Ya son 12 las personas que han pasado por la Audiencia Nacional por la quema de la fotografia de la monarquia española y, aún hoy, la represión rancia y envejecida parece que no se agota. Las movilizaciones se multiplican por doquier de la misma manera que lo hacen las muetras de apoyo y autoinculpaciones para demostrar que la defensa de la corona, hoy, es un hecho ridículo, rancio, cobarde y fiel al fascismo opresor de pueblos y personas. Los que claman por la libertad y la justicia real acojen con alegria este ejercicio de emancipación y solidaridad colectiva. Después de todo lo que está pasando ya es hora de proclamar que no queremos continuar siendo súbditos ni seguir celebrando esta hispanidad.