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Notícies :: corrupció i poder : criminalització i repressió
Ejecuciones extrajudiciales en España
18 jun 2004
Ejecuciones extrajudiciales en España

Por Apache


ace poco hubo una polémica en EL PA�S a causa de la publicación del informe anual de Amnistía Internacional, que no dejaba a España en un buen lugar precisamente. Si profundizamos un poco en el tema, descubrimos que la cosa es aún peor.

Hace escasas semanas, tuvo lugar una curiosa polémica en el diario EL PA�S.

El asunto se inició tras la publicación del Informe 2004 de Amnistía Internacional, organización de derechos humanos respetada e influyente, una de las pocas que consigue aparecer en la prensa escrita, claro está, si ese día no hay nada más importante como fútbol, "polémica nacionalista" o rebuznos varios del PPSOE.

En ese informe anual, Amnistía recoge las violaciones de derechos humanos en el mundo. Pues bien, EL PA�S elaboró un cuadro a partir del informe, en el que se marcaban las violaciones de derechos en cada Estado. Éstas estaban catalogadas en cuatro grupos:

A) Ejecuciones extrajudiciales/Homicidios ilegítimos.

B) Tortura y malos tratos.

C) Pena de muerte (condenas y ejecuciones).

D) Abusos contra los derechos humanos por grupos armados de oposición.

Curiosamente, nuestra patria tenía rellenas tres casillas: todas menos la C, ya que cuando el Estado Español quiere asesinar a alguien lo hace discretamente, no como los cubanos, estadounidenses o coreanos.

Lógicamente, este cuadro suscitó el enfado de algunos ciudadanos de bien, que reflejaron en los días posteriores su perplejidad porque España tuviera marcadas las mismas casillas que Angola, Costa de Marfil, Macedonia, Liberia, Nepal, Israel, Colombia y Turquía.

Estas personas no entendían que coincidir en prácticas bestiales no significa aplicarlas con la misma intensidad, y desde luego en ningún momento se afirmaba que el salvajismo español llegara a las cotas del israelí, colombiano o turco.

Lo que más confusión generaba era la cuestión de las "ejecuciones extrajudiciales/homicidios ilegítimos", sobre la que los ciudadanos de bien se preguntaban con sarcasmo si vivíamos en el Chile de Pinochet. Sobre los abusos de grupos armados de oposición, estaba clara la referencia a ETA, y sobre torturas cualquiera medianamente bien informado sabe que aquí se tortura, como señalan múltiples denuncias (muchas con pruebas), varias condenas y el Relator sobre Tortura de la ONU.

EL PA�S, que sólo da explicaciones cuando se sale un poco de lo políticamente correcto, respondió a los pocos días, con una noticia titulada "Qué son los 'homicidios ilegítimos' y las 'ejecuciones extrajudiciales". En ella, el director de la sección española de Amnistía Internacional, señalaba la diferencia entre ambos hechos: "Una ejecución extrajudicial es el tiro en la nuca de un agente de la seguridad a propósito, queriendo matar a una persona. En el homicidio no hay intencionalidad". También indicaba que "en España hubo, al menos, dos homicidios ilegítimos" durante el año 2003.

Uno se relata en la noticia: se trata de un disparo realizado por un guardia civil sobre un presunto contrabandista de artículos entre Marruecos y Ceuta. Según se narra en esta noticia, un grupo de marroquíes, en ese momento entre las dos fronteras, lanzó piedras a una patrulla de la Guardia Civil. Ésta respondió primero con material antidisturbios. ¿Qué pasó después? Según la versión oficial y de EL PA�S: "Uno de los agentes efectuó un disparo de advertencia al aire, pero resbaló en el suelo húmedo y rocoso y el tiro alcanzó a Mustafá Labrach en la boca, causándole la muerte". Ya es casualidad, una bala perdida justo a la boca.

El dirigente de Amnistía dice que hubo dos, es decir, este "homicidio ilegítimo" y otro. Sin embargo, una simple búsqueda en el buscador de indymedia madrid nos muestra al menos dos más durante 2003: en uno de ellos, un agente mató "accidentalmente" a un joven en Cullera, y en otro un ertzainza mató a un automovilista en una carretera vasca. Según los acompañantes de la víctima, el agente de Ibarretxe se acercó a su coche, le golpeó con la culata de su arma y luego le disparó. Poco de accidente y mucho de intencionalidad, diríamos.

Aparte de esto, el director de Amnistía declaraba: "No tenemos información de que haya habido ejecuciones extrajudiciales en España".

Quizá sí la tenga para el Informe 2005, pues durante este año están ocurriendo de nuevo sucesos bastante extraños en los que se están viendo envueltas las Fuerzas de Seguridad del Estado, como indican los siguientes dos ejemplos, aparecidos precisamente en los rincones de EL PA�S en los últimos meses.

En primer lugar, un hecho que costará clasificar como "homicidio ilegítimo": cuatro guardias civiles fueron apartados del servicio y se les retiraron sus armas, a raíz de un hecho negado inicialmente por la Delegación del Gobierno española. Otra vez en Ceuta, los hombres armados españoles descubrieron en la madrugada del pasado 6 de abril a un grupo de porteadores magrebíes que introducían mercancía en Marruecos. En la tarde del 11 de abril, el cadáver de uno de los porteadores, Mohamed Ezzoubair, de 23 años, fue encontrado "en un avanzado estado de descomposición y a 500 metros del lugar del incidente". Tenía un agujero de bala en la espalda.

La familia del fallecido denunció la muerte, basándose en las declaraciones de seis testigos, quienes aseguran que "dos de los agentes, ante la huida de los marroquíes, desenfundaron sus armas y les dispararon", y que "los agentes introdujeron posteriormente el cuerpo de la víctima en un coche".

Surgen preguntas: ¿por qué hacen uso de armas de fuego contra gente desarmada? y ¿tienen los guardias civiles licencia para matar presuntos contrabandistas marroquíes?

No obstante, no sólo matan los civiles o la "muy presionada" Ertzainza.

Hace poco, durante una operación contra traficantes de hachís en Santa Coloma de Gramenet, los Mossos d'Esquadra irrumpieron en un piso. Uno de los presuntos delincuentes, de 35 años y por supuesto magrebí, murió.

De nuevo según la versión oficial, "dos de las personas que estaban en él [el piso] intentaron sustraer el arma a uno de los agentes. Durante el forcejeo se efectuó un tiro 'accidental' que produjo la muerte casi instantánea de uno de los inquilinos".

Accidentes, errores... Parece que las fuerzas de "inseguridad" tienen muy mala suerte o están muy mal preparadas. O quizá deberíamos pensar que el abuso de poder, como prueban ahora los hechos de Quatre Camins, y la brutalidad policial están a la orden del día, sin importar mucho a los responsables destacar en los informes de derechos humanos. Como dice la canción: "las calles están llenas de pistoleros".

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