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EL FUTURO DE LAS MONARQUÃ?AS
per Thor Correu-e: ciudadanojosep@hotmail.com (no verificat!)	24 mai 2004
La boda de Madrid ha sido la mas clara representación de la decadencia y de la agonía de las Instituciones monárquicas aún bien arropadas, sin duda, por los sectores más reaccionarios del mundo de la política y de las finanzas.
EL FUTURO DE LAS MONARQU�AS Siempre en los últimos coletazos, las instituciones más reaccionarias del poder depredador han demostrado históricamente sus momentos de mayor boato. Cuando mas cercanos han sido sus estertores moribundos mayores signos de fortaleza y esplendor han intentado manifestar. Es como aquel general que viendo perdida irremediablemente la batalla se viste con el mejor traje militar, limpia sus botas polvorientas, rehabilita sus galones y se cuelga las más y mejores condecoraciones en sus pectorales. Será en vano, la suerte está decidida. La boda de Madrid ha sido la mas clara representación de la decadencia y de la agonía de las Instituciones monárquicas aún bien arropadas, sin duda, por los sectores más reaccionarios del mundo de la política y de las finanzas. Ellos se juntaron y se vanagloriaron de su poder, derrocharon boato y espectáculo inútil, malbaratando, como siempre, caudales de riqueza acumulada. Como en sus peores tiempos estuvieron encerrados en sus feudos amurallados y protegidos por miles de hombres armados. Temerosos y de espaldas del pueblo a pesar haber desplegado una enorme campaña mediática y propagandística a favor del acontecimiento. Mientras el mundo empobrecido sigue su retroceso imparable, mientras se está destruyendo Irak, mientras las guerras muestran las mayores cuotas de criminalidad , mientras en Palestina se dispara desde helicópteros a mujeres y niños indefensos y continúa la destrucción sin justificación de miles de viviendas así como de vastas extensiones de tierras agrícolas, mientras se asesina y se tortura sin la menor contemplación, mientras en el Sudán el gobierno planifica masacres, bombardeos e incendios para forzar la huída de las poblaciones de amplias extensiones de territorios para luego poderlos repartir a las petroleras, mientras por idéntico motivo se ejecutan genocidios en Nigeria (el quinto productor de la OPEP), mientras 246 millones de niños son obligados a trabajar (3 de cada 4 en actividades de riesgo para su integridad), mientras en el propio corazón del mundo desarrollado se sigue deteriorando las condiciones de vida y de trabajo de las poblaciones trabajadoras... mientras en el mundo ocurre todo esto, los sectores mas reaccionarios alardean de sus privilegios y de su poder. Está bien. La situación es cada vez más esclarecedora y diáfana. La sociedad trabajadora debe congratularse de saber sin la menor duda ni confusión quienes están en el bando depredador y parasitario. Los herederos de las coronas europeas y el rey Fadh de Arabia Saudí; el heredero del Principado de Mónaco y los príncipes de Orange; Constantino de Grecia y el emperador de Japón; Carlos de Inglaterra y Francisco González del BBVA; Alvaro Uribe de Colombia y Nursultan Narzarbayev de Kazajstán; Emilio Botin y Mario Vargas Llosa; Juan Antonio Samaranch y el presidente del Corte Inglés; La duquesa de Alba y Felipe Gonzalez; José María Fidalgo y los Thyssen, los Habsburgo, los Saboya, los Windsor, la reina Noor, los Orleáns, ... La sociedad trabajadora debe congratularse que los sectores de la Ciencia, de los investigadores, los ingenieros, los informáticos, los biólogos, los bioquímicos... que está cada día trabajando y transformando nuestras vidas a pasos acelerados y que está posibilitando la construcción de una sociedad más favorable a la vida y el bienestar de los humanos, no haya participado en el acontecimiento. El abismo entre estos dos mundos es cada día mas colosal. La ceremonia del mundo de los parásitos debe seguir solemnizándose por la mayor institución retrógrada de todos los tiempos en las catedrales del oscurantismo y la brujería: la Iglesia. Nada ha cambiado desde la boda en los Jerónimos de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg bendecida por el Cardenal Sancha (en presencia del obispo de Nottingham) con la de Felipe bendecida por Rouco Varela. La gran tarea del mundo creador sigue su labor en sus antípodas: las universidades, las escuelas, los laboratorios, los centros de investigación, en los talleres, en el campo y en los centros de trabajo y de producción. Tarde o temprano el mundo del conocimiento se negará a ser expoliado para beneficio del mundo depredador. Pero monarcas y monarquías están de suerte. La futura sociedad humana que hará del saber y del conocimiento el eje principal de su existencia y de su desarrollo y que los destinará a una gran empresa constructora en favor de la vida ya no ofertará a los monarcas la guillotina como así lo hicieron, inútilmente en siglos antaños, nuestros antepasados. Ellos equivocaron la herramienta que debía acabar con esta retrógrada institución de poder. Los mesiánicos anarquistas también erraron. El mundo del conocimiento acabará con ellos. Despojados de sus privilegios y restituido a la sociedad el patrimonio acumulado en largos siglos de pillaje, liberados de los fatuos envoltorios tras los que se esconden pequeños y mezquinos hombres y pequeñas y mezquinas mujeres se les propondrá participar como seres humanos activos de igual a igual con los demás ciudadanos en la tarea constructora de la comunidad. Por primera vez su generación y sus descendientes se verán liberados de las ignominias de sus antepasados y dejarán de avergonzarse de ser los herederos consanguíneos de una estirpe de parásitos y criminales que durante siglos convirtieron Europa en un lugar de inacabables guerras y conflictos entre sus pobladores. El trabajo constructor sustituirá la holgazanería y el parasitismo. El goce de la vida sustituirá la mezquindad de sus intrigas palaciegas, sus fatuos derroches de riquezas y su malsana mediocridad. Estas realezas europeas que degustaron alegre y amistosamente, en la boda de Madrid, tartaleta de marisco y capón son continuadoras de aquellas antiguas monarquías que guerrearon entre ellas, durante siglos, por el dominio de Europa. Sus contiendas ensangrentaron el viejo continente de punta a punta. Guerras de Cien Años, guerras religiosas, guerras expansionistas y hegemónicas... La Historia de sus estirpes es una Historia bañada de sangre de cientos de miles de seres humanos inocentes. No está lejano el día en que la sociedad les anuncie la sencilla novedad: ¡ señores monarcas, sus privilegios han terminado. Ustedes pasan a ser integrantes del mundo de los iguales ante la ley¡ Ni la revolución burguesa, ni la sociedad del dinero les pudo dar esta gran oportunidad. Tampoco se la dará hoy la gran burguesía financiera que está intentando construir su Imperio sobre la Tierra. Monarcas, reyes, príncipes, sultanes, emires... serán depuestos y sustituidos cuando ellos no sean capaces de asegurar sus intereses, como así lo serán igualmente regímenes republicanos o dictatoriales. Ni democracias coronadas, ni monarquías republicanas, ni repúblicas monárquicas... el juego de malabares ya no da para más. Cuando el poder solo se puede sostener por la fuerza solo manda el estamento político-militar. La Europa de las Naciones (con monarcas en activo o como figuras decorativas) es un cadáver irresucitable. El Estado de las burguesías nacionales es una inicial herencia de estados feudales (reunificación de estados, condados, reinos, principados, palatinatos, etc) en donde no desapareció totalmente el sentido de la propiedad “territorial� y por ello sobrevivieron las castas y los linajes de los viejos sectores de la nobleza y de la realeza que han continuado ligados a los sectores mas reaccionarios y depredadores del poder (grupos bancarios, especuladores y mafiosos). La crisis del estado de la burguesía acelerará la crisis de los restos monárquicos que de una u de otra manera sobrevivieron en el. En el Imperio de los poderes transnacionales no van a tener cabida estos poderes dinásticos y endogámicos. Ni nuevos Reza Palevi serán los sustitutos de los regímenes islamistas. Ni nuevos virreinatos depondrán dictaduras o democracias iberoamericanas. Ni los Zares volverán a Rusia. Ni los Saboya reinarán en Italia ni los Wittelsbach lo harán en Grecia ni Giscard d´Estaing será coronado rey de Francia. Cualquier intento de consolidar reyes o monarcas en los países en donde ya no es posible un desarrollo capitalista, también fracasará. La monarquía no puede consolidarse de nuevo (como institución de unificación o integración) en los momentos de grave crisis social, de regresión económica y de disgregación de las naciones. La apropiación privada del mundo solo puede tener un instrumento coarcitivo y de dominación exitoso: el instrumento militar. Las Monarquías desde hace mucho tiempo perdieron el monopolio de la fuerza, la única que en su día les otorgó y les mantuvo en el poder. Solamente un poder perdurable en el tiempo ha basado su dominación no en la fuerza militar sino en la fuerza ideológica (cultural): el poder religioso. No es extraño pues que la hegemonía ideológica del país más poderoso del mundo no pueda desvincularse de un integrismo religioso cristiano desaforado que aporta más del 80% de votos a Bush. Los grandes predicadores de la “Christian Coalition� (Billy Graham, Pat Robertson, Jerry Vines, etc) son en realidad la única fuerza ideológica unificadora del gran proyecto imperial norteamericano. Su proyecto es mucho más eficaz que el que puedan ofrecer las monarquías. Putin también así lo ha entendido y la iglesia ortodoxa vuelve a campar por sus anchas por Rusia como su mas fiel aliada. El proceso de la Historia ha dictado ya la defunción de las monarquías. El Imperio de los ciudadanos asistirá a su entierro definitivo. Thor (mayo 2004) Otros escritos en http://ellaberinto.net
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