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Anàlisi :: educació i societat
«Welcome Lenin»
15 abr 2004
"La rueda de la historia da vueltas de nuevo. Ya sabes Vladimir lo que eso significa, el género humano le debe otro golpe a la historia" Negu gorriak.
Sorprendente título para un año como éste, 80 aniversario de la muerte de Lenin y a cerca de 14 años del fracaso histórico de la experiencia del socialismo real (apenas una caricatura) simbolizada en la caída del muro de Berlín, urge hacer una lectura actualizada del pasado pero sin nostalgias, ni ortodoxias, con futuro.

Si últimamente nos hemos acostumbrado a ver en las carteleras de cine títulos como "Good bye Lenin"? o "La flaqueza del bolchevique" y artículos pésimos en diarios de tirada estatal como "El País" en este 80 aniversario es importante desde la izquierda alternativa volver a recuperar ciertos elementos de la política estratégica que aparecen en el pensamiento (y en la acción) de Lenin, en estos momentos (aún) de resistencia sí pero por primera vez en la historia de "resistencia global".

Pues bien desde la caída del muro de Berlín el mundo profetizado por la "Bruja Avería" (metáfora del neoliberalismo) en aquella mítica serie televisiva de los años 80, la "Bola de Cristal", es hoy una realidad. Mercantilización universal, desmantelamiento del Estado social, destrucción del pacto salarial keynesiano, deslocalización industrial y ausencia de alternativas políticas y programáticas a la izquierda del social-liberalismo y por tanto de crisis de los proyectos emancipadores.

En este artículo se partirá de la base de la necesidad de organizarse políticamente y de la lucha política, de la política entendida como arte estratégico para los momentos propicios y los eslabones débiles, para la transformación radical de la sociedad y de la necesidad de una revolución social y política entendida como autoemancipación colectiva.

Aunque es difícil ser o llegar a ser revolucionario en una época de no actualidad de la revolución, no hay que olvidar que una estrategia revolucionaria implica tácticas reformistas o mejor dicho que reforma y revolución se enlazan con "programa de transición". Otras gentes hablan de rebeldía, bienvenida sea, caminando nos encontraremos pero un nuevo (algo viejo por otra parte) socialismo utópico no creo que esté a la altura de los tiempos que enfrentamos. Fourier, Owen, Cabet, Saint Simon, Weitling reaparecen en la escena por la puerta de atrás. Podemos oponer contrapoderes al poder coercitivo del Estado, incluso podemos ignorar el poder, él no nos olvidará (Chile 1973, Chiapas 1994-2004, Argentina 2001, Bolivia 2003, etc.). Una estrategia de contrapoder no tiene sentido más que en la perspectiva de una "dualidad de poder" y de su desenace: ¿quién ganará?.

Estas breves notas pretenden alentar contra la "ilusión política" propia de la socialdemocracia histórica y su actual viraje social-liberal o de los partidos comunistas estalinistas o ahora socialdemocratizantes que hacen del Estado burocrático la encarnación del universal abstracto ( "El Estado no vale para todo" escribe Marx en sus notas de 1848 sobre la filosofía hegeliana del Estado) ; y también contra la "ilusión social" libertaria de una política sin partidos, una política sin política que se traduciría en un seguidismo sin proyecto hacia la espontaneidad de los movimientos sociales o a la peor forma de vanguardismo individualista y elitista o finalmente, a una renuncia de la política en beneficio de una postura ética o estética.

Aquí es donde Lenin entra en juego. Es necesario volver a pensar estratégicamente la política, también Lenin merece una imagen diferente a la de un vulgar teórico del golpe de Estado o a la de un arquitecto de la organización política cuyas premisas llevarían inevitablemente a la degeneración burocrática cuya encarnación sería la contra-revolución estalinista. Aspectos destacables de las ideas sobre la organización política alternativa como dispositivo estratégico central :

* El partido como "caja de cambios": el partido tiene la función de estar a la escucha, descifra en el campo político la manera a través de la cual se manifiestan las contradicciones sociales y económicas ( y también de otro tipo: culturales, sexuales, ecológicas, etc) bien en una lucha estudiantil o electoral o en un acontecimiento internacional que se revelan como síntomas de una crisis global latente de las relaciones sociales así como de aquello que constituye el acontecimiento político.

* El militante de una organización política alternativa como "tribuno de la plebe" que interviene en todos los sectores sociales donde se enlazan esta multiplicidad de contradicciones.

* La "forma partido" permite intervenir en el campo político, luchar sobre el terreno de lo posible y no sufrir los flujos y reflujos de la lucha de clases. Las críticas que desde algunos sectores se hace de la "forma partido" enmascaran la incapacidad de discutir seriamente la crisis de contenidos programáticos y justificar el grado cero del pensamiento estratégico. La lucha política toma necesariamente la forma de lucha de partidos.

* Los movimientos sociales producen política pero una política sin partidos corre el riesgo de reducirse a una "política sin política": lobby de lo social sobre los políticos profesionales en las antípodas de la socialización de la política y su desprofesionalización a la que creo aspiramos; la "representación" política en Lenin aparece según las reglas inspiradas en la Comuna de París de 1871: para limitar la profesionalización de la política un salario de los electos idéntico al del obrero cualificado, responsabilidad y revocación de los diputados electos para los órganos del Estado, etc. Esta postura no se reduce al mandato imperativo que reduciría la representación a la suma corporativa de intereses particulares y locales sin síntesis posible.

* La reflexión sobre el funcionamiento democrático de la formación política, no se deduce sólo de la "forma partido" sino de toda organización inmersa en una sociedad caracterizada por la división social del trabajo y sobre todo por la división del trabajo manual e intelectual. Es la tendencia general de las sociedades modernas a la "burocratización" (Weber, R. Michels, etc.)

* También hay condiciones nuevas en el tiempo presente : el principio de independencia de las organizaciones de masas en relación a los partidos; el pluralismo interno (institucionalizado por derechos para las minorías y reglas estatutarias), el pluralismo de partidos revolucionarios (clase social y expresiones políticas variadas) que aparece con el "programa de transición" de 1938 que dió origen a la IV Internacional, la experimentación descentralizada pero sin olvidar "momentos de centralización", la socialización de los antiguos monopolios de poder informativos mediante internet, la posibilidad de convocar acciones de vanguardia en red o "difusa" mediante nuevas tecnologías (ej. de la "noche de los mensajes cortos" mediante SMS de teléfonos móviles, el día 13-Marzo del 2004, día de reflexión electoral frente a las sedes del PP que posibilitó la victoria electoral del PSOE).

* Distinción entre partido y clase (político y social): se vuelve posible gracias a la relación de uno con otro "la representación de lo social en la política". Lenin rechaza mezclar el problema de las clases y el de los partidos. La lucha de clases no se reduce al antagonismo obrero-patrón, sino que confronta a la clase capitalista entera al nivel de la reproducción de conjunto (Libro III de El Capital).La política tiene su gramática y sintaxis propia no se reduce a la lucha económica. Es el lugar de elaboración, representación, aparición, donde se trata de aprehender aquello que está ausente.

* El partido es un vector privilegiado de la expresión política de la "crisis revolucionaria": liga táctica y estrategia en un tiempo denso, con nodos, rítmico con flujos y reflujos (kairos). No es el tiempo lineal, homogéneo y vacío del progreso y la paciencia electoral, del "camino del poder" o la "acumulación pasiva de fuerzas" del "socialismo fuera de tiempo"que defendía Kautsky . El partido es el elemento de continuidad de las fluctuaciones de la conciencia colectiva. Es un organizador de diversos tiempos con la condición de un pensamiento estratégico que sobrepasa el horizonte inmediato de la táctica política del día a día, del paso a paso sin principios (del "movimiento lo es todo, el objetivo final nada" que diría Bernstein combatido por Rosa Luxemburgo).

* La "crisis revolucionaria" en ciertas ocasiones excepcionales y particulares, el Estado se vuelve vulnerable, el equilibrio de fuerzas se torna crítico, no importa cuando "todo desorden de ritmos produce efectos conflictivos. Desajusta y perturba. Puede producir un agujero en el tiempo, seguido por una invención o una creación. Acontece, individual y socialmente, pasando por una crisis" (H. Lefebvre). "Meses de revolución educan mejor y más completamente a la ciudadanía que decenas de años de marasmo político" (ver prólogo a la "Historia de la revolución rusa" L. Trotski )

* La "crisis revolucionaria" es pluritemporal, en ella se combinan distintos tiempos. La política se ve moldeada por ritmos y relevos.¡Saltos, saltos, saltos! Ruptura del gradualismo evolucionista, escribía Lenin en los márgenes de la Lógica de Hegel El arte de la consigna es un arte del momento propicio: "escribo estas líneas al anochecer del 24 de Octubre de 1917. La situación es crítica hasta el último punto. Está claro que retrasar la insurrección es la muerte. Todo se sostiene por un hilo". Hay que actuar, "esta tarde, esta noche".

* ¿Qué es la "crisis revolucionaria"?: Lenin no da una definición precisa. Enumera antes sus condiciones algebraicas generales: cuando los de arriba ya no pueden...; cuando los de abajo ya no quieren...; cuando los de en medio dudan y pueden cambiar de campo. Estas tres condiciones son indisociables. Movimiento social que profundiza y crisis política de dominación ("crisis orgánica" Gramsci) cuya forma es una crisis "nacional". ¿Destruir el Estado burgués y substituirlo por qué? : "dualidad de poder" inherente a la situación revolucionaria sólo puede tener un desenlace victorioso si ciertas funciones vitales (abastecimiento, transportes, seguridad) del Estado paralizado son asumidas por órganos nuevos, más democráticos y eficaces (comuna de París 1871, Soviets 1917-8). Estos órganos son creaciones originales de la propia lucha, sin normas o modelos preestablecidos. Pero para que una crisis desemboque en victoria falta el cuarto elemento: un proyecto y una voluntad política capaces de decidir el instante crítico entre varios posibles. El partido es una pieza central del dispositivo estratégico.

* Por último, Lenin distingue: "principios de organización" ligados a las condiciones generales de lucha sobre el capital y "sistema de organización" variable según condiciones concretas de legalidad, represión o desarrollo sin perder el hilo conductor de los principios en el laberinto de las oportunidades.


Carlos Sevilla, 26/2/2004
Mira també:
http://www.espacioalternativo.org/node/view/341

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