constatara oficialmente que "grandes partes del imperio Prescott-Bush operaron para la Alemania nazi durante la segunda conflicto mundial, contribuyendo de esta manera al esfuerzo de guerra nazi [1].
Un año después, fue nombrado a la dirección de la OSS (Servicio Secreto predecesor de la CIA). Un encuentro tuvo lugar en Suiza con el adjunto de Himmler, Karl Wolf [2].
Juntos elaboraron un proyecto para hacer pasar los nazis a los Estados Unidos.
El primer proyecto de la CIA fue el Displaced Persons Act, una campaña de emigración que hizo entrar medio millón de europeos en los Estados Unidos entre 1948 y 1952. Entre estos emigrantes se encontraban 10,000 criminales de guerra nazis [3].
Oficiales superiores de la Cruz de Hierro húngara, la Legión búlgara, de la Organización de nacionalistas Ucranianos de Stephan Bandera, de la Legión lituaniana y la Brigada ruso blanca. La mayoría de estas facciones creó divisiones de Waffen-SS que salvajemente masacraron a comunistas, judíos y otros ciudadanos [4].
El húngaro Laszlo Pasztor representaba en Berlín al gobierno fascista de Hungría de Ferenc Szalas durante la segunda guerra mundial. En 1972, George Bush padre, era en esa entonces presidente del Concejo Nacional de los Republicanos, él nombró a Pasztor al cargo de presidente del Concejo Republicano de Nacionalidades. [5]
Pasztor abre las puertas a los criminales nazis de Europa del Este. Por ejemplo a Nicolás Nazarenko, oficial de las Waffen-SS en Rumania y especialista en "interrogatorios" a los prisioneros políticos. [6]
Asesinatos en casa
Asesinatos en casa
En menos de dos meses, cuatro crímenes conmovieron a las familias de Fort Bragg, la base principal de las Fuerzas Especiales estadounidenses que invadieron Afganistán para derrocar a los talibanes y capturar a Osama bin Laden. Tres efectivos que regresaron de la guerra recientemente mataron a sus esposas. El cuarto asesinato lo protagonizó otro efectivo del mismo cuartel, aunque no estuvo en la guerra pero recibió el mismo entrenamiento que el resto. Después de Vietnam, ahora se habla del trauma post-Afganistán. Texto revista Domingo.
Abre la puerta también a Radi Slavoff, quién fue portavoz de Iván Docheff, fundador de la Legión búlgara. O a Florian Galdau, capellán de la Guardia de Hierro rumana, que se vanagloriaba de haber ayudado a entrar a los Estados Unidos miles de criminales de guerra rumanos. Walter Melianovich por su lado representa a la Asociación Americano-Bielorusa, que canta las hazañas de los verdugos de la Unidad Waffen-SS de rusos blancos [7].
Este pequeño club de adeptos fue en 1988 el alma de la campaña electoral de George Bush padre para las presidenciales.
Slavoff es presidente de los "Búlgaros para Bush", Galdau de los "Rumanos para Bush" y Melianovich de los "Ucranianos para Bush"... [8]
Proyecto Paperclip: guerra biológica y de destrucción masiva
Dulles y sus amigos del Ministerio de Guerra desarrollaron y pusieron a punto un segundo programa "top-secret": el proyecto "Overcast", rebautizado más tarde proyecto "Paperclip". El objetivo era buscar y reclutar para la industria de guerra norteamericana, los científicos nazis, los especialistas en aeronáutica, en guerra biológica y química, en investigación nuclear y tratamiento del uranio.
Un documento con fecha del 2 de junio 1953 señala que en esa época, al menos 820 nazis ingresaron a los Estados Unidos vía la Operación "Paperclip". Entre ellos, el general-mayor nazi Walter Emil Schreiber. Este hombre experimentó sobre los prisioneros el gas-gangrena, el virus del tifus, ciertas drogas, el agua helada, las cámaras de baja presión. El general-mayor Schreiber fue asignado a la Escuela de Medicina de la Fuerza Aérea en Texas. El general mayor Kurt Blome, otro especialista en guerra biológica que experimentó con la vacuna de la peste fue contratado por el Departamento de Química del Ejército de los Estados Unidos. [9]
Werner Von Braun ingeniero que trabajó para Hitler fue enviado a Fort Bliss en Texas. Von Braun junto con Walter Dornberger fueron contratados por el abogado de la familia Bush, Allen Dulles, para que trabajaran en la industria bélica norteamericana, así como a muchos otros miles de criminales nazis. Dornberger trabajó en Bell Aircraft (Bell Textron), Von Braun fue nombrado director de la Marshall Space Flight y de la NASA.
Von Braun elaboró durante la segunda guerra mundial en Peenemunde el proyecto de los cohetes V2 alemán, el cual estaba dirigido por el general Walter Dornberger. Se estima que la fabricación de dichos cohetes como sus instalaciones fue responsable de la muerte de 20,000 prisioneros de los campos de concentración de Dora y de Nordhaussen. El ejército norteamericano hizo transportar a los Estados Unidos varias toneladas de las V2, los documentos técnicos y los 1,200 especialistas alemanes en la materia al final de la Segunda Guerra Mundial [10].
Los Estados Unidos utilizarán esta experiencia adquirida en armas biológicas contra la Grecia, en la guerra de Corea y en la Guerra del Vietnam.
El club de amigos de George Bush padre fue y es muy activo en dichas cuestiones y objetivos. Pasztor, Nazarenko y Melianovich hacen parte del lobby estadounidense del armamento "Coalición para la Paz por la Fuerza" del Concejo de Seguridad Norteamericano (ASC). La ASC es una iniciativa militaro-industrial lanzada principalmente por la Aircraft Industries Association, Standard Oil, Honeywell, US Stell y la United Fruit, todas estas grandes multinacionales norteamericanas. La ASC era partidaria abiertamente para "una ofensiva nuclear sorpresa contra la Unión Soviética" durante la Guerra Fría. Después del 11 de septiembre, este lobby ha alcanzado al fin su objetivo: la Cámara y el Senado de los Estados Unidos aprueban hacer uso del arma atómica en primer lugar y antes que nadie y esto de manera unilateral como política oficial del Gobierno. [11]
Operación Sunshine : especialistas de la guerra contra el terrorismo
La obra maestra y clave de Allen Dulles fue la Operación Sunshine.
Reinhard Gehlen era jefe de la red de espionaje alemán en Unión Soviética (Fremde Heere Ost), o sea el más alto oficial del espionaje nazi de Hitler. Trabajaba en el "Frente del Este". Gehlen obtenía sus informaciones interrogando ferozmente a los prisioneros de guerra. Tortura, malos tratos y asesinatos ordenados por Gehlen costaron la vida a 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos [12].
Gehlen propuso a los norteamericanos una alianza contra el comunismo y les remitió una lista de los agentes nazis. El 22 de agosto 1945, el avión personal del general Smith los lleva a los Estados Unidos.
Durante diez años, la CIA gastó al menos 200 millones de dólares y pagó a 4,000 agentes clandestinos, para que las redes de Gehlen sigan funcionando a tiempo completo y a favor de los Estados Unidos [13].
El nazi SS Sturmbannfuhrer Alois Brunner era un experto en deportación de "terroristas": comunistas, dirigentes sindicales y judíos. Fue el arquitecto en persona de los ghettos y los convoyes hacia los campos de concentración. Se le considera directamente responsable de la muerte de 128,500 personas [14].
La CIA hace trabajar a todos estos expertos de la "lucha contra el terrorismo" en sus locales de Fort Bragg. Es allí que George Bush padre dirigió (¿¿dirige??) él mismo y en persona todas las operaciones secretas de la CIA, bajo el nombre de código "Contra-terrorismo" [15].
Durante medio siglo. Estos nazis trabajaron en el más grande secreto en Fort Bragg, en la NASA, en el complejo militaro-industrial, el lobby del armamento y en la CIA.
Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1989, gritaron victoria por primera vez.
Han gritado victoria una segunda vez después del 11 de septiembre 2001, porque es en estos momentos y debido a la situación y contexto de temor que sus amigos Bush, Cheney y Rumsfeld han decidido de hacer la "guerra preventiva" de la "ofensiva nuclear" de la "represión al terrorismo interior" la esencia de la política oficial de los Estados Unidos de Norteamérica.
Webster G. Tarpley
Anton Chatkin |
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Comentaris
Re: La famila Bush y su Nazi/onal pasado
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per De Hitler a Bush |
09 mai 2005
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Cet article est disponible en français sur reseauvoltaire.net.
Este artÃculo puede ser consultado en francés en: www.reseauvoltaire.net.
Federico Fasano Mertens.
Federico Fasano Mertens.
Escritor y periodista. Autor de esta excelente nota. Foto D.R.
El señor embajador de los Estados Unidos de Norteamérica en Uruguay, Martin Silverstein, hace unos pocos dÃas me envió un comunicado acusando al diario La República, publicación que me honro en dirigir, de carecer "de toda medida de integridad periodÃstica" por comparar a su presidente, George Bush con el canciller del Tercer Reich alemán, Adolfo Hitler.
No pude contestarle antes porque el acto de piraterÃa internacional que su paÃs cometió al atacar con la más formidable maquinaria de matar que recuerde la historia universal, a un pueblo indefenso y casi desarmado, me obligó a destinar más tiempo que el rutinario en la preparación de las ediciones especiales sobre la matanza. También me encontraba ocupado en hacer condenar penalmente a torturadores uniformados que fueron entrenados en EEUU y que me estaban calumniando, tarea esta que llevé a cabo con éxito en estos dÃas.
Cuando el embajador me visitó hace no mucho tiempo en mi despacho comenté con mis colaboradores que él era el embajador de EEUU más inteligente, perspicaz y humorista que habÃa conocido. "Por fin -dije-, un representante del imperio con el que se puede discutir ideas fuera de los insulsos y aburridos clichés con que nos intoxican en las reuniones que nos toca compartir".
Pero, lamentablemente para el embajador, su sagacidad no le impidió la desdicha de tener que representar al presidente 43 de su nación, George Bush (hijo), un fanático paranoico, intoxicado de mesianismo, con menos luces que una babosa, borracho de poder como antaño fue borracho de alcohol y condenado legalmente por ello el 4 de setiembre de 1976 cuando conducÃa ebrio y a toda velocidad su automóvil, amonestado también por el famoso predicador Graham que le dijo: "Quien eres tú, para creerte Dios", militante de la Christian Right, la derecha cristiana tejana y sudista, un racista enamorado de la pena de muerte, sobre todo contra los negros, en fin, el peor presidente norteamericano de la última centuria, el que mayores tragedias desencadenará sobre su propio pueblo, la contracara del homo sapiens, la encarnación del homo demens.
Y además misógino, como buen racista. Nadie puede olvidarse de las humillaciones públicas a las que somete a su esposa Laura Bush. No es fácil de olvidar el malestar de Laura cuando el presidente explicó a la prensa que su esposa no lo estaba acompañando ese dÃa "porque ha llovido y ella necesitaba barrer la entrada, porque mañana recibiremos al presidente de China, Jiang Zemin, en nuestro rancho de Crawford (Texas)".
Su compatriota, el anciano escritor Kurt Vonnegut no dudó en calificarlo del "más sórdido y patético golpista de opereta que es dable imaginar".
Pero vayamos al corazón del incidente. Que se quede el embajador de EEUU con su patética desventura de tener que defender al más delirante de los habitantes de la Casa Blanca y a mà con el honor de procesarlo con las armas de la palabra.
El tema es la comparación entre Adolfo Hitler y George Bush.
Obvio es que existen diferencias. La primera de ellas es que el criminal de guerra, genocida del pueblo judÃo y del pueblo soviético, ganó por abrumadora mayorÃa los comicios alemanes, mientras que el criminal de guerra, genocida del pueblo iraquà llegó al poder en forma fraudulenta, en medio del mayor escándalo electoral de la historia norteamericana.
Desde el punto de vista teórico la comparación entre Bush y Hitler es correcta. Los cientistas han definido al nazismo como la dictadura terrorista del capital financiero en expansión. Bush al ponerse al margen de la ley e invadir a una Nación indefensa que no lo agredió, para quedarse con su riqueza petrolera, la segunda mayor del mundo, y anunciar que después le seguirán otras Naciones petroleras, se acercó a la definición de dictadura terrorista del capital financiero. Aunque no le guste aceptarlo.
George Bush ya llevaba en sus genes la raÃz nazi.
Su abuelo, Prescott Bush, era socio de Brown Brothers Harriman y uno de los propietarios de la Unión Banking Corporation. Ambas empresas jugaron un papel clave en la financiación de Hitler en su camino hacia el poder alemán. El gobierno norteamericano ordenó el 20 de octubre de 1942 la confiscación de la Unión Ranking Corporation propiedad de Prescott Bush e incautó además la Corporación de Comercio Holando-Estadounidense y la Seamless Steel Corporation, ambas administradas por el banco Bush-Hamman. El 17 de noviembre de ese mismo año, Franklin Delano Roosevelt confiscó, por violación a la ley de comercio con el enemigo, todos los bienes de la Silesian American Corporation administrada por Prescott Bush. El bisabuelo de nuestro George, el guerrero de Dios, Samuel Bush, padre del nazi Prescott Bush, fue la mano derecha del magnate del acero Clarence Dillon y del banquero Fritz Thyssen, quien escribió el libro I Paid Hitler (Yo financié a Hitler), afiliándose en 1931 al partido nazi (Partido Obrero Nacional Socialista Alemán).
Y si el señor embajador tiene alguna duda sobre la espuria alianza de los Bush con Hitler le ruego leer el lúcido ensayo de VÃctor Thorn. Dice Thorn: "Una parte importante de los cimientos financieros de la familia Bush fue constituida por medio de su ayuda a Adolfo Hitler. El actual presidente de Estados Unidos, asà como su padre (ex director de la CIA, vicepresidente y presidente), llegaron a la cumbre de la jerarquÃa polÃtica norteamericana porque su abuelo y padre y su familia polÃtica ayudaron y alentaron a los nazis". Todo esto sin contar las estafas y desfalcos de la familia Bush por cuatro millones y medio de dólares al Broward Federal Savings en Sunrise, Florida, o la estafa a millones de ahorristas del Banco de Ahorros Silverado (Denver, Colorado).
Bisabuelo nazi, abuelo nazi, padre que no tuvo tiempo de ser nazi porque ya Hitler se habÃa suicidado en los jardines de la CancillerÃa en ruinas, aunque se benefició de la fortuna mal habida de sus ancestros.
Pero no condenemos a nuestro homo demens por sus genes siniestros.
Juzguémoslo sólo por sus obras. Y comparemos. Sólo comparemos.
¿Cómo cree el señor embajador, que el delirante cabo austrÃaco alcanzó la suma del poder público? Porque Hitler llega al poder en elecciones limpias pero se encuentra con la Constitución de Weimar que le impone lÃmites que su omnipotencia le impide aceptar. Planifica entonces el incendio del Reichstag y en una sola noche es ungido el decisor de la guerra o la paz.
¿No le resultan conocidos esos hechos al señor embajador?
La criminal demolición de las Torres Gemelas trajeron los mismos lodos que el incendio del Reichstag.
Obviamente no voy a cometer la osadÃa de afiliarme a la tesis de los que acusan al grupo belicista bushiano de haber orquestado esa masacre o no haberla impedido cuando sabÃan que se preparaba.
No hay pruebas contundentes para tamaña afirmación aunque sÃ, múltiples indicios de negligencia culpable o vastas sospechas que son alimentadas por una férrea censura, sin precedentes en la democracia norteamericana moderna.
Algún dÃa, cuando el pueblo norteamericano recupere totalmente la libertad de información e investigación sobre el martes negro del 11 de setiembre, hoy acotadas por la ley patriótica aprobada con el único voto en contra de una mujer, sÃmbolo de la dignidad nacional norteamericana, se podrá saber por qué desoyeron los numerosos indicios y huellas dejadas por todo el paÃs anunciando el magnicidio. Se podrá saber por qué demoraron 80 minutos en despegar los aviones militares para interceptar las aeronaves secuestradas cuando de inmediato se supo que los aviones comerciales que habÃan despegado de Boston habÃan sido secuestrados y se dirigÃan a Washington, cuando el manual prevé la intervención de la Fuerza Aérea en caso de secuestros, en menos de 5 minutos.
Se podrá saber por qué se ocultaron los restos del presunto avión que impactó en el Pentágono. Se podrá saber por qué el director del servicio secreto paquistanà inmediatamente después de reunirse en Washington con Tenet, el jefe de la CIA norteamericana, dispuso, y asà lo informa el diario conservador The Wall Street Journal, que Islamabad girara a EEUU la suma de cien mil dólares para Mohammed Atta, jefe del operativo suicida contra las Torres Gemelas de Nueva York. Sobre este dato aterrador está prohibido investigar al suspenderse las libertades civiles en EEUU a partir de la Ley Patriótica.
Se podrá saber, en fin, por qué 15 de los 21 integrantes de los comandos suicidas eran originarios de Arabia Saudita, el principal aliado de los EEUU en el golfo Pérsico. No habÃa ni un sólo iraquÃ. Ni por casualidad.
Pero más allá de las sospechas, no hay duda que el descontrolado presidente número 43 de EEUU, ungido en elecciones fraudulentas, en medio de una impresionante recesión sin salida a la vista, con el más bajo nivel de popularidad inicial en un mandatario, pasó a dominar todo el escenario, a recibir poderes inconcebibles en una democracia, siendo coronado Emperador vindicator para lavar la afrenta que los bárbaros infringieron a su pueblo.
El incendio del Reichstag americano del 11 de setiembre brindó la gran oportunidad de su vida a George Bush.
La peor victoria electoral en EEUU de un presidente desde 1876 hasta nuestros dÃas se transformó en la mayor posibilidad histórica recibida por belicista alguno para imponer al mundo el nuevo orden norteamericano.
Asà como Hitler lo primero que hizo fue rodearse de una pandilla de fascinerosos como él, fanatizados por el poder de la fuerza, como Goering, Goebels, Himmler, Mengele, Eichman, el presidente texano buscó la coraza protectora de una guardia de hierro, por momentos más belicista que él, que le impiden la tentación de la duda y que portan como él una marca en el orillo: todos son petroleros. El vicepresidente Dick Cheney estuvo en el grupo Halliburton Oil, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld en la petrolera Occidental, la Consejera de Seguridad Nacional, la solterona despiadada Condoleeza Rice, que por una broma de la vida su nombre significa "con dulzura", integró el directorio de Chebron y tiene buques petroleros con su nombre. También la secretaria del Interior, Gale Norton está vinculada al petróleo como Bush padre también lo estuvo en el grupo petrolero Carlyle y el actual presidente Bush hijo en la Harkins Oil.
Este quinteto de la muerte que rodea al guerrero Bush, una verdadera mafiocracia, al igual que el quinteto que se fusionó con Hitler, se nutrió de una Biblia muy especial.
En este caso la filosofÃa de Hegel, Nietzsche, Schopenhauer, que le dio vida y pasión al creador del holocausto del siglo XX fue sustituida por especÃmenes menos cultos y de menor prosapia intelectual, pero más pragmáticos para el Hitler del siglo XXI.
¿Cuáles son los autores de cabecera de esta pandilla belicista?
El bostoniano Henry Cabot Lodge afirmando que "en el siglo XIX ningún pueblo igualó nuestras conquistas, nuestra colonización y nuestra expansión y ahora nada nos detendrá". Marse Henry Watterson declarando que EEUU es "una gran república imperial destinada a ejercer una influencia determinante en la humanidad y a modelar el futuro del mundo como no lo ha hecho nunca ninguna otra nación, ni siquiera el imperio romano".
O Charles Krauthammer quien hace muy poco, en 1999 escribió en The Washington Post: "EEUU cabalga por el mundo como un coloso. Desde que Roma destruyó Cartago ninguna otra gran potencia ha alcanzado las cimas a las que hemos llegado. EEUU ha ganado la guerra frÃa, se ha puesto a Polonia y a la República Checa en el bolsillo y después ha pulverizado a Serbia y Afganistán. Y de paso ha demostrado la inexistencia de Europa".
O Roberto Kaplan señalando que "la victoria de los EEUU en la segunda guerra mundial, al igual que la de Roma en la segunda guerra púnica, la convirtió en una potencia universal".
O el conocido historiador Paul Kennedy explicando que "ni la Pax Británica, ni la Francia napoleónica, ni la España de Felipe II, ni el Imperio de Carlomagno, ni siquiera el Imperio romano pueden compararse al actual dominio norteamericano. Nunca ha existido una tal disparidad de poder en el sistema mundial".
O el director del Instituto de Estudios Estratégicos OlÃn de la Universidad de Harvard, profesor Stephen Peter Rosen afirmando que "nuestro objetivo no es luchar contra un rival, porque éste no existe, sino conservar nuestra posición imperial y mantener el orden imperial".
O el inefable Zbigniew Brzezinski declarando que "el objetivo de EEUU debe ser el de mantener a nuestros vasallos en un estado de dependencia, garantizar la docilidad y la protección de nuestros súbditos y prevenir la unificación de los bárbaros".
O el Presidente Wilson declarando en pleno Congreso de la Unión que "le enseñarÃa a las repúblicas sudamericanas a elegir buenos diputados".
O el célebre Billy Sunday quien definÃa a un izquierdista latinoamericano como "un tipo con hocico de puerco espÃn y un aliento que harÃa huir a un zorrino", agregando que si él pudiera "los amontonarÃa a todos en prisiones hasta que se les salieran los pies por las ventanas".
Escuchemos ahora al actual vicepresidente de los EEUU Dick Cheney y al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que junto con Dulzura Rice, forman el triángulo belicista, más temible que el de las Bermudas.
Dijo el vicepresidente Cheney ante esta guerra santa: "EEUU no tiene que enrojecer por ser una gran potencia y tiene el deber de actuar con fuerza para construir un mundo a imagen de EEUU". Mientras que el jefe del Pentágono fue más claro, por si no lo entendimos. Rumsfeld dixit citando la frase preferida de Al Capone: "Se consigue más con una palabra amable y un revólver que con sólo una palabra amable".
Este lenguaje que nutre la epidermis y las neuronas de Bush es un lenguaje encrático, autoritario, intimidante que conduce inevitablemente a la perversión moral del fin justificando los medios. La caracterÃstica esencial del lenguaje de la banda Bush, similar al lenguaje nazi, es la simplificación, el reduccionismo y la intimidación. El lenguaje de este grupo depredador es un lenguaje esquemático, emocional, cargado de prejuicios que incita a la exaltación de los sentimientos más nobles del pueblo. No tengo dudas que Bush se nutre del lenguaje nazi.
Bush no cree, como Hitler, en el Estado de Derecho que no es el Estado que posee leyes sino el Estado que se somete, él mismo, al imperio de la ley y no puede transgredirla por ninguna causa, y menos aún por la razón de Estado. En nombre de la razón de Estado o de la Patria o de la seguridad nacional se han cometido crÃmenes abominables.
¿Qué diferencia entre el edificio intelectual de Bush y el de Hitler, existen en el escenario de la razón de Estado? No creo que muchas. Salvo diferencias de estilos, épocas y magnitud de fuerza y poder.
El discurso de la banda Bush es el discurso del amo y del esclavo. No hay diferencias con el discurso de la pandilla hitleriana.
Uno es más amable que el otro. Aunque la historia está probando que el menos amable fue menos mortÃfero.
Civilización, barbarie, pacificación de los bárbaros, pueblo elegido y de ahà a la raza elegida un solo paso. En fin ¿no nos hace acordar todo esto al sicópata del bigotito?
Y hablando del bigotito, es aleccionador el relato que un influyente asesor de seguridad que vive en Washington le contó a la revista argentina "Noticias": "Para bien o para mal, George Bush Jr. es el hombre indicado para esta guerra. Nació para esto. La potencia que le viene de adentro lo hace temblar. Cuando uno está hablando con él en su despacho parece que se va a comer al que tiene enfrente. Se sienta en el borde del sillón, casi sin apoyarse y mueve los brazos como si no supiera qué hacer con ellos. Necesita acción".
Vaya imitación de la gestualidad del dictador nazi. Aunque nunca es lo mismo la flema de un vaquero texano pistola al cinto que la de un teutón cuasi epiléptico que se atraganta con su furia y escupe al hablar y gesticular. El cuerpo de Bush no escupe al hablar. Su alma, sà escupe, odio y violencia y genera terror. Mas no le importa. Debe haberse aprendido el "oderint dum metuant" del emperador CalÃgula ("Dejen que nos odien, basta con que nos tengan miedo").
La incontinencia emocional de Bush ya es un clásico y como el Adolfo, no admite un NO. Su esposa Laura Bush recordó a la prensa que la primera vez que le dijo a su esposo que no le gustaba uno de sus discursos, éste, muy enojado, chocó su auto contra el muro de entrada del garage de su casa.
Se siente como el numen nazi, un enviado de Dios, a quien convoca en cuanta oportunidad se presenta. Decretó que todas las reuniones de su Gabinete se inicien con una oración religiosa. Y dice haber consultado a Dios para atacar a Irak despreciando la posición de la mayorÃa de las naciones del planeta y del 90% de los seres humanos. Trata de imitar al presidente William McKinley invadiendo Filipinas para evangelizar a los nativos y culpando a Dios que le dio la orden de entrar a patadas en ese paÃs.
Otra coincidencia en estas vidas paralelas, que hubiera hecho la delicia de Plutarco, es que Bush y Hitler se hubieran salvado de ingresar a la galerÃa de los grandes bufones de la historia, de haber tenido un sicoanalista a mano. A ambos un buen sicoanalista les habrÃa ayudado a canalizar su libido hacia menesteres más normales, sublimando el único afrodisÃaco que tanto Hitler como Bush conocen, que es el poder omnÃmodo y cruel sobre los demás.
Sigamos viendo las similitudes entre el guerrero de la raza aria y el guerrero de Dios como bien calificara Telma Luzzani, al exaltado texano.
Bush proclama urbi et orbe la guerra preventiva. Dwight Eisenhower en 1953 no dudó al respecto: "La guerra preventiva es un invento de Adolfo Hitler, francamente yo no me tomarÃa en serio a nadie que me viniera a proponer una cosa semejante".
Pero ¿guerra preventiva contra quién? Bien es sabido que la primera vÃctima de una guerra es la verdad. Y Bush lo primero que hace para fabricar su guerra preventiva, tras el incendio del Reichstag, es mentir a lo Goebels a un grado tan primitivo que nadie terminó creyéndole algo. Primero dijo que Irak apoyaba a Al Qaeda. Cuando se comprobó el odio irreconciliable entre Saddam Hussein y el ex empleado de EEUU, Osama Bin Laden, Bush apeló a incluir a Irak en la corriente fundamentalista musulmana. DifÃcil de creer en el paÃs más laico del mundo árabe. Apelaron entonces a la existencia de armas de destrucción masiva. Afirmaron que Irak no iba a permitir las inspecciones y cuando las permitió, aseveraron que no iba a dejar entrar a la ONU en los Palacios y otros lugares preservados. Cuando también se reveló que tal negativa era falsa, dijeron que las armas estaban bien ocultas. Finalmente no encontraron ni una sola. Cuando todos los argumentos fueron sepultados pidieron la renuncia o el exilio de Saddam Hussein y admitieron la única verdad real: queremos ocupar el territorio iraquà pese a quien pese y decidir quién lo va a gobernar. Democracia planetaria que le dicen. La misma operación de desinformación que Hitler lanzó contra Checoeslovaquia, Austria y Polonia. Las mismas excusas que iban cambiando a medida que se derrumbaban.
Otra similitud es el desprecio por la comunidad internacional y por la opinión pública mundial. Hitler destruyó la Sociedad de Naciones creada en 1919. Bush hizo trizas las Naciones Unidas, concitando en su contra la mayor oposición a un paÃs desde la fundación de la ONU: 170 paÃses no apoyan la guerra contra sólo 30, la mayorÃa de éstos sin peso alguno y procedentes de la desarticulada Unión Soviética, que se venden al mejor postor. A Bush, como a Hitler, no lo paró ni la mayor derrota diplomática de los EEUU desde que se fundó la ONU. A Hitler jamás le importó el odio y el rechazo de los pueblos del mundo entero. Bush intenta superar al teutón. Las manifestaciones en su contra sin precedentes en el planeta, son música guerrera para sus oÃdos wagnerianos. Lo enfrenta el espÃritu de Seattle que fundó en 1999 el movimiento antiglobalizador y pacifista más imponente de la historia universal. Nada lo detiene.
Indignaba ver el destrato de que hacÃa objeto al jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, con sus 75 años a cuestas, nacido en la maravillosa y helada Uppsala de la Suecia socialdemócrata, un digno seguidor de las tradiciones democráticas del mártir, Olof Palme.
El desprecio hacia la gente y sus derechos es el motor de su humanismo. Escuchemos al mariscal Goering en el juicio de Nuremberg: "Naturalmente la gente común no quiere la guerra, pero después de todo, son los dirigentes de un paÃs los que determinan la polÃtica y siempre es un asunto sencillo el arrastrar al pueblo. Ya sea que tenga voz o no, al pueblo siempre se le puede llevar a que haga lo que quieren sus gobernantes. Es fácil. Todo lo que uno debe hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y porque exponen el paÃs al peligro". Fue el nazi Goering el que lo dijo en 1945, no fue George Bush. La diferencia entre Goering y Bush es que el nazi lo dijo en alemán y Bush lo dijo en inglés. La invasión de una nación soberana que no lo agredió necesitaba una legitimación ética aunque ilÃcita: derrocar al tirano Hussein e imponer a sangre y fuego un gobierno democrático y popular. Suena lindo, aunque la comunidad internacional y sus normas sea el precio que haya que pagar. Pero no es cierto. Nadie duda que Saddam Hussein es un dictador siniestro que ha asesinado a su pueblo y que su partido socialista Baath, de socialista no tiene nada. Pero quién puede creerle a Bush que va a instaurar la democracia iraquà cuando sus predecesores menos nazis que él, invadieron y ocuparon durante años y años naciones soberanas e instalaron dictaduras feroces que defendieron contra sus propios pueblos como Somoza en Nicaragua, Duvalier en HaitÃ, Trujillo en República Dominicana. Tanto como los regÃmenes tÃteres y despóticos que impusieron los nazis en los paÃses que ocuparon, incluida la Francia antigaullista del mariscal Petain.
Asà como Hitler invadió Europa en busca de su Lebensraum, de su expansión territorial y de las urgentes materias primas que necesitaba para el desarrollo alemán y la construcción del nuevo imperio germano que vengara la afrenta del Tratado de Versalles, Bush va en busca también de su propio Lebensraum. Un Lebensraum que en el mundo globalizado de hoy no se mide más por kilómetros de territorios fÃsicamente ocupados sino por el dominio económico y polÃtico que se ejerce sobre ellos dirigido a distancia desde los centros financieros internacionales.
Los objetivos del nuevo Hitler son múltiples. En primer lugar apoderarse del tanque de gasolina del capitalismo mundial que no otra cosa es el Golfo Pérsico. Bush sabe que en 10 años el petróleo que produce su paÃs, locomotora productiva del mundo, se agotará irremediablemente. En 40 años no existirá más petróleo en el planeta. Es una carrera contra reloj. Según Statistical Review disminuye en forma alarmante el descubrimiento de reservas energéticas. La última década creció sólo un 5% contra el 45% de la década anterior. El 65% de las reservas están ubicadas en Medio Oriente. EEUU consume 20 millones de barriles por dÃa de los 77 millones que se producen a diario en el mundo, de los cuales sólo 10 millones es producido por los propios norteamericanos, que dependen de los demás para seguir siendo una potencia imperial. El objetivo del ataque a Irak, segunda reserva mundial de petróleo, es controlar esos depósitos, controlar su precio y controlar su producción. Qué armas ocultas ni qué otra cosa. Como dice Galeano, si Irak produjera rabanitos en lugar de petróleo, ¿a quién se le ocurrirÃa invadir ese paÃs?
Para Bush el petróleo está servido. Falta sólo tomarlo. No sabe aun que puede atragantarse.
La segunda jugada de Bush es disciplinar a su aliado, Arabia Saudita, primer productor mundial de petróleo y máxima reserva energética del mundo, cuyos precios no le sirven a EEUU. El tercer objetivo como reveló en febrero de este año el subsecretario de Estado, John Bolton, es invadir a Irán y a Siria, que forman junto con Corea del Norte el "eje del mal", y si la coyuntura es favorable, incluir a Libia en el santa santorum. El cuarto paso es destruir la OPEP y apoderarse de los combustibles fósiles del mundo. Si no expropia los fósiles y no encuentra a tiempo alternativas energéticas, el capitalismo norteamericano deberá modificar el modelo de consumo de su pueblo y con ello puede perder el punto de apoyo de su hegemonÃa mundial. El quinto objetivo son los suculentos negocios de la reconstrucción de Irak sobre el que se lanzaran muchas de las 500 transnacionales que dominan el mundo, la mayorÃa norteamericanas. No menos importante es el sexto objetivo, que se nutre en las enseñanzas de lord Keynes, utilizando la industria bélica para superar la honda recesión en que está hundida la economÃa norteamericana, con crecimiento cero. No olvidemos que una guerra se gana no cuando se impone la supremacÃa militar sobre el adversario sino cuando se obtienen los réditos económicos que son la razón última de su desencadenamiento.
No podemos dejar de mencionar un último objetivo y quizás el más importante de esta guerra: imponer la supremacÃa del dólar frente al euro que en los últimos tiempos le está dando una paliza al dólar en frentes inesperados, poniendo en peligro el privilegio del peso norteamericano en la comercialización del crudo. El dólar se depreció en los últimos meses con relación al euro, un 17%, cifras inimaginables desde la creación de la moneda única europea. Incide en esta depreciación la decisión iraquà de pasar 10 billones de dólares de sus reservas a la moneda común europea, provocando un sismo en el dólar. Esta es otra de las razones del ataque a Irak, intentando que un gobierno tÃtere haga retornar los 10 billones de dólares iraquÃes al área del dólar. También Rusia está operando el petróleo en euros y además Irán y varios paÃses de la OPEP están analizando si también abandonan el dólar y se pasan al euro. Los economistas estiman que si esto ocurre se producirá una depreciación inusitada del dólar, desplomándose el valor de los activos norteamericanos, acercando al gigante con pies de barro a un colapso económico como en la década de los 30.
La invasión tiene su antecedente más raigal en la necesidad de un nuevo reparto del mundo al fracasar los acuerdos de la trÃada (EEUU, Europa y Japón) en 1998 en la reunión de la OCDE en ParÃs y en 1999 en la reunión de la OMC en Washington. No hubo acuerdo en el reparto del mercado mundial asediado por la disminución del porcentaje del Producto Mundial Bruto que llegó hasta el 50% concentrado en las manos de la trÃada y sus transnacionales al finalizar el siglo. El fracaso del neoliberalismo en seguir manteniendo la máxima tasa de explotación de las naciones dependientes, la fatiga y la decadencia de la hegemonÃa unipolar y la posibilidad no muy lejana de una crisis mundial que transforme a la arrogante dominación de hoy en una hegemonÃa en harapos, se encuentra en las raÃces de este acto de piraterÃa internacional.
Europa no aceptó los términos del reparto y embistió con su euro. EEUU replicó con la razón de las bestias y si logra el control de los lagos negros tendrá crudo barato y abundante mientras sus aliados lo recibirán caro y en cuentagotas haciendo sufrir a sus economÃas.
Ese es el plan guerrero. La misma razón de dominio económico que lanzó a Hitler en los brazos de Marte, al grito de "ocupar, administrar, explotar". De ahà a que Bush pueda cumplirlo hay un gran trecho. Sobre todo teniendo en cuenta que esta guerra por primera vez la afrontará económicamente solo. La anterior invasión a Irak, legitimada por la comunidad internacional, la pagaron todas las naciones. Esta invasión ilÃcita, crimen de lesa humanidad contra el mundo civilizado, la pagará sólo EEUU y un pequeño porcentaje, la Inglaterra del renegado Blair. Y es mucho dinero. Suficiente como para desestabilizar aún más al dueño de la maquinita de fabricar dólares, instalada en el Departamento del Tesoro de la nación más endeudada del planeta: los EEUUde Norteamérica.
Trazados los objetivos reales, Bush y su banda de halcones patentaron la estrategia militar nazi: la famosa "Blitzkrieg" con que los nazis asolaron Europa, en la modalidadde guerrarelámpagoconataquescombinados de divisiones enteras de tanques Panzers apoyados por oleadas de aviones y piezas de artillerÃa. Los tiempos cambiaron y la blitzkrieg nazi se transformó en hiperblitzkrieg norteamericana, pero la modalidad inventada por los mariscales de Hitler es la misma que aplica Bush, aunque con una potencia de fuego mil veces superior.
Otra similitud es la desproporción de fuerzas. La invasión nazi a Checoeslovaquia o a Polonia donde la caballerÃa polaca se enfrentaba a los tanques alemanes y era diezmada previamente por la aviación, no es nada comparado con el poder de fuego infernal de la más poderosa trituradora tecnológica de la historia. Es como si los polacos se defendieran con hondas frente a la Luftwage de Goering. En la primera invasión a Irak, los iraquÃes tuvieron 120 mil bajas contra sólo 137 norteamericanos muertos y 7 desaparecidos. Salvo la Guardia Republicana de Saddam, el resto del ejército iraquà son famélicos campesinos sin entrenamiento, ni tecnologÃa, ni armamento adecuado, el que se enfrentará a más de 300 mil soldados entrenados año tras año para matar sin dudar.
¿Qué puede hacer un paÃs que tiene un presupuesto militar de 1.400 millones de dólares contra otro que destina 400.000 millones de dólares anuales en sus Fuerzas Armadas? Y por si fuera poco Bush acaba de pedir otros 75.000 millones de dólares para la propina de esta masacre. Promete a cambio que el botÃn de guerra compensará con creces la inversión.
Antes de comenzar la matanza el ejército iraquà fue desangrado como se hace con los toros de lidia por los piqueteros apenas entran en la arena, para que el matador corra menos riesgos. Una década de sanciones económicas, de embargos, carente de repuestos, sin aviones, con escasos tanques, con pocas baterÃas antiaéreas y sólo equipado con los viejos fusiles de asalto AK 47, ha puesto de rodillas al toro iraquÃ. El torero sólo tiene que hundir su espada hasta el fondo y esperar la agonÃa.
Las últimas noticias del frente, sin embargo, revelan que desangrado y todo, el toro está dispuesto a vender cara su vida.
El vagabundo vienés devenido en profeta de la raza aria, Adolfo Hitler, embistió sin respetar los grandes tesoros de la humanidad, destruyendo ciudades prodigiosas, culturas irrecuperables y fantásticos monumentos creados por el hombre a lo largo de los siglos.
Imitando al protegido de su familia, George Bush entra a sangre y fuego en la cuna de la humanidad, en el Mesos Potamos que asà se llamaba Irak hace 8 mil años, "tierra entre rÃos", donde se fundó el primer estado, la primera civilización agraria y se inventó la escritura cuneiforme. En la tierra de la legendaria biblioteca de NÃnive, la de la Torre de Babel, la de los jardines colgantes de Babilonia, entre el Eufrates y el Tigris, Bush se lanza inmisericorde en la primera guerra preventiva del siglo XXI.
Deberá responder también por los tesoros culturales que arrase. Su homo demens tendrá que rendir cuentas al homo sapiens. Como Hitler la tuvo que rendir ante la historia y sus secuaces ante Nuremberg.
El señor embajador de los EEUU en Uruguay, dice en su comunicado contra el diario LA REPUBLICA, que está consternado por la comparación de su presidente con Hitler, explicando que lo que está haciendo Bush en Irak es lo mismo que hizo EEUU al liberar a Europa del nazismo. Creo que es un insulto a la inteligencia comparar al brillante creador del New Deal, Franklin Delano Roosevelt, con este energúmeno del poder que en nombre de las ideas mata las ideas, pero con los hombres adentro.
Roosevelt ingresó a la guerra con la legitimidad que le daban todos los pueblos que se enfrentaron a la barbarie nazi, el primero de ellos el pueblo soviético que ofrendó en el altar del Moloch germano, 30 millones de sus mejores hombres, mujeres y niños, que dieron su vida para cambiar el curso de la guerra, hasta ese momento victoriosa para el Tercer Reich.
Bush hace lo mismo que Hitler no lo mismo que Roosevelt. Bush viola todas las leyes internacionales, se enfrenta a las Naciones Unidas e invade al igual que Hitler a una nación cuasidesarmada que no lo agredió en momento alguno.
Conviene precisar además ante la afirmación de que EEUU liberó Europa y más allá de la heroica entrega de vidas de los soldados norteamericanos en guerra con el Führer alemán, que el ingreso a la conflagración fue muy tardÃo, casi al final del conflicto cuando ya Alemania estaba desgastada por la resistencia soviética que enfrentó sola al 95% del potencial bélico nazi concentrado en el frente oriental. EEUU fue el único beneficiado con la segunda guerra mundial. Durante y después del conflicto. Durante, como bien explica Heinz Dieterich en LA REPUBLICA, porque desarrolló lejos de los campos de batalla su industria y agricultura aumentando los salarios reales de 1941 a 1945 en un 27% generando 17 millones de nuevos puestos de trabajo y ofreciendo en 1944 más productos y servicios a su población que antes de la guerra.
Y después de la guerra cobró diez por uno su participación, y en Yalta se erigió como la potencia más fuerte del planeta, desplazando a Inglaterra, aunque temiendo a la Unión Soviética, su nuevo contrapeso histórico.
Y asà como decimos que es un insulto comparar a Bush con Roosevelt conviene precisar que tampoco confundimos a los padres fundadores de la democracia norteamericana, esos héroes de la libertad, a George Washington, a Abraham Lincoln, a Thomas Jefferson, con este pedagogo del crimen, patán de la muerte, que al hablar por televisión no puede ocultar el gesto taimado de los cobardes. Charles De Gaulle, ese valiente rebelde de la Francia antinazi, le preguntaba al gran filósofo Jean Guitton. ¿Qué es la cobardÃa maestro? Y ese nido de sabidurÃa le contestaba: "La cobardÃa, general, es buscar la aprobación y no la verdad; las condecoraciones y no el honor, el ascenso y no el servicio; el poder y no la salud de la humanidad". Ã?Qué bien se le aplica esta respuesta a nuestro nuevo Hitler que dice defender los derechos humanos de los iraquÃes mientras se especializa en convertirlos en desechos humanos!
Qué nos puede extrañar esta conducta en un gobernante que se resiste a salvar al planeta de la devastación negándose a firmar los protocolos de Kyoto aprobados unánimemente por la comunidad internacional. Un gobernante que rechazó el control de armas bactereológicas porque estimó que el acuerdo para evitar la proliferación de estos arsenales era perjudicial para su paÃs. Un gobernante que exige a las naciones independientes que firmen un documento en el cual renuncian a su derecho a juzgar a ciudadanos norteamericanos por delitos cometidos en el extranjero. Un gobernante que se niega a firmar y a participar en la Corte Penal Internacional creada recientemente por la comunidad mundial para juzgar los crÃmenes de lesa humanidad. En este rechazo a una institución aprobada por más de 190 paÃses y sólo 7 en contra coincidió su voto con el del invadido Irak quien tampoco quiere que exista en el mundo una Corte Penal integrada por 18 juristas independientes para impedir legalmente que se sigan cometiendo los crÃmenes de guerra que tanto los gobiernos de EEUU y de Irak han cometido.
Qué se puede esperar de un gobernante que en su propio paÃs, cuna de tradiciones democráticas, ha suspendido los derechos civiles, ha instaurado la censura, las listas negras, la eliminación del habeas corpus, derecho por el que dieron la vida tantas generaciones, imponiendo los juicios clandestinos, las cárceles secretas y el delito de opinión, aproximando a su sociedad a la noche negra del macartismo más anacrónico.
Pese a todo logra hoy una importante mayorÃa silenciosa en su propio paÃs a favor del horror de la guerra, en medio de un gigantesco apagón intelectual en la sociedad norteamericana, empujada por la desinformación, la deformación de la realidad como sistema, el legÃtimo dolor del ataque criminal contra las Torres Gemelas que segó la vida de 4 mil seres humanos, y por un nacionalismo atizado por el tartufo de la Casa Blanca. El nacionalismo y el falso patriotismo es otro de los eslabones que unen a Bush y a Hitler. Ese tipo de nacionalismo es el último refugio de los canallas y se apoya en la cultura de los incultos.
Albert Einstein lo describÃa bien: "El nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad".
Pero ya comienza a crecer, desde el pie, desde la raÃz, un movimiento popular, en las mejores tradiciones civilistas del pueblo norteamericano, para expresarse en las grandes ciudades, para parar con la energÃa moral que da la razón, a este asesino serial que está construyendo la mayor iniquidad bélica de las últimas décadas.
Y el pueblo norteamericano, aunque lentamente, comienza a comprender que "la libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre".
¿Quién se anima a parar a este sicópata? Es la pregunta que circula por todo el planeta.
Las Naciones Unidas no pudieron. La OTAN tampoco. Sus aliados europeos fueron desairados y humillados.
Pero, desde el fondo mismo de la historia comienza a incubarse el antÃdoto. Todos los imperios y sus profetas se han ido deslizando de victoria en victoria hacia su derrumbe final. Y este imperio y su emperador, al que poco le importa ganarse la mente y los corazones de los pueblos del mundo, que es sordo o finge demencia ante la inmensa rebelión del sentido común, ante ese gran aullido de las sociedades surgido del vientre exasperado de las multitudes que se han lanzado a las calles en todo el mundo clamando por la paz y el cese de la matanza, no tendrá finalmente más remedio que entender que en esta cruzada, al vencedor sólo le pertenecerán los despojos.
Los hombres como Bush creen que los crÃmenes se entierran. Está equivocado. Los sobreviven.
La gente está harta de violencia. Harta de las vendettas miserables de unos contra otros. Y quiere poner fin al tiempo de los asesinos. Y si la llevan a callejones sin salida, reaccionará.
El discurso siniestro del amo y del esclavo termina casi siempre con la ferocidad del esclavo que ya nada tiene que perder. Espartaco dixit.
La protesta no cede en todos los rincones del planeta. No ha habido un imperio tan huérfano de apoyo como el que encarna hoy este morfinómano del poder.
Y este inmenso movimiento mundial contra Bush sólo comparable al movimiento mundial contra Hitler, tiene a su favor el clásico estrabismo de los mesiánicos, que les impide ver la realidad. El estrabismo es una disposición viciosa de los ojos por el cual los dos ejes visuales no se dirigen a la vez al mismo sujeto. Ven la realidad deformada.
El murmullo de millones puede transformarse en el brazo que pare esta locura.
No hay que tenerle miedo a estos gigantes que ignoran las leyes de la historia. Aplican la astucia más que la inteligencia. Ello los remite al mundo dinosáurico. Esos gigantescos animales que desarrollaron cuerpos enormes y una cabeza diminuta. Cuando vino la hecatombe sus pequeñas cabezas no pudieron inventar la mutación. Sà lo hicieron los mosquitos.
Hay un refrán alemán que refiriéndose a Hitler decÃa que "cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un enano". No sabemos aún cuánto de gigante y cuánto de enano tiene nuestro nuevo Hitler.
Recuerden a Gandhi, ese incendio moral que alertó a las conciencias. Sólo con su voz y su conducta por la no violencia puso de rodillas al mayor imperio de su época.
Gandhi decÃa que lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. Ese silencio hoy no existe.
Todos los pueblos, de los paÃses ricos y de los paÃses pobres, gobernados por la derecha o por la izquierda, todos, todos, con excepción del que habita en el paÃs agresor, que comienza ya a desperezarse, han tomado conciencia de que por primera vez en el siglo XXI la guerra como una cruzada irracional puede cambiar la humanidad. Sabe que una guerra injusta es una catástrofe que paraliza el encuentro del hombre con la humanidad. Y une sus manos planetarias para decirle al sicario de la Casa Blanca, que hay una vida y una raza menos sórdida que la suya. Y que vale la pena ponernos de pie para defenderla. Esa es mi respuesta, señor embajador.
Dr. Federico Fasano Mertens
Director del Diario La Republica, 1410 AM Libre y TV Libre. |
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