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Notícies :: amèrica llatina : dones |
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¡Qué difÃcil es ser mujer en Perú!
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per (penjat per) mtz |
05 abr 2004
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A la posta médica llegó envuelta en un mar de sangre. Apenas podÃa sostenerse sobre sus delgadas piernas y su crispado rostro, bañado en sudor, reflejaba la dolorosa agonÃa en que se hallaba sometida hacÃa horas. Ya sobre la camilla apuraron en detener la hemorragia y la mortal infección que invadÃa su adolescente cuerpo de 12 años. Asustada, sólo atinaba a contar que el curandero le habÃa dicho que no habrÃa problema, que rapidito se lo iba a sacar con un alambre. Ella le dio la plata y dejó que le arrancara el embrión, infame e indeseado producto de la violación de su padre. Una vez abandonado el recinto médico, debÃa enfrentar la detención de la policÃa y el dedo acusador de la sociedad por haber atentado contra la vida de un no nacido. Nuestra muchacha, definitivamente, no era una victimaria sino una vÃctima de la naturaleza de su propio cuerpo.
De esta historia fui testigo hace un tiempo, cuando vivÃa en la selva peruana. El macabro caso de esta niña es uno más de los mil abortos que se realizan diariamente en el Perú con utilización de métodos altamente riesgosos, por supuesto altamente riesgoso para las mujeres más pobres puesto que las que tienen dinero abortan en clÃnicas seguras y altamente discretas.
En realidad, ¡qué difÃcil es ser mujer en el Perú! Por su sola condición sexual las mujeres deben pasar las de CaÃn –o mejor dicho las de Eva: acusaciones, destierros, presunción de mala fe-. Basta leer los diarios locales para constatar la masiva existencia de crÃmenes especÃficamente de género, homicidios que comete un hombre contra una mujer porque no le sirvió la comida, porque la encontró en la calle, porque conversó con otro. Es decir, por no cumplir el rol tradicionalmente asignado a la mujer. En el Perú, como en Nigeria e Irak, las mujeres muchas veces deben pagar con su propia vida el hecho de ser mujeres.
A pesar de legislaciones protectoras y medidas preventivas contra el abuso, aún no existe ningún paÃs en el mundo donde a las mujeres se las deje de considerar un objeto. Sólo con esta lógica podrÃamos entender porqué millones de ellas siguen sufriendo algún tipo de violencia familiar y miles son violadas sexualmente cada minuto. En realidad, el abuso contra ellas es una plaga, una especie de epidemia que se expande incluso con el aval de sus autoridades. En muchos paÃses musulmanes a las mujeres todavÃa se las considera incapaces para decidir y, por ejemplo, una vez llegada a la edad reproductiva son sometidas a un sangriento ritual donde se les extirpa el clÃtoris con una simple hoja de afeitar y sin anestesia. Pero esto no pasa exclusivamente en Ã?frica, Occidente también tiene lo suyo, sino recordemos al filósofo Hegel afirmando en el cercano siglo XIX –tan anticientÃfico y puerilmente- que los orgasmos vaginales pertenecen a las mujeres maduras y los orgasmos clitoriales a las mujeres inmaduras. ¡Vana ilusión de henchido macho, mitificar el órgano reproductor y maternal, cuando toda mujer sabe muy bien que en temas de placer es el clÃtoris y no la vagina quien tiene la última palabra!
Lo más lamentable de todo es que, a pesar de las leyes surgidas de convenciones y organismos internacionales, las mujeres no pueden disponer de sus cuerpos y, por lo tanto, tampoco de sus vidas. Este hecho lo vemos en las cifras que arroja la investigación de Delicia Ferrando. Por ejemplo, a pesar que es ilegal y se paga con la cárcel, anualmente se realizan 352,000 abortos. Asimismo, seis de cada diez mujeres es vÃctima de violencia familiar; de ellas el 41% alguna vez fue golpeada o agredida fÃsicamente por su esposo o compañero, el 31% reporta violencia psicológica y el 69% violencia fÃsica. Sólo el 15% acude a la comisarÃa y el 79% se queda humillada y hundida en el silencio cómplice. Por si esto fuera poco, el acoso sexual no está tipificado aún como delito, a pesar que se registran innumerables casos en centros educativos y el 60% de trabajadoras ha sufrido alguna vez algún tipo de chantaje en sus centros laborales. Sólo el 44% de mujeres en edad fértil (15 a 49 años) tiene acceso al uso de métodos anticonceptivos.
La humanidad está a punto de habitar el planeta Marte, de erradicar enfermedades para siempre, de satisfacer las más caras y lejanas exigencias con una tarjeta, pero no quiere –mezquina y temerosa- reconocer en las mujeres a ciudadanas plenas y poderosas. |
Mira també:
http://peru.indymedia.org/news/2004/04/6971.php
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Re: ¡Qué difÃcil es ser mujer en Perú!
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per Nora
cecilia_2143@hotmail.com |
26 nov 2004
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verdaderamente es dificil vivir aca en Peru, desde niña una se tiene que acostumbrar a que los hermanos sean siempre los mas libres en todo, y en caso de trabajos, los mejores puestos ocupan los hombres que machista es este mundo verdad?, felismente, las mujeres han sabido salir adelante, aun las madres solteras, etc, lo mas lamentable verdaderamente son las musulmanas.
tengo 14 años pero me doy cuenta de la situacion de la mujer en el mundo!... |
