|
Project-Id-Version: .98
POT-Creation-Date: 2002-08-06 12:59-0400
PO-Revision-Date: 2004-10-14 13:44+0200
Last-Translator: Unknown
Language-Team: none
MIME-Version: 1.0
Content-Type: text/plain; charset=utf-8
Content-Transfer-Encoding: 8bit
:: altres temes |
¿vuelve la politica? |
Enviat per fgg
Publicador* Original: el mundo |
¿VUELVE LA POL�TICA?
EL MUNDO. TRIBUNA LIBRE. MIÉRCOLES, 14 DE ABRIL DE 2004
ANTONIO GARCIA TREVIJANO
Durante sesenta años los españoles no han experimentado la polÃtica en el sentido propio de la palabra. El general Franco la desterró. Ocupó su lugar la Administración Pública. Admitir la existencia del conflicto social o polÃtico habrÃa sido la negación de la legitimidad de la dictadura. Más grave que la ilicitud de una huelga era su publicación como noticia. El más leve disentimiento de la opinión oficial constituÃa delito de sedición.
Tan intensa fue la educación en un único espÃritu nacionalista, tanto el miedo de que la más inocua de las libertades nos hiciera volver a las andadas de la polÃtica, que a la muerte del dictador los dirigentes de los partidos clandestinos pactaron con los agentes de la dictadura sustituir la unidad mediante la fuerza por la unidad mediante el consenso. Asà dejaron fuera de la libertad el objeto nuclear de la polÃtica: forma de Estado y de Gobierno, ley electoral, distribución del poder territorial, represión del terrorismo, relaciones internacionales y control del poder estatal. El disentimiento ha sido castigado durante los últimos 27 años con silencio mediático y marginación cultural.
El Gobierno González acentuó el descontrol del poder ejecutivo (disminuyendo la independencia del judicial y de las comisiones de investigación parlamentaria), cercenó el prestigio social de las altas profesiones, rebajó el nivel de la educación superior, introdujo demagogia anticlerical y suprimió disciplinas humanistas en la enseñanza media y básica, practicó delincuencia de Estado, nepotismo de partido en entidades financieras e industriales, expropiaciones ilegales (RUMASA) y dio a PRISA una posición dominante en los medios de comunicación.
El Gobierno Aznar empezó incumpliendo su palabra de desclasificar documentos que comprometÃan a su antecesor, agravó la falta de independencia del Ministerio Fiscal, no hizo las reformas prometidas para regenerar el sistema (Ley electoral, Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, Senado, Reglamento de las Cortes, CESID, CIS, Televisión pública), nombró entre sus compañeros de colegio a presidentes de empresas estatales y cajas de ahorro, promovió otro grupo mediático para terminar dando el monopolio de la televisión digital por satélite a PRISA, ejecutó casi al pie de la letra el consenso de polÃtica económica en los organismos internacionales y cumplió el pacto de estabilidad en la UE. Pero Aznar, superando la categorÃa de mero administrador y gestor del Estado de la que nunca salió González, entró en el terreno de la pura polÃtica al romper el equilibrio nacionalista y la situación internacional de España.
Aunque su acción contra el autonomismo vasco-catalán y la unidad de Europa haya sido nefasta para la integridad interior de España y la dignidad de su imagen externa, aunque las indeseables respuestas a sus desvarÃos nacionalistas hayan sido el plan soberanista de Ibarretxe, Carod en el tripartito catalán, el aumento de la voluntad de poder de Francia y Alemania en la UE y el atentado islamista en Atocha, se le debe reconocer el mérito de haber sido el primer gobernante que ha tomado decisiones puramente polÃticas desde la guerra civil. Ha tenido el valor de abandonar el consenso en estas materias y de provocar la derrota de su partido por carecer de cualidades de estadista y sustituir la verdad por la probabilidad en la información sobre el previsible atentado del terrorismo islámico.
Será fácil para Zapatero corregir los errores infantiles de Aznar en polÃtica internacional. Más difÃcil le resultará establecer un inteligente equilibrio entre el sentimiento unitario de España y las ambiciones de autogobierno en los nacionalismos periféricos. Pero no es esperanzador que Rubalcaba, el hombre de González elegido como portavoz del futuro gobierno, haya anunciado que el nuevo talante gubernamental consistirá en buscar el máximo consenso posible con los demás partidos. El enérgico y masivo dÃa 12-M demanda sinceridad y claridad de motivaciones en una polÃtica de principios, con renuncia a las oscuras transacciones del consenso. Lo cual nos obliga a todos a pensar la polÃtica española de modo nuevo.
Tan nuevo ha sido el modo de actuar del pueblo español ante la tragedia que nos ha hecho vivir el terrorismo islámico, que todos los comentaristas de los acontecimientos polÃticos deberÃamos traducirlos en ideas y pensamientos con un nuevo modo de pensar. Los antiguos preconceptos y prejuicios sobre la incapacidad de los gobiernos para percibir la verdad, distinguiéndola de la veracidad propagandista del poder en momentos de intensa emoción colectiva, deben ser sustituidos con un método de pensamiento que no excluya la posibilidad de que el Gobierno participe con su acción práctica en la acción teórica que supone el proceso de creación individual de ideas y conceptos polÃticos.
La autocrÃtica sobre el modo tradicional de pensar la polÃtica está pedida además por el hecho de que el PSOE se ha convertido en partido gobernante en virtud de un pensamiento real de los electores. Esto no sucedÃa en España desde la República. El anterior triunfo del PSOE, más de un año después de la bufonada del 23-F, no se debió a un pensamiento realista del pueblo, sino a la idea imaginaria de que estaba bajo la amenaza de un golpe militar. Para comprender el sentido de lo que ha sucedido ahora, podemos imaginarnos lo que habrÃa significado para Europa que en las elecciones posteriores al mayo francés hubieran triunfado las ideas que conmovieron a toda la sociedad civil, en lugar de las que salieron del modo tradicional de pensar la polÃtica partidista.
Lo más probable es que el PSOE olvide pronto la novedad de la causa real de su ascenso al poder del Estado y gobierne de modo similar a lo que estamos acostumbrados. Pero eso no justifica que los analistas y pensadores independientes de los partidos neguemos al señor Zapatero la posibilidad de que el nuevo talante prometido consista en mantener con los gobernados la misma relación de sinceridad que la demostrada por ellos al apartar del poder al partido que les mentÃa o confundÃa la realidad con sus deseos.
Lamento que algunos intelectuales a los que respeto hayan recibido el triunfo de Zapatero con la desconfianza a la que se hizo acreedor el PSOE degenerado por González. Nadie puede tener tantos motivos como yo para despreciar al partido que tuvo el cinismo de difamarme para impedir el éxito de la ruptura democrática de la dictadura. Pero no estarÃa a la altura de mis ideales si, anteponiendo motivaciones personales a la observación objetiva de los acontecimientos, negara al gobierno de Zapatero la capacidad de ser más sincero y tan honesto como el del señor Aznar, cuya única grandeza estuvo en su voluntaria retirada.
La cortesÃa que me propongo guardar frente al nuevo gobierno del PSOE no tiene nada que ver con esa tonterÃa de los cien primeros dÃas de ejercicio del poder. Esa ridÃcula cortesÃa parlamentaria tenÃa cierto sentido en la sucesión al trono de las monarquÃas gobernantes. La determinación de la polÃtica por la personalidad del nuevo rey justificaba una tregua del pensamiento crÃtico hasta conocerla por sus obras. Pero en el sistema de partidos, el vencedor está preparado para tomar decisiones desde el primer dÃa de Gobierno, como ha reconocido el Sr. Zapatero. Y la crÃtica pertinente no puede ir a la zaga.
La cortesÃa intelectual de la que hablo se refiere a ese nuevo modo de pensar que introdujeron ciertos filósofos posteriores a Feuerbach (Kierkegard, Unamuno, Heidegger, Jaspers), asentando la verdad no en la autoconciencia del pensador, sino en la relación mutua entre el tú pensado y el yo pensante, o sea, entre la conciencia del poder y la conciencia de la crÃtica. Para que el respeto sea mutuo, el Gobierno debe aceptar que del mismo modo que él se compromete con cada decisión, la libertad crÃtica tampoco se alcance desde una posición neutral. Sólo el pensador que parte osadamente de su posición subjetiva, comprometida con algún ideal, puede ser intencionalmente objetivo y no caer en una retórica vacÃa.
|
Comentaris d'aquest reenviament
Re: ¿vuelve la politica? |
Enviat per zxvfbdfhg
|
me pueden ayudar, necesito saber sobre la situacion politica en alaska |
Re: ¿vuelve la politica? |
Enviat per nbjlkh
|
necesito la situacion politica de Alaska
|
Re: ¿vuelve la politica? |
Enviat per .khoiyñ
|
esto es una mierda y no sirve para nada |
|
|