Veure comentaris | Envia per correu-e aquest* Article
Anàlisi :: mitjans i manipulació
La culpa es de los medios
per Jaime Richart	10 abr 2004
No hagamos culpables únicos a los políticos abyectos. Si ni los periódicos ni los medios se enfrentan al Poder, si no cuentan entre sus fines principales desmontar las mentiras y las manipulaciones de los políticos abyectos;
si una primera página no sale al paso, para que no vaya a más, de lo que a todas luces es un abuso flagrante o una impostura de un representante del Poder ¿quién lo hará? ¿la Iglesia? ¿el profesorado? ¿Internet? ¿o tendrá que hacerlo la chusma?... Estamos hartos de que se nos pasen mentiras como puños como si fueran verdades conmovedoras, hechos trágicos como si fueran obra del diablo islámico, montajes de todo tipo sobre los que se sustentan políticas de pillaje, de saqueo, de botín y de colonialismo salvaje como si fueran gestas redentoras, comportamientos policiacos como si fueran proezas liberadoras, salvíficas del Mal... Y todo ello con la colaboración, si no con la complicidad y hasta la complacencia de los medios impresos, de los televisivos y de gran parte de los radiofónicos. No creeo que las gentes al frente de todos esos medios legales, "oficiales", la cara visible del establishment, sean más torpes o ingenuas que nosotros, pobres mortales que nos desgañitamos en la Red. Ni creo que nosotros estemos tocados de una lucidez mágica que nos haga estar en posesión de toda la verdad. Lo que creo es, ya que estamos en Cuaresma, que el Poder es el Todo en la Trinidad, y que si el Poder es el Todo abstracto, los políticos, las empresas y empresarios, y los periódicos, televisiones y radios son el brazo concreto y ejecutor del Poder. Todos son una misma cosa, y todos se alimentan solidariamente entre sí porque les va bien y así garantizan la continuidad del Sistema que adoran más que a cualquier otra cosa, incluso que a sí mismos... Para eso querían, quieren, la democracia, para apartar de la dictadura al militar y ponerse ellos, los charlatanes, es decir los políticos, que hablan mucho y no escriben nada, y los periodistas que hablan poco y publican demasiado. Esto es esta ramera, la democracia, sea la fundamentalista sea la funcionalista tal como distingue otro “imbécil ilustrado� como los califica Carlos Alonso, otro impostor de la filosofía, además de Savater: el filosofastro Gustavo Bueno. A él y a otros muchos les diría mil veces que no sé qué es peor, si un totalitarismo que merme o sofoque unas libertades formales que en realidad no sirven para nada, o vivir bajo el peligro constante de ver nuestra libertad a secas permanente y gravemente amenazada... El caso es que, como decía, los medios son cómplices, conniventes fijos. No puedo creer que no estén en el meollo del asunto, que no "sepan" que el 11-M y el 11-S, las detenciones en torno a ambas tragedias, la ocupación de Afganistán e Irak, el escarnio a la Humanidad que es Guantánamo, las mentiras, pretextos, manipulaciones, embrollos, maniobras de distracción, mensajes cargados de intención, técnicas goebelianas y todo cuanto pueda uno imaginar de lo que es capaz el Poder, no son barbaridades “legalizadas�. No puedo creer que ellos, los que dirigen los medios, no sientan la obligación moral, aunque se reprimen, de consagrar su herramienta a una Cruzada contra todos los impostores y criminales que dominan en estos momentos en el mundo. Lo que ocurre es que optan por unirse a los facinerosos. Cuando lo consienten todo, cuando no claman en primera página contra tanto de lo que constantemente atufa a mentira, cuando nunca ponen en duda lo que sale de agencias de noticias y gabinetes de prensa policiales y ministeriales, cuando propician la muerte de los periodistas honestos que incordian, cuando consienten todo eso... es porque anida en ellos un espíritu tan abyecto como el de quienes desde sus despachos envían mercenarios a matar a otros países en nombre de la libertad que reprimen en todas partes. Se supone que la prensa y ahora la televisión son poderes difusos al que el poder político ha de tener en cuenta para no caer en desgracia. Si lo característico de una dictadura es que no está sujeta a controles de ninguna especie, la ventaja convencional de la democracia es que prensa y televisión vigilan la eventual “desviación de poder� del poder político de modo que si se produce, quienes lo ostentan pagarán el precio de su cese. La prueba de que eso no “funciona� es que a lo largo de ocho años, no ha dimitido nadie, pero tampoco ha habido periódico alguno que haya exigido tenazmente la dimisión de nadie. Pero si ni la televisión ni la prensa cumplen con su cometido y dejan hacer a los políticos, a las policías y a los poderes de hecho mirando a otra parte o haciéndose los desentendidos en asuntos muy graves como lo que vivimos desde hace tres años a esta parte, la prensa y la televisión se convierten en los guardaespaldas del Poder y se constituyen en una barrera entre éste y la ciudadanía... No basta con ocasionales artículos y columnas que nunca serán demasiado radicales porque si lo fueran no se publican; ni comentarios incidentales e informales de algún comentarista televisivo en espacios al efecto que en realidad no existen. Es precisa una actitud policiaca o semipoliciaca por parte de la prensa para contrarrestar los abusos, ya que, por lo que hemos visto, no hay mecanismos institucionales que eviten abusos monstruosos. Por eso, ya va siendo hora de que no sólo señalemos a los políticos perversos o pervertidos, que son los que deciden nuestros destinos. Convendría cuanto antes ir desenmascarando, poniendo en dificultades y en evidencia a los medios más influyentes, a los que sostienen todo el tinglado. En ello, creo yo, debiéramos centrar los mayores esfuerzos, ya que pocos cambios podemos esperar en un Sistema cerrado en que todo el que tiene un puesto al sol es, por definición o en potencia, un gendarme, un esbirro del Sistema...
This work is in the public domain

Comentaris

Ja no es poden afegir comentaris en aquest article.
Ya no se pueden añadir comentarios a este artículo.
Comments can not be added to this article any more