Aparentemente, el colmo del absurdo no se alcanza jamás. Primero se nos anuncia que
Network Associates prácticamente ha patentado la lucha antispam. Y ahora resulta que Microsoft
ha patentado... el clic y el dobleclic. En 2002 presentaron la solicitud. Y en 2004 se la han concedido. Total, la idea sólo
se hizo pública en 1968, y se ha utilizado en miles de modelos de ordenadores, desde el
Alto de Xerox de 1970 a todos los descendientes del
Macintosh, nacido en 1984. ¿Pretende la Oficina de Patentes estadounidense acabar con las patentes por medio de su reducción al absurdo? ¿Ahora tendremos que pagarle a Microsoft por utilizar el ratón? Según la ley, sí.
La idea de las patentes no es intrínsecamente mala. Consiste en que la sociedad, a través del estado, le proponga a los inventores un trato: si hacen pública su invención se les garantiza un periodo fijo de monopolio en su uso. De esta manera la sociedad gana, porque después de un número de años los inventos pasan a ser de todos, y el inventor también, porque durante ese periodo puede explotar su invento en monopolio garantizado por el estado. Simple. Luego podemos negociar el número de años y las condiciones del monopolio, pero el principio es claro.
Sólo se transforma en una locura cuando se conceden patentes patentemente absurdas.
Se supone que una condición imprescindible para conceder una patente es que la idea sea original, nueva, diferente. Es una condición imprescindible del pacto antes citado, para que no se pueda patentar algo ya patentado con anterioridad ni tampoco algo que ya sea propiedad de la sociedad; es decir, que sea conocido desde siempre. Por eso para conceder una patente se supone que hay que analizar el llamado 'arte previo'; lo cual consiste en encontrar inventos similares (públicos o patentados con anterioridad) y justifica por qué la nueva patente es original. Si este proceso se hace mal caemos en el absurdo.
Un buen ejemplo es la patente 6.727.830 de la Oficina de Patentes de los EEUU, que otorga a la empresa Microsoft un monopolio sobre 'Un método y sistema... para extender la funcionalidad de los botones de aplicación en un dispositivo computacional de recursos limitados... diferentes aplicaciones arrancan dependiendo del tiempo que el botón de aplicación sea apretado... otras funciones pueden arrancar si el botón de aplicación es presionado varias veces en un corto periodo de tiempo, por ejemplo, en el dobleclic'.
En otras palabras: si ha pulsado usted el botón de su ratón para entrar en esta página, debiera empezar a pensar en pagar a Microsoft porque está usted usando algo que les pertenece. Esperemos que no cobren por unidades... porque si decidiesen cobrar, legalmente podrían hacerlo. Lo cual es inconcebiblemente absurdo.
Al parecer una ONG estadounidense está enfrentándose a esta patente violación del sentido común en los tribunales. Ojalá funcione. Yo, de momento, me voy a ver si patento la silla, o el arado romano, y me forro...