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Notícies :: amèrica llatina |
Crisis de la Autoridad y Muerte del sistema Repúblicano, por Oscar Portela
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per Oscar Portela Correu-e: portelao@hotmail.com (no verificat!) Telèfon: 03783-15516913 |
12 feb 2005
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Situación política Argentina |
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Crisis del principio de autoridad y muerte de la República, por Oscar Portela
La crisis del principio de autoridad,
Y la muerte del sistema Republicano
Por Oscar Portela
La palabra “puebloâ€?, deberÃa ser paulatinamente ser borrado del habla común, pués designa
a un conjunto de individuos que conforman una identidad cultural, lingüÃstica, religiosa con aditamentos étnicos, decididos a conformar un Estado, con el fin de afianzar , vÃa pactos sociales, y luego de distintos sistemas jurÃdicos, un peto que les permita coexistir, junto a otras comunidades que puedan constituir una amenaza para sus intereses, un mapa geopolÃtico determinado: este – con sencillez – y no otro, constituye el origen del Estado: sin embargo la palabra "pueblo", fué en la primera mitad del siglo XX, fuertemente asociada, a la mitologÃa aria de la raza: hasta aquà el sofisma, dado que la genealogÃa de constitución de un Estado abarca singularidades mayores,y deberÃamos remitirnos a la "GenealogÃa de la Moral" nietzscheana, para alcanzar los cimientos que geologizan, la topologÃa del funcionamiento de ésta maquinaria:como forma de gobierno el Estado puede adoptar en defensa de los intereses del pueblo y sus legÃtimos representantes, el sistema Republicano de Gobierno : los que consiguieron constituirse en Estados Nacionales Confederados, luego de la revolución industrial que trajo consigo la cabeza de un rey, en platillo de oro, lograron luego que las diversidades culturales, no se disuelvan en un único polo de exclusión de poder económico y polÃtico, y que la división retórica de poderes, resuelva los intereses del Estado.
Profecias
Durante el siglo XIX Friedrich Nietzsche escribió, “ hemos perdido el instinto para estas institucionesâ€?, luego nos hemos extraviado en un laberinto, que , durante el fin de los grandes debates ideológicos del mediados del siglo XX, le permitieron afirmar a Heidegger :“ ni socialismo, ni capitalismo, son soluciones para aquello que va a venir, es decir, la muerte de la “cosa públicaâ€?, de la representación polÃtica e ideal de una imagen del mundo,que ha suplantado la autoridad por el autoritarismo del Estado técnico moderno - maltushiano al fin, pués para el liberalismo inmanentista, solo debe sobrevir y triunfar el más capáz, el más apto: la división de poderes, tamizada por la racionalización de formas teocráticas de gobierno , en una época hiperracional, no contradicen el despotismo,ni la juridicidad del Estado de derecho los intereses y fines corporativos o meramente personales, de los diversos sectores que conforman una comunidad, y que los partidos polÃticos, tenÃan como fin último resolver: con la muerte de los auténticos sistemas Republicános de Gobierno en manos de los oligopolios tecnocráticos, en los que se encarnan hoy los intereses económicos de las minorÃas, muerta también la vÃa de Representación que el pueblo se dá a si mismo para sanjar sus conflictos internos, y señalizar las polÃticas externas del Estado Nación
Los partidos polÃticos en diseminación
Han muerto los partidos polÃticos, que hoy, en ciertos paÃses como el nuestro, y en general dentro del marco del llamado eufemisticamente tercer mundo, conforman una extraña amalgama de intereses extraños al pueblo, - y a toda forma Republicana de representación auténtica-, convirtiéndose en formas de gerenciamiento de intereses corporativos, cumpliendo fines de “lobbisâ€? desde el punto de vista parlamentario, extraños por supuesto a los intereses del Estado Nación, en vÃas de extinción, y de “Repúblicaâ€?, de la que no queda sino lo latino de la huella gramatical que nos conduce a lo Noam Chomski llama “megacorporacionesâ€? a nivel de descisiones globales, en medio del desfile fantasmagórico de lo que Derridá denomina Estados fantasmáticos, en un mundo que con velocidad increÃble, - Virilio -, marcha hacia el viejo ideal de un Estado Universal en manos de una superpotencia, y las luchas étnicas y religiosas que mantienen minorÃas en estado de diseminación , en su pretensión desesperada de mantener sus autonomÃas y caracterÃcas de “pueblos o estados autónomosâ€?: el mundo asiste sin saberlo a una lucha a muerte entre éste Estado Universal, tantas veces deseado, y la libanización de un nomadismo al que se lo ha denominado extrañamente “terrorismoâ€?, y que no constituye sino la contracara del inmenso “terror del poder que imponen las megacorporacionesâ€?.
El principio de autoridad
En Crisis
A nadie se le escapa que la Argentina, como paÃs de un territorio devastado desde sus origenes, juega el juego que imponen las “megacorporacionesâ€?, dentro de un supuesto régimen Democrático, Federal y Repúblicano de Gobierno, a pesar de las felicitaciones de Chirac a Mr Kirchner, que obedece las ordenes del Imperio cuando envÃa soladados a HaitÃ, el p`´is mas pobre y explotado del mundo. La Argentina. su pueblo que ha soportado más de cuatro décadas de retroceso económico, cientÃfico, cultural, - parálisis que nos ha retrotraÃdo a las horrendas humillaciones-, pobreza, exlución creciente, mortalidad infantil , también creciente – deudas internas y externas semejantes al fantasma del padre de Hamlet-y que estas “megacorporacionesâ€?, miran solo un territorio rico en recursos naturales, que por el momento, no significan un inconveniente en el progresivo y sostenido avance, que mantienen los intereses económicos globales, en aras del dominio del planeta.
La Respuesta Argentina
Y la espectralidad de su sistema polÃtico.
Dentro de éste panorama, la Argentina no puede sino dibujar gráficos de dibujos animados, como ejemplos de su polÃtica exterior , ya que la República como tal, semeja , a nivel del Congreso de la Nación, aquel triste ejemplo de la República de Weimar, exterminada tanto por la SA, como por el plebiscito al que llamó Hitler y la reforma Constitucional llevada a cabo por Carl Schmidt. Más de trescientos partidos polÃticos en un paÃs con menos de cuarenta millones de habitantes, representa el llamado por Lorca “teatro de titeres de cachiporraâ€?, limitado al escenario de un Congreso que a nadie representa.
Más de cuarenta partidos en una provincia como Corrientes, cuyas necesidades básicas crecen, puede ser calificada ya como algo más que un “teatro de cachiporrasâ€?: se trata ya de un “teatro de grand-guigñolâ€? ( imitación a través de marionetas de la vida cotidiana de los franceses, en la popular época de Monsieur Guillotin), con la diferencia, importante, que esta “representaciónâ€? no divierte al público, ni al pueblo al que supuestamente esta dedicado: tomemos como ejemplo la crisis de “ autoridadâ€? dentro de un partido centenario como el partido Liberal: si en tres décadas desaparecieron del escenario polÃtico partidos como la UCRI, como el MID, como el también centenario PA, porque hoy, con la concentración de poder alrededor del Ejecutivo provincial, no habrÃa de desaparecer el PL, dividido en tres fracciones para su simulacro de interna, dado que el Principio de autoridad que regula el normal y orgánico funcionamiento de un partido, a dejado en la práctica de existir, y lo que queda son ambiciones mundanas de poder y dinero,
obscenas exposiciones de ingenio para mostrar como el mono sube más rápidamente al árbol que los demás animales ¿?
A espaldas, eso si, siempre a espaldas del pueblo, ese cementerio que algo represento en tiempos idos, llama a convenciones, mesas directivas, para mostrar cual democrático es el funcionamiento de un partido, multiplicado ahora por tres.
¡Tendremos pues 150 partidos polÃticos, y finalmente reelección en ésta provincia de Corrientes, la tercera o cuarta en mortalidad infantil? Cuando las nuevas generaciones deban decidir con sus votos – ya no vinculantes-, lo que debe suceder en éste paÃs, en esta provincia, para definir ese futuro que se les escapa de las manos por la imprevisibilidad de un modelo en crisis, que nada asegura para ellos , sino la persistencia de actos personales vergonzosos, como muestra de que todo acto de habla polÃtico, solo consiste en un juego ( games virtuales ) de un tablero de ajedrez, en la que una vez más , por la necesidad de persistir como persisten los zombies, se llame a una reunión para renovar la presidencia de organos supuestamente colegiados, y solo quede al descubierto ante la opinión pública, la mezquindad de un sistema que esta quitando el futuro, los sueños y los deseos colectivos, que hicieron alguna vez de éste pais, una utopÃa digna de ser vivida.
Oscar Portela. 12 de febrero del 2005 |
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Comentaris
Re: Argentina va en coche al muere, por Oscar Portela
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per Oscar Portela portelao@hotmail.com |
26 feb 2005
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Argentina vá en coche al muere
Oscar Pórtela
Febrero 23 del 2005
¿ En que túmulo oscuro, tras que infamias,
te han enterrado ya, oh patria mía!
¿Que postillón feroz depostilláo,
con que barquero atroz, como cochero,
te conduce sin honras ,ya idigente,
de un cementerio a otro, contristada?
¿Que indiferentes buitrez se alimentan
De tu triste carroña, coronada,
y que gusanos , larvas de tus aguas ,
se posan en tu espectro vacilante?
Que sirvientes hipócritas vestidos
Con hidalgos vestidos te traicionan,
Y en patrañas ahogan tus hazañas?
Que astuta lacra, que descendencia barbara,
y astuta,
Va en pos de tu pasado a deshonrarte?
Desposado contigo sufro ahora,
el amargo camino que a tus pasos
en aciago destino fué colmado.
¿ No hay oxigeno aquí donde se ahogan
los sueños de tus héroes ahora,
ominoso el destino de ser tuyo, yo te digo,
oh, lar de nobles musas,
que rendido, a tu honras , revelado,
y con verbo inflamado de desprecio
sigo aún los designios que los dioses,
pusieran en los labios de mi madre.
Por Oscar pórtela
23 de febrero del 2005 |
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