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Notícies :: antifeixisme : amèrica llatina : guerra
Petul
per En torno al asesinato de Pável González	01 mai 2004
Asumimos esta propuesta hecha desde México para manifestar nuestra repulsa por el asesinato de Pável González y la envíamos como una primera respuesta para recoger firmas. Un abrazo y hasta pronto. Saludos y suerte.
Dentro de este mismo planteamiento, proponemos que las firmas, adhesiones, cartas (o aquellas maneras que les parezcan mejores) sean enviadas a los correos del frente (fzln ARROBA fzln.org.mx) –para así tener un respaldo concentrado de todos los que se envíen de tantos sitios como sea posible; de gobernación, al consulado o embajada; y al de Los Pinos (presidencia nacional). En torno al asesinato de Pável González Se solidarizan con parientes del estudiante y denuncian nuevas amenazas La Red Zapatista por la Liberación Nacional, el Frente Zapatista de Liberación Nacional y la cooperativa Smaliyel nos manifestamos para solidarizarnos con la familia y los amigos del compañero Pável González, y exigimos a las autoridades federales y capitalinas que se haga justicia y una investigación clara que dé con las causas de la muerte del compañero. Basta ya de impunidad y de represión contra los luchadores sociales. Asimismo, denunciamos ante a la opinión pública que, a raíz de este asesinato, ha llegado un correo electrónico a varios compañeros estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), varios de ellos compañeros de Pavel, en el cual se dice lo siguiente: En contra de esos pinches zapatistas. O se alejan o sigue Apocalipsis. Los del café, los de las ridículas caravanas (y el nombre de varios estudiantes). Sigan de pinches zapatistas y ya verán. Sin remitente, falta el video. El correo trae como remitente una referencia al Yunque, grupo de ultraderecha que ha aumentado en fechas recientes sus actividades pro nazis en varias escuelas de la UNAM, con la complacencia de las autoridades de la institución. Ante esta cobarde amenaza, nos solidarizamos con todos los amenazados y hacemos responsables a los gobiernos federal y capitalino por cualquier daño físico o moral a los luchadores sociales. ¡Ante el avance de la ultraderecha y las amenazas del poder, la unidad y la acción por un nuevo México donde quepamos todos! Red Zapatista por la Liberación Nacional, Frente Zapatista de Liberación Nacional y cooperativa Smaliyel
Mira també: http://www.fzln.org.mx
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Comentaris

Que es el Yunque
per PABLO CÉSAR CARRILLO	01 mai 2004 Modificat: 09:41:06
Tomado del periodico am de Leon, Gto. 15 de Septiembre de 2003. Gerardo Miguel GarcÃa AarÃ³n Soto MartÃnez AarÃ³n Soto era un estudiante de la Prepa Oficial, catÃ³lico, bien portado y popular, con un talento especial para jugar basquetbol. AsÃ que la organizaciÃ³n no tardÃ³ en detectarlo como un buen prospecto de soldado catÃ³lico que buscara construir el reino de Dios en la tierra. â��Te invito a un curso de creatividadâ�?, le dijo un buen dÃa un maestro conocido como ToÃ±o, y AarÃ³n asistiÃ³ al curso sin saber dÃ³nde se metÃa. â��Al principio era un curso donde hablaban de liderazgo y hacÃan dinÃ¡micas interesantes, y me pareciÃ³ que me servirÃaâ�?, recuerda. AhÃ conociÃ³ a un instructor elocuente y expresivo cuyo nombre era Pablo de la Cruz, un joven bajito que hablaba de la vida con un Ã¡nimo admirable, y que usaba historias y frases de filÃ³sofos para dar ejemplos de sacrificio y Ã©xito. Esas dinÃ¡micas emotivas lo engancharon. Al concluir el curso, Pablo de la Cruz le dio una buena noticia: tres de los muchachos del curso serÃan invitados a integrarse a un grupo de lÃderes llamado Blanco y Negro, y Ã©l era uno de los afortunados. â��Pablo me dijo que le gustarÃa que ingresara al grupo de liderazgo y me explicÃ³ que se reunÃan los viernes y sÃ¡bados con la Ãºnica intenciÃ³n de prepararse. Las reuniones eran en un departamento localizado en Adolfo LÃ³pez Mateos, muy cerca del parque Hidalgoâ�?, platica. AarÃ³n Soto se presentÃ³ al grupo y los instructores comenzaron a hablarle de la necesidad de leer y estudiar para enfrentar las amenazas de la sociedad. Era agosto o septiembre de 1984. â��Nos dieron un libro que tenÃa el tÃtulo â��Yo te saludo MarÃaâ��, comenzaron a darnos adoctrinamiento catÃ³lico y nos decÃan con insistencia que el comunismo era una falaciaâ�?, seÃ±ala. El joven AarÃ³n se interesÃ³ por la reflexiÃ³n y las lecturas, y estuvo asistiendo durante semanas, sin fallar. Le pidieron mejorar sus hÃ¡bitos: â��Levantarse temprano, no quedarse en la cama mÃ¡s de tres minutos, ser ordenado, aprovechar el tiempo, bendecir los alimentos, hacer una oraciÃ³n a las 12 del dÃa y otra oraciÃ³n antes de dormirâ�?. En seis meses, su instructor Pablo de la Cruz le informÃ³ que debido a su buen desempeÃ±o podÃa seguir su preparaciÃ³n en un nivel mÃ¡s avanzado. Dejaba la cÃ©lula bÃ¡sica de organizaciÃ³n conocida como â��centroâ�? y le tocaba ingresar a una â��ramaâ�?. AsÃ que su preparaciÃ³n serÃa desde entonces en el templo de San Francisco de Sales. Adoctrinamiento Al templo de San Francisco â��ubicado en la calle Alvaro ObregÃ³n- todos iban uniformados con un pantalÃ³n negro, camisa blanca y corbata negra. AhÃ se dio cuenta que el grupo era mÃ¡s grande de lo que creÃa, y comenzÃ³ a conocer a otros integrantes de la organizaciÃ³n. â��AhÃ conocÃ a estudiantes de Medicina, de La Salle y del Hispano. Y escuchÃ© por primera vez los nombres de Gerardo Mosqueda, RamÃ³n MuÃ±oz, TomÃ¡s LÃ³pez, Alfredo Ling, ElÃas Villegasâ�?, dice. Aquellos lÃderes religiosos aÃºn no eran polÃticos, pero se preparaban para serlo. Su capacitaciÃ³n era en lo intelectual y en lo fÃsico. â��Unos dÃas rezÃ¡bamos el rosario y tenÃamos ceremonias solemnes, y otros dÃas un instructor nos ponÃa en el patio a hacer lagartijas, sentadillas y rutinas de esfuerzo fÃsicoâ�?, comenta AarÃ³n. En ese tiempo, le pidieron asistir a unos cursos de karate en un salÃ³n del fraccionamiento Guadalupe. â��Mi instructor me dijo que el karate era para saber defendernos, y nos enseÃ±aron a aplicar llaves, dar golpes certeros y a desarmar al enemigo con facilidadâ�?, dice. AarÃ³n aÃºn no entendÃa de quÃ© se trataba. Pero las lecciones, la disciplina, las lecturas y la interacciÃ³n con lÃderes adultos le hacÃan creer que era algo bueno para su preparaciÃ³n. â��VeÃas hacia el futuro y sentÃas que estabas preparÃ¡ndote para ser un mejor profesionista y un mejor ser humanoâ�?, platica. Al cabo de ocho o nueve meses, el prospecto AarÃ³n Soto fue iniciado en actividades secretas del grupo. Lo invitaron a un campamento de sobrevivencia en Sierra de Lobos. â��Hicimos un campamento en la sierra: cada quien hacÃa su comida, eran sÃ³lo huevos cocidos y papas, tomÃ¡bamos agua del rÃo, y hacÃamos mucho ejercicio, tipo militarâ�?, comenta. â��En las maÃ±anas nos levantÃ¡bamos muy temprano y marchÃ¡bamos como un pequeÃ±o ejÃ©rcitoâ�?. AllÃ¡, en la sierra, en medio de miles de robles, lejos de la ciudad, AarÃ³n Soto escuchÃ³ una ponencia motivacional que no puede olvidar. El instructor Pablo de la Cruz, rodeado por jÃ³venes, se subiÃ³ a una enorme piedra y dio su testimonio de vida: dijo que Ã©l tenÃa problemas en la columna y que habÃa logrado superarlos a base de esfuerzo, explicÃ³ que la vida lo habÃa tratado mal pero seguÃa luchando. AarÃ³n recuerda muy bien la escena de Pablo, hablando sobre la piedra. â��No me voy a rendir por mis problemas de columna. Voy a seguir luchando. Porque asÃ debe ser el hombre de lucha. Porque me preparo para resistir. Porque hago ejercicio para estar fuerte y resistir el dolor. Porque no puedo vencerme ante el dolorâ�?, asegura AarÃ³n que decÃa. â��Mi cuerpo debe ser resistente. Mi cuerpo debe resistir todos los golpes. Yo debo ser como el yunque al ser golpeado. Como el yunque del herrero que no se vence. El yunque que resiste todos los golpes. El yunque que moldea los metales. Todos debemos ser como el yunque al ser golpeado. Nos preparamos para ser como el yunque. Â¡Somos como el yuuunque!â�?. Adiestramiento Al cabo de un aÃ±o, AarÃ³n Soto fue invitado a un campamento de adiestramiento en el Colegio Agustino, en Santiago Tianquistenco, Estado de MÃ©xico. Uno de los primeros mensajes del instructor que los recibiÃ³ fue: â��Tenemos una misiÃ³n: implementar el Gobierno del SeÃ±or en la Tierra. Si GobernaciÃ³n se entera que estamos aquÃ, nos matanâ�?. El entrenamiento iniciÃ³ con un baÃ±o a las 6:00 de la maÃ±ana. â��Un silbatazo nos despertÃ³ y un instructor gritaba: Â¡tienen tres minutos para baÃ±arse! Â¡Corran, rÃ¡pido, todos formados!â�?, narra. â��Tuvimos que baÃ±arnos y vestirnos corriendo, y estar listos en el patio en minutos, en una formaciÃ³n militar, todos uniformados. Los que no cumplieron fueron castigados: 50 golpes en el estÃ³mago o 30 lagartijasâ�?. Los reclutas venÃan de todas partes: de Puebla, de Guanajuato, de Chihuahua, de MÃ©xico, de CentroamÃ©rica y de SudamÃ©rica. Todos con el mismo perfil: jÃ³venes de entre 17 y 24 aÃ±os, educados y catÃ³licos. Un instructor hizo algunas reflexiones que AarÃ³n no recuerda con exactitud. â��Nos decÃa algo asÃ como: somos soldados de Dios, tenemos que luchar contra el socialismo, vamos a construir el reino de Dios en la tierra, vamos a prepararnos para tomar el poderâ�?. La segunda actividad fue el desayuno que iniciÃ³ con la bendiciÃ³n de los alimentos. â��Uno de ellos dijo: â��SeÃ±or dales pan a los que tienen hambre, y a los que tenemos pan, danos hambre y sed de justiciaâ��â�?. Al mediodÃa, el adiestramiento fue mÃ¡s pesado. â��Nos hicieron recorrer 500 metros pecho tierra. Nos pusieron a correr grandes distancias y marchar con un ritmo muy intensoâ�?, seÃ±ala. En la tarde tuvieron plÃ¡ticas sobre liderazgo, religiÃ³n y anticomunismo. Y a las 7:00 de la noche rezaron un rosario de 15 misterios, todos de rodillas. Al concluir el primer dÃa uno de los lÃderes les advirtiÃ³: â��No deben comentarle a nadie esto. Ni a sus padres, ni a sus hermanos. Nuestra preparaciÃ³n tiene que ser en secreto. GobernaciÃ³n tiene infiltrados en todas partes. Nosotros tenemos una misiÃ³n con el SeÃ±or. Si nos descubren, nos matanâ�?. AarÃ³n recuerda que esa noche fue una de las peores de su vida. â��EstÃ¡bamos dormidos y como a las 4:00 de la maÃ±ana nos despertÃ³ un ruido estruendoso. Eran balazos y sirenas por todas partes. Se oÃa cÃ³mo se quebraban los vidrios y caÃan al sueloâ�?, platica. â��Yo me levantÃ© corriendo y me refugiÃ© en una pared. Todos corrÃan en todas las direcciones, mientras los balazos se oÃan en la calleâ�?. Hasta que de un instante a otro todo quedÃ³ en silencio. â��No se escuchaba nada y nadie se atrevÃa a moverse. Entonces alguien comenzÃ³ a gritarnos con un altavoz: Â¿QuÃ© les pasa, soldados?, Â¡estÃ¡n dormidos!, Â¡Â¿por quÃ© no pusieron una guardia?, pudieron habernos matado, Â¿no estÃ¡n atentos o quÃ©?, no podemos distraernos, no podemos dormirnos, no podemos descuidarnos, tenemos que estar siempre alertas, Â¡tenemos una misiÃ³n en la Tierra!â�?. Esa voz les ordenÃ³ hacer filas de inmediato, uniformados en calzoncillos, en la madrugada, con un frÃo terrible. En eso apareciÃ³ un joven quejÃ¡ndose, con un brazo roto. â��Se habÃa arrojado del segundo piso durante la supuesta balacera, y los jefes lo premiaron por esa acciÃ³n heroica y de gran valorâ�?, platica Soto. Al amanecer, AarÃ³n Soto quiso escaparse. â��Todo aquello rompiÃ³ con mi estructura mental: yo me dije â��no creo que Dios quiera todo esto. No creo que esta sea la forma de defender a Diosâ��â�?, comenta. Pero finalmente se quedÃ³ hasta el final. El dÃa de la clausura llegaron lÃderes de todo el paÃs. Esa maÃ±ana, desde la formaciÃ³n, AarÃ³n conociÃ³ a varios personajes que jamÃ¡s habÃa visto en su vida. â��Uno de ellos era un hombre maduro muy serio, y otro era un hombre de barba y con escaso pelo. Los dos parecÃan ser importantes. Ahora sÃ© que uno de ellos era ElÃas Villegas -el mecenas del PAN en Guanajuato- y el otro era Luis Felipe Bravo Mena, el presidente nacional del PANâ�?, dice AarÃ³n, muy seguro. â��Me puedo equivocar, pero no lo creo, esos rostros se me quedaron muy grabadosâ�?. Juramento De regreso a casa, le llegÃ³ la hora del juramento. La organizaciÃ³n decide â��juramentarâ�? a un aspirante cuando considera que ya estÃ¡ adoctrinado y comprometido como para conocer los secretos. â��Un dÃa Pablo me dijo: â��vamos a ir a una ceremonia muy especial y tienes que ir con ropa nuevaâ��â�?, platica. â��Ese dÃa tomamos un taxi para ir a un departamento localizado en el bulevar Hidalgo, a la altura de la Floridaâ�?, comenta. Reflexiona un instante. â��Antes de entrar, Pablo me dijo: â��Es una ceremonia muy bonita donde vamos a hacer nuestro juramento a la encomienda que nos tiene el SeÃ±orâ��â�?. Pablo de la Cruz abriÃ³ lentamente la puerta. â��Todo estaba oscuro; era un sala pequeÃ±a, habÃa incienso y dos velas grandes al frente. Al fondo habÃa una mesa, con un crucifijo y una Biblia. A mi derecha estaban tres hombres de negro y a la izquierda otros tres, no estoy seguro si estaban encapuchados, pero no recuerdo sus caras. Al frente estaban dos hombres, esperÃ¡ndomeâ�?, explica. AarÃ³n caminÃ³ despacio hasta pararse frente a la mesa. â��Todos comenzaron a rezar al unÃsono, casi gritando, y me quedÃ© impresionado. Era una ceremonia para aterrarse. Me pusieron un brazalete con un sÃmbolo rojo y negro. Todos seguÃan rezando con intensidad en la penumbra, hasta que un hombre que estaba adelante me dijo: estÃ¡s aquÃ para jurar fidelidad a la OrganizaciÃ³n Nacional del Yunque. Hasta ese momento entendÃ en dÃ³nde estaba: el grupo se llamaba la OrganizaciÃ³n Nacional del Yunqueâ�?. AarÃ³n sujetÃ³ el crucifijo con una mano y puso la otra sobre la Biblia. â��El hombre que no vi me hizo jurar lealtad a la organizaciÃ³n por encima de mi familia, de mi profesiÃ³n y de mÃ mismo. Me bautizaron con el nombre de un santo, pero no recuerdo cuÃ¡l es. Yo fui repitiendo lo que el hombre me decÃa. No recuerdo exactamente quÃ© decÃa, porque yo estaba asombrado, pero fue un juramento que no asimilÃ©. Desde ese momento me sacudiÃ³ y me pareciÃ³ que no era correctoâ�?, platica. La ceremonia secreta concluyÃ³ y AarÃ³n se retirÃ³ sin verles la cara. Nunca regresÃ³ a la organizaciÃ³n y decidiÃ³ olvidarse de ellos. â��Me iban a buscar y me decÃan â��hiciste un juramentoâ��. Pero yo me escondÃ, me neguÃ© y no volvÃ a verlos. Yo decidÃ que no era mi caminoâ�?. AÃ±os despuÃ©s, AarÃ³n entrÃ³ al PRI y vio a sus antiguos compaÃ±eros entrar al PAN. Y casi veinte aÃ±os despuÃ©s tomaron el poder: estÃ¡n en el Gobierno Municipal, en el Gobierno de Guanajuato y en el Gobierno Federal, como lo tenÃan planeado: Gerardo Mosqueda llegÃ³ a ser el coordinador de Delegaciones de la SecretarÃa del Trabajo del Gobierno Federal; TomÃ¡s LÃ³pez es el director de los Cecytegs de Guanajuato; Alfredo Ling llegÃ³ a ser diputado y senador del PAN; Luis Felipe Bravo es el jefe nacional del PAN; y ElÃas Villegas se mete en la designaciÃ³n de los gobernantes de Guanajuato. Basta decir que aquel oscuro departamento de la calle Hidalgo, donde AarÃ³n Soto hizo su juramento, era propiedad de RamÃ³n MuÃ±oz, el hombre que le habla al oÃdo al presidente Vicente Fox.
Mira també: http://lists.indymedia.org/pipermail/imc-mexico/2003-September/000476.html

"El yunque", un libro revelador que causará revuelo
per Gregorio Martínez Moctezuma	01 mai 2004
Por Gregorio MartÃnez Moctezuma Corresponsal Azteca 21 Ciudad de MÃ©xico. 7 de agosto de 2003. "El oportunismo es la cualidad periodÃstica que cabe destacar en este libro de Ã?lvaro Delgado, reportero de 'Proceso', donde existe un equilibrio entre la literatura y la mÃºsica del lenguaje empleado", seÃ±alÃ³ Rafael RodrÃguez CastaÃ±eda, director del prestigioso semanario, durante la presentaciÃ³n de 'El yunque. La ultraderecha en el poder', realizada esta noche en el Instituto Cultural Domecq ante cientos de personas que acudieron al evento. DespuÃ©s tocÃ³ el turno al senador Felipe de JesÃºs Vicencio, quien hizo una remembranza de sus inicios en la polÃtica partidista y seÃ±alÃ³ que el libro refleja un trabajo periodÃstico riguroso y afanoso, a pesar de sus imprecisiones, y que el resultado general es confiable, ademÃ¡s de que "se volverÃ¡ una referencia indispensable para conocer a El yunque". A continuaciÃ³n, el tambiÃ©n senador Javier Corral aplaudiÃ³ la apariciÃ³n de un libro como este, que "es una investigaciÃ³n que otros reporteros habÃan dejado de lado, aunque ya algo habÃan adelantado al respecto 'Proceso' y 'Reforma', y a pesar de algunas imprecisiones, centralmente es cierto. El libro de Ã?lvaro Delgado es lo mÃ¡s cercano que se ha escrito sobre esa organizaciÃ³n que 'existiÃ³'". Esta Ãºltima afirmaciÃ³n suscitÃ³ un debate al interior de la mesa de presentadores y entre el pÃºblico asistente. Por su parte, Miguel Ã?ngel Granados Chapa asegurÃ³ que el prÃ³logo de Julio Scherer GarcÃa, fundador de 'Proceso', es un valor aÃ±adido del libro y que "El yunque" examina la historia y las vicisitudes de la extrema derecha en nuestro paÃs. AgregÃ³ que el problema de la extrema derecha no es exclusivo de los partidos polÃticos, sino que corresponde a la sociedad entera. "AhÃ estÃ¡ la importancia del libro de Ã?lvaro Delgado: advertirnos de este riesgo presente", enfatizÃ³ el destacado columnista polÃtico y conductor del programa radiofÃ³nico 'Plaza pÃºblica', que se transmite por Radio UNAM. A su vez, el autor del libro expresÃ³ su gratitud al pÃºblico asistente -que soportÃ³ mÃ¡s de dos horas de pie- "a este acto de libertad. Me propuse este trabajo para que se diera la discusiÃ³n. AdemÃ¡s, para mÃ es una celebraciÃ³n triple: por ser mi primer libro, por la mesa y la asistencia envidiables, y por la tercera ediciÃ³n que estÃ¡ circulando y la extraordinaria recepciÃ³n de este discutido tema en MÃ©xico, para contribuir a un proceso en el que todos estamos comprometidos. Muchas gracias". Publicado por Random House Mondadori, bajo el sello Plaza & JanÃ©s, el libro nace del ansia de informar. Su punto de partida es la dÃ©cada de los setenta, para ir reconstruyendo hasta la actualidad el camino que llevÃ³ a miembros de dicha cofradÃa secreta -fundada en el BajÃo- a participar en la toma de decisiones que repercuten en la vida del paÃs. En 'El yunque', asegura Julio Scherer GarcÃa en el prÃ³logo, "no hay juicios de valor. Hay reporterismo puro: personajes de carne y hueso, nombre y apellidos; relatos documentados de escenas y circunstancias reales, y una trama bien hilada". El autor recopilÃ³ los datos que presenta en el libro de documentos que se encuentran en el Archivo General de la NaciÃ³n (AGN) -abierto a la consulta pÃºblica por decisiÃ³n de Vicente Fox desde junio de 2002-, de libros, revistas y periÃ³dicos que se han ocupado del tema a travÃ©s de los aÃ±os. Pero tambiÃ©n parte importante de la informaciÃ³n fue proporcionada al autor por miembros de "El yunque", quienes son mantenidos en el anonimato, protegidos por el secreto profesional del periodista. Ã?lvaro Delgado naciÃ³ en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. EstudiÃ³ la licenciatura en periodismo en la ENEP AcatlÃ¡n, de la UNAM. Ha ejercido su profesiÃ³n en 'El Nacional', 'El Financiero', 'El Universal' y en el semanario 'Proceso', en el que ha sido jefe de informaciÃ³n polÃtica y especialista en asuntos polÃticos.
Mira també: http://azteca21.com/noticias/antes/buena090803-01.html

En torno al asesinato de Pável González
per Petul	01 mai 2004
Ho sento per l'error, al lloc del títol hi hauria d'anar, "En torno al asesinato de Pável González", si algun compa d'Indy ho pugués subsanar li agraïria. Salut

Re: Petul
per adrian garcia agarcia ARROBA uach.mx	15 des 2004
soy periodista de Chihuahua Méxcio...podría ayudarme con el correo electronico de Alvaro delgado autor del libro el YUNKE