Amaro Magenta Caracas, 4 de agosto de 2004 Un hombre comprometido con su tiempo El proceso revolucionario venezolano que lidera Hugo Chávez enfrenta un nuevo reto democrático: la ratificación en las urnas de la voluntad mayoritaria del pueblo, frente a la voluntad del imperio y de sectores acomodados y descontentos minoritarios, intoxicados con tres años de feroz y criminal guerra mediática. Ante esta nueva amenaza a la liberación constituyente del pueblo organizado, se han desatado de manera incontenible las redes de la solidaridad internacional. A ellas se suma la poderosa voz de Alfonso Sastre, ensayista y dramaturgo esencial de las letras españolas, que anunció su participación en el congreso mundial de intelectuales que tendrá lugar en Caracas a finales del mes de noviembre. Con ocasión de esta nueva convocatoria a defender las luchas de los pueblos desde las trincheras de la razón, el dramaturgo se ha pronunciado de manera contundente a favor del proceso bolivariano, que tiene en la organización popular su principal baluarte. Sastre, que recientemente ha llamado a los intelectuales a "la desobediencia civil hasta el grado de la sedición" y a la defensa de "la utopÃa revolucionaria, libertaria y socialista", es uno de los escasos intelectuales progresistas del estado español que mantiene viva su voz contestataria. Al declarar su inequÃvoco apoyo al proceso bolivariano, evidencia un compromiso con su tiempo que está dramáticamente ausente del accionar de la mayorÃa de intelectuales de tertulia y organizaciones contestatarias del estado. Una alianza de solidaridad internacional incontenible Ante la proximidad del referéndum y la creciente injerencia estadounidense, el mundo progresista y crÃtico viene tejiendo una impresionante red de solidaridad internacional con el proceso venezolano, que en el campo de la intelectualidad progresista luce como alianza imbatible. Autores crÃticos de la relevancia de Tariq Ali, Emir Sader y Naomi Klein; artistas como Chico Buarque, Ken Loach, Manu Chao y Harold Pinter (uno de los dramaturgos esenciales de las letras británicas); activistas altermundistas como Walden Bello, Jose Bove y Bernard Cassen; y latinoamericanos universales como Adolfo Perez Esquivel y Eduardo Galeano (vÃctima hasta hoy de sus prejuicios frente al proceso bolivariano), se han sumado a la convocatoria de solidaridad mundial, al proclamar inequÃvocamente su voto por la continuidad de Chávez y este nuevo despertar de los pueblos (*). La Revolución bolivariana: una luminosa esperanza El entusiasta espaldarazo de Sastre al proceso bolivariano le coloca una vez más a la vanguardia de la intelectualidad crÃtica europea y mundial, en momentos en que se multiplican las voces de solidaridad y – por contraste – se echa de menos un despertar contundente de los adormecidos movimientos contestatarios de la penÃnsula ibérica. Mezclando la denuncia y la incurable esperanza, el autor llama a los intelectuales progresistas del mundo a conformar un movimiento efectivo que, más allá de los discursos y debates, permita establecer una estrategia capaz de “garantizar la consolidación histórica de esta luminosa esperanzaâ€?. Si bien advierte contra las amenazas que se ciernen desde el imperio, Sastre asegura estar convencido de que la organización y el entusiasmo popular garantizarán una vez más “la continuación de este gran proceso revolucionario, de esta magna transformaciónâ€?. Una vez más, denuncia la complacencia histórica de intelectuales y artistas con los procesos revolucionarios, y llama a la crÃtica contra el imperio, el populismo vacÃo y la burocracia, y a salir a la calle a la defensa de los valores universales de los pueblos: “¡Adiós a las torres de marfil¡â€?, proclama certeramente. De la soledad a la solidaridad Antes del golpe de extrema derecha de abril de 2002, apenas un puñado de intelectuales y colectivos progresistas del mundo desarrollado se habÃan interesado por el proceso polÃtico que atraviesa el paÃs desde que Chávez tomara el poder en 1998. El golpe, la inequÃvoca validación del gorilismo por parte del imperio y, de manera fundamental, la activación de una vertiginosa resistencia popular y cÃvico–militar sin antecedentes en la historia reciente, despertaron nuevas alertas en las resistencias solidarias e internacionalistas del mundo entero. Ante el nuevo desafÃo que enfrenta el proceso, movimientos sociales, federaciones sindicales, organizaciones de todo signo, intelectuales, partidos polÃticos e inclusive lÃderes polÃticos en ejercicio del mundo entero se suman a las voces de millones de venezolanos que dijeron basta al sometimiento y a la explotación, y su incontestable voluntad colectiva de apostar por un modelo de democracia alternativa, centrado en los valores de participación, soberanÃa y autodeterminación polÃtica, social y cultural de los pueblos. Basta entrar en contacto con cualquier exponente de los movimientos sociales crÃticos del continente, o acudir a una de las múltiples citas de articulación de las resistencias, para palpar la esperanza que el pueblo latinoamericano coloca sobre la continuidad y profundización del proceso revolucionario venezolano. Llamamiento a las resistencias del estado español Convocatorias de toda Ãndole se suceden a lo largo y ancho del continente americano, incluyendo manifiestos de apoyo, eventos y manifestaciones de solidaridad y, próximamente, vigilias en las embajadas estadounidenses, para repudiar las amenazas del imperio de empañar la voluntad pacÃfica y democrática del pueblo en transformación. Entre tanto, desde el estado español son escasas las voces que se suman a esta nueva demostración del poder de la solidaridad internacional. Este silencio de las resistencias apunta a la continuidad de su sumisión al ensordecedor ejercicio de intoxicación de la corporación mediática transnacional. Sin embargo, aún hay tiempo. Escuchen el llamado de Sastre y compañÃa, acudan al llamado de la solidaridad: los pueblos del mundo se lo demandan. (*) "Si fuéramos venezolanos… VotarÃamos por Hugo Chávez "
En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=2841 Palabras de Alfonso Sastre
En: La Revolución Bolivariana. Los intelectuales opinan. Caracas, 2004
Venezuela y agosto
La situación es hoy extremadamente amenazadora, aunque los planes internacionales del imperio se hayan visto, durante el último año, retrasados – ya que no frenados – en virtud de la heróica resistencia iraquà a sus propósitos de dominio mundial. No cabe, pues, descansar en una retórica de la confianza, en la fuerza cuasi milagrosa que tendrÃan en sà las razones de los pueblos, y en sus capacidades de auto-organización espontánea y de lucha; y yo estoy seguro de que el pueblo venezolano está dispuesto a mantener la legitimidad de su Revolución con todos los medios a su alcance, más allá del optimismo de los discursos, pero también más allá del pesimismo de algunos analistas y comentaristas, que están pensando que el 15 de agosto no es una batalla lo que la Revolución bolivariana podrÃa perder, sino nada menos que la guerra contra el imperialismo. Yo no creo que sea asÃ, pero no por ello la situación deja de ser muy grave y comprometida.
Yo espero, sinceramente, que el grado de organización y el entusiasmo popular garanticen una vez más – frente a las fuerzas gigantescas del gran antagonista – la continuación de este gran proceso revolucionario, de esta magna transformación.
Los intelectuales y artistas han cultivado excesivamente en otros tiempos actividades de mero acompañamiento de los procesos revolucionarios, desde escribir apologÃas o himnos a llorar a los héroes asesinados como contribución propia a tales procesos. Pero hoy es el momento, más que nunca, de la crÃtica. ¡Hay que “pensar contra el imperioâ€?, desde luego, pero también, en nuestras filas, contra el populismo y la burocracia¡ Y, desde luego, salir a la calle. ¡Adiós a las torres de marfil¡
Espero que el Congreso de Intelectuales no sea un congreso más, y que en este encuentro nazcan actividades prácticas y quizás consiga dibujarse alguna lÃnea general para una estrategia capaz de garantizar la consolidación histórica de esta luminosa esperanza. |