Lo acordaron unánimemente todos los grupos parlamentarios
Isaac Albesa | ialbesa ARROBA diaridetarragona.com
Los grupos parlamentarios acordaron ayer por unanimidad la comparecencia de la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), María Teresa Estevan Bolea, para que informe la próxima semana sobre el documento de este organismo que cuestiona la seguridad con la que ha funcionado de la central Vandellós II a raíz del incidente del pasado mes de agosto. La comparecencia de Ela presidenta del CSN y también de responsables de la central se realizará, probablemente, el próximo miércoles.
Según explicó ayer la responsable socialista de Energía, Rosario Velasco, los miembros de la Ponencia de Seguridad Nuclear de la Comisión de Industria del Congreso, constituida ayer de forma extraordinaria a petición del grupo socialista, el popular e Izquierda Verde, iniciarán así los trabajos para obtener «la máxima información» en torno a lo acontecido en la central del Baix Camp.
Los grupos se han dado de plazo hasta el martes para solicitar la comparecencias de los expertos que estimen oportunas para aclarar la situación de Vandellós II, en la actualidad en parada programada para recarga de combustible. En todo caso, la comparencencia de Estevan Bolea y de los máximos responsables de la central podría ser el mismo miércoles.
Velasco explicó que todos los miembros de la ponencia estiman necesario que el control parlamentario, tanto a las actividades del CSN como al parque español de instalaciones nucleares, se realice de manera «más puntual» y que la ponencia esté «permanentemente al tanto de todos los temas de energía nuclear».
El informe del CSN que analizará la Ponencia, y que fue hecho público la semana pasada, señala que Vandellòs II operó desde agosto hasta octubre de 2004 con «márgenes de seguridad reducidos» porque su titular no valoró la importancia que tenía el mantenimiento adecuado de su sistema de aguas esenciales, «ocultó y retardó datos» y primó «la producción sobre la seguridad».
El informe se refiere a la actuación de la central tras el incidente que sufrió el 25 de agosto, y que provocó la parada del reactor durante 4 días debido a un fallo en su sistema de aguas esenciales, un problema que se reprodujo el pasado mes de marzo.
El incidente de agosto consistió en la detección de una fuga en las tuberías del tren B, que lleva, como el tren A, el agua de mar para la refrigeración de los servicios esenciales, y el CSN reclamó a la central que se sustituyeran todas las «bocas de hombre» de 800 y 300 milímetros de ambos trenes y se hicieran las pruebas hidrostáticas pertinentes.
La Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (ANAV) afirmó al conocer el informe que es «totalmente contrario a sus políticas» dar prioridad a la producción frente a la seguridad y que «nunca» ha ocultado información al CSN.
Greenpeace: nivel 3
El grupo ecologista Greenpeace y también Ecologistes en Acció han valorado positivamente que el CSN se proponga elevar la clasificación del incidente de Vandellòs II a nivel 2 de la escala INES de sucesos nucleares. En todo caso, los ecologistas considera que se debe «forzar al CSN de reclasificar el suceso como nivel 3, que equivale a incidente importante». Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace, aseguró de que «los datos son concluyentes: el fallo tiene gran importancia para la seguridad y además se gestionó de forma negligente e irresponsable». Además, recuerda que el CSN calificó inicialmente el incidente de nivel 0, es decir, sin importancia |