|
|
Anunci :: altres temes |
La democracia funciona
|
|
per Democracia |
29 jun 2004
|
SORTEO |
¿De qué se ha muerto este muerto?
De una bala en el pulmón,
lo mató la policía
en una manifestación.
La democracia funciona.
¿De qué se ha muerto este otro?
De los golpes que le dieron
le dieron cientos de golpes
y uno de ellos lo mató
La democracia funciona.
¿Y este por qué se murió?
Fue porque le dió un infarto
Se pasaron con la bolsa
porque no cantaba...
Hoy les ha tocado a ellos,
pero en el siguiente sorteo
les puede tocar a ustedes.
No pierdan la esperanza.
La democracia funciona. |
![](https://barcelona.indymedia.org/images/licenses/norights.gif) This work is in the public domain |
Comentaris
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Sí , la democracia funciona. Gràcies a ella pots posar tota mena de bestieses a indymedia. pots ser "alternatiu" al sistema perque hi ha democracia. La democracia funciona , perque permet la llibertat de tothom i estableix drets per a tothjom. Si tu no vols acomplir els teus drets llavors la resta de la societat hem de defensar-nos. Això és la democracia ( drets i deures ) |
Re: La democracia funciona
|
per Cabra |
29 jun 2004
|
Ai pastoret, pastoret. M'encanta que sigues un estomac agraït del sistema i que vejes que la democràcia funciona. I és que per a gent com tu clar que funciona i tot va de puta mare.
Però no tot és del color de rosa amb el que els teus ulls pastorils miren el món. Demana'ls als inmigrants deportats si la democràcia funciona... Demana'ls als tres joves de gràcia si la democràcia funciona... demana'ls als joves bascos torturats si la democràcia funciona... demana'ls a les dones assassinades pels seus marits si la democràcia funciona.
Això és aquesta democràcia (tortura, repressió i assassinats). |
Re: La democracia funciona
|
per kiko |
29 jun 2004
|
Pastoret, d'on vens?
de la muntanya, de la muntanya?
Pastoret, quin carnet tens?
quina patranya, quina patranya! |
Re: La democracia funciona
|
per pastoret |
29 jun 2004
|
Inmigrants, joves de Gracia i bascos? Aixo es problema d'ells. El que han de fer es respectar la democracia. Jo be que la respecto. I els meus dividents em dona! S'ha de ser practic!
"Si no puedes con tu enemigo, unete a el" |
Re: La democracia funciona
|
per dirty |
29 jun 2004
|
" Si no puedes con tu enemigo unete a él "
Et rendeixes molt fàcilment... |
La constitución de la multitud en movimiento: la génesis de la democracia
|
per JoaquÃn Miras Albarrán |
29 jun 2004
|
Recuperando algunos artÃculos de la web del 2003.
(Espai Marx)
“La democracia como cosa en sÃ, como abstracción, no existe en la vida histórica, sino que la democracia es siempre un determinado movimiento polÃtico, conducido por determinadas fuerzas y clases que luchan por determinadas finalidades. Un estado democrático, es en consecuencia, un estado en el que gobierna el movimiento de la democraciaâ€?
Arthur Rosenberg, Democracia y Socialismo. Aporte a la historia polÃtica de los últimos 150 años (1789-1937), Ed. Claridad, Buenos Aires, 1966
Una nueva época
Un nuevo ciclo de luchas sociales se ha abierto, y un nuevo sujeto polÃtico ha hecho acto de presencia en la historia: lo hemos visto en la calle. El sábado 15 de febrero en nuestras ciudades y en decenas de ciudades de otros paÃses. En noviembre, en Florencia. Antes, en la manifestación contra la cumbre del G8, en Barcelona. Y en Porto Alegre y en Génova... Una nueva época nace y su caracterÃstica fundamental es que la plebe, el demos, la multitud, osa nuevamente, constituirse en opinión pública organizada; se atreve, otra vez, a protagonizar la práctica polÃtica y a disputar el poder a la plutocracia capitalista y su cohorte de poderes. Ya nada será igual.
A destacar: lo que hemos visto movilizarse en Barcelona, Madrid y Londres, en Florencia, es ciertamente un número aún pequeño de la totalidad de la población –aunque ¡quién lo hubiese soñado hace, tan sólo, cuatro años!-, pero su composición revela que lo que se está movilizando abarca en potencia a todo el espectro social del demos; a las 8 décimas partes de la sociedad – lo que, continuando la vieja tradición de la democracia, recuperada por el jacobinismo, Robespierre denominaba “proletariado�-.
Falta aún mucha gente, y mucha organización estable micro fundamentada, mucha participación. Por eso, tan sólo es el fantasma del demos lo que recorre hoy Europa. El bloque subalterno de la sociedad civil no está aún lo suficientemente organizado como para poder dominar democráticamente la actividad social que produce y reproduce la vida, e instaurar un nuevo poder polÃtico democrático, pero se expresa y genera una nueva opinión pública.
Conviene que abramos una reflexión para tomar conciencia de todas las cosas que han sucedido en los últimos tiempos ante nuestros ojos, y muy en especial el 15 de febrero.
Nuevamente hemos visto al mismo sujeto que se ha ido configurando en los últimos cuatro años, salir a la movilización. Se confirma la incorporación a la lucha de una nueva generación, con mayor formación intelectual y técnica media que la que protagonizó las luchas hace 30 años Esta generación nueva está sociológicamente constituida, desde una estimación que dé relevancia a las relaciones sociales de producción, por actuales o futuros asalariados, asalariados-precarios, trabajadores autónomos supeditados al dominio del gran capital, profesionales y pequeños propietarios –se hace hoy muy difÃcil diferenciar entre el trabajador asalariado estable, el asalariado sometido a precariedad, el trabajador organizado en empresa cooperativa a la que se subcontrata, el trabajador autónomo individual, y el pequeño propietario de un establecimiento [1]- .
Esta generación joven forma la vanguardia de todo un conjunto de población, de su misma generación y de otras anteriores, que ya apunta en las movilizaciones. Cuando uso el término vanguardia lo hago en sentido estricto, como punta de lanza que se moviliza con más facilidad que el resto. La verdadera vanguardia de la sociedad, ese 15/ 20 % que está dispuesto a movilizarse ya, ni se deja sustituir ni puede ser confundida con los estados mayores de las viejas estructuras polÃticas dispuestos a sustituir a los demás. Gracias a esa nueva vanguardia social encabezada por la generación joven de las clases subalternas, dominadas por el capitalismo, hemos visto recuperar la voz a la sociedad democrática, subalterna, al pueblo –al demos-. Convocadas a la lucha antiimperialista[2], se han vuelto a movilizar las generaciones de la lucha antifranquista, lo que revela que los sectores sociales que lucharon por las libertades, fueron derrotados pero no están vencidos.
Hay que mejorar el análisis sobre el bloque social que se ha expresado en la protesta contra la guerra y por un orden internacional justo. Tanto sobre este sector joven como sobre los otros que han comparecido en las movilizaciones. Sà podemos ver que hoy por hoy, la estructuración estable permanente de esta ciudadanÃa es aún débil. Pero esto también revela un dato nuevo. Tradicionalmente el viejo movimiento obrero y popular alcanzaba cotas altas de movilización en la medida en que existÃan instrumentos organizativos estables y micro fundamentados, de masas. Ahora, eso que serÃa muy deseable, aún no existe, pero, sin embargo, el nivel de la movilización es muy elevado.
La pujanza del nuevo ámbito social deliberativo construido y la fuerza de la nueva Opinión Pública alternativa, emergente, se basa en la elaboración de opiniones polÃticas a partir de la información y de intercambios de opiniones informales. Y en la experiencia inmediata que poseen como individuos de la sociedad presente. También en el manejo de nuevas tecnologÃas informáticas. Esta respuesta ante la información, la capacidad consiguiente de elaborarla, la capacidad para discutirla en grupos informales muestra que este amplio sector popular está intelectualmente capacitado.
Estamos ante una situación de aumento de la actividad ciudadana en sus actitudes públicas, y ante la reconstrucción de una nueva Opinión Pública popular, plebeya. El bloque social activo que se dibuja va a crecer, tanto como consecuencia de las afinidades con la población que todavÃa no se ha movilizado, pero que coincide en sus experiencias generacionales, en sus expectativas, en su sociologÃa, etc., con los sectores movilizados, como por la forma de organizar la movilización, democrática, no autoritaria, inclusiva, no supeditada a las viejas instituciones electoralistas, y también por el éxito obtenido por las movilizaciones que se han desarrollado hasta el presente, razón nada desdeñable.
La esperanza de construir colectivamente un mundo mejor –“otro mundo es posibleâ€?-, los valores de libertad e igualdad, que han permanecido latentes, pero alentando, en la cultura popular hija de las luchas democráticas antifascistas, han vuelto a encarnarse en un sujeto colectivo, y han vuelto a constituir una fuerza beligerante polÃticamente. Podemos afirmar que esta es una realidad irreversible. Esto quiere decir que en esa dinámica abierta, el nuevo sujeto social, va a ir desarrollando deliberación y actividad, y va a ir ampliando su capacidad de organización, mediante la inclusión de nuevos sectores; va ir construyendo sociedad civil, reticulando redes democráticas de acción y de control de la actividad en el interior de las estructuras organizadas, ya existentes, de actividad y producción, hoy dominadas por el capital o por el poder polÃtico oligárquico, no controlado; va a ir generando experiencia y proyecto polÃtico propio, salvo que sea derrotada por la derecha.
Pero, para que esta situación nueva que apunta, decaiga o inflexione, es precisa una lucha y un triunfo de la derecha sobre el movimiento. Cosa que no está predicha, ni mucho menos. Por el momento, la derecha, cogida por sorpresa, no puede ni tan siquiera presentar batalla de forma inmediata y eficiente al presente movimiento. Mas, aún en el peor de los casos posibles: la historia es irreversible. El pasado ya no volverá bajo ninguno de los supuestos futuros posibles. Nada volverá a ser como es; como ha sido.
Lo viejo no acaba de morir
El demos que se ha movilizado lo ha hecho manifestando firmeza y claridad de ideas
en torno a principios de carácter fuertemente moral y polÃtico: no a la prepotencia de EUA que trata de imponer su nuevo orden mundial. No a la guerra. Denuncia de los intereses que se ventilan por debajo: el petróleo. Por otra parte, ya el nacimiento del movimiento es el resultado de una conciencia radicalmente anticapitalista, pues surge para protestar y rechazar la “globalizaciónâ€?, esto es la polÃtica económica impulsada por el gran capital internacional, que ha consistido en destruir los controles generados desde la Segunda Guerra Mundial para proteger el mercado de trabajo y salvaguardar de la piraterÃa el mercado financiero.
El carácter inmediatamente internacionalista del movimiento es otra evidencia que nos habla de la clara conciencia polÃtica que poseen sus miembros; el movimiento hace gala de un cosmopolitismo no retórico.
En resumen: su nivel de politización y su antagonismo anticapitalista prácticos, no meramente declarativos, son mucho mayores que el de las actuales organizaciones polÃticas de la izquierda que se amparan bajo nombres de fuerzas polÃticas antaño gloriosas. El movimiento democrático se ha levantado en lucha por la libertad entendida, de forma relacional, como no dominación, o no supeditación de los seres humanos a la voluntad explotadora y enseñoreadora de la minorÃa capitalista. Y ha asumido consecuentemente la lucha polÃtica directa contra la explotación y la dominación de la sociedad civil a manos de la plutocracia capitalista –la lucha contra el dominium- y la lucha contra el despotismo del poder polÃtico desatado que trata de someter por la fuerza militar a la ciudadanÃa y al mundo entero a sus pretensiones –la lucha contra el imperium-. Se ponen en discusión tanto las relaciones de poder que organizan la economÃa capitalista como las relaciones de poder que estructuran las instituciones polÃticas y parlamentarias y las sostienen al margen de la voluntad de la ciudadanÃa, en manos de oligarquÃas cooptadas.
Esto debe hacer reflexionar a quienes somos miembros de la vieja izquierda sobre nuestro tradicional discurso que insistÃa en una pretendida inconsciencia de las masas, que faltas de dirección polÃtica, no eran capaces de desarrollar criterios polÃticos fuertes propios. Una movilización contra la guerra imperialista en Irak, o contra la globalización económica, es algo muy alejado de la simple experiencia espontánea de Ãndole salarial, que propugna quejas y reivindicaciones de ese tenor.
También ha quedado puesto en entredicho el tradicional expediente que achaca nuestra incapacidad a la influencia de los medios de comunicación que intoxican a las masas: la masividad “intoxicadoraâ€? de los medios de comunicación sobre el asunto de la guerra del Irak ha sido flagrante, pero, sin embargo, este hecho ha provocado la irritación de la gente que ha sentido que el discurso era mendaz, cÃnico y prepotente.
La prepotencia polÃtica ha movido las conciencias tanto ahora como cuando la cumbre de Barcelona. Existe una muy clara y firme conciencia de repulsa a unas determinadas formas de hacer la polÃtica. Queda claro que un amplio sector de la sociedad posee criterios firmes de Ãndole moral-polÃtica, y si la vieja izquierda no hemos sabido conectar con ellos es porque nos hemos equivocado. A empezar, por tratar de auto otorgarnos el papel de elite dirigente.
La gente movilizada no tiene una particular predisposición en contra de las organizaciones polÃticas tradicionales de la izquierda, sino que se muestra meramente indiferente y desinteresada hacia las mismas y hacia sus intentos de instrumentalización. Un ejemplo curioso e interesante ha sido la “respuestaâ€? de la ciudadanÃa movilizada a los intentos de encabezar las manifestaciones por la paz, desarrolladas durante el 15 de febrero, por parte de los partidos y sindicatos. Durante las semanas previas, fuerzas polÃticas y sindicales que habÃan estado ausentes de la movilización anterior y de la organización de la jornada de lucha, acudieron al olor del éxito de la movilización y exigieron ocupar con sus personalidades de relieve los puestos de cabecera de la manifestación, plantearon la necesidad de asumir eslóganes, de realizar públicamente determinadas declaraciones, etc. Para la ciudadanÃa democrática activada, esa gente no existió: las “cabecerasâ€? de “prohombres- y- promujeresâ€? fueron ignoradas, al igual que las consignas oficiales, no como pataleta y en señal de protesta, sino por indiferencia ante algo que se sabe postizo e inerte.
Las evidencias que vamos presenciando revelan que la sociedad dispuesta a la respuesta polÃtico moral, y a la movilización no se muestra propensa a hacer depósito de confianza en ninguna organización que se auto proponga para gestionar en clave de profesionales de la polÃtica la representación de la ciudadanÃa. Esta ha sido precisamente una de las condiciones que han posibilitado el desarrollo tan desconcertantemente rápido del nuevo movimiento, en los diversos estados y a nivel mundial: el carácter democrático de base del movimiento, y su carácter inclusivo, que trata de unir, de poner de acuerdo mediante la deliberación no prefijada a todos los sectores que se aproximan, y que admite todo tipo de nueva organización o colectivo –“movimiento de movimientosâ€?- sin desconfiar de su carácter previo organizado, sin rechazar los planteamientos que traiga, pero que, a la vez, no contempla la posibilidad de la “negociaciónâ€? de colectivo a colectivo, sino la deliberación pública, el acuerdo eventual, el desarrollo creativo de nuevas ideas, gracias a la deliberación, y la posibilidad de sostener opiniones diversas en asuntos.
La democracia, una nueva forma de construir un sujeto
El movimiento emergente siente la necesidad de mejorar su autoorganización, y va dotándose paulatinamente de formas organizativas estables. A tÃtulo de ejemplo, en el número de enero de El Viejo Topo, David Catalán daba cuenta con cautela de mejoras de los niveles organizativos del movimiento en Cataluña. En todas partes se discute la forma de dotarse de estructuras estables suficientes y democráticas.
Las nuevas formas que estructuren en concreto el bloque social emergente, es decir, el demos o pueblo que lucha por constituirse en poder –en kratos- no pueden ser conocidas por adelantado, ni pueden ser resultado de elaboraciones en laboratorios politológicos. Las formas organizativas serán fruto del debate, de la experiencia polÃtica desarrollada por las luchas que se avecinan, de las necesidades sentidas y de la deliberación interna del movimiento. Pero algunas cosas sabemos ya sobre sus trazos futuros, porque son evidencias del presente.
En primer lugar, que el entramado que emerge no es un medio, o instrumento al servicio de ninguna fuerza polÃtica constituida externa al mismo, porque el movimiento que se está construyendo no es, ni se entiende a sà mismo, como instrumento táctico o puntual al servicio de una estrategia “de parteâ€?, ni como medio organizativo al servicio de la recolección de votos de otras organizaciones polÃticas. Los fines del movimiento son exclusivamente los que el mismo se va planteando deliberativamente, y su finalidad organizativa es precisamente posibilitar el protagonismo directo de la ciudadanÃa organizada sobre sus propios actos y sus propias vidas, la reapropiación en el seno de la sociedad civil de su destino polÃtico colectivo.
Como se comprende fácilmente, para las gentes organizadas en el movimiento, la democracia no es un medio institucionalizado que sirve como procedimiento instrumental para el acuerdo entre individualidades aisladas o colectividades sociales ya preconstituidas, cuyos intereses y deseos están prefijados. Ni es el expediente por el cual nuestras preferencias individuales orientan la gestión pública de las instituciones burocráticas, previamente existentes, del estado y de sus recursos. Ni el instrumento que permite la elección de elites gestoras gobernantes en las cuales delegar la gestión de los asuntos públicos ya preestablecidos mediante la agencia estatal.
Democracia es el nombre que se da a la estructuración estable, en la sociedad civil, de un movimiento abierto a la autoorganización de todo ciudadano en su seno y a la deliberación incluyente, con el fin de coordinar la práctica polÃtica de los ciudadanos que integran el movimiento. La democracia no es un método, sino una manera de organizar las relaciones entre las personas que integran el movimiento, que se basa en la igual libertad de todos sus participantes. La democracia es un elemento inherente a la existencia del propio movimiento. Veamos esto con un poco más de detalle.
El pensamiento humano, la psique, posee un carácter dialógico: la participación de los individuos en situaciones de libre deliberación y diálogo para elaboración de proyectos comunes con el objeto de orientar la praxis de los individuos directamente participantes en el proceso, origina la creación o surgimiento de nuevas ideas y planteamientos antes no existentes. Estas nuevas ideas orientadoras de la praxis tienen en cuenta las objeciones de los participantes, y tienen la capacidad de cambiar las concepciones previas de los mismos. La deliberación libre posee esta cualidad.
Por otro lado, la actividad subsiguiente, organizada democráticamente, sin subordinación a la tarea rectora de nadie – la actividad no planeada conforme al esquema de división del trabajo entre quien concibe y quien, sin saber por qué, ejecuta-, genera en los individuos participantes, que deben protagonizar su actividad en la ejecución de los compromisos adoptados, nuevas capacidades y facultades antes no poseÃdas –nuevas “fuerzas productivasâ€? o fuerzas capaces de objetivación-[3]. La posibilidad de intervenir en la actividad, y conseguir la autorrealización de la persona –el ser humano es un ser práxico- es la matriz donde nacen las cualidades intelectuales, técnicas y morales requeridas por la democracia: la areté –la virtud- de la democracia tiene su nacimiento en la propia práctica democrática.
Virtud –areté- es el nombre que en la tradición de la democracia se dio a la moral democrática; y en ésta se otorga prioridad absoluta a los deberes que los individuos ciudadanos tienen contraÃdos respecto a los asuntos públicos atinentes a su comunidad social. El primer deber es luchar por el bien común de la sociedad, lo que implica deliberar previamente sobre cuál es el proyecto polÃtico que favorece el bien común de la polis, y luego ejecutar los acuerdos adoptados. Esta moralidad prioritariamante pública –virtudes públicas contra vicios privados- define una antropologÃa humana. Esta moralidad tiene su origen en la experiencia práxica desarrollada por quienes se comprometen en la praxis del movimiento. Veamos esto un poco más detenidamente:
La praxis democrática se puede descomponer analÃticamente en una triple actividad: deliberación en pié de igualdad, entre los demás/ ante los demás, mediante el uso público y libre, de la palabra –dokein-; ejercicio de los cometidos previamente acordados, que deben ser llevados a la práctica directamente por los ciudadanos deliberantes, los cuales asumen el compromiso público de ejecutarlos en la medida de sus capacidades –praxis/ prattein-; rendimiento público de cuentas ante los demás, del cumplimiento de los compromisos –léguein didónai-. El deseo de ser apreciado en la comunidad cÃvica constituida, en el presente, por el movimiento de ciudadanos en el que el individuo se integra, como resultado del cumplimiento de los compromisos adoptados libre y públicamente y por la eficacia en la ejecución de los mismos; el deseo de que se reconozca su derecho a tomar la palabra y deliberar, siendo escuchado con respeto por su saber, intuición y tacto en la previsión de los asuntos polÃticos –frónesis/ prudentia- e incluso con admiración, no con rechifla, son las experiencias que generan el desarrollo de la moral pública que denominamos Virtud –areté-[4].
La necesidad de reconocimiento social por parte de la comunidad ciudadana activa para el individuo formante de ella es mucho más fuerte de lo que pensamos a primera vista. La nueva personalidad del ciudadano democrático, resultado de su auto desarrollo mediante la actividad, es resultado, en primer lugar, de la actividad socialmente organizada, y de la ayuda de otros. La posibilidad de pervivencia de la nueva personalidad democrática depende de la existencia de la colectividad democrática, sin la cual deja de ser posible la realización del individuo[5]. El reconocimiento hacia la comunidad democrática y el esfuerzo por que se mantenga son evidencias para el individuo.
También la verdadera ciudadanÃa, en el sentido hondo del término que posee en la tradición republicana de la democracia, surge tan sólo de la participación activa en el movimiento. Pues ser ciudadano no es tener garantÃa de poseer determinados derechos otorgados por el imperium: eso es ser súbdito. Ser ciudadano es “mandar y obedecer por turnoâ€? en los asuntos públicos; esto implica que en un hipotético, y futuro, poder polÃtico democrático, en el que la ciudadanÃa ejerza la soberanÃa, ésta debe desempañar directamente, como mÃnimo, la facultad legislativa.
Por lo tanto, la democracia, esto es, el concreto movimiento de masas ciudadanas, históricamente existente, constituido por el demos, posee un carácter oÂntológico. Es elemento constituyente, auto creador, que construye al agente social colectivo, al bloque social subalterno organizado que se revela contra su situación de dominio. La práctica ordenada por la democracia es una práctica nueva, constituida conforme a una concepción de las relaciones sociales, en el sentido fuerte del término, basadas en la libertad: la democracia genera una nueva cultura in nuce, allà donde se practica.
La democracia construye al propio movimiento como agente social colectivo y solidario. La democracia genera la deliberación colectiva, y da lugar a la práctica directa del movimiento que modifica la situación. Desarrolla experiencia polÃtica y saber práctico. Interpela a la inclusión en el movimiento de nuevas individualidades También es el medio que permite la autoconstrucción libre y voluntaria de los individuos participantes en el movimiento que se revela contra su situación de dominio. La práctica democrática es el agente creador de la nueva sociedad, de la nueva cultura y de la nueva antropologÃa individual, allà donde se practique y al nivel más elemental en que se practique. La práctica de la democracia, directamente, por parte de los ciudadanos organizados en el movimiento, es la energÃa –enérgueia, praxis- que genera la ciudadanÃa, y construye el demos.
Otra caracterÃstica que apunta en el movimiento, y que es inherente a todo movimiento democrático –esto es: “popularâ€?- es la constitución de un bloque social, que abarca a las diversas clases subalternas, y al que la tradición de la democracia ha denominado precisamente “Puebloâ€?, o “demosâ€?. El movimiento no se organiza sobre la base de la identidad de lo que nosotros entendemos en la actualidad como una clase social en el sentido actual y estrecho del término, sociológico y a la par obrerista, que las tradiciones socialdemócrata, comunista y anarquista elaboraron tras la derrota de la oleada revolucionaria de la AIT. Lo que vemos emerger es un Bloque Social, formado por una muchedumbre que incluye todos los segmentos sociales subalternos, explotados y dominados por el gran capital, esto es, a la totalidad de la plebe. Este sujeto social hoy en ciernes, que abarca conativamente a la mayorÃa de la sociedad, es el que ha fraguado siempre, anteriormente, como condición de posibilidad, en los periodos históricos en los que la sociedad se replanteó su propia ordenación social: la Revolución Francesa, la Revolución de 1848, la oleada revolucionaria de la AIT, durante los años sesenta del siglo XlX, la Revolución Europea posterior a la primera guerra mundial, la movilización del “68â€?/ 71...
A esta mayorÃa social desposeÃda, explotada y dominada por los plutócratas y potentados del gran capital se le denominó, con lenguaje procedente de la Revolución Francesa, como ya adelanté, “proletariadoâ€?; y a la acción encaminada a constituir a todos los segmentos subalternos, plebeyos o populares, en facción confrontada antagónicamente contra la burguesÃa capitalista, se le denominó la constitución en “claseâ€?. Podemos registrar esto en el memorable análisis histórico de los sectores constituidos bajo el nombre de “claseâ€? durante los primeros cuarenta años del siglo XlX en Inglaterra, que realizó E. P. Thompson[6], el cual nos revela el carácter de bloque popular organizado que poseÃa el agente definido como clase.
Esta caracterÃstica, que permite augurar una posible organización del demos, es propia también del actual movimiento. Quienes procedemos de las organizaciones de la izquierda, debemos liberarnos de reservas doctrinarias, de Ãndole economicista, y valorarla como muy beneficiosa. En el modelo organizativo contrario, la articulación previa de las diversas fracciones de la subalternidad de forma separada, fragua identidades segmentarias, que desarrollan las unas hacia las otras intereses particulares confrontados, alimentados por las intelectualidades orgánicas de esos proyectos cuyo modus vivendi depende de la organización estanca de su segmento social y de la desactivación de la participación como medio para conseguir la representación en exclusiva del segmento social. En esas condiciones, se pueden producir negociaciones estratégicas entre los diversos sectores subalternos organizados, pero no una deliberación incluyente de los diversos sectores sociales y de sus problemas y expectativas, capaz de generar, confianza mutua y un nuevo proyecto social común.
La organización de todos los segmentos populares, subalternos, explotados y dominados por el gran capital plantea de inmediato el asunto de la hegemonÃa. Y lo plantea de la forma adecuada: se trata de que el movimiento lleve las deliberaciones creativas, creadoras de nuevo proyecto social, a partir de las experiencias de lucha y de los recursos civilizatorios dominados por los individuos organizados –los saberes o Dynameis, es decir, las fuerzas productivas- hasta sus últimas consecuencias, no de tratar de introducir desde fuera un recetario previamente decidido a partir de postulados afirmados. Pero el debate por la hegemonÃa social: el desarrollo de proyectos polÃticos, esto es, de alternativa de sociedad, tan sólo se puede producir como resultado de la organización, la praxis y la deliberación de un movimiento de estas caracterÃsticas, semejante a aquellos otros bajo cuya existencia histórica se produjeron situaciones verdaderas de alternativa de sociedad.
Una tercera caracterÃstica del movimiento naciente es su organización transnacional, consecuencia de ese verdadero cosmopolitismo no retórico, que permite al movimiento rebasar sin problemas los marcos estatales y abre la posibilidad de que el nuevo movimiento sea capaz de articular respuestas polÃticas alternativas en los nuevos ámbitos regionales pluriestatales que constituyen actualmente las nuevas formaciones económico sociales instauradas por el capitalismo. Gracias a la existencia del nuevo movimiento estamos hoy en mejores condiciones de plantear una lucha sin compromisos contra el gran capital en Europa, y de tratar de establecer instituciones polÃticas que pongan la economÃa bajo control de la ciudadanÃa.
La izquierda tradicional en la encrucijada
Todas estas caracterÃsticas que he enumerado son una novedad respecto del inmediato periodo histórico que se ha cerrado. Son prueba de que una nueva cultura polÃtica y organizativa se abre paso, como resultado de nuevas experiencias de vida. La propia cultura de los individuos, las nuevas exigencias sentidas por las subjetividades, las nuevas experiencias generadas por el mundo en que se vive, muy en especial las creadas por el capitalismo de la era de la globalización, son elementos cruciales que determinan una nueva época y marcan a las generaciones que se incorporan a la vida polÃtica.
La estructuración polÃtica orgánica de este nuevo sujeto social está por venir, como el propio movimiento. Pero, si se desarrolla tendrá que reproducir las caracterÃsticas que posee el movimiento democrático: el eventual proyecto polÃtico que surja del mismo tendrá que poseer organicidad. No sirve como inspiración la experiencia polÃtica que la izquierda ha desarrollado desde la derrota de la AIT, con excepciones momentáneas abiertas en los periodos de lucha de masas –el periodo de los consejos de los años posteriores a la primera guerra mundial, por ejemplo-. No sirven las formas polÃticas de los partidos de masas orgánicas de las experiencias sociales del obrero poco culto del mundo fabril estable, hoy ya desaparecido.
Hace ya casi cien años, un hombre comprometido con el movimiento democrático revolucionario de su época, el movimiento de los consejos, Antonio Gramsci, escribió: “El comunismo (.) no es sino el movimiento real de rebelión de todo el pueblo trabajador, que lucha por liberarse de la opresión económica y espiritual del régimen capitalista y que, con relación a sus propias experiencias directas, construye los organismos que se revelan más idóneos para el cumplimiento de aquellos fines determinados en cada oportunidad por el mismo desarrollo de la lucha general�[7].
La vieja izquierda ha quedado definitivamente desvinculada de su relación organizativa, directa con las masas sociales, como resultado del nuevo cambio de época impulsado por el capitalismo, que ha deshecho las antiguas bases sociales e identitarias en las que la izquierda se asentaba. A consecuencia de esto, ha perdido el norte, y sigue sin entender nada de lo que está sucediendo. Observa los nuevos acontecimientos con desconfianza e inseguridad. Oscila entre el deseo de convertir el “movimiento de movimientosâ€? en una cantera de voto y el despecho crispado de quien sabe que su interpelación no obtiene respuesta al otro lado. Las dos caracterÃsticas en las que se cifra su comportamiento son la comprensión de la polÃtica como representación del electorado en las instituciones del estado y la valoración instrumental de los movimientos sociales.
Sà se producen incorporaciones meritorias al movimiento de grupos e individualidades, procedentes de la izquierda tradicional, normalmente provenientes de las alas izquierdas de la misma, pero ese es el lÃmite. En otras sociedades hemos visto cómo importantes destacamentos de la izquierda de los años sesenta y setenta se han incorporado lealmente al movimiento democrático emergente y son los primeros en propulsarlo. A tener en cuenta el papel de Refundación Comunista en Italia
Como declaran las tesis presentadas por esta fuerza polÃtica realmente democrática [8]
-no temerosa del movimiento, sino comprometida muy a fondo con el mismo-, la auténtica vanguardia de la sociedad es el propio movimiento de masas, a través del cual se expresa directamente la ciudadanÃa. Y el papel del partido, al igual que el de las demás organizaciones y asociaciones cÃvicas y polÃticas que sean verdaderamente de izquierdas y pretendan desempeñar un papel histórico, progresista, en el presente ciclo, es promover la autoorganización libre de la ciudadanÃa en el seno de movimiento.
Al principio de este artÃculo he citado un paso particularmente ilustrador, extraÃdo de una de las importantes obras de Arthur Rosenberg, intelectual y revolucionario comprometido con la oleada democrática que se levantó como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Quiero volver sobre ella para reiterar que la democracia no es un mero expediente electoral. Democracia, es el nombre de un movimiento de masas articulado que es capaz de desarrollar, a partir de la lucha polÃtica organizada de la ciudadanÃa, y de la experiencia consiguiente de la misma, un proyecto, a la vez económico social y de construcción de nuevo poder polÃtico. Y para esperanza nuestra, la democracia despunta nuevamente en la historia y en nuestras vidas. Al igual que ocurrió en la época en que Marx y Engels escribieron el Manifiesto, la democracia vuelve a ser hoy “un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojosâ€?.
Valldoreix, 7 de marzo de 2003
--------------------------------------------------------------------------------
[1] Esto expresa hasta qué punto el mercado, que antaño se suponÃa neutral y en el que se contraÃan libremente relaciones que luego se revelarÃan, quizá, como explotadoras fuera de él, en la empresa, ha dejado de ser esa institución libre que permite contraer relaciones entre iguales. La explotación y dominación que el capital ejerce sobre las clase subalternas se realiza tanto en el seno de la producción como a través de los intercambios comerciales. La famosa mano invisible que, al decir de algunos, gobernaba el mercado antaño, ha pasado a ser una mafiosa mano negra plutocrática.
[2] En su editorial del 16 de febrero, el director adjunto del diario conservador La Vanguardia (Pág. 2), escribÃa: “...la guerra contra Saddam Hussein se ha convertido en el primer paso de gigante que pretende dar esa amalgama de recalcitrantes neoconservadores y cristianos ultraderechistas que se han infiltrado en la administración Bush. Ellos elaboraron hace casi tres años el documento Nuevo Siglo Americano, cuyo guión unilateralista, belicista e imperialista están siguiendo a pies juntillasâ€?.
[3] El lector disculpará la autocita y que le remita, para este tema en concreto, y, en general, para las consideraciones teóricas del artÃculo, a: JoaquÃn Miras Albarrán, Repensar la polÃtica. Refundar la izquierda. Historia y desarrollo posible de la tradición de la democracia. Prólogo de Joan Tafalla. Ed. El Viejo Topo, Barcelona, 2002
[4] En un texto en el que defiende la fuerza que, para el individuo que desempeña cargos polÃticos, posee la aprobación o recriminación silenciosa de los demás, Philip Pettit escribe: “Considérese cómo nos azoramos en cuanto se nos descubre haciendo algo embarazoso, aún cuando quien nos descubra sea un completo desconocido (.) Patentemente, la gente quiere que se piense bien de ella, no mal, independientemente de que esos pensamientos se traduzcan en manifestaciones de alabanza o censura personal. De modo que podemos recompensar o castigar a la gente por lo que hacen sin (.) emitir palabra algunaâ€?. En Philip Pettit, Republicanismo, Trad. Toni Doménech, Ed. Paidós, Barcelona, 1999, pp. 296, 297 . La psicologÃa avala esta actitud de los individuos.
[5] Ver A. N. Leontiev Actividad, conciencia y personalidad, Ed. Cartago, México 1984. En general toda la escuela psicológica vigotskiana ha desarrollado estudios en este sentido.
3 Edward P. Thompson. La formación de la clase obrera en Inglaterra, Ed. CrÃtica, Barcelona, 1989, 2 Vols.
[7] Antonio Gramsci: â€?El partido comunista y los sindicatosâ€?, p. 141, en Escritos polÃticos (1917-1933), Cuadernos de Pasado y Presente, 2ª ed. México 1981
[8] Ver Fausto Bertinotti, “15 tesis para la construcción de una izquierda europea� , Trad. de Joan Tafalla, en El Viejo Topo, Enero 2003, nº 174. |
Re: La democracia funciona
|
per KEKR |
29 jun 2004
|
Más :
www.esfazil.com/kaos/noticia.php?id_noticia=3874 |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Collons quins "rotllos" per a dir que us agrada ser marginals. |
Re: La democracia funciona
|
per rafel |
29 jun 2004
|
En canvi per a dir que t'agrada que et donin pel cul i encara demanes perdo per donar l'esquena, fan falta poques paraules. Fer de gos a canvi de quatre rosegons... des de que heu perdut TOTES les eleccions i esteu en caiguda lliure, se us veu el plumero. |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Des de la democràcia mai es perden eleccions rafel. En la democracia hi ha alternança, en la dictadura revolucionaria hi ha imposició de pensament únic. En democràcia tots hi guanyem |
Re: La democracia funciona
|
per Patxi |
29 jun 2004
|
Bueno Lluquet, està bé defensar la "democràcia" treien-te els problemes que genera de sobre.. Si creus que el que els passi als immigrants i als joves torturats és problema d'ells potser no cal continuar parlant. De fet, de tant en tant m'agrada veure a indymedia comentaris de penya totalment alienada com tu perquè donen una mica de joc i fan veure a la gent que a postures com la teva és poc digne aferrar-s'hi.
"La paraula democràcia no és més que una tapadora amb la qual es preten impedir al poble revolucionari que s'aixequi i assoleixi, lliure, intrèpidament i pel seu compte l'edificació de la nova societat" V.I. Lenin |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Recontracollons , una cita del camarada Lenin.
¿I on és el poble revolucionari? Noi, si encara creus que es pot donar papers a tots els inmigrants somnies truites. Si encara creus que la inmigració és una "conquesta revolucionària" ets un pobre mal marxista. La inmigració-emigració és una resposta capitalista a la producció, NI MÉS NI MENYS. En quant als joves torturats, solament la democràcia és la garantia de que qualsevol persona mantingui els seus drets amb tots els problemes i errors que això comporti; senzillament perque hi ha un sistema de justicia. A Cuba mai hi ha errors subsanables, als "errors" se'ls anomena contrarevolució, també passa a la Xina , Corea del Nord , les dictadures islàmiques... I Lenin segueix momificat a Moscow per a goig dels turistes mentre els hereus del PCUS es patejen tot el que van robar al poble.
Et torno a preguntar ¿ On és el poble revolucionari ? Jo t'ho dic: és a cada una de les accions que reforcen la democràcia el món lliure. Indymedia existeix perque hi ha democracia. No hi ha indymedia Cuba , per exemple |
Re: La democracia funciona
|
per d |
29 jun 2004
|
Pastoret ets més de dretes que na Carmen Polo |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Carmen Polo de Franco , "la collares" era una feixista. Jo, sóc demòcrata i liberal. No confonguem "la Collares" s'assemblava més a un comunista o alternatiu autoritari que a mi |
Re: La democracia funciona
|
per clotenca |
29 jun 2004
|
A mi ja m'està bé que la gent com en Pastoret es pensi que l'única alternativa a la seva democràcia del propassat mil·leni passa per les tiranies comunistes. No hi ha adversari més feble que aquell que és creu imbatible i menysprea la capacitat del contrari.
Deixeu-los qué vagin venent democràcia adulterada que algún dia el poble despertarà del somni mediàtic i els n'exigirà l'autèntica.
Deixeu-los que vagin venent "drets bàsics universals" que ja arribarà el moment en què el poble es cansarà d'esperar que algú de més amunt se'ls hagi de concedir. Què passa amb el "dret" a una vivenda digna?
Deixeu-los que vagin venent la idea del papà-estat protector que ja arribarà el dia en què el poble se n'adoni de que de mare només n'hi ha una, es faci adult d'una punyetera vegada i comenci a responsabilitzar-se solidàriament de la satisfacció de les necessitats comunes.
Deixeu-los que vagin venent llibertat d'expressió i d'informació que algun dia el poble se n'adonarà que per a que això esdevingui una realitat cal que els mitjans no estiguin sota el control d'una minoria amb grans acumulacions de poder econòmic al seu abast...
I de ben segur arribarà el dia en què els pobles, la gent, les persones LLIURES se n'adonaran de com qualsevol sistema basat en la competència despietada per l'acumulació de poder -econòmic, polític, cultural- en produeix més resultats perversos que no pas beneficis per al conjunt o la majoria dels què el pateixen.
Deixeu-los, deixeu-los.
Tanmateix recordeu que els seus Déus no ens ajudaran a construïr l'alternativa.
Cal regar la terra amb la suor del dur treball.
Cal que neixin flors a cada instant.
au, salut. |
la unica solucion es la revolucion
|
per v |
29 jun 2004
|
guillo tina, que gran invento
por cierto, pastoret, con lo que te pagan te podras hacer un peinado a lo luis xxiv (o fue luis xvi, ke lio con los numeros romanos)? |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
29 jun 2004
|
Cal regar la terra amb la suor del dur treball.
Cal que neixin flors a cada instant.
Si home , si hem d'esperar que la terra la regueu amb la vostra suor , dropo, , en quatre dies i aquesta calor , ja seriem un desert |
Re: La democracia funciona
|
per Patxi |
29 jun 2004
|
"Si encara creus que la inmigració és una "conquesta revolucionària" ets un pobre mal marxista."
Pastoret, col.lega.. la immigració és una realitat i punt, no dic que sigui una conquesta revolucionària, o sigui que no posis paraules a la meva boca. No vagis tan de llest que no saps ni què dius.. ho dic perquè t'has deixat unes quantes perles en el missatge que m'has dedicat: "En quant als joves torturats solament la democràcia és la garantia de que qualsevol persona mantingui els seus drets amb tots els problemes i errors que això comporti"
Amb aquesta frase digna de Josep Piqué demostres el teu autèntic tarannà.. barrejant democràcia amb tortura i tortura amb drets humans... deus pensar que ens estàs donant una lliçó i tot... jo sincerament, em cago de riure. |
Re: La democracia funciona
|
per Pastoret |
30 jun 2004
|
Solament se sap que es tortura en democracia... les dictadures sempre ho nenguen. sOLAMENT ALGÚ AGREUJAT POT RECLAMAR EN DEMOCRACIA , EN DICTADURA ÉS IMPOSSIBLE.
A Cuba reclama ... i a la garjola
als paísos islàmics , reclama .... i coll a terra
a Xina reclama i tret al clatell
i així per totes les dictadures estimades dels gnomos d'indymedia |
Re: La democracia funciona
|
per pastoret caganer |
30 jun 2004
|
El 25 de desembre FUM FUM FUUUM |
|
|