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ENTREVISTA: RAY McGOVERN - Ex analista de la CIA
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per blas |
11 mar 2004
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ENTREVISTA: RAY McGOVERN - Ex analista de la CIA
"La CIA actuó en Irak según las necesidades de Bush y Cheney"
EL PAÃ?S
10-03-2004
Ray McGovern, 62 años, trabajó durante 27 años, hasta 1990, como analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y participó en la elaboración de los documentos clave durante la guerra de Vietnam y la guerra frÃa, llamados National Intelligence Estimate (NIE). McGovern asegura que George Tenet, director de la CIA, se plegó a lo que él sabÃa que necesitaban el presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney. McGovern mantuvo una larga conversación con EL PAÃ?S. He aquà el diálogo:
Pregunta. Error, mentira, manipulación, engaño. ¿Cuál fue la conducta de la CIA y el comportamiento del presidente Bush y sus colaboradores?
Respuesta. Tiene que ser una de dos cosas. Primero, una tremenda incompetencia. Mis antiguos colegas habrÃan sido, pues, incapaces de hacer un trabajo analÃtico decente. O bien se trata de una politización. La Administración, en las personas del vicepresidente, Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por un lado, y George Tenet, director de la CIA, por el otro -quien ha recibido órdenes de ellos-, tenÃan un objetivo polÃtico. Y fue Cheney quien primero arrojó la piedra el 26 de agosto de 2002, cuando explicó el peligro que representaba Irak para Estados Unidos y el mundo. Hubo una combinación de circunstancias: la Administración Bush dejó en claro qué tipo de informes necesitaba y los dirigentes de las agencias de inteligencia se pusieron a su servicio.
P. Pero la CIA no habÃa elaborado en agosto de 2002, que se sepa, ningún documento sobre la amenaza de las armas de destrucción masiva de Irak.
R. Ha sido una situación verdaderamente única. En mis 27 años de experiencia en la CIA, cuando la Casa Blanca adoptaba una decisión importante de polÃtica exterior, los organismos de inteligencia elaboraban lo que llamamos una National Intelligence Estimate (Estimación de Inteligencia Nacional), un documento formal firmado en la portada por el director de la CIA. En él se le suele decir al presidente de EE UU lo que la organización piensa sobre la situación, esto es, aquà está nuestra mejor evaluación y la ponemos a su disposición para que pueda ayudarle a adoptar sus decisiones. Asà ocurrió en Cuba, Vietnam o sobre las fuerzas estratégicas de la antigua Unión Soviética. En el caso de Irak no se produjo dicho documento antes de adoptar la decisión de ir a la guerra. Y esto es quizá uno de los hechos más curiosos de esta historia. La decisión se adoptó como muy tarde en la primavera de 2002, sin esa estimación.
P. ¿Por qué razón no se solicitó esa estimación?
R. Está muy claro, al menos para mÃ. Si George Tenet hubiera ordenado a su gente la preparación de ese documento, hubiera habido una muy elevada probabilidad de que sus analistas y agentes hubieran elaborado una respuesta que no hubiera sido bienvenida en la Casa Blanca y en el Departamento de Defensa. Ni Dick Cheney ni Donald Rumsfeld lo hubieran aceptado, pues ambos ya estaban a favor de la guerra en Irak. Tenet evitó, por tanto, elaborar ese documento. Y la Casa Blanca no lo pidió, porque, como digo, carecÃa de la seguridad de que las conclusiones iban a ser las que necesitaba. Por tanto, se omitió este paso. Cuando la gente volvió de las vacaciones del verano de 2002, en los primeros dÃas de septiembre, el principal desafÃo lograr que el Congreso norteamericano delegase en el presidente los poderes que la Constitución le confiere para declarar una guerra. Y, por último, quien se encargó de ilustrar la amenaza iraquà fue una oficina dentro del Pentágono formada por gente con poca experiencia en inteligencia, pero con la ventaja de saber qué querÃan Bush, Cheney y Rumsfeld. Escogieron lo que mejor les venÃa y apartaron aquello que era negativo para su objetivo. Se nutrÃan de informes de la oposición a Sadam, en especial de Ahmed Chalabi.
P. El 12 de septiembre, un dÃa después de cumplirse el primer aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el presidente Bush advierte en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el peligro de Irak. ¿Cree usted que ratifica lo que ya es una orientación?
R. SÃ, en esas fechas la National Intelligence Estimate (NIE) comienza a elaborarse, y le diré cómo fue el proceso. Cuando se empieza a ver en el Congreso la autorización para ir a la guerra, el senador demócrata por Florida Bob Graham, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, es advertido por su colega Dick Durdban de que no hay una NIE. Graham decide llamar a Tenet, quien obtiene el beneplácito de la Casa Blanca para elaborar el documento. Robert Walpole, hombre de confianza de Tenet, se encarga del trabajo. En tres semanas, a finales de septiembre, con fecha de octubre, llega la NIE. Y sorpresa, sorpresa, llega a las mismas conclusiones que el vicepresidente Dick Cheney nos ha anunciado el 26 de agosto. Irak es una gran amenaza.
P. Los británicos publican el 24 de septiembre su informe. ¿Es una coincidencia?
R. El célebre dossier. Supongo que lo de la coincidencia lo dirá usted en broma. Es un esfuerzo muy bien coordinado entre Estados Unidos y el Reino Unido. He sabido hace poco que una delegación de funcionarios de inteligencia británicos visitó Washington en septiembre para preparar lo que cada parte estaba por decir sobre Irak. O para decirlo de manera elegante: se trataba de entonar con la misma partitura.
P. Las pistas aportadas por la CIA y los británicos a los inspectores de la ONU se revelaron en su mayorÃa falsas. El contrato fraudulento de Irak con NÃger para comprar uranio enriquecido fue denunciado el 7 de marzo por Mohamed el Baradei. Pero la Administración Bush ya lo sabÃa. Porque el embajador Joseph Wilson viajó a NÃger e informó que era una patraña. ¿Conoció usted a Wilson?
R. La operación de NÃger fue una clave en toda esta historia. Porque le permitió a Bush y a Cheney mantener la acusación contra Irak entre agosto de 2002 y el 7 de marzo de 2003, cuando El Baradei dijo que los contratos no eran auténticos. FÃjese bien: se justificó asà el envÃo de 300.000 soldados. Y cuando se supo que era falso, estábamos a 12 dÃas de la invasión. El embajador Wilson destapó el tema,primero internamente, en febrero de 2002, al regresar de su misión en NÃger. Y luego, en julio de 2003. Tengo el privilegio de haber conocido al embajador Wilson varios meses antes de que él hiciera público, en julio de 2003, que el asunto de NÃger era un montaje. Coincidimos en un coloquio sobre Irak en Washington a primeros de mayo de 2003. Un periódico habÃa mencionado que la CIA habÃa enviado a un embajador de raza a NÃger a primeros de 2002, sin citar su nombre. Entonces le dije: he leÃdo un artÃculo donde se habla de un embajador, ¿sabe quién puede ser? Él respondió: sÃ, soy yo. Lo que más me impresionó es algo que me dijo. 'Vienen a por mÃ, y de manera salvaje. No sé qué van a hacer, pero será fuerte'.
P. ¿Qué insinuaba?
R. Entonces no supe qué querÃa decir. Pero cuando leà su artÃculo en The New York Times el 6 de julio de 2003, y algunas declaraciones que realizó, pensé en lo que me habÃa anticipado. Iba a ver una respuesta. El 18 de julio de 2003 se filtró el nombre de Victoria Plame, la esposa de Wilson, que trabajaba en la CIA como agente. Ni Karl Rove, el asesor de Bush, ni Cheney podÃan tolerar que un hombre del prestigio de Wilson pudiera desvelar la trama. Peor aún: habÃa que evitar que otros hablaran. No se equivoque: no fue una vendetta. Fue un ataque a su mujer. Al que hable se le arruinará la vida. Todo esto nos lleva al fondo: Irak no fue un asunto de armas de destrucción masiva. |
Re: ENTREVISTA: RAY McGOVERN - Ex analista de la CIA
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per URDACI TOURS |
11 mar 2004
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CENSURADO.............. |