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Notícies :: amèrica llatina
Comunicado Número 2 del Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo
31 mai 2004
Creemos que cada quien debe elegir y cumplir con dignidad, valor y generosidad el papel que dentro de la lucha popular revolucionaria considere
necesario y este dispuesto a cumplir. Nosotros ya
hemos elegido el nuestro.
“…El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán
vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta
nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los
unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado
el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus
fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...�
(Rubén Jaramillo, 1918)

Al pueblo de Morelos
Al pueblo de México
A los pueblos del mundo

Compañeras y compañeros:

Reciban un saludo respetuoso, esperando que nuestro
grito de indignación y de protesta haya logrado uno de
sus propósitos; traspasar el muro de fría indiferencia
que día con día, nos insensibiliza y aísla, hasta
volver casi imposible la unidad y la lucha hermanada
de todo el pueblo.

Deseamos que nuestra indignada protesta no les haya
tomado por sorpresa. Y que nuestra acción la hayan
comprendido como una forma de volcar nuevamente la
atención sobre los verdaderos problemas que aquejan a
la mayoría de mexicanos, ante tanta corrupción,
impudicia y represión, producida y reproducida, desde
arriba, por el gobierno de los poderosos.
Nosotros, al igual que muchos, no deseamos la
violencia, ni como elección ni como destino, pero
sabemos por experiencia propia, que en este país
cuando alguien se atreve a levantar su voz, cuando
alguien se atreve a luchar, cuando alguien se atreve a
solidarizarse con el otro para contrarrestar el
creciente deterioro en sus condiciones de existencia,
cuando alguien se atreve a recuperar el poder de
decidir sobre su propia existencia, cuando alguien se
atreve a enfrentar honesta y pacíficamente a los de
arriba, y llega al extremo de tocar sus intereses, se
vuelve objeto de la burla, del desprecio y de la ira
fríamente administrada de los poderosos, que sin
ningún rubor, sin ningún decoro, se comportan como los
amos y señores del universo y disponen con toda
impunidad de nuestros recursos, de nuestro patrimonio
y hasta de nuestras vidas.
Y cuando los poderosos deciden desatar la represión,
la crueldad y el terror contra el pueblo, pasa lo que
tantas veces hemos visto, históricamente, en nuestro
país: la traición, el encarcelamiento, la tortura, el
asesinato, la desaparición forzada, la acción
encubierta, la intimidación, la masacre, etc., contra
cientos y miles de ciudadanos, luchadores sociales y
dirigentes revolucionarios, con el objeto siempre de
desarticular la creciente protesta popular y, más
recientemente, las redes civiles contra la
globalización neoliberal imperialista.
La libertad de expresión y la incipiente democracia en
nuestro país sólo la perciben y disfrutan ciertos
sectores, más no todo el pueblo. Por ejemplo, los
recientes asesinatos de Gregorio Sánchez Mercado, en
Morelos, y de Noel Pavel González, en la Ciudad de
México, prueban la aplicación en México de la misma
estrategia contrainsurgente que aplica el estado
terrorista y sionista de Israel contra el pueblo
Palestino: se tortura y asesina cruelmente a los
luchadores sociales y activistas políticos más
destacados para infundir el terror, minar la
negociación que se sostiene con los dirigentes y
debilitar la lucha popular revolucionaria.
Nosotros queremos decirles que no nos gusta la guerra,
que no nos gusta la violencia, pero advertimos que lo
que el movimiento popular revolucionario ha logrado,
no ha sido suficiente para detener la explotación, la
exclusión, la corrupción, la impunidad, el cinismo, la
soberbia, la represión y el terror de los poderosos. Y
que la incipiente democracia, hasta hoy lograda, ha
sido utilizada, por muchos de los que se dicen de
izquierda, para apuntalar la estructura del poder
capitalista. Y, francamente, esta situación hace que
la indignación ya no nos quepa en el pecho.
De ahí que nuestro grito de protesta y rebeldía haya
estado dirigido contra el poder capitalista,
representado emblemáticamente por las instituciones
bancarias privatizadas fraudulentamente por los
gobiernos neoliberales. Instituciones que hoy se
encuentran en manos del capital financiero
internacional, a costa de una mayor explotación y de
un mayor empobrecimiento del pueblo mexicano.
Seguramente, nuestra acción de protesta sorprendió a
los gobiernos, estatal y federal, así como los
capitanes del poder y del dinero - nacional y
extranjero - que hasta la fecha, no han sabido, podido
o querido entender el sentido ético profundo y la
advertencia política de este tipo de protestas y del
descontento social cada vez más organizado,
reduciéndose a apelar al deteriorado estado de derecho
y a amenazar con aplicar toda la fuerza del estado.
Muestra de dicho descontento social fue, sin duda, la
valiente y decidida manifestación altermundista que
recién se manifestó en Guadalajara Jal., contra los
proyectos de “libre comercio� y supuesta democracia
que pretende imponer el imperialismo estadounidense,
la Unión Europea y las oligarquías criollas de América
Latina. En donde la provocación y la brutal represión
de que fueron objeto los manifestantes hace patente la
necesidad de seguir organizándonos y actuando para
responder a la agresión sufrida.
Respecto de nuestra acción de protesta, también se
dijeron sorprendidos los políticos de todos los
partidos que, salvo honrosas excepciones, se dedicaron
a denostar y descalificar nuestra indignada protesta,
sin atreverse a reconocer su incapacidad para hacer
prevalecer, en el seno de las instituciones
republicanas, el interés general por encima de los
intereses particulares (espurios y facciosos la
mayoría de veces) que cada uno representa.
Simples y contados son los argumentos que por todos
los medios de difusión se han encargado de pregonar
los grandes empresarios, los funcionarios y los
políticos, los intelectuales del poder y algunos que
otros honestos despistados, tratando de torcer y
deformar nuestra airada protesta, para hacer de ella
un acontecimiento irreconocible, despreciable y, por
consiguiente, social y políticamente condenable.
Ante esta variada reacción queremos decir lo
siguiente:
Primero, que como morelenses y mexicanos consideramos
tener el legítimo derecho de recoger y levantar los
justos ideales que orientaron la vida y la lucha del
agrarista, cooperativista y guerrillero que fue Rubén
Jaramillo. Y que esta elección no nos hace menos
jaramillistas que las anteriores generaciones que
marcharon con Jaramillo y que hoy, pacífica y
dignamente, siguen luchando.
Segundo, que es muy claro y categórico nuestro
pronunciamiento contra el narco-gobierno del panista
Sergio Estrada Cajigal y contra el neoliberalismo y la
estulticia facciosa del gobierno federal, como para
que se pretenda reducir nuestro accionar a simple
cortina de humo, tendida desde el poder mafioso, para
reposicionar a Cajigal, desviar la atención sobre su
caso e impedir el juicio político que el Congreso
local lleva a cabo contra el frívolo señoritingo del
poder local.
Tercero, que nuestro accionar constituye una respuesta
a la provocación de la pandilla panista en el poder,
provocación concretada en el terrorismo neoliberal que
ha empobrecido brutalmente a la mayoría del pueblo
mexicano, que ha reprimido masiva y selectivamente a
los sectores sociales descontentos y que ha excluido
de la seguridad social a millones de mexicanos.
Cuarto, que tuvimos el suficiente valor y cuidado para
evitar que las detonaciones causaran daños humanos y
pérdidas en los bienes de los trabajadores, como para
que se pretenda calificar a nuestro accionar de
provocación o terrorismo e, incluso, colocar nuestra
existencia bajo sospecha.
Quinto, que nuestro accionar tiene por objeto
evidenciar y acotar el proceso de militarización y
fascistización del régimen neoliberal, acotar la
impunidad de los señores del poder y del dinero,
advirtiendo y haciendo sentir a los de arriba el poder
de la fuerza organizada de los de abajo.
Por elemental justicia, queremos que salga del
gobierno el narco-político Sergio Estrada Cajigal y
que se vayan con él todos los ineptos, corruptos y
delincuentes de su equipo. Por elemental justicia
consideramos que no deben volver a regresar el panismo
ni el priismo a la presidencia de la república. Por
elemental justicia consideramos que debe ponerse
término al régimen neoliberal. Por elemental justicia,
consideramos que la lucha político-ideológica por la
presidencia de la república debe sustentarse en la
discusión del proyecto de nación que deseamos, y no
únicamente en los perfiles personales y estadísticas
mediáticas de los candidatos presidenciales.
Cabe aclarar que no consideramos agotadas, de igual
manera para todos, las formas de lucha legales y
pacíficas; que no consideramos inútil seguir pugnando
por ampliar los espacios democráticos en el país; que
no consideramos que dichos espacios deban ser dejados
en manos de la derecha recalcitrante ni de las
izquierdas domesticadas, o de los autoritarismos
neoliberales o populistas, en pugna continua por el
poder; que no consideramos que un nuevo proyecto de
Nación pueda ser realizado sin el reconocimiento de
los derechos y la cultura de los pueblos originarios
de nuestro país; que no consideramos que la
transformación social profunda y la construcción de un
poder ‘otro’ (distinto al que nos domina, explota y
excluye), junto con sus procesos autogestivos,
autonómicos y democráticos participativos, pueda ser
llevada a cabo, de manera excluyente y autoritaria,
por una sola fuerza, por una sola organización o por
un sólo movimiento, y menos con base en una sola forma
de lucha.
Por último, creemos que cada quien debe elegir y
cumplir con dignidad, valor y generosidad el papel que
dentro de la lucha popular revolucionaria considere
necesario y este dispuesto a cumplir. Nosotros ya
hemos elegido el nuestro.

Compañeras y compañeros:

Nuestro CJM-23 de Mayo hace un llamado al pueblo de
México y a sus organizaciones diversas a impulsar la
organización de un nuevo constituyente para dar marcha
atrás -desde arriba y desde abajo- a la gran
contrarreforma neoliberal de nuestros tiempos y
recuperar el sentido popular y revolucionario del
constituyente de 1917, combinando la lucha política,
la autodefensa popular y la lucha armada
revolucionaria.

¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
(CJM-23)

Estado de Morelos, a 29 de mayo de 2004

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