El inicio de nuestra época ha venido marcado por acontecimientos e ideas que en algún momento fueron capaces de marcar un punto de inflexión decisivo en la historia. Una de esas ideas que han fecundado nuestros días surgió, tan escueta como feliz, hace más de doscientos años: la Enciclopedia. Hoy, despuntando el siglo XXI, el movimiento enciclopedista reta a cada ciudadano de la red a hacer realidad la vieja idea matriz que impulsó en el pasado a hombres como Diderot: dar acceso libre al conocimiento humano. En esta ocasión la tecnología hace posible llamar a cada ciudadano a convertirse en miembro de una comunidad libre que se propone construir la mayor obra enciclopédica en nuestro idioma jamás conocida. Se trata de la Enciclopedia Libre en Español (http://enciclopedia.us.es).

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¿Alguna vez ha imaginado una enciclopedia donde encontrar la historia del coleccionismo de tarjetas postales? Esa enciclopedia existe.

¿Ha pensado alguna vez en una enciclopedia que incluya artículos históricos tanto sobre las guerras napoleónicas como sobre la movida madrileña y la Champions League? Esa enciclopedia existe.

¿Busca usted conocimientos sobre folclore zulú, los últimos atentados del 11-M en Madrid o distintas clases de salsa de tomate? Sí, también existe.

¿Imagina usted una enciclopedia cuyos redactores en vez de ser decenas de personas pueden ser miles? Ajá, existe.

¿Piensa en una enciclopedia donde los acontecimientos de actualidad (la guerra de Irak, las elecciones generales, el juicio a Michael Jackson) pueden ser incluidos en el mismo momento en que ocurren? Ya es una realidad.

¿Conoce usted una enciclopedia donde los errores u omisiones pueden ser corregidos por usted mismo? No hay problema.

¿Sabe usted de una enciclopedia donde, si falta un artículo sobre un área del conocimiento, cualquiera, incluso usted, puede redactarlo? Ya existe.

¿Conoce usted una enciclopedia donde todo esto, además, sea publicado de forma libre y gratuita para que todos accedan al conocimiento, puedan usarlo y modificarlo en cualquier momento según la licencia GPL? Esa enciclopedia existe.

La Enciclopedia Libre en Español (http://enciclopedia.us.es) trata de que esto se haga realidad y para ello cuenta no con enormes medios e infraestructuras tecnológicas, sino con algo aún más imprescindible: una comunidad de voluntarios que aportan sus pequeños conocimientos particulares para formar un inmenso repositorio de conocimientos a disposición de todos los que lo necesiten. Una comunidad libre, descentralizada, donde cada uno aporta lo que puede y lo que quiere, donde no se censura la información incómoda para el poder, donde no hay jefes incontestables sino que un funcionamiento totalmente comunitario y consensuado. Esta es la Enciclopedia Libre en Español, un viejo proyecto de la era de la Ilustración a la altura y con los medios de nuestra época.

El concepto de una Enciclopedia Libre nace como contraposición al dominio del conocimiento que hasta ahora quedaba en manos de las grandes instituciones editoriales con dinero y recursos suficientes para emprender obras de la magnitud de la Enciclopedia Británica u otras similares. No estaba al alcance de muchos el poder contratar a decenas de expertos que estuvieran documentándose y escribiendo artículos durante años, pagados por instituciones que, de igual manera, hacían grandes gastos en la impresión y distribución de la obra terminada. Esas instituciones, además, ligadas a los poderes políticos y económicos del momento, estaban abocadas a ofrecer una visión sesgada u oficializante de los acontecimientos de la historia o de la actualidad. En suma, la difusión del conocimiento no era totalmente libre.

La tecnología wiki, en la que se basa la Enciclopedia Libre en Español, permite por vez primera dejar esta labor en manos de una comunidad libre e irrestricta de personas de diversos orígenes y ocupaciones, pero unidos en torno a la idea central de que -citando a uno de los enciclopedistas- “nadie debería tener que pagar dinero por conocer cuáles son las características arquitectónicas del arte románico�

Este nuevo movimiento enciclopedista lleva mucho más allá la liberación del conocimiento. Las antiguas enciclopedias están fundadas sobre la redacción de un núcleo de expertos. Las enciclopedias libres, como entidades sin poder económico para contratar gurús redactores han decidido aprovechar ventajas propias de las economías de escala.

En primer lugar queda desacralizada la idea del macro-experto en que se basan las enciclopedias tradicionales y se acude a la figura abundante, dinámica y pujante del micro-experto. Las enciclopedias libres están construidas sobre este nuevo ser que puede considerarse, si se me permite la expresión, totalmente vulgar. El macro-experto es catedrático de historia antigua en Salamanca y se especializa en el Imperio Romano, sobre el cual escribe diversos artículos eruditos e incontestables sobre su campo de conocimiento. Por su parte, el micro-experto puede ser abogado, aficionado a los crucigramas, traductor, estudiante del primer año de económicas o lector compulsivo de comics japoneses y especializarse en poesía de José Hierro, o de la juventud de José Hierro o en un solo libro de poemas de José Hierro, o en el desarrollo de la marquetería en el siglo XIX, o ser un erudito en coches americanos de los años 1950s, o versado en música hip-hop mexicana, o un sabio del cine de Kubrik, o incluso saber únicamente como se llamaba la mamá de Kubric. He aquí la esencia de los micro-expertos: el conocimiento del micro-experto no es tan abarcante como el del macro pero sí es más variado; la cantidad de micro-expertos es abrumadoramente mayor que la de macro-expertos y por tanto la suma del trabajo de todos aquellos supera al de éstos. Pero la implicación más importante de esta forma de concebir la enciclopedia consiste en que todos somos expertos en alguna cosa, sea esta grande o pequeña. Hay personas que saben de memoria los premios nobel de quimica y hay otros que son capaces de recitar la alineación de la selección argentina de futbol cuando ganó su último mundial. Esa es la riqueza de los micro-expertos: son variados y son muchísimos, si alguno deja un hueco sin cubrir ya vendrá otro que pueda rellenarlo. Es decir, no todos saben todo pero sí todos saben algo y entre todos saben todo.

Se puede pensar que tantas personas colaborando esporádicamente, sin líderes supremos, sin redactores jefe... solo pueden producir el caos. Se sorprenderían de ver de qué manera una comunidad libre es capaz de auto organizarse y funcionar armónicamente. La comunidad ha desarrollado unas políticas para que la enciclopedia pueda ser tomada en serio. La más importante de estas políticas se conoce como Punto de Vista Neutral y nos recuerda que se trata de una enciclopedia, no un panfleto. Aunque aquí nos parezca un poco inasible esto de la visión neutral de las cosas, la enciclopedia lo ha definido claramente en sus páginas introductorias aunque reconoce que la neutralidad total es algo imposible en tanto que se trata de una categoría subjetiva. No obstante, es más relevante el resultado práctico de aplicar esta política que su enunciación meramente teórica.

Otra de las preocupaciones de la enciclopedia es asegurar la calidad y validez de la información y para ello, ya que carece de grandes macro-eruditos, se basa en el pilar de validación del conocimiento en la comunidad científica actual: la revisión por iguales. Es decir que mi trabajo no es revisado y validado por un redactor erudito de rango superior al mío sino por centenares o miles de redactores iguales a mi. El resultado inmediato de esto es que cualquiera (repito: cualquiera) puede revisar mi trabajo, advertir incorrecciones o carencias en él y modificarlo en cualquier momento y sin pedirme permiso. Mi trabajo está expuesto a ser juzgado y perfeccionado por cualquiera que vea en él un fallo o falsedad o falta. La revisión por iguales no supone una corrección a mi trabajo sino miles de correcciones. De esta manera, el tiempo ayuda a que el contenido de la enciclopedia se vaya depurando y perfeccionando.

Al día de hoy, la Enciclopedia Libre en Español tiene muchas carencias. Muchos artículos no están terminados y otros sólo están esbozados. Aun así contamos con más de veinte mil artículos. La comunidad está formada por latinoamericanos y españoles pero, por el momento, hacen falta más micro-expertos de todos los países: hacen falta bolivianos que escriban de historia de Bolivia, paraguayos, peruanos, argentinos... que vayan rellenando los espacios vacíos en la enciclopedia con artículos sobre diversos aspectos de sus países. A largo plazo, la Enciclopedia Libre en Español saldrá adelante si es alto el numero y variedad de personas que escriben para ella. ¿Tiene alguna afición o conocimiento usual o inusual? Es posible que no exista aún un articulo al respecto y usted pueda escribirlo. Y si no puede escribir un artículo entero puede escribir parte de un artículo, o incluso una sola línea o incluso corregir la ortografía de algún texto. Siempre habrá algo que pueda aportarse porque, recuerde, todos somos micro-expertos en alguna cosa. Y si no puede aportar nada, recuerde, se trata de una enciclopedia y la gente no solamente escribe enciclopedias sino que también las utiliza para consultar datos. Es gratuita y es libre y está bajo la licencia GPL.

Día a día vamos llevando más lejos el sueño ilustrado de los primeros enciclopedistas que encendieron la chispa de la Revolución Francesa pero hoy contamos con el Internet, con computadoras que nos hacen más fácil congregarnos en torno a la idea de que el conocimiento tiene que ser liberado y ser puesto al alcance de todos, no encerrado bajo términos restrictivos como el copyright de las enciclopedias tradicionales. Por eso la Enciclopedia Libre en Español es copyleft. En realidad es el mismo sueño, el mismo, pero esta vez todos estamos invitados a participar de él. Ustedes también lo están.

Sólo tienen que visitar la Enciclopedia: http://enciclopedia.us.es

A. Condori

a: La Enciclopedia Libre en Español, alojada en la Universidad de Sevilla, nace en 2002 como escisión del proyecto Wikipedia, localizado en Norteamérica, en rechazo a tendencias empresariales y censuratorias consideradas poco adecuadas para un proyecto libre y no lucrativo. (Véase: El porqué de estar separados) Se considera un proyecto hermano y se comparten los artículos pero no se comparten sus planteamientos.