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Notícies :: corrupció i poder : criminalització i repressió
Libertad para Laura Riera y basta ya de violencia y de terrorismo policial y judicial en España
13 abr 2004
Petición para la inmediata liberación de Laura Riera y para que se depuren responsabilidades penales contra los responsables policiales y judiciales que han diseñado campañas de criminalización contra ciudadanos y colectivos alternativos. Basta ya de terrorismo de estado y de intoxicación informativa. Denuncia internacional.

Solicitamos que el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia active una investigación interna para depurar responsabilidades, a la vez que se pone en libertad a la detenida y acusada injustamente Laura Riera.

Es un hecho probado que son falsas las acusaciones contra Laura Riera. En consecuencia se debe liberar a la ciudadana Laura Riera, procediéndose a indemnizar a esa persona por el tiempo que ha permanecido encarcelada y acusada sin fundamento y sin pruebas.

Consideramos sumamente cruel el trato recibido por ella y sus familiares, estimando lógico que nuestra entidad cívica y cultural emprenda las oportunas acciones para que los responsables intelectuales y materiales de los malos tratos y de las falsas acusaciones comparezcan ante la justicia y ante los organismos internacionales dedicados a velar por el cumplimiento, respeto y desarrollo de los Derechos Humanos.

España figura como un país cuyo gobierno desarrolla de forma sistemática la tortura, así como campañas de intoxicación y manipulación tendentes a la criminalización de ciertos colectivos y personas del movimiento alternativo.

No se puede tolerar ni permitir que las fuerzas de seguridad del estado desarrollen actividades terroristas, criminales, genocidas y claramente delictivas.

Sirva el presente escrito para que el nuevo gobierno del Sr. Zapatero emprenda las iniciativas parlamentarias y judiciales pertinentes para identificar a los responsables de las falsas acusaciones y encarcelamiento de la militante de CGT Laura Riera, así como se inician investigaciones independientes para identificar y expulsar a los miembros de las fuerzas policiales que desarrollan actividades propias de grupos terroristas.

Indicar que nuestra entidad ha solicitado la participación y concurso de las entidades internacionales para supervisar y controlar la acción de la justicia y el comportamiento policial, dada la nula credibilidad y comportamiento delictivo que esos estamentos han desarrolado en numerosas ocasiones contra ciudadanos y personas.

Esperamos y deseamos que el nuevo gobierno proceda a depurar de indeseables, torturadores y criminales las fuerzas de seguridad del estado, así como procede a la expulsión de aquellos jueces y fiscales que colaboran en las campañas de violencia policial contra ciudadanos indefensos.

Acabar con la violencia del signo que sea es una obligación ineludible e inaplazable que el nuevo ejecutivo no puede olvidar ni abandonar, pues en los últimos años el Partido Popular ha emprendido verdaderas cruzadas y cacerías contra personas inocentes, manipulando e inventando pruebas y comprando medios de comunicación, situaciones y hechos que vamos a denunciar para que los responsables sean debidamente procesados y castigados judicialmente.

Consideramos urgente que el Sr. Zapatero emprenda acciones constantes para la total depuración de terroristas, genocidas y criminales que actualmente diseñan campañas de intoxicación, torturas y manipulación (cuando no creación) de pruebas falsas.

Valencia, 13 de abril de 2004

Cercle Obert de Benicalap
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro




Antonio Marín Segovia
Presidente

CGT denuncia el montaje policial contra Laura Riera
Hace más de dos años que la Guardia Civil detuvo en Terrassa (Barcelona) a Laura Riera, afiliada de la CGT y perteneciente a diversas asociaciones sociales de dicha localidad, acusada de "prestar ayuda decisiva para la realización de atentado" en la persona del concejal del PP de Viladecavalls (Barcelona), asesinado por ETA el 13 de diciembre de 2000.

A unos días del juicio, nos preocupan mucho las dificultades que está teniendo Laura para poder preparar su defensa, con las garantías que todo estado civilizado y de derecho debe asegurar a sus ciudadanos y que comienzan en la presunción de inocencia mientras no se demuestre lo contrario. Vamos a explicar por qué creemos en la inocencia de nuestra compañera Laura Para ello, nos hemos de trasladar al día de su detención el 24 de Agosto de 2001.

Desde las 5 horas de la madrugada, un contingente de la Guardia Civil tiene acordonada la zona donde vive, están registrando su domicilio, Laura no está allí pero sí una compañera con la que comparte piso. A pesar de ver el despliegue policial, Laura que no tiene nada que ocultar ni nada que esconder y venía de las fiestas de Sants en Barcelona, al entrar en su domicilio se identifica a los agentes de la Guardia Civil; no hay ninguna orden de detención contra ella.

A las 11 horas de la mañana se le comunica que queda detenida, la esposan y le ponen una bolsa de plástico en la cabeza, se la llevan sin decir dónde, le incautan el disco duro de un ordenador que hay en su casa, libros y disquetes. Tras 6 horas de minucioso registro no han encontrado nada: no hay bombas, no hay pistolas, nada que demuestre que Laura es una "persona peligrosa". Nadie firmó un inventario de lo que incautaron. Mientras, familiares y amigos empiezan un vía crucis para localizarla.

Preguntas: Si no se ha encontrado nada en el registro ¿quién da la orden de detenerla y por qué no tenía orden de detención desde el principio? ¿por qué no huyó al ver a la Guardia Civil en su domicilio si estaba implicada en delitos tan graves? A pesar de la falta de pruebas palpables, le aplican la Ley Antiterrorista. Esta ley, cuya aplicación ha sido fuertemente criticada por organismos como Amnistía Internacional, la Comisión de Derechos Humanos de la o­nU, y otros entes nada susceptibles de estar relacionados con actividades ilícitas; muchos son los casos de torturas físicas y psíquicas que se producen durante el periodo de incomunicación.

Los familiares de Laura solicitan que se le aplique el "Habeas Corpus", para que pueda declarar ante el juez sin dilatar el tiempo, ya que Laura padece de epilepsia y necesita tomar medicación, sin la cual puede entrar en una crisis que haga peligrar su vida; ni siquiera se molestan en contestar negativamente a tal petición. La angustia, preocupación e indignación se apoderan de los familiares y amigos. Dicen que estamos en un estado de derecho donde se presupone la inocencia; sin embargo, a Laura en las pocas horas que lleva detenida parece que ya la han condenado.

La indefensión de Laura es manifiesta: le han sido abolidos todos sus derechos, no le permiten la asistencia de ningún letrado, está completamente incomunicada, se le impide dormir, comer, beber, tomar la medicación.... está en manos de unas personas que saben cómo conseguir una declaración que incluso se molestan en escribir. Sólo quedará que Laura la firme, que lo llamen "confesión" y, con esto la lleven ante el juez.

Tras cinco días en comisaría, por fin la llevan a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional, Sr. Garzón, en un estado lamentable tras la incomunicación a la que ha sido sometida; éste hace caso omiso y da por válidas declaraciones que han sido arrancadas sin las mínimas garantías de respeto a los derechos humanos. Después de cinco días de detención. Laura conoce a su abogado de oficio.

Laura llega ante del Juez Garzón con mechones de pelo arrancados, con hematomas en diversos puntos del cuerpo; su aspecto no era el de haber recibido un trata correcto, más bien hacia presuponer todo lo contrario, pero eso no importa: había firmado una declaración en comisaría. Un "gran éxito" para que el ministro de turno pueda presentar ante los medios de comunicación.

Laura Riera trabajaba como contratada eventual en el Ayuntamiento de Terrasa . La acusación que le hicieron en un primer momento, de haber accedido desde su ordenador y de haber suministrado la matrícula del coche del concejal de PP al comando de ETA que lo asesinó, cayó por tierra al día siguiente de su detención. El mismo ayuntamiento, según declaraciones del alcalde y tras haber realizado un peritaje del ordenador donde trabajaba, demostró que no tenía la posibilidad de acceder a esa información ya que los ordenadores que la contienen están protegidos con claves de acceso. Y Laura no las tenía.

Delante del juez, Laura niega todo lo que le habían puesto en su declaración y que firmó para acabar con la penuria que le estaban haciendo pasar; quería terminar de una vez aunque ello le llevara a perder su libertad. Posteriormente, Laura interpone una denuncia por torturas.

No hay ninguna prueba que la inculpe, ninguna declaración de nadie responsabilizándola de ningún hecho considerado delictivo, sólo existe la declaración en comisaría hecha por la Guardia Civil y que Laura firmó para finalizar con una situación extrema para cualquier ser humano.

Por todo lo anterior, la CGT continúa defendiendo la inocencia de Laura Riera y exigiendo un juicio justo y con garantías.

No parece necesario recordar que la CGT es una organización que rechaza el uso de la violencia y que apoya todas las propuestas que favorecen la distensión, reafirmándose en que el dialogo y la no violencia es la única forma de superar los conflictos. De igual manera, CGT reitera su rechazo a la ley antiterrorista por la vulneración de derechos humanos que supone su aplicación.

Acabar con la tortura, un reto para el nuevo Gobierno
Jesús Prieto


7 de Abril de 2004







El Observatorio Vasco de Derechos Humanos Behatokia ha tenido la gentileza de hacerme llegar el último informe que el Relator Especial sobre la Tortura, Theo Van Boven, presentó recientemente a la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. En él se afirma que "interlocutores fidedignos" de diferentes ámbitos del Estado español dan cuenta de que "las fuerzas y cuerpos de seguridad, en particular en sus actividades antiterroristas, recurren más que esporádicamente a prácticas que constituyen torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes" y que "esas denuncias no pueden considerarse meras fabulaciones".

Esa opinión, continúa explicando Van Boven, "es compartida por un considerable número de ONGs", siendo confirmada "por una serie de testimonios que le presentaron personas arrestadas, detenidas e interrogadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado" a las que se sometió a "golpes, ejercicios físicos extenuantes, asfixia con bolsa de plástico y acoso sexual humillante".

El Relator recuerda a los gobernantes españoles su obligación de prevenir y eliminar la tortura al haber ratificado la Convención Internacional en la materia, y les insta a "proceder a una investigación pronta e imparcial siempre que haya motivos razonables para creer que se ha cometido un acto de tortura? y a procurar "que las alegaciones y quejas sean imparcialmente examinadas". Así, Van Boven estima que para ello "existen mecanismos y procedimientos en el ordenamiento jurídico español, pero por diversas razones esa capacidad de investigación está infrautilizada y resulta con frecuencia ineficaz", advirtiendo que la imparcialidad e independencia de los mecanismos para exigir responsabilidades a las fuerzas de seguridad son "discutibles".

Por último, Van Boven valora en su informe "las incidencias negativas importantes en los Derechos Humanos" que tienen "las acciones y amenazas terroristas", y condena "los actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones" al margen "de su motivación, por ser criminales e injustificables", pero insiste en que la tortura es una lacra "de prohibición absoluta e imperativa" y denuncia que el Gobierno español se niega a hablar del asunto.

La madre del cordero -y ya no es Van Boven el que habla- es que el sistema legal de este país de las maravillas posibilita la práctica de la tortura, sobre todo en los casos de las detenciones en régimen de incomunicación, y que ello obedece a una voluntad política de que así sea. Y por si resulta que es cierto que los Reyes Magos existen, quiero decir que por si fuera verdadero el ánimo democrático del señor Zapatero, transcribo aquí para su información, las

Recomendaciones del Relator Especial de la ONU para erradicar la tortura en el Estado español

1- Las autoridades deberán declarar públicamente que la tortura es un trato o castigo cruel, inhumano y degradante, cuya aplicación está prohibida en cualquier circunstancia.

2- El Gobierno deberá implementar un plan para prevenir y suprimir la tortura.

3- La incomunicación facilita la tortura, además de ser, por sí misma, una forma de trato cruel y degradante, por lo que debe ser abolida.

4- Todo detenido debe tener inmediato acceso a un abogado y un médico de confianza e información sobre su lugar de detención.

5- Los interrogatorios deben comenzar con la identificación de los presentes, y debe ser grabado, preferentemente en formato de video.

6- Toda denuncia de tortura debe ser investigada inmediatamente y de forma independiente, y las personas involucradas suspendidas de sus responsabilidades.

7- Las víctimas de tortura deben tener la debida compensación y reparación legal.

8- Al asignar la prisión de los reclusos debe considerarse el mantenimiento de la relación social con sus familiares, así como el interés de la familia y la rehabilitación de los prisioneros.

9- El Gobierno debería invitar al Relator Especial para estudiar formas de racismo, discriminación y xenofobia que se dan en el Estado español.

10- El Gobierno está invitado a ratificar, prontamente, la Convención Internacional contra la Tortura.


De nada. ¡Ah! Y no me voy a cansar de publicar las fotos de Unai Romano, antes y después de su trágico paso por las dependencias de la Guardia Civil, mientras no se erradique definitivamente la tortura y se castigue proporcionalmente a los delincuentes uniformados que la cometen.




"Lo más duro era recibir palos de los guardias civiles sin saber qué querían escuchar"
(publicado el 4 de Abril de 2004)

5 de Abril de 2004




El pasado martes, Garzón exculpó por fin a Ainara Gorostiaga y tres jóvenes más de la acusación tejida con su declaración en comisaría. Miren Azkarate, portavoz de Lakua, se preguntó «qué se puede llegar a hacer a una persona para que se inculpe de un asesinato». Esta es la narración textual del paso por el calabozo realizada por la propia Ainara Gorostiaga en el libro-balance de TAT del año 2002.


El pasado 24 de febrero (domingo), cuando salía de realizar un vis a vis con un preso político vasco, fui detenida en la puerta de la cárcel de Castellón, a las 8.45 de la noche. En la puerta pude ver un movimiento extraño, había mucha gente que me miraba, yo salí y se abalanzaron sobre mí diciéndome que estaba detenida por colaboración con ETA (...) Enseguida me agarraron, me agacharon la cabeza y me llevaron a una habitación de la misma cárcel. En la habitación se presentó el capitán de la Guardia Civil (no me enseñó ningún carne ni placa). Yo estaba muy preocupada por mi compañero y estaba continuamente preguntándoles dónde se encontraba. Me dijeron que estaba bien.

(...) Hacia la 1.30 de la madrugada me cambiaron las esposas hacia delante y me bajaron a un garaje a presenciar el registro del coche con el que habíamos viajado a Castellón. Me dijeron que a la única persona que podía mirar era al secretario, que ni se me ocurriese mirar a Mikel [Mikel Soto, compañero de Gorostiaga, detenido en la misma operación]ni a ellos, y en cuanto levantaba un poco la vista, me agachaban la cabeza (...).

Llegamos a Madrid por la mañana del 25 de febrero (lunes), ya había amanecido (...) Entonces empezó la pesadilla. Me llevaron a una habitación donde había más de un guardia civil, me preguntaron si creía que la Guardia Civil torturaba. Yo les dije que ya lo iba a comprobar durante aquellos días. Entonces me dijeron que sí que era cierto que la Guardia Civil torturaba y me preguntaron qué tipo de torturas conocía. Yo les dije que la bolsa, los electrodos, la bañera... y me dijeron que estaba en mis manos conocer todas aquellas y más, que estaba en mis manos que aquellos días fueran un infierno o no, que allí todo el mundo cantaba pero que había algunos, que eran «los tontos», que sí aguantaban un poco más.

Entonces me dijeron que me desnudara. Me desnudé de arriba abajo, y como no decía nada se enfadaron y se pusieron a gritar como locos. Empezaron a hacerme la «bolsa», yo estaba sentada en una silla totalmente desnuda, cada vez que rompía la bolsa me golpeaban fuertemente en la cabeza con la mano abierta y con periódicos.

No sé cuantas veces me pusieron la bolsa, pero yo creo que muchas. Escuchaba los gritos de Mikel, le estaban torturando mucho. De vez en cuando me hacían gritar para que él me oyese, y si no gritaba como ellos me decían, me golpeaban más. Yo estaba histérica, eran continuas las amenazas, las humillaciones y los golpes. Empecé a inventarme cosas porque era la única salida que veía para que aquello parase. Me llevaron al calabozo con un ataque de histeria bastante fuerte. Aquel día me dejaron tumbarme un rato.

Ese lunes me interrogaron unas 4 ó 5 veces, con descansos muy cortos, en el calabozo. El resto de descansos fueron de pie contra la pared, por lo que no pude dormir. En todos los interrogatorios no pararon de ha- cerme la «bolsa» (aunque fueron más flojas que al día siguiente) y de darme golpes (....) También me amenazaban con la bañera.

No puedo decir cuanto tiempo duraban, yo ya estaba completamente desorientada hasta que me llevaron otra vez a donde la forense y ésta me dijo que eran las 10.30 ó 12.30 de la mañana del martes 26 de febrero. Me miró, pero yo no tenía ninguna marca. No le dije nada de las torturas, le dije que me mirara pero que no le iba a decir nada por miedo a que se lo dijese a los otros. Ella me dijo que tenía que comer y que beber mucha agua.

Con el tema de la comida, al principio no probé bocado y solo bebía del grifo del baño. A la Guardia Civil le decía que no iba a comer y que sólo iba a beber de botellas cerradas, por miedo a que me drogasen (...) Me dijeron que de allí no salía nadie ni para ir al hospital, así que ya podía empezar a comer a no ser que prefiriese comer a la fuerza (...)

El martes fue el día más duro, fueron otros cuatro (no lo sé con certeza) intensos interrogatorios con descansos muy breves y sin poder dormir ni tumbarme en la cama, salvo cuando me caía. Entonces me dejaban estar sentada en la cama cinco minutos, hasta que me volvía a levantar y me volvía a caer, entonces otros 5 minutos sentada... Cada vez que escuchaba el ruido del cerrojo me daba un vuelco el corazón. Todos estos interrogatorios fueron muy duros.

Estando totalmente desnuda, me ataron a una silla atándome los brazos con precinto y goma espuma, me colocaron innumerables veces la bolsa. Cuando la rompía me golpeaban en la cabeza y me la vol- vían a colocar. Me llegaron a poner 3 ó 4 bolsas juntas.

En una ocasión me llevaron a otra habitación que llamaban la «Sala Bit» o algo así, donde me inmovilizaron todo el cuerpo con un colchón o algo parecido, me levantaron y me dejaron inmovilizada de los pies a la cabeza. Entonces me pusieron la bolsa y me tapaban la boca y la nariz. Yo lo único que quería era desmayarme y perder el conocimiento, pero cuando estaba a punto me levantaban un poco la bolsa, y otra vez vuelta a empezar. Me decían (yo creo que para darme fuerzas, aunque no lo lograban), que era muy fuerte y que estaba aguantando mucho, que poca gente aguantaba aquello y cantaba todo el mundo (...)

También me hicieron hacer innumerables flexiones, me agarraban del pelo, y bajaba y subía. Esto era también muy duro. Al final no podía andar, me tuvieron que llevar al calabozo ya que las piernas no me respondían. Para ir al baño me tenía que apoyar en la pared puesto que me caía. En el resto de interrogatorios continué haciendo flexiones, muchas de las veces con la bolsa puesta en la cabeza. Al final no podía ni sentarme del dolor de agujetas (...)

En cuatro ocasiones me colocaron los electrodos (por lo menos eso decían ellos), pero no los llegaron a activar salvo en una ocasión que dijeron que los activaban pero que no podían aumentar la potencia porque tenían una máquina nueva que hacía saltar los fusibles. Me hicieron colocarme dos cables en la espalda mojada y yo sólo noté un cosquilleo, pero la sensación de pensar en los electrodos fue una pesadilla (...)

En tres ocasiones me pusieron una pistola en la mano. Me dieron a entender que era la que mató al concejal de Leitza y que estaba en mis manos tener una acusación por colaboración o por asesinato.

Me amenazaban muchas veces con que no iba a poder tener hijos, o si los tenía iban a ser de la Guardia Civil. Me dijeron que Iñigo Vallejo estaba con ellos y a ver si yo quería acabar como él. En aquellos momentos les dije que me mataran si querían y me dijeron que ellos no habían dicho eso (...) Lo mas duro fue eso, recibir palos sin saber qué querían escuchar (...). Me inventé unas cuatro historias diferentes. Cada vez que creía que aquella era la buena, en el siguiente interrogatorio empezaban de cero las torturas, me golpeaban más por mentirosa, y más todavía por callarme. Me resultaba muy difícil inventarme cosas que no había vivido.

También recibí muchos golpes en la cabeza y en el estómago (en el estómago menos) con periódicos enrrollados. Yo creía que me iba a estallar la cabeza y que estaba sangrando. Fueron muchos golpes durante mucho tiempo. Cuando se cansaron me los tuve que dar yo en la cabeza, y mientras me dañaba sentía una especie de desahogo.

También me hicieron dar una rueda de prensa contando todas las torturas recibidas. Luego tuve que cantar el "Eusko Gudariak" y más adelante gritar "Viva la Guardia Civil" y cosas por el estilo.

Me cambiaron de antifaz porque el que tenía puesto me estaba un poco prieto, y con las lágrimas y tanto tiempo puesto me debió de salir un sarpullido en la zona de los ojos. Me los estaban mirando continuamente.

El miércoles 27, por la mañana, me volvieron a llevar a la forense. Antes, me enseñaron un fax en el que me alargaban el tiempo de incomunicación. La forense me desnudó y yo vi cómo tenía el pecho rojo, y la espalda también la debía tener totalmente roja (...) Le pregunté a la forense si tenía algo en los ojos porque me habían cambiado de antifaz y me estaban venga mirar los ojos. Ella apuntó en un papel algo y me dijo que eso estaba prohibido. Me dolían mucho la cabeza y las piernas, pero aparentemente no tenía nada. Se cuidaban muchísimo en no lesionarme. A causa de la ansiedad y los nervios me estaba continuamente tocando las uñas y quitándome los pellejos y mordiéndome los labios. Ellos siempre me decían que tuviese cuidado, que me iba a hacer daño.

Aquella mañana, el primer interrogatorio fue durísimo. Me envolvieron en mantas, y estando sentada me agarraron por todas las partes (esta vez vestida), atada a la silla. Me pusieron al final 3 ó 4 bolsas a la vez, me taparon la nariz y la boca, y al final, a punto del desmayo, me oriné en los pantalones con tanta fuerza que casi les salpico. Tuve que permanecer el resto de los días con los pantalones totalmente mojados y orinados. En esta última sesión de bolsa me mordí el labio por dentro y me dieron agua para enjuagarme porque debía de estar sangrando. Tenía bastante herida, y me asustaron diciéndome que me lo iban a coser con aguja e hilo.

A partir de aquí pararon los golpes, me quitaron el antifaz y me sentaron en una esquina de la habitación, donde empezaron a preparar mi declaración policial. Estuve hasta la 1.30 de la madrugada sin ir al calabozo para descansar, fueron todo preguntas y una presión psicológica muy fuerte. Cuando me aprendí la declaración, me dijeron que me la iban a hacer tres o más veces, que en una de ellas estaría el abogado de oficio pero yo no iba a saber en cual porque no le podría ver, y que si cambiaba algo de la declaración, volverían los golpes.

La tortura psicológica fue muy fuerte. En la declaración impliqué a cuatro personas; una ya estaba detenida, era Mikel, y yo llevaba desde el miércoles sin escucharle. Me dijeron que sufría del corazón y que estaba muy mal. También impliqué a mi madre y a mi hermano.

Me vino un guardia civil nuevo, aquella voz no la había oído nunca, y me dijo que él era el que le había torturado a Mikel y que si no quería acabar como él, más me valía declarar todo como habíamos acordado. A la 1.30 horas realicé la primera declaración ante la policía (...) Hice la declaración tal y como la habíamos preparado y me dejaron dormir. Yo calculo que habría dormido unas cuatro horas (las únicas en cinco días), y en esas cuatro horas me despertaron varias veces preguntándome dónde vivía la gente a la que yo había implicado (aunque ya se lo había dicho antes en la declaración).

(...) Después empezó de nuevo el interrogatorio. Era jueves 28 por la mañana y estuve hasta las 12 de la noche o algo así, no lo sé seguro. Ellos me hicieron creer que era miércoles y que todavía quedaban dos días. Calculo que fueron casi 14 horas de interrogatorio seguido. Yo estaba más tranquila porque creía que ya había pasado lo peor, pero vinieron a gritos diciendo que era una mentirosa y que todo lo que había declarado ante la policía era mentira. Me empezaron a golpear de nuevo en la cabeza y me hicieron escribir en folios nombres de gente conocida.

Había dos grupos de policías, unos eran los «buenos» y los otros eran los «malos». Los «buenos» tenían una voz tranquilizadora y dialogante, aunque también torturaban, y con los «malos» no se podía hablar. En estos interrogatorios los «buenos» estaban todo el rato amenazando con que iban a venir los otros, «El salvaje», como le llamaba uno de los «buenos», si no colaboraba con ellos.

Me preguntaron cómo podía haber implicado a mi madre, que habían estado en su casa y que no habían encontrado nada, pero que se la habían traído a Madrid porque tenían orden de detenerla, que lo estaba pasando muy mal por la enfermedad que padece, que cada dos por tres la tenían que llevar al hospital (...)

Por la mañana del viernes 1 de marzo, vinieron y me dijeron que me iban a entregar, que estaba en mis manos que mi madre y mi hermano siguieran detenidos, que podía declarar lo que quisiera ante el juez, pero si lo aceptaba todo, soltarían a mi madre de inmediato, que mi caso lo llevaba Polanco y que a él le daba lo mismo lo que le contase, que si lo negaba iba a ser peor, que sería mejor si lo aceptaba todo porque entonces estaría unos meses en la cárcel pero luego saldría en libertad, porque yo no tenía nada. No sabía si verdaderamente mi madre estaba detenida, les creía capaces de cualquier cosa. En el viaje a la Audiencia (lo realicé esposada), antes de entrar pude ver a mi madre por la ventanilla del furgón. Entonces me tranquilicé muchísimo, decidí negarlo todo, pero aún así tenía mucho miedo de que la detuvieran.

En la Audiencia Nacional ya podía ver y mirar a todo el mundo, pero todavía estaba asustada de mirar a la cara de la gente, todas las voces me parecían las de los guardias civiles (...) Luego me llevaron ante el juez Polanco, negué todo lo que se me imputaba y denuncié que la declaración fue obtenida bajo torturas, que fui sometida a largos interrogatorios desnuda, que me aplicaron la bolsa numerosas veces hasta estar a punto de perder el conocimiento, que tuve que realizar muchas flexiones hasta el punto de no poder andar, que en cuatro ocasiones me pusieron los electrodos sin llegar a enchufarlos y que fui objeto de vejaciones sexuales. El juez me insistió en un par de puntos, pero le dije que todo era mentira.



P.D: Gorostiaga permaneció incomunicada, ya en prisión, todavía varios días. Su denuncia de torturas está siendo tramitada por los tribunales.







¿QUIÉN FOMENTA EL TERRORISMO Y LA VIOLENCIA?


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El terror se puede imponer de muchas maneras. Con un petardo de pólvora, pasando por la dinamita barrenera, hasta llegar al misil más complejo y tecnológicamente avanzado. La guerra desatada por EEUU, en contra de todo derecho internacional; ilegal y unilateral, basada en mentiras e invenciones, fue una guerra de terror. Una acción terrorista condenada en todo el mundo.

Una guerra cuyo objetivo era y es la rapiña de los recursos naturales, e imponer un nuevo orden geo-estratégico que beneficie los intereses estadounidenses y sionistas, olvidando por completo los derechos, la sed de justicia y las necesidades de los pueblos de la zona. Poco importaban los iraquíes cuando sufrían un régimen asesino que en el pasado fue financiado, armado y sustentado por quienes cínicamente se presentan como mesías libertadores de pueblos sojuzgados. Hipócritas.

Ha sido la coalición la que ha posibilitado la radicalización del pueblo iraqui. Recordemos que hace un año hablábamos al respecto. Algunos manifestábamos que la gestión de "la paz", seria ganada siempre y cuando EEUU no se lanzara abiertamente al expolio deseado, sin antes no procurar lo más elemental al pueblo, ganárselo, comprendiendo y respetando sus costumbres peculiares para lograr ser vistos como libertadores y no invasores.

Sin embargo, la torpeza americana ha tropezado nuevamente en la misma piedra. No podía ser de otro modo atendiendo a las autenticas razones que desataron el conflicto. La soberbia ha sido su perdición y ha conseguido empujar a las masas al odio. Odio hacia los ocupantes y los países que los sustentan. Han caído en manos del fundamentalismo mas radical, única alternativa ante la ceguera yanqui con un pueblo cada vez mas enterrado en la miseria y la desgracia.

¿Que alternativas se han presentado, que crearan ilusión en los iraquíes?. Ninguna. Administrador extranjero, políticos títeres, política impuesta, calendarios impuestos, proyecto de régimen impuesto, constitución impuesta. Todo bajo la lógica de la fuerza y el miedo. Todo a espaldas del pueblo. Ahora, la desesperación a desembocado en el radicalismo. El patriotismo, sea del signo que sea, ha conseguido salvar diferencias y unir a la resistencia. Es evidente que desde "la autoridad impuesta", los rebeldes serán vistos como terroristas. Ya ocurrió en España, Francia, Irlanda, Argelia, etc.

A lo largo de la historia, guerrilleros, maquis, partisanos, resistentes en general, han sido catalogados como terroristas por los impositores. Por los opresores.

Ahora ocurre lo mismo. Solo era necesario un eje vertebrador. Y ese eje ha sido facilitado por la nefasta política desarrollada en la posguerra: el fanatismo religioso.

Ese es el fracaso. El fracaso de quienes han antepuesto sus intereses al país. Al pueblo. Y este, tocado en su mas intimo orgullo, finalmente salta. Ya sea capitaneado por un Iman o por Daoiz y Velarde, Juana de Arco o Tito.

Las motivaciones del pueblo iraqui pueden ser muchas. Pero en común tienen una cosa. Quieren recuperar su futuro, su país, sus recursos de las manos del usurpador. Aunque después de lograrlo caigan en un régimen absolutista y dictatorial en vez de abrazar las mieles ilustradas. En España se guerreo para liberarse de la "democracia de la época" en 1808, y restaurar el absolutismo retrogrado. Es una constante. A los pueblos no se les puede imponer su desarrollo desde fuera y por la fuerza.

¿Quiénes promueven fundamentalismos radicales y terroristas?. En primer lugar la pobreza y la ignorancia. Y en segundo lugar un primer mundo que vive de espaldas a las miserias del resto. Y es esta falta de conciencia humana la que provoca el nacimiento y desarrollo de iluminados ideológos o religiosos. Es un caldo de cultivo sembrado por quienes imponen sus intereses y beneficios a los derechos más elementales del hombre.

La historia se repite. Cada episodio puede tener sus propias peculariedades basadas en el contexto histórico donde se desarrollan. Pero en común sigue siendo lo mismo. La lucha entre quienes lo tienen todo y los que no tienen nada. La lucha entre explotadores y explotados. Entre amos y vasallos. Entre imperios y países sojuzgados. Un rió revuelto de donde surge con facilidad el proselitismo, el fanatismo y el fascismo, en sus diferentes manifestaciones. Y por supuesto, no solo no produce mas seguridad, sino que fundamenta y llena de contenidos las reacciones terroristas y las promueve.

Es la primera potencia del mundo la que más esta haciendo por extender y aumentar el terrorismo en el planeta. Sus acciones bélicas indiscriminadas y asesinas son la causa. Su insaciable ambición es la causa. Nuestra vida dando la espalda a los parias del mundo es la causa.



Ramón �ngel Romero

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Nota: Ya no hay dudas, nuestra sospecha inicial es cierta. Los padres del Terrorismo, de la Violencia y del Genocidio son: Bush, Blair y Aznar y deben ser detenidos y procesados con urgencia en beneficio de toda la Humanidad.
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