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Notícies :: guerra
Arafat pide al mundo detener la "gran matanza" israelí en Rafah
19 mai 2004
En lo que el presidente palestino, Yasser Arafat, calificó de "gran matanza", al me-nos 20 palestinos murieron, entre ellos tres niños, y 50 más resultaron heridos este martes en Rafah durante la mayor operación del ejército israelí en la franja de Gaza desde que comenzó la actual intifada, en septiembre de 2000.
Más aún, autoridades palestinas denunciaron que las tropas israe-líes atacaron a ambulancias, lo que bloqueó la ayuda médica, y advirtieron sobre el riesgo de una catástrofe sanitaria en esa

La ofensiva, denominada Operación arcoiris y nubes, comenzó en las primeras horas de ayer martes cuando decenas de tanques y vehículos blindados israelíes, apoyados por helicópteros Apache, en-traron a Rafah y su campo de refugiados, al intensificarse las acciones iniciadas la semana pasada en esa ciudad en represalia por la muerte de 13 soldados israelíes.

La Suprema Corte de Justicia de Israel dio luz verde el domingo anterior a la destrucción de cientos de casas en Rafah, con el argumento de que en ellas hay túneles que comunican con Egipto, y que a través de éstos los grupos de resistencia palestinos introducen armas provenientes del vecino país.

El ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, indicó que esta operación no tiene límite de tiempo y su objetivo no es derribar casas si-no "dificultar el contrabando de armas" por los túneles que cruzan la frontera con Egipto.

Según Israel, el principal objetivo es capturar a los dueños y operadores de la red de túneles que conectan Rafah con Egipto, que presuntamente son utilizados para ingresar armas desde ese país a los territorios palestinos.

Un portavoz militar aseguró que no hay planes de demolición sistemática y que en la ofensiva los soldados sólo destruirán las casas en las que se encuentre una entrada a un túnel o que sean utilizados por los activistas para disparar contra los uniformados israelíes.

De acuerdo con testigos, las tropas comenzaron la operación con la destrucción de casas en la zona fronteriza con Egipto, lo que fue seguido por intensos enfrentamientos entre residentes armados y los efectivos israelíes.

Un total de 19 palestinos perdieron al vida por disparos israe-líes y otro por la explosión de un artefacto que pretendía usar contra los militares.

Entre los muertos hay muchos activistas, pero también 11 civiles, de ellos tres niños de 11 a 16 años, de acuerdo con el periódico israelí Haaretz en su versión digital.

Fuentes del ejército de Israel di-jeron que los soldados sólo dispararon contra militantes palestinos, versión que fue confirmada por el jefe del estado mayor israelí, Mo-she Yaalon, al señalar que todos los fallecidos eran activistas.

Yaalon afirmó que si los palestinos quieren detener la destrucción de casas deben parar el contrabando de armas, pero aseguró que "prefieren el tráfico de armas en vez de proteger la vida de sus residentes en el área".

Fuentes médicas palestinas alertaron de una "catástrofe sanitaria" en el campo de refugiados de Rafah, pues el hospital de la ciudad no dispone de cuidados intensivos, por lo que muchos heridos fallecen a causa de la inadecuada asistencia, al tiempo que denunciaron que el ejército disparó contra las ambulancias y les impidió recoger a los heridos de las zonas de combate.

Helicópteros israelíes sobrevolaron durante el martes a baja altura la ciudad y el campo de refugiados disparando algunos misiles y ametrallando a hombres armados, de acuerdo con testigos.

La ofensiva causó la mayor cantidad de muertos en un día, tanto de militantes como de civiles, desde mayo de 2002, cuando 23 personas murieron en una operación militar en la localidad de Yan Yunes, también en la franja de Gaza.

Esta es la primera vez que Tel Aviv envía tantos soldados a la franja de Gaza desde que ocupó esa región, hace 37 años, según analistas, para lanzar una redada después de que militantes palestinos mataron la semana pasada a 13 soldados israelíes, lo que consideró como el mayor golpe contra el ejército en dos años.

En la madrugada de este miércoles otros 20 palestinos resultaron heridos en el campo de refugiados, en la continuación del operativo.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, afirmó que la operación israelí es una "gran matanza", e instó a la comunidad internacional a que intervenga para ponerle fin.

"Lo que ocurre en Rafah es una gran matanza planificada. Las muertes, las destrucciones y el desplazamiento (de población) que se están produciendo no pueden ser tolerados ni por los palestinos ni por la comunidad internacional", declaró en la Mukata, su destruido cuartel general en Ramallah, Cisjordania, en donde se encuentra con-finado desde diciembre de 2001.

Para Nabil Abu Rudeina, principal asesor del presidente de la ANP, la ofensiva israelí es una "guerra de aniquilación" y "desastre humanitario".

Responsabilizan a Washington

El ministro encargado de las negociaciones de la ANP, Saeb Erakat, condenó "los crímenes de guerra" cometidos por Israel y pidió la intervención de Estados Unidos y el cuarteto internacional para Me-dio Oriente, autor del mapa de ruta.

Fatah, movimiento de Arafat, responsabilizó a Estados Unidos de la operación militar israelí, que calificó de "brutal", e instó al mun-do a "moverse tan rápidamente co-mo sea posible para salvar al pueblo palestino de este episodio de asesinatos, especialmente en Rafah".

Convocados por Hamas, miles de palestinos se manifestaron en Gaza contra los "crímenes de la ocupación en Rafah".

El movimiento de resistencia instó a las fuerzas de seguridad palestinas a unirse a los militantes para repeler la operación militar "en defensa de nuestras tierras y en protección de nuestra gente", dijo uno de sus líderes, Ismail Haneya, quien permanece en la clandestinidad por temor a ser blanco de ataques israelíes.

A su vez, el brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezzedin Al Qasam, hizo un llamado urgente de ayuda a los países árabes y de po-blación musulmana, en tanto que militantes palestinos dispararon cohetes e hicieron detonar bombas en el campo de Rafah.

En Madrid, donde se encuentra de visita, el canciller israelí, Sylvan Shalom, afirmó que el primer mi-nistro de la ANP, Ahmed Qureia, "se niega a actuar contra el terror", y pidió a Europa que tenga una posición más equilibrada.

En rueda de prensa con el ministro español del Exterior, Mi-guel Angel Moratinos, consideró "poco probable que surja una dirección palestina moderada y deseosa de negociar" para poner fin a la violencia "mientras Arafat siga en el poder".

En Cisjordania, en tanto, un presunto miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo armado ligado a Fatah, murió en enfrentamientos con soldados en Nablus; otro activista falleció por disparos de los militares en Anza, cerca de Jenin, e igual suerte corrió un responsable de las brigadas en el campo de refugiados de Jenin.

El número de muertos desde el comienzo de la actual intifada es de 4 mil 68, de ellos 3 mil 50 palestinos y 918 israelíes.
Mira també:
http://www.jornada.unam.mx/2004/may04/040519/033n1mun.php?origen=mundo.php&fly=1

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