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Notícies :: especulació i okupació |
Declaración de Guadalajara sobre el futuro de la ciudad
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per Horacio Capel |
31 des 2004
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"DECLARACIÓN DE GUADALAJARA SOBRE EL FUTURO DE LA CIUDAD".
UNA PROPUESTA
1.-Las tres cuartas partes de la población del mundo es ya urbana, y se puede prever la constitución de la Pantópolis universal.
Los problemas del futuro de las ciudades son los problemas del futuro de la Humanidad. |
2.-La ciudad incluye dimensiones diferentes; es a la vez urbs, civitas y polis.
El urbanismo ha de atender a todas esas dimensiones, y no solamente a la dimensión fÃsica.
3-Hasta ahora la responsabilidad del urbanismo ha sido atribuida por el poder a los arquitectos y a los ingenieros.
A ellos hay que conceder tanto el mérito de los buenos resultados obtenidos como la responsabilidad por las consecuencias negativas de sus actuaciones.
4.-No hay nada peor que un buen arquitecto cuando se equivoca; si además es malo las consecuencias pueden ser irreversibles.
5.-DeberÃa convertirse en una hipótesis a investigar cientÃficamente la afirmación de algunos arquitectos prestigiosos de que el 80 por ciento de ellos son ineptos o de que el 90 por ciento de lo que han diseñado y construido es simple basura.
6.-En el urbanismo no se usarán en vano términos como sostenibilidad, ecológico o paisaje.
Se vigilará especialmente a los arquitectos y se descalificará a los que hablen de obsolescencia, de que sus obras están "en diálogo con", son
"espacios metafÃsicos", y otros.
En ningún caso se aceptarán en los centros históricos pretensiones de intervención "desinhibida", "audaz", "informal" o "divertida", o que esgriman la "libertad del artista" para destruir la trama urbana o la
estructura de la edificación existente.
7.-Los arquitectos han de ser capaces de "proyectar en teorÃa y también de
llevar a cabo en la práctica cualquier construcción que se adecue a las necesidades de los seres humanos y han de procurar que sean hermosas"; es decir, deben intentar cumplir el ideal formulado por Alberti en el siglo XV.
8.-No hay estética sin ética.
9.-El urbanismo se ha elaborado e impuesto hasta ahora de arriba abajo.
Se necesita otro totalmente distinto que proceda de abajo arriba.
10.-El punto esencial es el diálogo. Se ha de evitar la prepotencia de los técnicos y su pretensión de que son poseedores del saber.
11.-Los técnicos y los polÃticos han de estar al servicio de las necesidades y demandas de los ciudadanos.
12.-De lo dicho en el punto 2 se infiere que se ha de rechazar terminantemente el que esos técnicos sean solo arquitectos o ingenieros,
como sucede hasta ahora.
Los problemas urbanos son de tal naturaleza que exigen el estudio y la participación de especialistas y tecnicos diversos.
13.-Se han de modificar las normas urbanÃsticas de modo que en el diálogo se amplÃe la participación de los ciudadanos.
14.-Se ha de valorar el papel de los movimiento sociales. La participación debe convertirse en el instrumento básico del urbanismo, de manera que garantice el debate público y, a través del mismo, el control de las decisiones que se toman.
15.-Los habitantes de la ciudad han de ser tratados como ciudadanos y no como clientes.
No podrán reclamar nada aquellos que no paguen sus impuestos.
16.-Solo se permitirán en la ciudad espacios cerrados de carácter individual y familiar. Se proscribirá totalmente el cerramiento de edificios o de grupos de edificios, de los equipamientos públicos y de partes de la ciudad.
Se luchará contra los espacios exclusivos con barreras reales (tipo country o pueblos cerrados) y virtuales (favelas dominadas por mafias...).
17.-Se ha de legalizar todo el dinero que se mueve en la construcción.
No se permitirá el blanqueo de dinero en la promoción inmobiliaria. La lucha contra la ilegalidad y la corrupción debe incluir también esta dimensión.
18.-Los ciudadanos tienen derecho a no estar satisfechos con la estructura y organización de sus ciudades, y a desear que se renueven o reconstruyan.
Pero eso ha de hacerse en beneficio de la población y no de las empresa
inmobiliarias.
19.-Se ha de garantizar el acceso a la vivienda y a los equipamientos públicos a todos los habitantes de la ciudad.
Puesto que que la Mano Invisible de los intereses inmobiliarios ha sido incapaz de resolver los problemas de la vivienda, se necesitan polÃticas públicas para hacerlo.
20.-Para que sea bella la ciudad ha de ser antes confortable, justa, rica, socialmente equilibrada y polÃticamente democrática.
Si la sociedad cumple esas condiciones, ella misma resolverá los problemas de la forma, poniendo a los arquitectos y a otros técnicos a su servicio.
21.-El planeamiento urbano es necesario. Se ha de considerar clausurada la etapa contra el plan.
El planeamiento es un instrumento indispensable para racionalizar la ocupación del territorio y la organización de la ciudad. No puede dejarse a
merced de los intereses inmobiliarios, que buscan su beneficio, sino que ha de ser dirigido. Eso ha de hacerse bajo una dirección y control público, y requiere instrumentos públicos de gestión.
El planeamiento ha de señalar los objetivos y las metas del futuro, los cuales deben ayudar a la construcción del presente.
22.-Infierno y paraÃso están aquÃ. Si hay libertad, igualdad, bienestar y solidaridad, las ciudades son el paraÃso en la tierra.
Si domina la exclusión, la pobreza, la violencia, la vigilancia y la opresión, pueden convertirse en el infierno.
De nuestros gobernantes, de las normas sociales que seamos capaces de elaborar y cumplir, y de nosotros mismos depende.
23.-El mismo entorno fÃsico puede ser teatro de libertad o de coerción.
24.-Se han de estudiar las relaciones entre forma y función, y entre forma y vida social.
25.-Lo que la historia ha ido acumulando y sedimentando debe respetarse al máximo.Es esencial la conservación de los cada vez más escasos restos del patrimonio histórico construido. Y ello a pesar del interés de las empresas inmobiliarias (y de numerosos arquitectos) favorables a la obra nueva.
Con mucha frecuencia no son las necesidades de la población sino la lógica de la promoción inmobiliaria la que desatruye edificios y construye otros nuevos.
26.-Los edificios que hoy se necesitan deberÃan construirse, ante todo, en nuevos espacios en que el saber y la imaginación de los arquitectos nos propongan formas nuevas e imaginativas y mejores que las del pasado.
27.-El gobierno de la ciudad necesita de reglas jurÃdicas claras, de una voluntad decidida para su cumplimiento y de una autoridad capaz de hacer acatar las normas. Es decir, necesita de una administración pública eficiente.
28.-El carácter más o menos progresista de la legislación que se elabora se expresa en los mecanismos para la recuperación de plusvalÃas generadas por el planeamiento, en la inversión pública en equipamientos sociales, asà como
en el papel que se concede a la participación ciudadana en la elaboración, gestión y control del urbanismo.
29.-El urbanismo es un proceso complejo. La administración pública debe negociar con los diferentes agentes urbanos, cada uno de los cuales defiende sus propios intereses, y arbitrar entre sus conflictos y diferencias, en
beneficio de todos los ciudadanos.
Esa negociación y arbitraje debe hacerse desde posiciones de fuerza de la administración, con una legislación que permita presionar para defender el bien común.
30.-Ha crecido de forma desmedida el consumo de energÃa y de bienes materiales, lo que en sociedades ricas conduce a un despilfarro totalmente inaceptable. Todo ello debe tener un lÃmite. Lo cual significa menos transporte privado, más transporte público, menos aire acondicionado.
El despilfarro no debe admitirse tampoco en la construcción de la ciudad. Eso significa optar por la ciudad compacta, y poner lÃmites a la posesión especulativa de viviendas.
31.-Hemos de defender el mantenimiento de una tradición urbana de espacio público protegido por la normativa legal y por la administración pública.
Se espera de los arquitectos que contribuyan al diseño de espacios públicos que faciliten las relaciones sociales, el encuentro y la urbanidad.
32.-Hemos de recordar también que el espacio público es de todos y que todos hemos de contribuir a su mantenimiento.
33.-La demanda de servicios es ilimitada y crece sin parar, en educación, servicios asistenciales, educación, etc. Lo cual es sin duda positivo, pero supone un coste que exige no solo recursos públicos sino también
comportamientos cooperativos y solidarios.
34.-Necesitamos utopÃas y debatir alternativas sobre la forma de organizar la ciudad.
El debate es necesario incluso con los movimientos antisistema. La humanidad ha avanzado a través de las disidencias.
[Final]-La ciudad puede resitir y sobrevivir. Resistir a los especuladores, a los vivos, a los egoÃstas, a los polÃticos corruptos o incompetentes, a los técnicos engolados y soberbios, que se consideran depositarios
exclusivos de la ciencia y el saber.
Para ello es preciso que actúe la polÃtica en el sentido amplio de este término, que el ordenamiento jurÃdico democrático, la normativa urbanÃstica y los órganos de gestión defiendan el interés público.
Pero también hace falta el compromiso social y la acción decidida por parte
de los ciudadanos.
[Coda]-Este manifiesto podrá ser ampliado con las propuestas de otros ciudadanos interesados en el tema, tras el correspondiente debate.
Referencias
La propuesta de este manifiesto fue elaborada durante la celebración del Coloquio. Constituye una toma de posición ante algunas cuestiones que se suscitaron en el Coloquio sobre "El futuro de las ciudades" (y en el complementario que se dedicó a "La arquitectura catalana contemporánea", celebrado los dÃas 3 y 4 de diciembre). Para su elaboración he utilizado
también ideas -e incluso la redacción concreta de algunas frases- expuestas en otros trabajos personales, en los que pueden verse una más amplia justificación de muchos de los puntos aquà destacados. Se trata, ante todo, de la propia conferencia elaborada para el evento, y que será publicada próximamente (El modelo Barcelona, un examen crÃtico, Barcelona: Ediciones del Serbal, 2005 ); y de otras obras, entre las cuales quiero señalar las
siguientes:
CAPEL, Horacio. Los problemas de las ciudades. Urbs, civitas y polis. In Horacio CAPEL (Coord.). Ciudades, arquitectura y espacio urbano. AlmerÃa: Fundación Cajamar (Serie "Mediterráneo Económico", nº 3), 2003, p. 9-24
CAPEL, Horacio. La morfologÃa de las ciudades. Vol. II, Aedes facere. Técnica, cultura y clase social en la construcción de edificios. Barcelona: Ediciones del Serbal, (en publicación), Conclusión.
Se han utilizado también algunas ideas de otros textos, debiendo citar en
este sentido:
La alusión a la Pantópolis Universal (punto 1) se refiere a las ideas expuestas por Javier GARCÃ?A-BELLIDO, Hacia la Pantópolis: la necesaria utopÃa de la ciudad ecológica. In Horacio CAPEL (Ed.) 2003 (op. cit.), p.
335-424.
En el punto 4 parafraseo una de Oriol Bohigas que aparecÃa en la sección "Exabruptos" del libro Reconstrucción de Barcelona (1985), y que en su forma original decÃa asÃ: "No hay nada peor que la gente de bien cuando se equivoca".
Entre los arquitectos que han hecho declaraciones como las aludidas en el
punto 5 se encuentran Oriol Bohigas (Contra la incontinencia urbana.
Reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad, Barcelona 2004, p. 40 y 106), y Jacques Herzog (declaraciones en El PaÃs, 31 de julio de 2004, p. 26).
El punto 8 utiliza una frase que escribió en 1966 el profesor José MarÃa Valverde, catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona, para renunciar a su cátedra después de los expedientes que se habÃan hecho a
varios profesores universitarios y que llevaron a la expulsión de los mismos.
El punto 20 utiliza de forma inversa un escrito de Oriol Bohigas. El texto original alude a algunos demagogos "que piensan que, antes de ponerse bella, una ciudad se ha de hacer confortable, justa, rica, socialmente equilibrada, polÃticamente democrática. Debende tener razón si piensan que la vida colectiva para que sea confortable, justa, rica, equilibrada y democrática puede hacerse y rehacerse sin el adecuado marco de espacio público, el espacio real en el que se desarrolla. Yo, evidentemente, no lo pienso".
El punto 22 cita una inscripción existente en el jardÃn renacentista de la Villa Barbarigo en Valsanzibio, Padua.
© Copyright: Horacio Capel, 2004
© Copyright: Biblio3W, 2004 |
Mira també:
http://www.ub.es/geocrit/b3w-551.htm |
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