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El constitucionalismo español
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per xabi strubell
Correu-e: strubell ARROBA kzgunea.net (no verificat!) |
15 mar 2004
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El article vol fer un resum historic del desemvolupament del constitucionalisme espanyol desde el punt de vista de les nacions basca i catalana.Ho escric desde Euskadi i no he pogut tradui a temps. |
EL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL
El constitucionalismo español va a cumplir 200 años en el 2012. Faltan unos cuantos años para su aniversario, pero no estaría demás iniciar un gran debate histórico que se plantee los orígenes, desarrollo y incidencia de este proyecto en el transcurrir de la vida política de la parte de la península ibérica sometida a los dictados de eso que llamamos Estado español y otros llaman España.
Muchos dirán que les importa un pimiento España y su constitucionalismo, pero yo creo que hay que rebuscar en el fondo de sus entrañas para desenmascarar su grandes contradicciones. Porque si no damos con las claves de su devenir histórico no podremos plantearnos bien las vías para superarlo, esquivarlo o lo que haya que hacer desde el punto de las naciones que ellos llaman periféricas.
Parece claro que en este debate habría dos vertientes independientes: una, la del marco geográfico de aplicación y otra la del contenido político del proyecto constitucional.
Y la tesis que voy a plantear va en el sentido de intentar demostrar que el constitucionalismo español heredó del absolutismo borbónico la idea de aplicar un régimen político determinado a un territorio o marco geográfico que se pretendía controlar. Que más allá del contenido político supuestamente superador del Antiguo Régimen, el constitucionalismo español se proyecto paulatinamente sobre un marco geográfico en el que se venía a finalizar el proyecto absolutista, cortando de raíz los procesos históricos intrínsecos que hubieran acometido los reinos de Aragón y Navarra sin la injerencia de España.
Se trataría de demostrar, por lo tanto, que el proyecto constitucionalista es un heredero directo del intento de los reyes absolutistas de unificar las características jurídico-políticas de los territorios que nominalmente estaban bajo su dominio, pero siendo cada cual soberano para convocar sus cortes, redactar sus leyes, configurar sus ejércitos, recaudar impuestos y gestionarlos y ejercer la soberanía tanto en el ámbito público como privado, en definitiva.
Por lo tanto, mi tesis se basaría en buscar los primeros antecedentes del constitucionalismo español en la guerra de sucesión y la aplicación de la nova planta a lo largo de los reinos catalanes. Esto es, a principios del siglo XVIII, con el reinado de Felipe V. Precisamente, los reinos catalanes ejercieron por última vez su soberanía decantándose por Carlos de Austria para la sucesión al trono, con lo cual podríamos permitirnos el pequeño anacronismo de nombrar a la guerra de sucesión como la primera carlistada, para delatar la pérdida de libertades nacionales que supuso para los países catalanes aquella guerra. Por suerte, los vascos estuvieron del lado del bando vencedor, logrando así posponer la perdida de su soberanía 125 años, en el caso de Navarra, y 150 años, en el caso de Araba, Guipúzcoa y Bizkaia. Pero el proyecto era el mismo: la equiparación de los reinos peninsulares en un mismo régimen jurídico-político basado en el de Castilla.
La derrota fue especialmente amarga para Cataluña. Para vengarse de la participación masiva de los universitarios en el bando partidario de Carlos de Austria, Felipe V hizo derruir las universidades catalanas. Creó una universidad adicta a su persona en la localidad de Fraga, la cual se había puesto del lado del ejército vencedor. Aquella derrota dejó una profunda huella en la mentalidad del pueblo catalán, conmemorándose como diada nacional el 11 de septiembre, día de la caída de Barcelona tras una resistencia de meses.La perdida de la soberanía afecto a todos los ámbitos de la vida nacional catalana, dejando una profunda huella en el subconsciente colectivo.
Llegados al siglo XIX, se desató el conflicto en el seno de la sociedad española entre partidarios del Antiguo Régimen y partidarios del Liberalismo. La dimensión que tomaba todo ello en las naciones periféricas era absolutamente distinto.Se trataba de un conflicto entre quienes querían imponer el proyecto unitario de España y quienes querían mantener un nivel de soberanía digno, que el estado español ya estaba tratando de menoscabar, iniciando su recorte. Y aunque las carlistadas no se pueden reducir conceptualmente a eso, porque había motivaciones ideológicas de por medio, bien podrían resumirse como un intento de acabar de imponer el proyecto absolutista, aunque el liberalismo se llenara la boca de bonitas palabras. La resistencia popular a tal proyecto fue tal que al cabo de cuarenta años volvió a rebrotar el conflicto armado.
Entrados ya en el siglo XX, podríamos interpretar la sucesivas dictaduras como rebrotes del proyecto absolutista, incluso en el modo de vincular el poder al albedrío de los dictados de una sola persona. El proyecto nacionalista español vivirá su momento de esplendor con la dictadura de Franco: el proyecto de la una, grande y libre vivirá sus días más felices.
Y luego vendrá la transición(o mas bien transacción).Se tratará de maquillar la realidad de un proyecto impuesto a cañonazos. Contando con un marco geográfico totalmente acaparado y unificado(aunque falte Portugal), se instalará un régimen jurídico que permitirá pequeños grados de autonomía a unas entidades desnaturalizadas, las comunidades autónomas. Ya no se tratará de reinos soberanos vinculados nominalmente a un mismo rey, como antes del 1700. Se tratará de comunidades autónomas cosificadas, equiparadas en un rango diminutivo, dando igual que sean naciones históricas descuartizadas, pequeñas provincias anecdóticas o entidades simplemente metropolitanas como Madrid.
El caso es que piensan que el proyecto constitucional ha triunfado: tienen el marco y tienen su constitución. Pero no se dan cuenta que toda nación tiene derecho a su proceso histórico constitucional, y que para muchos ellos son ahora el Antiguo Régimen.
Y eso que nos echan en cara de que la soberanía originaria vasca es supuesta y es como mínimo parte de una gran fantasía delirada por Sabino Arana se cae por su propio peso si pensamos en que Navarra tuvo rey desde el 824 y cortes soberanas hasta el 1840,(al igual que Cataluña, con mil años de historia jurídico- política nacional), que aunque estuvieran tomadas por la oligarquía eran unas cortes dignas, y que si les parecen tan poco a tener en cuenta en un recorrido por la historia del soberanismo... porque no nos las devuelven. |
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Re: El constitucionalismo español
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per are |
15 mar 2004
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ben dit! |
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Re: El constitucionalismo español
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per por qué |
15 mar 2004
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¿y la I y II República? existieron pocos pero intensos periodos de libertad y acción política democrática y antinacionalista. La tribal ambición nacionalista se enfrenta a la generosidad social en los acontecimientos históricos. |
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Re: El constitucionalismo español
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per Constitución de la imposición. |
16 mar 2004
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A mi que no me impongan España. A mi que no me impongan un rey. A mi que no me impongan una identidad. A mi que no me obliguen a financiar un ejército...
A la mierda la Condtitución tardofranquista y española! |
