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Notícies :: amèrica llatina
Enduriment de les mesures ianquins contra el poble cubà
14 jun 2004
Brutales medidas económicas y políticas contra nuestro país y contra los
cubanos residentes en los Estados Unidos
Comité Central del Partido Comunista y el Gobierno Revolucionario de Cuba.
7 de mayo de 2004
En el día de ayer, 6 de mayo, el gobierno de los Estados Unidos anunció nuevas
medidas para recrudecer aún más su política agresiva y hostil contra Cuba.

En horas de la mañana, el presidente Bush, al anticipar las medidas a través
de un breve comentario frente a algunos medios de prensa, reiteraba su odio y
su agresividad contra nuestro pueblo, repitiendo sus tradicionales y cínicos
ataques y
delineando su escalada injerencista. Llegó a afirmar desvergonzadamente que el
objetivo de las medidas era "acelerar el día en que Cuba sea un país libre".

Con posterioridad, en horas de la tarde, el señor Roger Noriega, Secretario
Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, uno de los autores
de la Ley Helms-Burton y representante en el gobierno de Estados Unidos de la
mafia
terrorista de Miami, realizó una presentación en Washington donde informó
sobre los pormenores del contenido del Informe entregado al Presidente de los
Estados Unidos por la llamada "Comisión de Ayuda a una Cuba Libre",
enfatizando, sobre todo, en
las nuevas medidas económicas y políticas que se dispone a aplicar contra Cuba
la Administración Bush.

En seis capítulos y más de 450 páginas, el llamado Informe de la Comisión de
Ayuda a una Cuba Libre no podría contener más mentiras, rencor, frustraciones,
e injerencia en los asuntos internos de un país.

El documento integra como tareas estratégicas para el logro del derrocamiento
del Gobierno cubano: el incremento del apoyo a la contrarrevolución interna,
el aumento de las campañas internacionales contra Cuba, el recrudecimiento de
las acciones
subversivas y de desinformación contra nuestro país, la adopción de nuevas
medidas para afectar la economía cubana y lo que han dado en llamar "socavar
los planes de sucesión del régimen".

En el primer capítulo, dedicado íntegramente a las nuevas medidas para
intentar destruir a la Revolución, se destacan las siguientes:

1. Disponer de 59 millones de dólares en los próximos 2 años para financiar
las acciones dirigidas a la destrucción de la Revolución. Este dinero sería
utilizado, entre otros propósitos, para:

a) Crear un fondo internacional para el desarrollo de la "sociedad civil" en
Cuba, que atraiga a personal "voluntario" de terceros países para que viajen a
nuestro país y ofrezcan ayuda a los mercenarios a su servicio en Cuba. En la
práctica, es la
organización de un cuerpo de mensajeros para suministrar apoyo financiero y
logístico a la contrarrevolución.

b) Establecer de conjunto con la OEA un "plan de becas" para que elementos
contrarrevolucionarios seleccionados por ellos estudien en universidades
norteamericanas y de América Latina. Es, en esencia, su plan de formación de
cuadros para la
contrarrevolución en Cuba.

c) Financiar programas para apoyar lo que llaman "esfuerzos pro democracia de
los jóvenes, las mujeres y los cubanos de origen africano". Insólito objetivo,
viniendo del país de la discriminación de todo tipo y el Ku Klux Klan.

d) Dedicar 18 millones de dólares a las transmisiones de las mal llamadas TV y
Radio Martí, a través de un avión C-130 dedicado exclusivamente a ello.

e) Mantener e incrementar las campañas públicas contra Cuba en el extranjero
en las que se trate sobre las supuestas violaciones de los derechos humanos en
Cuba, el "espionaje cometido contra otros países", la "subversión contra los
gobiernos
democráticamente electos en América Latina" y otras acciones definidas como
una amenaza para los intereses de los Estados Unidos; así como la promoción de
conferencias internacionales o nacionales en terceros países para "diseminar
información"
sobre las políticas de Estados Unidos para promover la "transición" en Cuba.
Es el anuncio de otros 5 millones de dólares para financiar la campaña
internacional de desprestigio y mentiras contra Cuba.

2. Limitar los receptores de remesas de dinero y paquetes a los familiares
directos de cubanos residentes en los Estados Unidos, definidos estos
exclusivamente como abuelos, nietos, padres, hermanos, esposas e hijos.
Significa que, a partir de
ahora, un cubano residente en Estados Unidos será el único inmigrante que
tendrá prohibido enviarle ayuda económica a una tía anciana u otro familiar
cercano.

3. Prohibir a los cubanos residentes en Estados Unidos el envío de remesas y
paquetes a sus familiares, si estos son "funcionarios del gobierno o miembros
del Partido Comunista". Una madre, por ejemplo, de 70 años, deberá renunciar a
sus derechos
políticos para recibir una remesa.

4. Reducir las visitas a nuestro país de cubanos residentes en Estados Unidos
de un viaje anual como es hoy a un viaje cada tres años. Establece la
restricción adicional de la necesidad, a partir de ahora, de un permiso
específico para cada viaje,
en lugar de la licencia general vigente hasta hoy. Limita el otorgamiento de
permiso para viajar a Cuba, sólo cuando se trate de visitar a familiares
inmediatos. A estos efectos, el gobierno de Estados Unidos decreta que a
partir de este momento la
definición de familia será "abuelos, nietos, padres, hermanos, esposos e
hijos". Es decir, en lo adelante ya un primo, una tía, u otro familiar cercano
no será, según el presidente Bush, miembro de la familia. Establece, además,
que los cubanos
recién llegados a los Estados Unidos sólo podrán viajar a Cuba tres años
después de haber emigrado. Mientras el gobierno de Cuba flexibiliza cada vez
más las visitas al país de los emigrados, el gobierno de los Estados Unidos
multiplica los
obstáculos. ¿A
qué temen?

5. Disminuir la cantidad de dinero que puedan gastar los cubanos residentes en
Estados Unidos para cubrir sus gastos durante sus visitas a Cuba de 164
dólares a 50 dólares diarios. Una nueva y arbitraria discriminación contra la
comunidad cubana en
Estados Unidos.

6. Ordenar a las autoridades norteamericanas que realicen "operaciones
encubiertas" contra todo el que traiga dinero a familiares en nuestro país de
cubanos radicados en Estados Unidos. Incluso, se ofrecen recompensas a
aquellos que delaten los
envíos ilegales de remesas familiares.

7. Continuar restringiendo el otorgamiento de licencias para viajes
educacionales y el intercambio académico a ciudadanos e instituciones
norteamericanas a través de regulaciones más rígidas que las actuales.
Recordemos que las licencias para el
llamado "intercambio pueblo a pueblo" ya fueron eliminadas por la
Administración Bush.

8. Realizar un estudio riguroso para que se pueda evaluar si la aplicación del
Título III de la Ley Helms-Burton es contraria a los intereses norteamericanos
o si su aplicación podría acelerar la caída de la Revolución Cubana. En la
práctica, evoca
la posibilidad de autorizar la celebración de juicios en cortes
norteamericanas contra empresarios de terceros países que hagan negocios con
Cuba, lo que no se ha aplicado hasta ahora.

9. Aplicar firmemente las sanciones contenidas en el Título IV de esa misma
ley, que prohíbe el otorgamiento de visas para entrar a Estados Unidos a
inversionistas extranjeros en Cuba, e incluso se dedicarán más recursos y
personal para aplicar la
Ley Helms-Burton.

10. "Neutralizar" a las compañías cubanas que se dedican a la actividad
económica vinculada con el sector externo. Para ello se crearía un Grupo de
Evaluación de Bienes, dedicado a investigar a las compañías cubanas y
extranjeras que comercian con
Cuba.

11. Elevar los esfuerzos para involucrar a gobiernos de terceros países en las
campañas contra la Revolución Cubana.

12. Apoyar las acciones en terceros países para desestimular el turismo hacia
Cuba.

13. Continuar negando las visas a funcionarios cubanos que deben viajar a
Estados Unidos.

14. Crear un puesto de Coordinador para la Transición en Cuba a nivel del
Departamento de Estado, quien se encargaría de chequear la aplicación de todas
estas medidas.

Los otros cinco capítulos abordan con desfachatez las medidas que pondría en
vigor el gobierno de Estados Unidos en nuestro país una vez que lograsen su
sueño de derrocar a la Revolución Cubana. No nos detendremos en su análisis
por el momento.
Sólo citaremos un ejemplo: una de las medidas propuestas es "Inmunizar
inmediatamente a todos los niños menores de cinco años que estén aún por
vacunarse contra las principales enfermedades infantiles". Nuestro pueblo
puede sacar sus propias
conclusiones. Es el plan de anexión de Cuba y el retorno a la república
contrahecha de la Enmienda Platt.

Resultan increíbles la crueldad y el odio en que está inspirada esta nueva
agresión contra nuestro país. Se trata por todos los medios de incrementar las
difíciles condiciones que ya nos impone el criminal bloqueo norteamericano.
Constituye una
flagrante violación de los derechos humanos de 11 millones de cubanos a los
que se intenta rendir por hambre y enfermedades por el sólo "delito" de querer
ser libres, independientes y por no someternos al mandato imperial.

Las medidas anunciadas en el día de ayer constituyen también una violación de
los derechos de los ciudadanos de origen cubano residentes en los Estados
Unidos a los cuales a partir de ahora se les imponen nuevas y draconianas
restricciones para
viajar y para enviar ayuda económica a sus familiares en Cuba.

Todas estas medidas, y la política estadounidense en su conjunto, desconocen
abiertamente los verdaderos intereses del pueblo norteamericano, de la inmensa
mayoría de los cubanos residentes en Estados Unidos, de la mayor parte de los
miembros del
Congreso norteamericano y de amplios sectores en ese país que desean una
relación normal con Cuba.

Asignar decenas de millones de dólares para promover el mercenarismo en Cuba,
violar las leyes internacionales para desde una nave aérea emitir
transmisiones subversivas contra otro país, unido al hecho escandaloso y
mundialmente criticado de la
instalación de un horrible campo de concentración en territorio ocupado por la
fuerza en nuestro país, constituyen provocaciones insólitas que destrozan las
normas y los principios del derecho internacional, las cuales tendrán que ser
discutidas en
los más diversos foros mundiales, incluida la Comisión de Derechos Humanos de
Ginebra.

El carácter artero, cínico y cruel de la actual Administración se demuestra
plenamente en el hecho de adoptar estas medidas contra nuestro pueblo en
momentos en que los precios de los alimentos y su transportación casi se han
duplicado en el
mercado mundial, el del azúcar apenas alcanza su costo de producción y el del
combustible se eleva sostenidamente hasta alcanzar el precio abrumador de casi
40 dólares el barril. Se pretende adicionalmente golpear ahora con toda la
fuerza posible
al turismo que de nuevo comenzaba a crecer con ímpetu.

Mueve a risa escuchar promesas futuras de vacunar niños en un país donde la
medicina preventiva y la vacunación alcanzan los más altos niveles del mundo y
se proclama desde un país donde decenas de millones de hombres, mujeres y
niños carecen de
asistencia médica y mueren más niños por cada mil nacidos vivos que en Cuba.
Enloquece al Führer el hecho real del enorme capital humano creado por nuestro
pueblo, su capacidad de enviar decenas de miles de médicos a los más apartados
lugares del
Tercer Mundo, lo que supera las posibilidades de todos los países
desarrollados juntos, sus avances en los sistemas de educación, salud y
cultura, que muy pronto colocará a Cuba en el primer lugar mundial entre todos
los países de la Tierra. El
sólido apoyo a la Revolución de casi la totalidad de la población la hace
invulnerable a la podrida ideología del señor Bush. El ejemplo de Cuba había
que desaparecerlo del mapa. A ese fin se encamina toda la babosería del
maniático y enloquecido
programa de
transición en Cuba de un presidente fraudulentamente electo.

Se quiere destruir así todo lo que un pueblo heroico construye con inmenso
amor. Cuba puede ser borrada del mapa, pero ninguna amenaza, ninguna insensata
locura del señor Bush podrá desalentarla. Sus crueles y cobardes medidas
impondrán sin duda
alguna sacrificios a nuestro pueblo, pero no lograrán detener ni un segundo su
marcha hacia los objetivos humanos y sociales que se ha trazado, y nadie
quedará desamparado. Cuba no volverá jamás a la horrible, despiadada e
inhumana condición de
colonia de Estados Unidos.

Como expresara el Comandante en Jefe el pasado Primero de Mayo ante más de un
millón de cubanos: "Este país, sin violar las normas que ha aplicado siempre
en sus luchas, se defenderá con las leyes y se defenderá con las armas cuando
sea necesario,
hasta la última gota de sangre".

El Comité Central del Partido Comunista y el Gobierno Revolucionario de Cuba.

7 de mayo de 2004

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