Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: altres temes : guerra
solidaridad crítica
01 mai 2004
Ioseba Eceolaza Latorre

Lo acontecido en las últimas semanas en Palestina ha hecho estremecerse al mundo entero. Las imágenes de los preparados soldados israelíes entrando en las ciudades palestinas no ha sido más que otra escenificación de la lucha entre David y Goliat, entre los poderosos y los oprimidos, entre los conquistadores y los conquistados, en fin, entre desplazadores y desplazados.
El asedio a la basílica de Belén, entre otras cosas, ha ayudado a que las máscaras que cubrían el verdadero rostro de Sharon y sus hombres se desvanecieran como los castillos de arena. Si alguien tenía dudas sobre el carácter del mandamás de Israel se habrá dado cuenta, o eso espero, del verdadero carácter hitleriano del presidente de Israel. Y digo hitleriano porque, yo no tengo ninguna duda en calificar estos hechos como de limpieza étnica u holocausto.

La crueldad y la mala fe de los soldados israelíes ha sido la nota dominante en la mayoría de las noticias que hemos podido ver aquí. Ya que no sólo se han limitado a detener a presuntos activistas palestinos, que se ha traducido en la detención de la mayoría de hombres de entre 18 y 50 años, sino que todos hemos podido ver cómo las tanquetas y excavadoras han destruido todo lo que estaba a su paso, por ejemplo coches privados de los ciudadanos y coches oficiales de la ANP, y lo que es peor, las casas de los asediados y agredidos ciudadanos.

Me pregunto dónde están los derechos humanos del pueblo palestino, dónde están los acuerdos internacionales sobre este tema, dónde están los derechos jurídicos y de defensa que ampara a cualquier detenido. También me pregunto dónde está la comunidad internacional, dónde se esconden los países que con tanto entusiasmo amparan la libertad duradera, dónde están esos tertulianos que claman al cielo cuando se da una violación de los derechos humanos en España. Dónde están los demócratas de toda la vida. ¿En qué están ocupados los que trabajan en el tribunal internacional?

Son ya demasiados los ejemplos, innumerables, en los que la comunidad internacional no ha hecho absolutamente nada para que finalice una matanza y una violación de los derechos más elementales, tanto como pueblo como individuales, son ya demasiadas las veces que se denuncian estas cobardes actitudes. Lo que demuestra que los mandatarios mundiales no se toman en serio sus propios acuerdos ni sus propias palabras ni declaraciones.

Esta situación extrema en la que está viviendo la ciudadanía palestina no tiene que hacer que las gentes de izquierda perdamos el criterio y el rigor a la hora de realizar una reflexión en torno al conflicto palestino israelí.

Es decir, en la tradición de la izquierda se ha cometido un grave error al reflexionar en torno a conflictos internacionales. Se ha tendido a idealizar los movimientos insurgentes y contestatarios contra el poder sin mostrar una especial atención a los métodos utilizados por estos grupos, lo cual no hace sino calificar, por mi parte, está posición como maquiavélica. Se idealizaron a las guerrillas latinoamericanas en la década de los 70 y 80, se idealizó a las guerrillas africanas y asiáticas que luchaban a favor de la liberación nacional y el socialismo real de la Unión Soviética.

En el caso concreto que nos ocupa, se ha tendido a idealizar la lucha del oprimido pueblo palestino, concretamente, a la famosa intifada. El lado más romántico y positivo de la intifada son los grupos de niños enfrentándose a los tanques israelíes con piedras. Pero, en mi opinión, la intifada es algo más global y perverso que la actitud de esos niños.

En primer lugar, cabría preguntarse sobre la conveniencia o no de la participación de esos niños y hacer una reflexión sobre qué es lo que les hace a esos niños jugarse la vida. Es decir, es necesario preguntarse si les mueven motivaciones de tipo ideológico o de supervivencia o motivos de otro tipo. Ya que están expuestos a la manipulación y utilización. Además, un niño de corta edad no sabe calibrar la desproporcionalidad de las fuerzas enfrentadas (tanque contra un débil chaval), ni sabe todavía menos qué es lo que conlleva esa lucha que él está llevando a cabo.

La lucha (armada) del pueblo palestino no se queda en el inocente lanzamiento de piedras, sino que trasciende a un estadio de la lucha armada mucho más criticable que el anterior. Son numerosos los civiles israelíes que han sido asesinados por los mártires palestinos, son numerosos los presuntos chivatos que han sido ajusticiados en las calles de las ciudades palestinas. Y la izquierda no puede ni debe mirar para otro lado ante estos hechos, que, por los menos, moralmente son condenables.

A mi entender, el bagaje más positivo que tiene la izquierda son sus valores humanos y solidarios. Es por ello importante que en las actitudes tengamos siempre presentes esos valores, que imprimen singularidad a esa posición de izquierdas.

Además, estos ataques a la población civil no ayudan para nada a una salida cuanto menos positiva para las legítimas aspiraciones palestinas. Y añaden más sufrimiento en el justo y necesario camino hacia la paz.

No todo vale contra los conquistadores y contra los asesinos. El terror contra el terror reproduce el terror. El enemigo de mi enemigo no tiene porqué ser mi amigo. A propósito del ojo por ojo Gandhi expresó que "ojo por ojo y el mundo se queda tuerto".

La irracional lucha armada del pueblo palestino, además, da excusas a Sharon y Bush para continuar con su gran crimen. La violencia extrema ejercida tanto por israelíes como por palestinos (y no intento hacer una simetría ya que la violencia de estado que se realiza en nombre de una población, material y moralmente, es más grave) deja demasiadas secuelas en la sociedad civil.

Es necesario que la izquierda adopte también una actitud crítica ante la utilización de la irracional e indiscriminada violencia por parte de grupos insurgentes, por muy de liberación que sean.

Se tiene que impulsar una pensamiento dirigido a la socialización del diálogo y la desobediencia civil y no una postura de celebraciones ante actos violentos contra el estado agresor. El símbolismo y el significado de actitudes como las del sindicalista de EHNE Paul Nicholson deben servir de modelo en la lucha contra la injusticia y la agresión contra un pueblo harto ya de tanto sufrimiento.
Mira també:
http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/20020508/opinion/d08opi0203.php

This work is in the public domain

Comentaris

Re: solidaridad crítica
02 mai 2004
coincido mucho con eso de buscar sus aliad@s no por pueblos, sino por individuos.
lamentablemente, muchos de los grupos palestinos hoy en dia han renunciado a una idea emancipativa mas alla de crear otro estado capitalista. incluso ha renunciado al laicismo, lo que veo muy grave en cuanto a las mujeres, homosexuales, a cualquier pensamiento libre. estoy muy en favor de respaldar a todo elemento emanzipativo dejando fuera la custion de nacionalidades que no es lo esencial y nunca debe ser el eje orientativo de la izquierda.
Re: solidaridad crítica
10 jun 2004
Agradezco la adhesión a este artículo. Las razones por las que lo escri´bí hace ya algún tiempo son varias;

Por un lado, la elemental crítica a los abusos de los gobernantes de Israel (no de todo el pueblo de Israel), matizo esto por que en esta idea reside la principal equivocación.
subrayar que la pasividad de la comunidad internacional que basa los planes de paz en grandes conferencias donde se vende humo que en acciones concretas sobre el terreno. Es decir yo creo que, tendremos que arrepentirnos en esta generación no tanto de las acciones de la gente perversa sino de los pasmosos silencios o de las sangrientas incoherencias que se dan.

La segunda razón central que argumento es la necesidad de ser más fuertes en nuestro análisis y en nuestro bagaje ético, en tanto que somos gentes de izquierda.
En los momentos de rectificación que vivimos, el pensamiento de la izquierda se alza como pilar indispensable para la sociedad, pero sin un cuerpo ético fuerte no será nada, o así lo considero yo, inspirándome en la idea del Che sobre el hombre nuevo.

La historia a demostrado que de poco vale un cambio de sistema, por complejo que sea (capitalismo/comunismo) si no se da el nacimiento de una nueva tipología de ciudadanía. Ya hemos vestido que en la mayoría de los sistemas comunistas el machismo, el racismo y actitudes de este tipo eran demasiado comunes.

Y sobre todo lo que he intentado era romper un mito de la resistecia palestina. No todo vale contra los tiranos.

Un saludo
Sindicato Sindicat