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Notícies :: ecologia
El ciclo nuclear
La secuencia de operaciones interdependientes encaminadas a la producción de armas nucleares o combustible para el funcionamiento de reactores nucleares, se denomina normalmente "ciclo del combustible" nuclear. Los eslabones en esta cadena están tan íntimamente conectados unos con otros que es imposible en realidad separar completamente y de forma fiable los aspectos militares y civiles. Desde que el uranio es extraído del suelo, produce, en cada etapa del ciclo nuclear, residuos radiactivos.

Sin duda alguna, las actividades relacionadas con las centrales nucleares y la producción de armas atómicas generan la inmensa mayoría de los residuos radiactivos. El resto de actividades en investigación, en la medicina... son de menor importancia en cuanto a volumen de generación de residuos se refiere, por lo que se les denomina pequeños productores (lo que no obstante no significa que este sector deje de tener importancia como generador de residuos radiactivos, especialmente por motivos medioambientales y sanitarios).

Aunque se puede encontrar uranio en pequeñas cantidades en casi todas partes, solo en muy pocos lugares hay uranio lo suficientemente concentrado como para que su extracción resulte económicamente rentable. Aún en estos, hay que remover ingentes cantidades de tierra para conseguir cantidades apreciables de mineral útil, lo que provoca la generación de grandes cantidades de residuos. El uranio después de ser aplastado, molido y bañado en ácido, es secado y empaquetado como concentrado de uranio (U3O8), también conocido con el nombre de torta amarilla. Aunque la torta amarilla es sólo ligeramente radiactiva, la extracción y el proceso de molido del uranio expone a los trabajadores a otras fuentes de radiación. La inhalación de polvo y el gas radón han causado altos porcentajes de cáncer de pulmón en los mineros de uranio. Más del 99% del mineral extraído se convierte en residuo radiactivo o químicamente tóxico, conocido como estériles. Para conseguir una sola tonelada de torta amarilla se generan varios centenares de toneladas de estériles que contienen cerca del 85% de la radiactividad total del mineral de uranio original. Normalmente también se producen residuos líquidos, en proporción al menos dos veces superior a la cantidad de estériles generados. Estos residuos líquidos tienen un fuerte impacto sobre el medio ambiente ya que son transportados a zonas lejanas por medio de ríos y arroyos. Arrastradas por el viento y el agua, las partículas radiactivas de los estériles también pueden ser transportadas a centenares de kilómetros de la mina.

Para concentrar el uranio suficientemente para su uso en la mayoría de los reactores nucleares, la torta amarilla debe ser primero convertida en un gas llamado hexafluoruro de uranio (UF6) y posteriormente envasado y enviado a una planta de enriquecimiento. El enriquecimiento es un complejo y costosísimo proceso por el que se incrementa artificialmente el porcentaje del isótopo U-235, que es capaz de fisionarse. El proceso de enriquecimiento genera el cuádruple de residuos radiactivos que de uranio útil.

Una vez que el uranio ha sido suficientemente enriquecido, se envía a una planta de fabricación de combustible donde se convierte en dióxido de uranio (UO2), pasando a tener forma de polvo negro. Este polvo es comprimido en pequeñas pastillas que se introducen en largos tubos de metal llamados barras de combustible, que son cerradas herméticamente e insertadas en unos cartuchos, denominados elementos combustibles, y así el uranio ya está listo para ser utilizado en un reactor nuclear.

Dentro de un reactor nuclear tienen lugar una serie de reacciones nucleares que provocan que parte del combustible de uranio original se transforme en elementos extremadamente radiactivos, lo que convierte al combustible gastado (también llamado combustible irradiado) en un material sumamente peligroso, que emitirá una gran cantidad de radiactividad a lo largo de decenas de miles de años y cuyo simple contacto con un ser humano conduciría a éste a una muerte segura en un plazo de tiempo muy corto.

En algunos casos, el combustible irradiado no sufre más transformaciones y se considera ya residuo de alta actividad.

En otros, los elementos gastados se mandan a una planta de reprocesamiento de combustible nuclear. Estas contaminan regularmente el medio ambiente más que ninguna de las otras etapas del ciclo nuclear. Es un proceso que produce un volumen final de residuos radiactivos entre 160 y 189 veces mayor que el que entra inicialmente en el proceso. Los efluentes radiactivos son rutinariamente vertidos al medio ambiente. Las barras de combustible irradiado, después de cortadas, son disueltas en soluciones de ácido. Después de diversos tratamientos químicos, se separan algunos de los productos radiactivos. De este proceso surgen tres productos. Uno, son residuos de alta actividad. Otro, uranio, que puede ser reintroducido en el ciclo de fabricación del combustible, y el tercero, plutonio, el material utilizado para la fabricación de bombas atómicas y cuya obtención no es posible en la Naturaleza.

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