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"Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
06 mai 2004
El creciente interés por lo irracional, lo paranormal y lo oculto es uno de los fenómenos sociológicos más extravagantes del siglo XX. Al parecer, el ciudadano de la era de la ciencia y de la tecnología posee una infinita capacidad de creer en cualquier cosa, y mientras más absurda mejor: fenómenos Psi, OVNIs, meditación trascendental, viajes astrales, péndulos, la Atlántida, combustión humana espontánea, levitación, biorritmo, archivos Akashi, tarot, actividad paranormal, vampiros y ángeles, piramidología, el poder de las piedras, «filosofías» orientales, astrología, y un etcétera que puede ser tan largo como se desee. Las mentiras de Charles Berlitz y de von Daeniken se venden por millares, al igual que los autoproclamados libros de autoayuda (que jamás han demostrado autoayudar a nadie, exceptuando, por supuesto, a sus autores y editores), así como cualquier otro que relate contactos extraterrestres o evoque cualquier energía trascendente e imaginaria.
Ã?ndice General

* 1 Actitud hacia la medicina científica
* 2 El poder de las palabras
* 3 Actitud hacia el conocimiento científico
* 4 Basamentos «científicos»
* 5 «Energías» a granel
* 6 El tratamiento «casual»
* 7 Las «terapias» pintorescas
* 8 La prueba anecdótica
* 9 La coartada de las enfermedades crónicas
* 10 Conclusión

Está de más decir que la ciencia médica no podía quedarse atrás en este gran salto quántico a la Era de Acuario. Ya disponemos de una amplísima gama de «medicinas» (las hay para todos los gustos) que rinden culto a lo esotérico y lo irracional, rechazando con imparcial aversión cualquier conocimiento que provenga de disciplinas tan abstrusas e inexactas como la química, la inmunología, la bioquímica, la fisiología o la física y, en general, de cualquiera que siga los pasos del obsoleto método científico. Por supuesto, esto no excluye que en más de una ocasión se apropien y usen con donoso desenfado términos procedentes de esas ramas del conocimiento. Supongo que no hace falta aclararlo más: son las Medicinas Alternativas.

Las medicinas alternativas pretenden ser opciones frente a la mal llamada medicina «oficial» (en realidad, la medicina científica). Solo que esto no es tan simple como parece. Ya no estamos en el siglo XIII (o en el XVI, o en el XVIII) en que la medicina marchaba prácticamente sola y casi al margen del resto del conocimiento científico, mezclando observaciones interesantes con teorías infundadas y supersticiones grotescas; hoy la medicina científica se asienta firmemente en ciencias tan bien establecidas como la bioquímica, la fisiología y la física. ¿Presentan las medicinas alternativas opciones también frente a estas ciencias? ¿O es que hay que rechazarlas a todas en bloque? Pues pareciera que sí. Para enredar aún más la cuestión, numerosos practicantes de las medicinas «alternativas» (los más astutos y menos belicosos) han optado por redefinirlas pudorosamente como medicinas «complementarias», lo que suena bastante inofensivo. Solo que para pasar de ser una opción frente a algo a un mero complemento de algo hay que dar un gran salto semántico (mayor incluso que el salto quántico de la Nueva Era). Y por si esto fuera poco, a los «alternativos» aún les queda otra denominación debajo de su ancha manga: terapias (o medicinas) no convencionales. De más está decir que lo convencional es la medicina científica, siempre tan apegada a las formas tradicionales.

El problema es que esta conversión táctica de alternativa a complementaria no pasa de ser un mero malabarismo verbal, ya que no toca para nada los etéreos y quebradizos «basamentos» teóricos de estas supuestas terapias. Y se hace con una finalidad muy precisa: hacer más presentables sus absurdas proposiciones de cara a un segmento del público (que incluye a una buena parte de los profesionales de la medicina) con la suficiente formación científica como para rechazar un cúmulo de ideas irracionales e indemostradas como alternativa a la verdadera medicina, pero al mismo tiempo lo bastante ingenuo como para no alarmarse si se lo presentan con la inocente etiqueta de terapia complementaria. Después de todo, solo se trata de complementar el tratamiento médico convencional. ¿No? ¿Y qué daño pueden hacer? Si lo que quieren es ayudar... Lástima que las afirmaciones sin base que constituyen todo el fundamento de las Medicinas Alternativas no puedan adquirir consistencia de un modo tan limpio. Aquí lo que han aplicado es el sabio consejo de Lenin: dar un paso atrás para conservar uno de los dos dados hacia delante.

Pero dejemos que los alternativistas se llamen como mejor les plazca. Por nuestra parte, tenemos un término mejor y más ilustrativo: las mal llamadas Medicinas Alternativas no son otra cosa que Pseudomedicinas.

Las pseudomedicinas conforman un conglomerado tan pintoresco como heterogéneo. En este pueden encontrarse algunas técnicas «terapéuticas» muy antiguas y aparentemente respetables (entre las que destacan la acupuntura y la inevitable homeopatía), acompañadas por una auténtica legión de recién llegados de paternidad más que dudosa. También se han asimilado últimamente a sus filas las versiones desnaturalizadas de ciertas doctrinas que pueden tener alguna validez dentro de su propio contexto (muy limitado siempre), pero que fuera de él carecen de sentido: por ejemplo, las llamadas medicinas étnicas (medicina Ayurvédica, shamanismo, etcétera). En muchas ocasiones resulta difícil precisar donde termina una pseudomedicina y comienza otra, pues estás tienden a interpenetrarse, muy a pesar de que por lo general cada una de ellas disponga de unas «bases» teóricas dogmáticas a más no poder; no es infrecuente que un homeópata amenice su prácticas mediante el uso de la acupuntura, del poder de las pirámides o de la cristaloterapia, «especialidades» todas mutuamente excluyentes. Por otra parte, los límites con el curanderismo desnudo y silvestre y con las prácticas mágico-religiosas son asimismo difusos, y algún observador cínico podría incluso opinar que tal frontera es inexistente y que todas estas prácticas no son sino variantes de un mismo tema. Aunque sí existe al menos una diferencia: los curanderos no intentan justificarse con presuntos argumentos «científicos», ni se venden como ciencia, ni hablan de mecánica cuántica. Lo que en todo caso lo que hace es hablar en favor de los curanderos.

¿Cuántas medicinas «alternativas» existen? Sospecho que nadie lo puede decir con absoluta certeza, y por buenas razones. La primera ya fue mencionada: muchas veces las prácticas de varias de ellas se amalgaman, y no son raros los casos en que de estas mezcolanzas surgen «terapias» flamantes, como por ejemplo la homeosiniatría, que es la combinación de la homeopatía con la acupuntura. Estos híbridos bastardos a veces adquieren entidad propia, pero en otras ocasiones su vida es bastante corta y terminan reabsorbidos por sus pseudomedicinas originarias. Otra dificultad está en que muchas pseudomedicinas parecieran surgir como por generación espontánea: aparecen de la nada, y si hoy son diez, mañana son treinta o cincuenta (y también desaparecen igual, lo que dificulta su censo). Además, está el problema de las resurrecciones reiteradas, como las de esos zombisque aparecen en las malas películas de terror. Se puede incluso establecer una regla: nunca una pseudoterapia debe darse definitivamente por muerta, ya que puede ocurrir que mañana o pasado alguien vuelva a sacarla a flote. Y aquí va una muestra: las flores de Bach datan de los años treinta, quedaron olvidadas por varias décadas, y hoy, inesperadamente, han vuelto a florecer (de paso, el Dr. Edward Bach fue inicialmente homeópata). Finalmente, está la ardua cuestión de las nomenclaturas, y aquí sucede igual que con los medicamentos homeopáticos: si bien todos son agua pura, un frasco lleva un rotulo que dice Eupatorium perfoliatum y otro Hepar sulphuricus. ¿Las flores de California son lo mismo que las flores de Bach? ¿O debemos clasificarlas aparte? ¿Es lo mismo la Medicina Integral Cuántica que la Medicina Holística Cuántica? ¿Y si no son lo mismo, en que se diferencian?

A pesar de todo este barullo, quizás sea posible establecer algunos puntos comunes que quizás nos ayuden a conocer mejor que son las medicinas alternativas.

1 Actitud hacia la medicina científica

Si algo tienen en común todas las pseudoterapias eso es su declarada hostilidad hacia la ciencia médica, muy a pesar de la ya mencionada táctica de esos colaboracionistas que han empezado a hablar de «Medicinas Complementarias». La mayor parte de los alternativistas proclaman abiertamente que las terapias de la medicina «oficial» no ocasionan otra cosa que incurables yatrogenias, e incluso, los hay que predicen a muy corto plazo (para mañana quizás) la desaparición de la deletérea medicina científica (si sus capacidades proféticas van a la par de sus poderes curativos podemos augurarle una larga vida a esta). Esta actitud tan negativa tiene su razón de ser, ya que las bases en que se asienta la medicina científica son incompatibles con las «bases» de las terapias alternativas, y ambas no pueden ser ciertas a la vez. Pero también existen otros motivos: sensación de minusvalía o complejo de inferioridad, pues la yatrogénica medicina científica es la única que presenta logros bien demostrados; estrategia promocional; fanatismo ciego y obcecación en el caso de los más recalcitrantes; y en muchas ocasiones, ignorancia simple y llana.

2 El poder de las palabras

No, no voy a referirme al maravilloso poder de las palabras que curan. Las pseudomedicinas también se caracterizan por el uso (o más bien, abuso) que hacen de palabras imponentes o prestigiosas. Por ejemplo, alguna vez oiremos mencionar la Medicina Psiónica y sin duda quedaremos impresionados. Suena sobrecogedor, y en el acto pasarán por nuestros cerebros tenebrosas imágenes de individuos de bata blanca manipulando computadoras que se conectan directamente a los centros nerviosos del paciente. Pero nada de eso: aquí solo estamos hablando del vulgarísimo péndulo, o para que suene mejor, de la radiestesia. No hay pseudomedicina que no apele a semejantes argucias verbales para encubrir la vacuidad de sus conceptos. Encontramos así calificativos tales como Medicina Integral Quántica, Biorresonancia, Moraterapia, Quirorreflexoterapia, Magnetoterapia, Ozonoterapia, Técnica Bioenergética Cuántica Holográmica (!!!). Un homeópata no agita un frasco, lo dinamiza. Esto también se observa en el abuso indiscriminado que hacen de vocablos expoliados a la física, y así nos infieren a mansalva términos como energía, iones, cuantos, cargas positivas, cargas negativas, electromagnetismo, salto quántico (notese la "q"), frecuencia vibratoria, campo, inducción, radiaciones, fotón, y, de más está decirlo, sin tener la menor idea de lo que significan (consejo gratis para todos los alternativistas y sus seguidores: leerse en alguna buena enciclopedia los artículos mecánica cuántica, electromagnetismo y Teoría de la Relatividad). Si se da el caso, también son muy útiles los expresiones importadas de las culturas orientales, en especial si son hindúes, chinas, tibetanas o japonesas: chakras, feng shui, zen, tántrico. Hasta el momento las medicinas alternativas no parecen haber encontrado nada de particular interés en Afganistán, Birmania, Kazajistán o Borneo, pero sospecho que esta omisión no tardará mucho en ser subsanada.

3 Actitud hacia el conocimiento científico

La posición de las pseudomedicinas respecto al conocimiento científico es ambivalente. Por una parte, no hay terapia alternativa que se respete que no se promocione como científica, muy a pesar de que la única denominación consecuente que les cabe vistos sus principios sea la de sectas pseudorreligiosas. El disfraz científico lo logran mediante las ya mencionadas contorsiones verbales, la asimilación de términos extraídos de ramas auténticas del conocimiento (por ejemplo, el saqueo despiadado que le han hecho a la mecánica cuántica), el uso eventual de aparatos de aspecto vagamente tecnológico (el acumulador orgónico, el dermatrón, los biorresonadores), y la invariable apelación a estudios genéricos e imprecisos: «varios estudios demostraron», etc. Pero, por regla general, nadie nos dice quien realizó el estudio, como lo realizó, donde fue publicado o si fue reproducido de manera independiente. Si nos empeñamos en exigir precisiones descubriremos en unos pocos casos que los mencionados estudios aparentemente si fueron realizados, pero ¡únicamente por el inventor del método o por alguno de sus discípulos más cercanos! Y que jamás han sido reproducidos adecuadamente, ni publicados en una revista científica reconocida. Por otro lado, las pseudomedicinas rechazan todos aquellos conocimientos provenientes de ciencias tan bien establecidas como la química, la física, la bioquímica, la fisiología, la biología, la farmacología, siempre que sean contrarios a los intereses de sus propios postulados. Y esto será así por muy bien que halla sido demostrado dicho conocimiento. La supuesta aura fotografiada por la cámara Kirlian ha sido explicada satisfactoriamente y hasta la saciedad como un fenómeno eléctrico relativamente trivial, pero ¡intente explicarle eso a un partidario de la bioenergía! La fisiología experimental ha prescindido exitosamente desde hace casi dos siglos de las fuerzas nebulosas para explicar sus hallazgos, encontrando en todas partes interrelaciones precisas entre enzimas, mediadores, iones, membranas, receptores y fosfatos de alta energía, pero un pseudomédico considerará todo esto puras falacias, o, si es condescendiente, como el mero aspecto superficial de la acción de energías intangibles y trascendentes (que de paso, nadie ha visto nunca). Este es un caso para la navaja de Occam. Los más audaces de los pseudomédicos harán incluso extensivo este repudio al método científico: después de todo, existen formas mejores de lograr el conocimiento (por ejemplo, apelando a la Conciencia Cósmica). Por supuesto, ante cualquier eventualidad incómoda, siempre es la Ciencia la que se equivoca (y no ellos). Por lo demás, también hacen gala de un dogmatismo a toda prueba (lo que dijo el fundador es la Verdad Absoluta), y de una incapacidad total de autocrítica. Los homeópatas siguen consultando devotamente la Materia Médica Pura de Hahnemann, a pesar de que terminó de publicarse en 1821. ¡Hace casi ciento ochenta años! Sería de esperar que en todo ese tiempo la «ciencia» homeopática hubiera hecho algunos avances, pero tal parece que no. Esto sería equivalente a que en alguna cátedra clínica de medicina «oficial» se pretendiera establecer como textos de consulta las obras de Galeno o de Boerhave.

4 Basamentos «científicos»

Como presumen de ser «ciencias», a la fuerza han de tener basamentos «científicos», y de más está decirlo, estos no pueden depender de las engorrosas enzimas e iones de los fraudulentos fisiólogos y bioquímicos. Una característica de sus «basamentos» es su cristalina simplicidad: casi invariablemente se reducen a apelar a alteraciones energéticas y otras tenuidades metafísicas, las cuales pueden ser corregidas mediante los talismanes y conjuros adecuados (perdón, quise decir mediante los instrumentos terapéuticos adecuados). Frente a esto, la arcaica medicina «oficial» pretende que la inmensa mayoría de las enfermedades son multicausales, lo que le complica bastante la situación. En ocasiones esta simplicidad no es tan aparente, pero esto se debe únicamente a que han aplicado el punto 2, y el concepto queda arropado de términos altisonantes. Y aquí va un ejemplo:

El ÉTER abarca la energía biomagnetica invisible para el ojo humano, pero que actualmente gracias a la tecnología científica, ya se puede detectar con dispositivos electrónicos (sic). En esta área se trabaja desde los centros vitales de energía, llamados "Chakras", abriendo y retirando la basura acumulada y llenando con energía positiva todos los átomos del cuerpo eterico, desbloqueando todos los canales por donde fluye la energía vital llamada "Ki", y de esta forma se logra que todas las moléculas tengan una vibración armónica y recobren el balance de polaridad. Los seres humanos también funcionamos con dos polos de energía vital, el Positivo (Yang) y el Negativo (Yin). La medicina china enseña que para curar realmente en todos los aspectos, se debe lograr el equilibrio de estas dos fuerzas. (Terapia Holística. Medicina Alternativa, Naturista, Holística y Cuántica Universal. Sin autor)

Esas energías tan sutiles se aplican mediante una diversidad de métodos, desde los dinamizados homeopáticos hasta la imposición de manos, pasando por los biorresonadores y los cristales de cuarzo. En el caso de algunos métodos de pseudodiagnóstico, como la iridología y la reflexología facial simplemente se inventan conexiones «neurológicas» o «canales energéticos» entre el órgano a estudiar y su imaginaria expresión en el iris o en la cara; si esto es ciencia moderna, quizás los romanos no estaban tan equivocados al revisar el hígado de una res para predecir el futuro.

Las científicas «terapias» de la medicina alternativa suelen ser bastante más complicadas que sus fundamentos «fisiopatológicos», y casi siempre llevan aparejado algún tipo de ritual mágico. Los homeópatas sacuden sus frascos tantas veces, los pacientes deben tomar su medicamento a tal hora y no a otra, sin que la cuchara toque los labios y luego deben meterla en un horno caliente, los cristales deben colocarse en los puntos «energéticos adecuados», la terapia orgónica se efectúa metiendo a la víctima (quiero decir, el paciente) dentro de una caja de madera recubierta de metal por dentro, los adeptos a la Medicina Integral Quántica deben asociar sus alimentos de acuerdo a sus siete grupos de colores o «frecuencias vibratorias». Todo esto en nombre de la energía. ¿Y cuándo no?

Y aquí surgen dos grandes preguntas: ya que estamos hablando de basamentos científicos, ¿puede alguna de estas pretensiones considerarse como tal? ¿En todo esto existe algo que halla sido efectivamente demostrado? Pues la cuestión es muy simple: si consideramos como basamentos científicos hechos comprobados de acuerdo al método científico, estos simplemente no existen. Ningún partidario de las pseudomedicinas ha demostrado (ni intentado demostrar) que las energías que dicen manipular existan en algún lugar fuera de su imaginación. Ni que la alteración de esas magníficas energías sea causa de la enfermedad. Ni que efectivamente sean capaces de manipularlas. Ni que los cristales de cuarzo sirvan como algo más que de bonito adorno sobre la mesita de la sala. Ni que los asertos de la iridología funcionen alguna vez (de hecho, lo que sí se ha demostrado es que los iridólogos no son capaces de diagnosticar nada en condiciones controladas, fuera de la comodidad de sus consultorios). Pero ya dijimos que los pseudomédicos no comulgan con el método científico. Quizás porque les parece demasiado rígido y poco dado a tales expansiones del espíritu.

5 «Energías» a granel

Todo pseudomédico que se respete debe tener pronta su «energía» a esgrimir en cuanto esté de cara al paciente (o a la prensa). Y de acuerdo a su corriente esa «energía» tendrá diferentes nombres, y será defendida con diversos argumentos, todos especiosos por igual. He aquí una enumeración no exhaustiva: éter, fuerza vital, energía vital, biomagnetismo, frecuencia vibratoria, campo electromagnético, campo energético, nivel quántico, aura, equilibrio vital, fuerza psíquica, la «otra mitad» del paciente. En la práctica todos estos términos se comportan como sinónimos, y denotan entidades igualmente quiméricas. Y de ningún modo deben ser confundidos con las formas de "energía" conocidas por la física. ¿De dónde salen entonces? En general, no se trata más que del renacimiento con otro nombre de añejos conceptos vitalistas provenientes de la prehistoria de la fisiología (que a su vez tuvieron su origen en el pensamiento mágico y en ideas más o menos religiosas). Unas pocas proceden de plagios a la medicina tradicional (en especial de la medicina china) o de las culturas orientales (lo oriental siempre resulta misterioso y atrayente). El proceso suele ser el siguiente: al gurú de una nueva medicina alternativa se le ocurre una idea (que no necesariamente es nueva, y casi nunca lo es) la enuncia con aire de iluminado a sus acólitos y estos abren la boca asombrados ante tal sabiduría. De ahí saltan (otro gran salto quántico) a las conclusiones y a las innovaciones terapéuticas ad hoc. ¿Contrastar la idea, intentar falsarla? Para eso no llevan prisa: por el camino ya irán siendo inventadas los estudios y demás demostraciones «científicas» fraudulentas. Y en todo caso siempre se podrá argumentar que cualquier oposición se debe a oscuros intereses de la sórdida nomenklatura médica «oficial».

6 El tratamiento «casual»

Las medicinas alternativas siempre aducen que, a diferencia de la perniciosa medicina científica, ellas tratan a la enfermedad causalmente y que no tratan enfermedades, sino enfermos. Y pueden curar cualquier tipo de enfermedad con un altísimo índice de efectividad. ¿Y como? Pues manipulando la energía, que duda cabe, que es la causa real de la enfermedad. La imperdonable medicina científica es puramente sintomatológica, repiten una y otra vez. Y aquí ocurre una extraña paradoja: mientras la «sintomatológica» medicina científica intenta llegar siempre que puede a la causa de la enfermedad para tratarla en consecuencia, las terapias alternativas solo ven los síntomas para hacerlo. ¿Qué, es que lo duda? Revísese cualquier Repertorio Homeopático, y allí encontrará, en correcta formación interminables listas de síntomas al lado de los medicamentos aplicables a esos síntomas. ¡Bravo por las únicas medicinas causales! Y lo mismo puede aplicarse a la cristaloterapia, a la medicina psiónica, a la medicina quántica, o a cualquier otra. Con el agravante adicional de que tales síntomas son más expresiones pintorescas del estado del paciente que otra cosa, y no suelen tener una relación clara y definida con su enfermedad verdadera. ¿Por qué ocurre esto? Pues porque al depender exclusivamente de evanescentes trastornos energéticos, no existen cuadros nosológicos bien definidos, y en consecuencia deben remitirse a las puras manifestaciones sintomáticas para «diagnosticarlos» y «tratarlos». Pero esto no es de ningún modo tratamiento causal, es pura debilidad de la teoría, que no les da margen para otra cosa. Aparte del absurdo que llevan implícitos muchos de esas manifestaciones o «síntomas»: por ejemplo usar un péndulo para «rastrear» imaginarias alteraciones bioenergéticas, o las manchas del iris para diagnosticar el estado del riñón derecho o de los genitales. Y ahora si podemos entender esa machacona insistencia en que no hay enfermedades, sino enfermos: al enfermo siempre lo tienen delante, pero no tienen ni idea de cual es su enfermedad.

7 Las «terapias» pintorescas

Si algo caracteriza a las pseudomedicinas es el carácter netamente arbitrario y a la vez folklórico de sus grotescos «métodos» diagnósticos y de sus no menos estrafalarios «métodos» terapéuticos. Si bien casi todas tienen en común la invocación de presuntas fuerzas trascendentes como causa de la enfermedad, esa uniformidad desaparece en cuanto llegamos a la praxis. Cada medicina alternativa suele inventarse sus propios "procedimientos" diagnósticos y/o terapéuticos, aunque los casos de plagios descarados abunden. Los límites al parecer solo están en los que impone la feraz inventiva humana (o sea, que realmente no existe ningún límite). Esta proliferación bien pudiera calificarse de «diversidad dentro de la inutilidad».

Los métodos diagnósticos pueden ir de lo muy simple a lo exasperadamente complejo. La homeopatía realiza un interrogatorio superficialmente parecido a la anamnesis médica habitual, pero haciendo énfasis en toda suerte de intrascendencias. Se puede diagnosticar estudiando el iris (iridología), la palma de la mano o la planta del pie, la cara (la «reflexología facial») o haciendo uso de poderes psíquicos. También observando el aura (algunos pseudomédicos disponen de tal poder, por lo común vedado a los simples mortales). Los fanáticos de la alta tecnología tienen a su disposición el péndulo (radiestesia o Medicina Psiónica), la cristalización de la sangre, la fotografía Kirlian, el dermatrón, equipos especiales para medir la «biorresonancia» o cualquier otro fenómeno igual de evanescente o imaginario. Hasta la fecha, las medicinas alternativas parecen no haber considerado que se puede sacar provecho de algunos métodos tradicionales caídos en el olvido, pero cuyas bases están tan firmemente asentadas en el conocimiento científico como todos los antes mencionados: la hepatoscopia, los oráculos, la necromancia, la ornitomancia, la esticomancia, el Juicio de Dios, por nombrar solo algunos. Pero quizás día menos pensado nos encontremos con algún pseudomédico que diagnostique a sus pacientes observando a las aves que vuelan a su izquierda o a su derecha, o revisando las entrañas de un perro. ¿Y por qué no? Por lo menos, suena igual de lógico que hacerlo con un péndulo.

Los procedimientos «terapéuticos» son aún más variados, si cabe. Los más sencillos no requieren absolutamente de ningún accesorio: basta con que el «medico» efectúe la imposición de manos para que sus pavorosas fuerzas biomagnéticas (o electromagnéticas, depende del caso) afluyan hacia el atribulado paciente y este vea sus canales limpios y sus trastornos energéticos corregidos sin más. Los cirujanos psíquicos filipinos extraen tumores a mano limpia (a la hora de la verdad, dichos tumores siempre resultan ser vísceras de pollo y cosas similares). Otros apelan a dietas fantásticas en que los alimentos están clasificados por colores relacionados con los chakras (por supuesto), o a las prácticas respiratorias. Los olores (aromoterapia y afines), los colores (cromoterapia), y los sonidos (musicoterapia) son también recursos poderosísimos para el tratamiento de cualquier cosa que se nos ocurra (los sabores por lo visto siguen sin ser descubiertos). También se puede curar dando masajes en los pies o en las manos (reflexoterapia podal y quiroreflexoterapia). Y ni hablar del poder de las hierbas (aquí hay que hacer una observación obvia, pero que con frecuencia es malinterpretada: nadie niega que existan numerosísimos principios activos de interés médico en muchas plantas, y deben existir todavía más por descubrir; pero los que practican el herbalismo por lo general lo ignoran todo sobre los efectos farmacológicos de esas sustancias). Los remedios homeopáticos contienen cantidades terroríficas de energías oscuras (infundidas al medicamento por el pedestre método de sacudir el frasco que lo contiene). También puede utilizarse el poder del pensamiento positivo. Pero no todo el mundo se siente contento con tal frugalidad de medios: dar masajes, imponer las manos, administrarle agua pura al paciente o ponerlo a oler flores les sabe a poco. Para los que aprecian los tratamientos más agresivos tenemos la moxibustión, la acupuntura y su variante, la electroacupuntura, la radiestesioterapia (otra vez el péndulo), los maravillosos cristales de cuarzo (sus vibraciones tienen tremendos efectos a nivel quántico), el embarramiento con arcilla, los imanes (magnetoterapia) y, ¿cuándo no? las pirámides.

La tecnología también se ha hecho presente en este campo. Disponemos de aparatos especialmente diseñados para la magnetización y la biomagnetización, y también de ionizadores de aire. La ozonoterapia consiste en mezclar la sangre con ozono. La moraterapia o biorresonancia ya es ciencia ficción pura: el equipo inventado por el Dr. Morell y el ingeniero Rasche permite "separar las frecuencia disarmónicas producidas por las células y tejidos enfermos, e invertirlas antes de devolverlas al paciente" (lástima que la idea no se le halla ocurrido a Isaac Asimov o a Arthur C. Clark). Y el Dr. Wilhelm Reich nos ha legado el Acumulador Orgónico, que nos permite concentrar la radiación orgónica procedente del espacio exterior (sus inexplicables detractores insisten machaconamente en que ni el orgón existe, ni radiación alguna por el estilo, y que sus acumuladores no son otra cosa que cajas de madera recubiertas internamente de metal). Otras innovaciones las constituyen la estimulación de los puntos de acupuntura con rayos láser (laserterapia) o con ultrasonidos (sonoterapia).

Como ya lo dijimos antes, no hay límites para la imaginación. Tome cualquier idea, sin importar lo descabellada o ridícula que parezca, revístala de palabrería pseudocientífica, invéntese algunos estudios o casos anecdóticos y ya tiene en sus manos otra flamante Medicina Alternativa. No se preocupe si suena inconsistente o absurda en exceso: tales detalles carecen de relevancia pues siempre encontrará quien se la crea. Igual que la imaginación, la credulidad humana también carece de límites.

8 La prueba anecdótica

Pues si, mucha gente piensa que funcionan. Es más, jurarán que sus males fueron exitosamente tratados (y, de paso, causalmente) por el pseudomédico de turno (ya sea este homeópata, electroacupuntor, cristaloterapeuta o reflexoterapista). Pero la cuestión no es tan simple: antes de salir a proclamar a los cuatro vientos que una terapia funciona, debe demostrarse rigurosamente que si lo hace, y para eso existen las herramientas de investigación adecuadas, la principal de las cuales es el ensayo clínico controlado. ¿Hacen esto los médicos alternativos? De vez en cuando, y siempre a desgano. Sus estudios no suelen aparecer en revistas reconocidas, y cuando lo hacen siempre terminan desmoronados por la crítica que les señala crasas fallas metodológicas. Aparte de que existe la persistente sospecha de que los estudios con resultados desfavorables nunca salen a la luz pública. ¿Fuera de esto que queda? Solo la evidencia anecdótica, pilar fundamental de todas las pseudomedicinas.

La evidencia anecdótica se refiere a casos aislados de aparentes curaciones debidos a una terapia determinada. Existen excelentes razones por las que la evidencia anecdótica no pueden jamás tomarse como evidencia científica: no existe control adecuado, se depende de apreciaciones subjetivas tanto del médico como del paciente, los casos con resultado negativo pasan desapercibidos o no se toman en cuenta, la información por lo general es imprecisa o insuficiente, no existe nada con que comparar. Un ejemplo: en mi consulta le aplico los milagrosos cristales a quince pacientes; de ellos siete no regresan, dos empeoran, cuatro siguen igual, dos se «curan». Entonces voy y exhibo urbi et orbi a estos dos como prueba contundente de los pavorosos poderes de mis cristales de cuarzo. Incluso es muy probable que sean los mismos pacientes los que lo hagan. Pero, ¿qué he demostrado desde el punto de vista científico? Absolutamente nada. Y si lo dudan, vayan y pregúntenle su opinión a los siete pacientes que no regresaron.

¿De donde salen estos casos anecdóticos? Algunos son simples invenciones; esto se da particularmente en las ramas más rastreras de las pseudomedicinas, donde «terapeutas» advenedizos no sienten el menor escrúpulo de saltar de lo meramente no convencional al fraude sin atenuantes. Pero dudo que esto se aplique a muchos de los practicantes de las medicinas alternativas, ya que entre ellos pesa por lo general más la ignorancia y el autoengaño que el afán de lucro (aunque puedo estar equivocado). Otros casos se explican por información deficiente: ¿fue realmente diagnosticada una enfermedad? ¿y por quién? ¿y cómo? ¿se verificó la curación? ¿era la enfermedad de una naturaleza tal que se excluye la resolución espontánea o la remisión temporal? ¿la «curación» persistió en el tiempo o el enfermo recayó? Todas estás preguntas suelen quedar sin respuesta. En otras ocasiones hablamos de enfermedades que se autolimitan, que hubieran sanado con o sin tratamiento, y esto puede ser válido incluso para enfermedades que en un momento dado pueden ser muy severas y comprometer la vida del paciente. O de enfermedades puramente imaginarias, en las que el efecto placebo resultará determinante. También se dan con frecuencia pretendidas curaciones en las que la historia inicial, por lo general muy anodina, va siendo embellecida y aumentada con el paso de un relator a otro, e incluso multiplicándose, según el mismo mecanismo por el que se producen las oleadas de OVNIs: de golpe, un solitario caso dudoso se transforma en diez o quince «comprobados».

Todas las pseudomedicinas tienen siempre bajo la manga sus casos anecdóticos, para presentarlos como «evidencia irrebatible» de sus pretensiones a la menor oportunidad. Lamentablemente, lo único que demuestran es su analfabetismo científico.

9 La coartada de las enfermedades crónicas

No lo digo yo, lo dicen ellos: las terapias alternativas curan cualquier cosa, y con un altísimo índice de efectividad. Y no podía ser de otra forma, pues tratan la enfermedad causalmente. La medicina científica no puede pretender nada ni remotamente parecido. Pero ¡ay!, de pronto aparece un aguafiestas y nos recuerda que en el mundo real (no en los planos superiores de la consciencia) las medicinas alternativas todavía no han demostrado convincentemente curar nada. ¿Qué hacer en tal caso? Aquí los más prudentes de los alternativistas (presuntamente los mismos que inventaron lo de la Medicina Complementaria) han optado por la sagaz estrategia de refugiarse en un grupo de enfermedades para las que tampoco la Medicina Científica tiene respuestas satisfactorias: las enfermedades crónicas. En este grupo entran la mayor parte de los cuadros reumatológicos, las alergias y las enfermedades degenerativas. Todos estos han constituido un auténtico filón áureo para las pseudomedicinas más variopintas, ya que su manejo presenta indiscutibles ventajas si uno se empeña en emplear una terapia inútil: la medicina convencional ofrece relativamente poco, estas enfermedades tienen tendencia a presentar remisiones periódicas (cualquier remisión por breve que sea se le atribuirá al influjo de las energías maravillosas), un adecuado manejo psicoterapéutico puede hacer que el paciente se sienta realmente mejor, sobre todo si se realiza a través de la evocación cuasimágica de fuerzas telúricas y trascendentes. Y ya que se trata en muchas ocasiones de hacer una «terapia complementaria», nunca quedará claro si cualquier mejoría se le debe atribuir a la medicina «convencional» o a la manipulación de energías ignotas. Incluso la Organización Mundial de la Salud ha incurrido en el gesto demagógico de avalar esta clase de prácticas. Existen otras variantes de este procedimiento: tomemos por ejemplo, a la acupuntura. Colocando las agujas en los puntos energéticos de los meridianos adecuados deberían curarse innumerables enfermedades; al menos, eso es lo que dice la teoría. ¿O no? Pero de golpe alguien descubre que su principal utilidad está en el manejo del dolor, y en esa dirección se precipitan de inmediato los menos obtusos de los devotos. Y empiezan a aparecer de inmediato películas mostrando milagros tales como intervenciones mayores realizadas supuestamente sin anestesia; los cínicos que nunca faltan aducirán sin duda que no son otra cosa que fraudes manifiestos. Por otra parte siempre habrá quien nos recuerde (quizás el mismo aguafiestas de antes) que la percepción del dolor tiene un fuerte componente subjetivo, y que la sola confianza del paciente en el procedimiento puede lograr que este tolere mejor el dolor, sobre todo cuando estamos hablando de enfermedades crónicas como la artritis. Pero aquí interesa resaltar un aspecto en especial: en todos estos casos el remedio panaceico se nos ha transformado en un modesto coadyuvante. En pocas palabras, se va de la pretensión de curar a la simple analgesia, a un limitado paliativo.

¿Dónde quedan entonces el manejo «causal» de la enfermedad, la integridad holística, la corrección de la energía alterada, los efectos quánticos y demás palabrería hueca? El tratamiento paliativo de la enfermedad, por ejemplo, mitigar los dolores de un artrítico crónico, puede ser algo realmente loable, pero está en las antípodas de la oferta inicial de curar causalmente. ¿No habíamos dicho que se trata al enfermo y no a la enfermedad? Por lo visto más bien tratan a algunos enfermos y a ninguna enfermedad. ¿O es que nos estuvieron mintiendo desde el principio?

10 Conclusión

¿Por qué muchas personas creen en la pseudomedicinas? La principal razón es que creen (sin base) que funcionan. Aquí tiene mucho que ver la falta de formación científica que nos garantiza los modernos sistemas educativos, y que incluye una carencia casi total de sentido crítico. Fuera de su especialidad todo el mundo tiende a ser bastante crédulo. También influye la creciente desconfianza hacia la ciencia en general y hacia la medicina científica en particular y el no menos creciente auge de las creencias irracionales de moda. No es infrecuente que el seguidor de una mal llamada terapia alternativa sea también un furibundo creyente en la presencia de los alienígenas entre nosotros, en los misterios de las pirámides, en la combustión humana espontánea, en el tarot, en las conspiraciones y en los fenómenos PSI. ¿Por qué muchos médicos practican o apoyan a las pseudomedicinas? Las razones, contra lo que cabría imaginar, no son muy diferentes. La formación científica de la mayoría de los profesionales de la medicina es muy pobre (muchos médicos no son otra cosa que técnicos en enfermedades) y son muchas las ocasiones en que no podrán dar un juicio de valor sobre si la utilidad de una terapia ha sido demostrada o no; con frecuencia confundirán la evidencia anecdótica con la evidencia científica. Sin un adecuado conocimiento de la fisiología y la bioquímica es fácil empezar a creer en fuerzas oscuras. Los intereses crematísticos tampoco pueden ser dejados de lado: las pseudomedicinas son por lo general monetariamente muy productivas (cosa que los seguidores de las terapias alternativas optan por no mencionar), y con una gran ventaja, que producen a corto plazo, en tanto que cualquier especialista de la medicina «oficial» solo comenzará a ver los resultados de su trabajo luego de varios años. Y un último factor, para nada desdeñable: la soberbia intelectual de muchos médicos.

¿Tienen justificación las Medicinas Alternativas? Aquí la respuesta solo puede ser un no tajante. No hay justificación para que alguien con una enfermedad curable si se trata racionalmente a tiempo vaya a ponerse en manos de alguien que invocará fuerzas y le colocará cristales o agujas u otros tratamientos igual de inútiles. Tampoco tiene justificación que alguien enferme o muera de una enfermedad prevenible simplemente porque al gurú de turno no le simpatizan las vacunaciones. Las pseudomedicinas no son otra cosa que colecciones bastardas de opiniones gratuitas, asociadas a «terapéuticas» sin base ni utilidad, y deben ser tratadas en consecuencia.


* Este artículo se publicó originalmente en Paraciencias al día, página escéptica venezolana lamentablemente desaparecida. Se reproduce ahora en la Biblioweb de sinDominio con permiso del autor.

Lectura recomendada: Monográfico sobre la homeopatía
Mira també:
http://sindominio.net/biblioweb/

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Comentaris

Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
06 mai 2004
Aixo, aixo... a la merda la medicina alternativa i AMUNT l'INDUSTRIA FARMACEUTICA!!!!!
Los radicales pro-científicos sois tan malos como otros
06 mai 2004
Vamos ha ver, yo SÉ (Saber por conocimiento y experiencia propia) que algunas cosas son ciertas.
Por lo tanto a pesar de que yo quizás no te pueda convencer a ti (ahora no me apetece liarme), tu desde luego no vas a convencerme a mí. Son hechos objetivos no subjetivos.

Igual de objetivo que estas “cuestiones� de la ciencia.

http://www.science-frontiers.com/cat-astr.htm
http://www.science-frontiers.com/cat-biol.htm
http://www.science-frontiers.com/cat-geol.htm
http://www.science-frontiers.com/cat-geop.htm
http://www.science-frontiers.com/cat-arch.htm
http://www.science-frontiers.com/cat-psyc.htm
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
06 mai 2004
Muchas gracias por vuestro texto y la magnífica web. Estoy realmente conmocionado puesto que ya casi había perdido la esperanza de encontrar vida inteligente en este descerebramiento en que se está convirtiendo el "rollo alternativo". Espero que sirva para que la gente empieze a tener mayor sentido crítico. Felicidades.
una correccion..
06 mai 2004
quizás mas que radicales pro-científicos quería decir, científicos que se aferran al paradigma prevalente o oficialistas. Sin duda cobran su sueldo y tienen miedo a que se rompan esquemas que han mantenido durante sus vidas, haciendo flaco favor a la humanidad.

Una web muy interesante Científica (esto es, escriben científicos) pero no oficialista, en este caso sobre el origen de las especies. (en castellano).
www.iieh.com

pd: chapeau a que te refieres?
por ultimo... (enserio)
06 mai 2004
http://www.iieh.com/doc/doc200402200101.html
agur Darwin, welcome Vacas Locas.
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
06 mai 2004
Soc practicant de medeciene alternatives, de les bones, de fa anys. Lesmeves filles, la meva dona, infermere i professora universitària d'infermeria, i jo mateix, les gaudim i ens han evitat usar antibiòtics, cirurgia i d'altres terapies oficialz.

Cal seber quines son útils i quines una teràpia psicològica i prou.

Però, la teràpia no és l'únic que cura.

Discriminació i asseveració.

N'hi han d'inquestionables en l'ambit que son propicies. El bon professional us dirà fins on.

El cientifisme no és més que un reduccionisme plà. No ho oblidem.

Si quelcom et cura. Bo és.

Conclusió de mestre.

Que puc dir?

Que calen pastilles i talls per a tot?

Pos no!

m
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
06 mai 2004
No em cap cap dubte. El que ha escrit això és un alienat reduccioniste amb poca llum (ni 25 wts).

Fa el que fan els més fatxes de tots els cièntifiquillos. Crfeure que el seu és l'únic mon possible. I ho puc demostrar quen vulgue,

Em sembla tan fora de lloc aquesta parafernalia PPera que flipo.

Avis. Soc malalt crònic. Diabètic des de fa 24 anys i Hepatitis C positiu de fa 10. I Només prenc insulina. I quan cal, aspirina. Lo haltre ho curo en homeopatia o herbes. O sense res.

Hi ha que ens volen enganxar a les farmaceutiques i metges.

Jo passo. Prou l'han cagat en mi quan no podia decidir.

Feixisme cientific.

En serio!

Mas filles de 19 i 17 anys mai han pres un antibiòtic. I saben curar-se soles de malalties usuals amb homeopatia.

I saben que si és passen .... pringuen... i la faena és seua per posar-a a tò. I que cal saber administrar cada terapèutica en el que t'ofereix.

Ni hi ha mags. Hi han alternatives,

Soc el d'abans.

i aquest texte és pura bassura.

Salut i autogestió de la salut!

m
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Els ideòlegs de la medicina alopàtica i els de les homeopàtiques i d'altres anomenades alternatives s'assemblen. "Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio". De fa segles és sabut que no hi han medicines sinó malalts. A uns els anirà bé la darrera molècula produïda per una multinacional farmaceútica i d'altre una imposició de mans.
Trobo a faltar en els comentaris, però, el principal: la ciència nascuda fa uns quants segles s'apropa cada vegada més en la seva pràctica al model Walt Disney. Aquesta pèrdua de credibilitat entre la població possiblement expliqui que, per un no res, els pacients corrin a hòsties als metges.
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Per als que s'han molestat en llegir el text - Totes les qüestions plantejades en els comentaris estan respostes al mateix textes.

Per a els que no se l'han llegit i l'han criticat en generic - Aixó demostra la capacitat de crítica de les pseudomedicines (medicines alternatives us agrada dir-lis) i els seus defensors.

Salut i abaix els magufos de les pseudomedicines.
generalizar es la base de fascismo incluso en la ciencia
07 mai 2004
Vale, no entiendo catalan pero te voy a contar un par de experiencias.
1. un ejercicio de "control mental" en realidad un ejercicio practico que nos da una muestra de las capacidades de la mente en un estado de relajacion, esto es trabajando a una frecuencia menor de lo que estamos acostumbrados (en realidad durante el sueño alcanzamos esa cota y mas).
Se trataba de que dandome el Nombre y la Localizacion de una persona (que podia estar a kilometros) accedia y despues intuia o percibia (no se como explicarlo) la zona de su cuerpo que andaba mal (no la enermedad), esto es, un brazo (que pudiera estar roto o lesionado), la zona del pecho (algo relativo al corazon por ejemplo), etc.. la cuestion es que yo subjetibamente sabia que lo estaba haciendo bien y objetibamente una a una estaba hacertando todas.
2. en este caso el tema de los chacras, algo curioso que me hizo un familiar, me dijo que sujetara un objeto con todas mis fuerzas, asi lo hize de forma que nadie podria quitarmelo, entonces de pies me pego unos pases con las manos ,sin tocarme y muy rapidos(de tal forma que parecia un indio y a mi me hizo gracia entonces),
Finalmente me volvio a pedir que sujetara el ojeto con todas las fuerzas, asi lo hize, pero algo habia cambado era como si la fuerza se me "escapara" no podia ejercer mucha presion en el objeto y el pudo quitarmelo sin problemas.
Lo que dijo que me hizo fue "abrirme los chacras", despues tuvo que cerrarlos de una forma similar.

Ahora puedes pensar que miento, pero ¿que interes tengo yo en mentir?
Puedes pensar que me dejo "influenciar" pero eso seria escupir sobre mi capacidad de razonamiento objetivo, cosa que yo también podría hacer sobre ti. Así no se soluciona nada.
generalizar es la base de fascismo incluso en la ciencia (version corregida ejem..)
07 mai 2004
Vale, no entiendo catalan pero te voy a contar un par de experiencias.
1. un ejercicio de "control mental" en realidad un ejercicio practico que nos da una muestra de las capacidades de la mente en un estado de relajación, esto es trabajando a una frecuencia menor de lo que estamos acostumbrados (en realidad durante el sueño alcanzamos esa cota y más).
Se trataba de que dándome el Nombre y la Localización de una persona (que podía estar a kilómetros) accedía y después intuía o percibía (no se como explicarlo) la zona de su cuerpo que andaba mal, esto es, un brazo (que pudiera estar roto o lesionado), la zona del pecho (algo relativo al corazón por ejemplo), etc.. la cuestión es que yo subjetivamente sabia que lo estaba haciendo bien y objetivamente una a una estaba acertando todas.
2. en este caso el tema de los chacras, algo curioso que me hizo un familiar, me dijo que sujetara un objeto con todas mis fuerzas, así lo hice de forma que nadie podría quitármelo, entonces de pies me pego unos pases con las manos ,sin tocarme y muy rápidos(de tal forma que parecía un indio y a mi me hizo gracia entonces),
Finalmente me volvió a pedir que sujetara el objeto con todas las fuerzas, así lo hice, pero algo había cambado era como si la fuerza se me "escapara" no podía ejercer mucha presión en el objeto y él pudo quitármelo sin problemas.
Lo que dijo que me hizo fue "abrirme los chacras", después tuvo que cerrarlos de una forma similar.

Ahora puedes pensar que miento, pero creo que fallas en algo clave:
¿que interés tengo yo en mentir?

generalizar es la base de fascismo incluso en la ciencia

Puedes pensar que me dejo "influenciar" pero eso seria escupir sobre mi capacidad de razonamiento objetivo, cosa que yo también podría hacer sobre ti. Así no se soluciona nada.
La ciència, la nova religió de les masses
07 mai 2004
Ja insinuava el foll que anunciava la mort de Déu a la gaia ciència de Nietzsche que Déu havia mort però que els homes no estaven encara preparats per a viure en la seva absència. I tot sembla indicar que així ha sigut a Occident, on poc a poc la creencia en una veritat divina ùnica i absoluta ha anat desapareixent de la mentalitat col·lectiva. Tanmateix la creencia col·lectiva en veritats absolutes no ha desaparegut, ans el contrari ha trovat a un nou ídol per a l'altar, la ciència.

La ciència és avui en dia la religió de les masses, els seus sacertdots - els metges sobretot- han esdevingut autèntiques autòritats espirituals i s'ha creat - també sobretot en al camp mèdic- una ortodoxia que ha trobat en aquells que menys saben de ciència, la ciutadania, fervorosos defensors contra l'heretgia. Una heretgia que la societat ràpidament ha catalogat sota la màscara d'uns pocs noms (Medicina alternativa, parapsicologia...) i ha enviat violentament a les catacumbes del coneixment.

Això no es una defensa de l'heretgia, sinò una crítica a l'existència de l'ortodoxia, la major enemiga del saber. La massa continua nescessitant d'idols, continua tenint por de la foscor i ha buscat en la ciència la seva llum, però la buscat de la mateixa manera que ahir ho feia amb la religió, es a dir amb fanatisme i ignorància.

Més articles i opinions a:

http://www.freewebs.com/laketania

"Si solo hubiera un mundo, una camino, una verdad; solo habria una persona... y no muy lista"
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Te contesto en castellano para que lo puedas entender.

Te respondere con tu misma pregunta ¿ Y que interes tengo yo en mentir ? No soy cientifico aunque quiza si un poco esceptico.

No suelo creerme este tipo de relatos en primera persona como el que tu narras pues hay una norma general de conocimiento según la cual quien afirma una cosa extraordinaria es quien debe probarlo, y no el que la niega. Seguro que lo ha oído alguna vez: "Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias". "Lo que se afirma sin prueba puede ser negado sin prueba". Si yo te digo que puedo convertirme en un dragón volador que atraviesa las paredes, y usted lo niega, no estamos en igualdad de condiciones ni haces mal al negar semejante tontería.

Las experiencias individuales y personales no prueban la efectividad de un tratamiento. Hacen falta pruebas objetivas y controladas, y en ese tipo de pruebas (ensayos clínicos doble ciego) la acupuntura (y otras pseudociencias similares) no han conseguido demostrar más que un ligerísimo efecto anestésico. En cuanto a la medicina cientifica, sí lo he visto (existen innumerables enfermades curables actualmente gracias a sus avances), pero de todas maneras los medicimentos no se utilizan por que alguien los vio, sino por la experimentación científica (cuya industria evidentemente antepone sus beneficios a el bien comun). Cosa que no ha ocurre con los chacras, la Energía Chi, los meridianos, y otras pseudomedicinas. No hay comparación posible entre la medicina cientifica y la teoria de chacrs. Lo primero es un hecho científico comprobado miles de veces, y lo segundo es pura superstición (por muchos milenios que tenga y mucho que tu lo vieras).

Salut.
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Ciencia y pseudociencia
Que no te dén gato por liebre

¿Qué tienen en común la astrología, la radiestesia, la homeopatía, la iridología, el higienismo, la geobiología y los biorritmos? (Si no lo sabes, quizá deberías echarle un vistazo al texto siguiente).

Tienen en común que todas ellas son pseudociencias, es decir, falsas ciencias:

Se basan en principios teóricos que no se sostienen, por que chocan frontalmente con lo que conocemos sobre la naturaleza y la salud. Estos principios son inventados, o tomados de las religiones orientales, o bien de antiguas tradiciones precientíficas ya superadas hace siglos.

Quienes las desarrollan no formulan hipótesis que puedan ser sometidas a contraste experimental, o bien no quieren rechazar esas hipótesis cuando se demuestra que estaban equivocadas: no se autocorrigen, como hace la auténtica ciencia. Por ese motivo tampoco evolucionan ni progresan, a pesar de que suelen incorporar elementos de otras pseudociencias siguiendo, en cierta forma, "modas".

Intentan revestir su discurso de una terminología "científica", para darle una credibilidad que no tiene. Sin embargo, en cuanto pueden, echan pestes de la auténtica comunidad científica. La denominan "ciencia oficial", y dan a entender que se trata de un organismo que reacciona, por intereses oscuros, contra las "otras ciencias" (en realidad, las ignora porque carecen de soporte teórico y experimental).

A la medicina científica también la llaman "medicina oficial". Las medicinas alternativas son en realidad pseudomedicinas. ¿Te parece chocante esto? Es normal: las "medicinas alternativas" tienen muy buena fama, e incluso están reconocidas oficialmente en algunos países. En realidad, la mayoría jamás ha demostrado de una forma científica tener un efecto positivo sobre la salud superior al que tendría un placebo, y es necesario que todo el mundo sepa esto. ¿Significa que las medicinas alternativas no curan? Existen explicaciones convencionales de por qué se producen aparentes curaciones. Explicaciones que tienen más que ver con el efecto placebo, la credulidad, la fe y la sugestión, que con las razones pseudocientíficas que dan los falsos médicos (véase el artículo Pseudomedicinas).

Quizá estés ahora pensando que la ciencia no lo sabe todo (cierto), y que la medicina científica muchas veces no es capaz de curar (cierto), aparte de que el trato humano con los médicos algunas veces es muy insatisfactorio para el paciente. La comunidad científica internacional tiene bastantes limitaciones, e incluso se dan también algunos casos de fraude (que destrozan la carrera del culpable cuando se descubren, cosa que no ocurre con los pseudocientíficos, por cierto). Pero todo esto no justifica las pretensiones de los falsos médicos de estar en posesión de una vía de conocimiento o de curación "alternativa". La pseudociencia y la pseudomedicina son negocios sin escrúpulos que mueven enormes cantidades de dinero a costa de la credulidad de sus adeptos-clientes-pacientes.

En una defensa desesperada de sus intereses económicos, los pseudocientíficos nos tachan a los escépticos de dogmáticos e intolerantes, incluso de "fascistas" o "etarras" (sic). Es curioso que estos "amantes de la democracia" reaccionen así ante nuestros argumentos; más bien parecen ser ellos los fascistas, al pretender que aceptemos sus afirmaciones sin discusión y sin crítica. Los escépticos no queremos el regreso de la censura ni de la Inquisición, sino todo lo contrario. Sólo queremos pruebas, rigor y honradez. No estamos contra las creencias, sino contra el engaño y el fraude.

Ayúdanos a luchar contra el engaño. Es muy preocupante la introducción cada vez mayor de la pseudociencia en los diarios informativos, el la radio, en la TV, en los colegios e institutos, en los centros culturales, en los movimientos en principio racionales, como el ecologismo, etc. Son tan cotidianas que casi todo el mundo piensa que son ciertas. En contraposición, las maravillas de la ciencia (el origen del universo, la evolución de las especies, etc.) apenas se divulgan.

Posiblemente tengas familiares o amigos pagando tratamientos "alternativos", o bien consultando a gente "con poderes", o realizando caras terapias de dudosa eficacia en las que se mina su sentido crítico. Infórmate visitando algunos sitios escépticos y racionalistas en Internet.
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Y quando caiga este paradigma de la ciencia nos echaremos todos unas risas... cagoendeu! Sois los mismos que quemaron a Giordano Bruno!!!! Igualitos! Tiranos de la RAZON (unica y indivisible)

Ayer decian que amantar con leche natural era malo - todas las madres a comprar leche artificial- pues vaya, hoy es bueno... no pasa nada... Hoy dicen que la ingenieria genetica nos salvará... mañana.. quien sabe! Total, la importancia de la ciencia ( y la pseudociencia o como lo quieras decir)es hacer la gente mas sabia, si, pero mas FELIZ, mas acondicionada al medio... y mucha ciencia ortodoxa y oficial hacen todo lo contrario.

Que sepas que no toda la medicina alternativa es lo mismo, hay des de pallasos futurologos a medicos tradionales llegando hasta PROSCRITOS de la medicina oficial por sus ideas progres y contrarias a los metodo$ que intere$an al poder, lo pillas?

A mi me preocupa mas Novartis o Mansanto que tu odiada "bruja lola" o gotas del doctor Bach.

salut i heterodoxia!
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Joan, este paradigma de la ciencia basado en el pensamiento racional y experimental que intento transmitir nos acompaña desde hace miles de años (desde antes de la invencion de la rueda) y creo que nos acompañara durante muchos años aun :).

Tambien comentarte que no hay que confundir la medicina cientifica con las más que dudosos intereses de las empresas (Novartis, Monsanto, ...) que actualmente controlan la mayor parte del negocio farmaceutico.

Por suerte, el paradigma oscurantista basado en lo irracional y en las experiencias no demostrables que defiendes hace tiempo que lo dejamos atras y aunque en esta epoca de postmodernidad-relativismo absoluto todo "es verdad" (aunque sea una completa aberracion) lo que tu defiendes (si defiendes algun psudomedicina concreta) es más un acto de fe ante el miedo a lo desconocido que una hipotesis fundamentada.

Respecto a el lio que te montas entre ortodoxia, felicidad, sabiduria, ... no he podido extraer el sentido a lo que estas diciendo pero por si acaso decir que la medicina cientifica (o la medicina en general) no es la responsable de la infelicidad en el mundo.

Salut.
Cuídate Compa
07 mai 2004
Cuídate Compa
Manual para la Autogestión de la Salud
Autor: Eneko Landaburu
Edita: Txalaparta
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 mai 2004
Exelente!
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
11 mai 2004
Para Javier Garrido.

Si alguna vez se pone enfermo y no le curan, acuerdese de las medicinas cientificas, pero de la medicina naturista, homeopatia y acupuntura. Yo me cure hace 20 años con ellas, por eso se que son cientificas, se encuentran dentro de la medicina de la evidencia.

METODO CIENTÃ?FICO.

Se basa en evidencias, que pueden ser directas por los sentidos, indirectas con aparatos que contemplan a nuestros sentidos. Y pueden ser evidencias de segundo plano como sucede por ejemplo a un detective o con los trabajadores del CSI, que tienen muchas cosas y terminan casándolas todas, hasta que dan con la prueba verdadera para incriminar a una persona por un robo, una muerte, etc... Todo esto sustenta al método científico. Otros métodos por ejemplo se basan en la fe; tradición, la autoridad o la revelación. Todo esto no tiene que ver con el método científico. Como vemos la ciencia no es igual que las creencias, aunque a veces nos creamos cosas de la ciencia que no hemos visto, pero existen evidencias, aunque no las conozcamos con detalle.

Por ejemplo si hablamos de la acupuntura:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la utilidad de la acupuntura, aconsejándola en el tratamiento de 43 afecciones, aunque algunos cuestionan dicha recomendación.

Para los defensores de la acupuntura las reticencias de los médicos y estamentos oficiales de Occidente a adoptar este sistema provienen de su desconocimiento, y en definitiva del miedo a lo desconocido.

Los detractores de este método señalan que aún falta comprobar si la acupuntura es eficaz y para qué, ya que a pesar de que se viene aplicando desde hace miles de años a millones de personas, el hecho de que la gente crea algo no demuestra que sea verdad. Para terminar la polémica habría que someter esta técnica a una evaluación rigurosa, según el método científico, afirman. Pero esto deberíamos mirarlo por la Medicina de la evidencia.

Las raíces de la Medicina basada en la evidencia

Laín Entralgo estableció cuatro modos de ayudar "médicamente" al enfermo: 1) el espontáneo, que sería aquel que se realiza como una ayuda sin mayor reflexión, de forma instintiva; 2) el rutinario, que apelaría a una determinada forma de hacer las cosas sólo porque tradicionalmente se ha hecho así; 3) el mágico, que recurriría a saberes ocultos sólo en manos de iniciados y, 4) el técnico, que supondría hacer las cosas racionalmente.
La Medicina Basada en la Evidencia (MBE) no es más que un término nuevo para referirse a una vieja ciencia, la epidemiología clínica, que nació de la salud pública, epidemiología de campo, y que busca la aplicación del método científico en la práctica diaria de la medicina, es decir, pretende que tanto la investigación médica, como la práctica clínica se basen en criterios científicos que le den más validez a los resultados de la primera y a la toma de decisiones de la segunda. Esta práctica ha sido impulsada en el mundo por dos centros educativos principalmente, la Universidad de Oxford en Inglaterra y la Universidad de McMaster en Canadá.

Lo que sí es verdad es que las terapias no complementarias no se quieren introducir en el método científico, por las siguientes razones:

1.- Se le ve al paciente de manera personalizada y holistica.
2.- Al paciente se le va a tratar de manera energética y física, no de manera química y material. Somos sentimientos, funcionalidad y materia (lo que se ve se cree).
3.- El sistema inmunológico de cada persona reacciona según su terreno y su constitución. Luego con tantas variantes, la ciencia no es permisiva. La ciencia cree lo que puede ver, medir y ser efectivo con sus reglas y sus tratamientos químicos.

Pero últimamente, las terapias no convencionales con la informática y la construcción de aparatos de medida, se puede medir matemáticamente, por ejemplo, la carga potencial de un órgano a través de un meridiano de acupuntura. O podemos mediante la informática, introducir los síntomas más sobresalientes de la historia del paciente, en un programa o software y nos busca él o los remedios que más le convienen al enfermo en ese mismo momento. Luego, si le tratamos al enfermo con agujas de acupuntura en los puntos que hemos medido exactamente con electricidad o le buscamos el remedio exacto con ayuda de un programa de informática, mejora y se cura. Que es lo que estamos realizando, medicina de la evidencia, que es ciencia, o aun con todo esto nos quieren decir que son cosas del azar. Porque entonces, no están avaladas por la ciencia de los científicos estas terapias que equilibran, mejoran, tonifican el tono vital y hacen sentirse mejor y reconfortables a nuestros pacientes.
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
07 des 2004
Por lo que veo tu conocimiento de los metodos de enseñanza de las medicinas naturales no es del todo completo. Yo soy quiropráctico y aqui en Argentina se lo ve como una medicina alternativa, pero tengo una muy buena cantidad de pacientes que han venido a mi con dolencias de todo tipo, inclusive varios médicos (alopatas o medicina tradicional) a solucionar sus problemas conmigo. La carrera de quiropraxia es tan compleja y de la misma duración y dificultad que la carrera de Medicina. Vemos los mismos conceptos anatómicos y Neuroanatómicos que los médicos alopáticos. Con la difenrencia de que no recetamos ningún tipo de medicamento.
Creo que antes de referirte a la Medicina Natural o Terapias ALternativas deberias tener un concepto mas extenso sobre las mismas.

Sin otro particular me despido Atte. Carlos Esposito
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
17 feb 2005
sufro de insomnio, me estan medicando pero busco otra alternativa atte mari
Re: "Medicinas alternativas. Todo lo que usted debe saber, pero no se atreve a preguntar"
18 abr 2005
En el fons penso que el debat és una altre.
La dels professionals de la salut (fíaisca i anímica) disposats a guanyar-se la vida fent la seva feina (tant científics com "alternatius") i professionals de la salut amb el clar objectiu d'mplir-se --sobretot-- les butxaques.
Com pot ser que la teràpia floral --tant alternativa ella-- s'implanti només a través de la multinacional i marca regisrada de les Flors de Bach!!!

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