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Anàlisi :: globalització neoliberal : immigració : laboral : pobles i cultures vs poder i estats |
Andalucía en Datos
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per Andalucía Libre |
25 abr 2005
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Recientemente se han producido nuevas publicaciones y actualizaciones estadísticas sobre Andalucía, referentes a su población y economia. Tras repasarlas, nos ha parecido de interés exponer algunos datos que pueden ser útiles para ayudar a configurar nuestra imagen nacional. |
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ANDALUCÃ?A EN DATOS
AndalucÃa Libre
Recientemente se han producido nuevas publicaciones y actualizaciones estadÃsticas sobre AndalucÃa, que pueden consultarse en la paginas del Instituto Nacional de EstadÃstica del Estado español y del Instituto de EstadÃstica de AndalucÃa. Tras repasarlas, nos ha parecido de interés exponer algunos datos que pueden ser útiles para ayudar a configurar nuestra imagen nacional. Con todo, queremos advertir de entrada, que conviene asumirlos con una cierta prudencia. Aparte de nuestros posibles fallos interpretativos o contables al exponerlos -que hemos intentado evitar, lógicamente- hay que tener en cuenta los cambios sucesivos de criterios para su elaboración -sujetos a consideraciones que pueden ser cientÃficas, pero también polÃticas- y también la insuficiencia o falta de algunos datos primarios -por carencia o inexistencia documental- o las contradicciones según las fuentes, que pueden afectar a su calidad final, tanto en el aspecto cuantitativo como analÃtico.
Población
La actualización del Padrón de Habitantes de 2004 (INE) nos ofrece, con todo, algunos datos interesantes sobre la población andaluza. Esto es asÃ, incluso si tenemos en cuenta que es evidente que sus cifras no reflejan en parte sustancial a los inmigrantes de fuera del Estado español en situación ilegal en AndalucÃa, que por razones derivadas de sus circunstancias e inestabilidad en unos casos y también siguiendo orientaciones de algunas ONGs, en otros, no han tenido hasta la fecha especial interés por inscribirse. El actual Proceso de regularización de extranjeros en curso -que requiere esta inscripción- es muy posible que aporte pronto nuevos datos a este particular, acercando algo más el reflejo estadÃstico a la realidad.
También hay que contar a la hora de establecer nacionalidades que el Padrón o los otros soportes existentes no tienen en cuenta la autoconsideración nacional de los sujetos. Sólo ofrecen datos sobre su paÃs de nacimiento y ciudadanÃa estatal (y aún hay que buscar en otras fuentes cuando ocurre que no se corresponden ambas, para averiguar si el hecho proviene de nacionalizaciones de foráneos o del retorno de autóctonos o de sus hijos). Estas fallas afectan especÃficamente a AndalucÃa a la hora de cuantificar globalmente sus nacionales fuera de AndalucÃa ('¿cuantos andaluces de la Diáspora se consideran andaluces y cuantos de sus hijos?') y también a la hora de valorar las migraciones a AndalucÃa provenientes de los paÃses de acogida para distinguir con seguridad entre retornos de andaluces de primera o segunda generación y la pura instalación de extranjeros.
Una estimación usual sobre la emigración andaluza en el siglo XX -no en tiempos remotos sino bien cercanos- la cifra en cerca de dos millones y medio de personas; algo asà como si alguien hubiera deportado en masa a toda la población de las actuales provincias de Jaén, Granada y Córdoba, dejándolas completamente vacÃas. Según el informe del IEA, Un siglo de demografÃa en AndalucÃa(1), AndalucÃa pierde entre 1911 y 1940 -durante la MonarquÃa y la II República españolas- 226.033 personas; luego, 229.115 andaluces se van durante los años del hambre y la represión masiva del primer franquismo entre 1940 y 1950. Durante estos primeros años el franquismo español no induce a la emigración andaluza, al contrario, pone dificultades (salvoconductos, devoluciones forzosas, etc) pues requiere aquà de mucha mano de obra barata para que AndalucÃa produzca los productos agrarios y mineros con que equilibra la balanza exterior española. El cambio de polÃtica emigratoria se produce cuando el Régimen franquista -siguiendo directrices que se recogerán luego en el 'Informe del Banco Mundial' de 1962- apuesta por su inserción exterior y por el llamado "desarrollismo", que según costumbre secular, para AndalucÃa significará más subdesarrollo.(2) Cesan los obstáculos y se da vÃa libre a que los andaluces acudan en masa como fuerza de trabajo a las fabricas de Cataluña o Euskadi; a las empresas que el Régimen induce a abrir en Madrid y a cubrir las necesidades de mano de obra de Europa occidental (algunas estimaciones hablan de 600.000 emigrados a Francia, 300.000 a Suiza y 200.000 a Alemania, por esas fechas). Las remesas de divisas producidas por esa emigración andaluza exterior -siempre controladas por bancos no andaluces- financiaran como propina el desarrollo industrial de otros. AsÃ, en estas décadas, que abrirá formalmente el Plan de Estabilización de 1959, se van sucesivamente de AndalucÃa, 596.620 (1951-1960); 809.181 (1961-1970) y 345.427 (1971-1980). En total, un saldo negativo neto que se cuantifica en un mÃnimo acreditado de 2.206.000 personas para AndalucÃa entre 1911 y 1990. Este mismo informe estima los retornos entre 1981 y 1991 en 146.700, repartidos entre 122.534 provenientes de otras naciones del Estado español y 24.166 del exterior. Además, según la Junta de AndalucÃa, entre 1992 y 2002 regresaron otros 43.598 andaluces, lo que en conjunto hace ascender el numero total de retornados en los últimos 20 años a 190.298, buena parte de los cuales -en torno a un 70%- son pensionistas ya jubilados.
Hoy dÃa, según los datos del Padrón de 2004 y del Censo de residentes en el extranjero, AndalucÃa es una Nación de 8.543.088 personas, de las que 6.782.791 viven en su Patria (tomando como criterio definidor en todos los casos sólo a los nacidos en AndalucÃa y sin contar a sus descendientes). Eso quiere decir que, al menos, 1.760.297 andaluces aún viven en la diáspora y no han podido volver a AndalucÃa, un 20,6% de la nación. Las más importantes comunidades andaluzas en el exterior residen en Cataluña, donde viven 743.516 (10,91% de su población total); 223.271 en el PaÃs Valenciano (4,9%, id); 91.543 en Baleares (9,58% id), que sumados dan un parcial de 1.058.330 andaluces residentes en los PaÃses Catalanes. En Madrid, viven 282.664 andaluces (4,86%) y 53.103 en Euskadi (1,96%). En Francia, se registran 31.181; 22.631 en Alemania y 20.531 en la Argentina.(3)
En AndalucÃa constan como residentes en 2004, 7.687.518 personas (un 17,79% del total del Estado español, que asciende a 43.197.684). Es decir, 904.727 de quienes viven aquà han nacido fuera (sean descendientes andaluces retornados o extranjeros), que se pueden agrupar en 416.892 nacidos fuera del Estado español y 487.835 dentro de sus fronteras. De ese total de registrados, 321.570 no tienen ciudadanÃa española y de estos, a su vez, 116.236 son ciudadanos de alguno de los 25 estados de la Unión Europea.
De todos los nacidos fuera y por citar algunos datos significativos, 266.741 provienen de lo que pudiera denominarse "España Profunda" (donde a su vez, viven 166.463 andaluces). De Madrid -que podrÃa asociarse al anterior concepto, pero que por poder incluir retornados de segunda generación se cita aquà aparte- vienen además 81.514. Nacidos en Cataluña que vivan en AndalucÃa, son 88.221 (sin que tampoco se sepa, cuantos son catalanes y cuantos andaluces). De paÃses de donde también caben retornos, procede citar que residen en AndalucÃa, 27.768 oriundos del PaÃs Valenciano; 10.837 de Baleares o 28.436 de Euskadi. Como punto de comparación tomando como referencia otro paÃs de emigración donde el desplazamiento de andaluces es anecdótico, anotar que hay 22.000 gallegos en AndalucÃa y 11.000 andaluces en Galicia. Nacidos en Marruecos están inscritos como residentes en AndalucÃa 79.552 (de los cuales con ciudadanÃa marroquÃ, 54.162); una diferencia cuantitativa en la que se suman marroquÃes naturalizados y antiguos colonos de la época del Protectorado. Con pasaporte de Gran Bretaña, hay 47.136 (en donde quizá se incluya también a los andaluces con estatus gibraltareño residentes a este lado de la Verja). Nacidos en Argentina, se cuentan 32.563 (de los cuales 8.000 tienen ciudadanÃa española y 24.562, no). Tambien hay empadronados 24.063 personas del Ecuador y 17.770 de Colombia (en ambos casos, con excepcional y significativa mayorÃa de mujeres); 13.000 de Rumania y sólo 15.642 de diversos paÃses de Ã?frica, una cifra registrada llamativamente baja.
Estos datos del INE indican que, al menos, el 88,23% de la población empadronada en AndalucÃa en 2004 es andaluza de origen o lo que es lo mismo, que el 11,77% podrÃa no serlo. En 1996, según el mismo soporte, era el 91,42%; lo que supone que en ocho años se ha incrementado la población nacida en el extranjero en un 3,19% del total. En 1996 estaban registradas en AndalucÃa 620.561 personas nacidas allende nuestras fronteras; de las cuales 171.460, de fuera del Estado español, siendo 89.641 los residentes con otras ciudadanÃas estatales. Como resumen indicativo y para comparar crecimientos, apuntar que en esa fecha constaban 24.039 con pasaporte británico; 36.731 nacidos en Marruecos, de los que 13.676 tenÃan pasaporte marroquÃ; 6.703 nacidos en Argentina (de los cuales 2.073 no tenÃan ciudadanÃa española) y todo el resto de Sudamérica sólo sumaba conjuntamente 1.818. De Rumania, aparecÃan 116. En 1991 -sólo hace trece años- según datos de la Dirección general de Migraciones española, residÃan en AndalucÃa un total de 48.772 personas con otras ciudadanÃas y habÃa, por ejemplo, inscritos sólo 7.000 marroquÃes, 1.854 argentinos o 1.044 británicos trabajando en AndalucÃa. Los datos ilustran el alcance de la ola inmigratoria y su desarrollo comprimido en pocos años.
A fecha de hoy, 2004, también podemos comparar ese 88,23% anteriormente citado, de residentes en AndalucÃa andaluces de nacimiento, con datos similares de porcentaje de autóctonos en Baleares (58%); Cataluña (64%); Euskadi, (74,65%) o Canarias (78,39%). A este respecto y para hacernos un cuadro analÃtico ajustado de la situación, podemos y debemos acompañar siempre esta cifra con el dato de los 1.760.297 andaluces que aún viven en la diáspora y que no han podido volver a AndalucÃa (un 20,6% de la nación).
Las fuentes, ya de por si inseguras sobre otros aspectos, no ofrecen fácilmente otros datos que podrÃan ser cualitativamente muy interesantes de conocer, como el numero de funcionarios no andaluces (y especialmente, profesorado, dada la condición estratégica de la educación para la conciencia nacional) que ejercen en AndalucÃa o la distribución por nacionalidad de los cuadros medios o de mando en las empresas andaluzas. Puede que en algún momento algún sindicato andaluz colme este vació documental, aplicando a nuestra situación nacional aquello que tan bien describÃa la frase: "no es lo mismo ser un francés en Argelia que un argelino en Francia", aunque sea un ejemplo extremo e históricamente superado. Otro dato cualitativo significativo a documentar serÃa conocer la nacionalidad de origen de los parlamentarios electos por AndalucÃa -tanto al Parlamento andaluz como al español- o de los alcaldes y concejales de las ciudades andaluzas de más de 50.000 habitantes, su distribución partidaria y en su caso, su correspondencia con el porcentaje de sus connacionales residentes en AndalucÃa. También tendrÃa interés hacer una comparación proporcionada con el caso de la representación institucional y lugar social obtenidos por los andaluces residentes en otras naciones.
Dependencia
Tanto a la hora de valorar la generación y persistencia de nuestra Diáspora como la función y lectura de las distintas inmigraciones, hemos de tener presentes otras magnitudes para incardinarlas en un contexto equilibrado.
A modo de muestra, las 'Series actualizadas de la Encuesta de población activa-base 2001', nos dicen que en 1996 el Estado español reconocÃa en AndalucÃa una media de unos 900.000 desempleados -el 32,87% de tasa de paro- en tanto la media española bajaba al 22%, diez puntos menos. Ahora, en 2004, con una tasa de actividad media del 53,6%, recuentan en AndalucÃa una media anual de unos 568.000 desempleados, el 17,06% (que sube al 22,86% entre las mujeres) mientras la media estatal baja al 11%. Para hacerse una idea cabal de la situación andaluza conviene tener presente que ese 17,06% nacional incluye picos provinciales como Cádiz, 21,30%; Córdoba, 20,83%; Jaén, 18,40%; Huelva, 17,49% o Sevilla, 16,43% y comparar ese resultado nacional de desempleo con los que fija la misma fuente para Madrid, 6,63%; Baleares, 7,57%; Cataluña, 8,84%; Navarra, 4,68% o incluso Galicia, 12,51%. De los nuevos empleos generados en AndalucÃa entre 1995 y 2002, el 24,4% están en la Construcción, que suben al 32,07% si incluimos los adscritos al sector Inmobiliarias.
El empleo en AndalucÃa -como consecuencia de nuestra dependencia y subordinación- es también de calidad cualitativamente inferior. La precariedad es un rasgo nacional que permanece a traves de los diversos regÃmenes españoles e impregna a la sociedad andaluza, con múltiples consecuencias en todos los ordenes. Asà lo demuestra la misma EPA-2004 (INE) en su cuadro 'Distribución de asalariados por sexo, tipo de contrato y comunidades autónomas' que reconoce en AndalucÃa un 44,3% de empleo precario temporal -967.200 trabajadores- sobre el total nacional de asalariados, mientras la media estatal desciende al 30,6%, es decir, hay un 13,7% más en AndalucÃa. El dato de temporalidad en el empleo entre las mujeres andaluzas -para aviso de las feministas no cooptadas por el Régimen- es aún más estremecedor: están precarias el 47,6% (382.700), mientras la media española baja al 33,5%. Tampoco está de más realizar un mÃnimo recorrido comparativo estatal para asà situar en su justo alcance nuestra singularidad nacional. AsÃ, en la Corte de Madrid el empleo temporal es del 20,6%, un 23,7% menos que en AndalucÃa o lo que es lo mismo: en AndalucÃa hay más del doble de empleo precario que en la urbe creada y amamantada por España. En Cataluña, el dato es del 21,9%, un 22,4% menos que en AndalucÃa; en Euskadi, el 26,9%, un 17,4% menos; en Baleares, un 29,1%, el 15,2% menos; incluso en Galicia con un 34%, hay un 10,3% menos y en Canarias, con un 39,1%, un 5,2% menos.
Tambien el salario medio distingue a los andaluces. Aun cuando es obvio que estas medias son siempre engañosas, dan cierta idea de conjunto. AsÃ, según el estudio del INE, Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias de 2002 y recordando que sustancialmente el coste de la vida es similar a escala estatal, resulta que el salario medio anual andaluz asciende a 11.428 euros, mientras la media estatal se ubica en los 14.370, es decir, los andaluces ganamos como media el 79,5% que los españoles, 2.942 euros menos anuales. Las mujeres andaluzas, nuevamente, están especÃficamente aún peor: su media retributiva nacional es de 8.631 euros, 2.544 euros menos. Si procedemos a algunas comparaciones a modo de ejemplo, el cuadro global aún resulta más tétrico: en Madrid, el salario medio sube a 18.770 euros anuales, 7.342 euros más que los andaluces o lo que es igual, los andaluces ganamos como media sólo el 60,8% de lo que se paga en Madrid. En Cataluña, se cobra una media de 16.042 euros, 4.614 euros más que en AndalucÃa; en el PaÃs Valenciano, 13.285 o en Baleares, 13.590. De todas estas magnitudes referidas se desprende también -entre otras posibles consideraciones- el incuestionable fracaso, la demagogia discursiva y el constatable carácter nocivo de todo el sindicalismo español en AndalucÃa -sea en su versión neovertical (CCOO-UGT), sea en otras que se presentan como más a su izquierda- y consecuentemente la evidente necesidad para la clase obrera andaluza de dotarse de un sindicalismo nacional de clase independiente, no sucursalista y de construir un marco andaluz de lucha de clases, desde el que socavar primero y destruir después el expolio y la discriminación españolas sobre AndalucÃa.
En un plano complementario, la 'Contabilidad Regional de España Base 1995/Serie 1995/2004'(INE), en su calificación por PIB per Capita en Paridades de Poder Adquisitivo, tomando como base 100 la media de la UE a 25 Estados, sitúa a AndalucÃa en 2000 al 68,1% (Estado español, 91,7%, a 23,6 puntos por encima); en el Promedio 2000-2002, AndalucÃa se queda en el 69,3% (Estado español, 92,9%, a la misma distancia). Por contraste, la Corte de Madrid en similares fechas tiene respectivamente el 122,9% y 124,7%; Cataluña, 110,2% y 110,9%; Baleares, 115,9% y 116%; el PaÃs Valenciano, 87,8% y 89%; Euskadi (sin Navarra), 115,6% y 115,2%; Canarias, 87,2% y 87,8% y Galicia, 72,8% y 73,4%. Con estos datos, sólo AndalucÃa y Galicia (más un par de regiones españolas) cumplen los requisitos que permiten acceder a los Fondos Europeos para el periodo 2007-2013 (menos del 75%) aunque el llamado "efecto estadÃstico" consecuente a la anexión del Este europeo adelanta -como ya avanza la previsión de 2003- que este será, en todo caso, el ultimo. A titulo de curiosidad, la CRE avanza que el PIB a precios constantes de AndalucÃa ascendió en 2002 a 77.138.176.000 de Euros, mientras que el del Estado español a 556.651.000.000, es decir, que el PIB andaluz supuso el 13,85% del español.
Conociendo sólo estos datos -y otros muchos más que podrÃan sumarse, como el peso de la economÃa sumergida o las condiciones laborales en horarios, seguridad e intensidad del trabajo, etc, que también muestran el signo de la desigualdad- se concluye fácilmente que el independentismo andaluz no es una estrategia y un proyecto con razones sólo basadas en el pasado, en la historia o la cultura sino también en el presente y en el futuro y que nace y se nutre del conjunto de las condiciones reales de vida de la nación andaluza.
Asimismo, con este cuadro general resulta obvio que los andaluces de la diáspora, de hecho, no tienen libertad para retornar y reestablecerse en su Patria, si ese fuera su deseo. Esto implica, por consiguiente, que las "asimilaciones", "integraciones" o "marginaciones" de los andaluces en otras naciones han de reconocerse y analizarse siempre sobredeterminadas y condicionadas por esta situación nacional de perpetuación de la dependencia producida por la dominación española (que también atañe a otros campos, aquà no abordados, como la usurpación y alienación cultural).
También se desprende de todos estos datos que la inmigración ha de ser considerada en AndalucÃa singularmente; sin asimilarla a la que se produce en otras realidades nacionales bien distintas, sin diluirla en el tópico polÃticamente correcto o verla deformada con los anteojos apriorÃsticos de los que creen en el pecado original y siempre andan buscando en dónde flagelarse -venga o no a cuento- sea para reclutar nuevos fieles o para ganarse su particular paraÃso imaginario, extendiendo indiscriminadamente su particular manÃa penitencial a quienes no tienen culpa ni responsabilidad alguna.
Aquà en AndalucÃa la inmigración no es consecuencia del desarrollo -como pudo o puede ser en otros paÃses y épocas- sino del subdesarrollo y sirve para afianzarlo; favoreciendo la consolidación del intercambio desigual, los bajos salarios, la precariedad y la economÃa sumergida, nutrida entre otras fuentes gracias al Subsidio Agrario. Con 568.000 desempleados y al menos 1.760.297 andaluces aún hoy fuera de su paÃs; con nuestros salarios mÃseros y empleos precarios y con el precio de la vivienda que retienen el crecimiento de la nupcialidad y la natalidad andaluzas -por no seguir indefinidamente añadiendo razones- resulta empÃricamente falso afirmar que AndalucÃa necesite objetivamente inmigrantes. Aparte de la habitual y escasamente citada instalación de cuadros de mando foráneos, más correcto serÃa decir que lo que la economÃa dependiente andaluza ha demandado en los últimos años -dado el papel adjudicado a AndalucÃa por el capitalismo español y por la UE- son más 'semiesclavos', dispuestos a trabajar en condiciones comparativas de sobreexplotación (aun cuando, subjetivamente, les resulten tolerables por referencia a las aún peores de sus paÃses de origen).
Procede pues distinguir con nitidez entre la supresión de una vergonzosa situación sobrevenida -indigna para toda la nación y especialmente negativa para la fuerza de presión de su clase obrera- de cualquier seguidismo neoliberal que deje la determinación de nuestro futuro nacional al albur de los intereses de quienes controlan el mercado. La necesaria estabilización de todos los trabajadores extranjeros ya instalados a traves de una ultima regularización efectiva y general puede ser una vÃa para su integración social y en su caso posible futuro acceso a la ciudadanÃa y asimilación nacional, pero ha de acompañarse de la exigencia del derecho de AndalucÃa como nación a decidir sin limitación exterior alguna su polÃtica inmigratoria y asà poder cortar de raÃz una espiral incontrolada -que incluso hay quien frÃvolamente quiere indefinida- que nada positivo justifica en ningún orden.
Esta es en algunos trazos, a modo de aperitivo y a partir de algunos datos proporcionados por instituciones españoles o sometidas, la realidad de la 'AndalucÃa Imparable' que ha construido el PSOE durante los últimos 25 años (con la ayuda del PA durante ocho). La imagen que resulta de este repaso apresurado con toda seguridad podrÃa detallarse y completarse cuantitativa y cualitativamente, a poco que hubiera economistas y expertos universitarios andaluces que se dedicaran con conciencia patriótica a esta faena.(4)
NOTAS:
(1) Para la población andaluza, consultar también, Evolución histórica de la población de AndalucÃa.
(2) Ver, Mª Ã?ngeles Sánchez DomÃnguez, Instrumentación de la PolÃtica Económica Regional en AndalucÃa, 1946-2000: Fundamentos teóricos y evidencia empÃrica, Editorial Universidad de Granada, 2001.
(3) Para el asociacionismo andaluz en el exterior, ver Centros y Comunidades andaluzas.
(4) Al respecto, reiteramos que ANDALUCÃ?A LIBRE está a la disposición de aquellos y aquellas -sean militantes, profesores o investigadores- que en esta tarea la quieran usar para difundir sus trabajos en la forma que deseen; sea con su nombre real o bajo seudónimo para evitarse represalias polÃtico-académicas por los afines al Régimen o en cualesquiera otra forma que pueda convenirse.
Publicado en AndalucÃa Libre nº 262 - Andalucia en Datos - Euskadi elecciones
miércoles, 20 de abril de 2005 15:26
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*AndalucÃa en Datos, AndalucÃa Libre
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