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Bases zapatistas denuncian la destrucción de bosques tzeltales
06 feb 2004
Comunidades priístas de las Cañadas explotan la selva con aval oficial

Bases zapatistas denuncian la destrucción de bosques tzeltales
La Garrucha, Chis. 5 de febrero. La junta de buen gobierno (JBG) Camino del futuro denunció hoy la continua destrucción de bosques en tres comunidades priístas de las Cañadas, las cuales cuentan con "permiso del gobierno" para hacerlo: San Antonio Las Delicias Pamalá, Nuevo Suchilá y Nuevo León.

"Los zapatistas nos mantenemos firmes en decir no a la explotación de maderas dentro de los territorios rebeldes. Responzabilizamos al mal gobierno de la destrucción de los bosques", dicen las autoridades autónomas en un comunicado. Son "recursos muy importantes dentro del territorio del caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, de la selva tzeltal".

Entrevistado esta mañana en sus oficinas de La Garrucha, un representante de la JBG declaró: "Hemos estado luchando por la defensa de nuestros recursos naturales. Nuestro problema es el bosque. El mal gobierno está ordenando a empresas privadas que lo destruyan. Hemos invitado a los campesinos de los ejidos a que no lo hagan. El bosque es necesario para el ser humano. Pero no nos hacen caso.

"Los hermanos del ejido San Antonio Las Delicias Pamalá, que corresponde al municipio autónomo Francisco Gómez, son de la Organización para la Defensa Indígena y Campesina (Opdic) y se niegan a escucharnos. Ya mandamos dos cartas a los camioneros de Ocosingo, de una empresa de México, sin resultado", dijo el vocero, rodeado por siete miembros de la JBG.

"Han cosechado varios miles de metros cúbicos de madera. No sabemos cuántos. Llevan así dos años. Desde que se formó la JBG nos hemos encargado del problema. En la comunidad Nuevo León (en la zona de Monte Líbano), que corresponde al municipio autónomo Ricardo Flores Magón, explotaron madera hace dos años, y ahora han vuelto a hacerlo. Pidieron permiso a la JBG, y como no lo autorizamos, se fueron con el permiso que les dio el gobierno".

Los ejidatarios de Nuevo Suchilá (municipio autónomo Francisco Gómez), "han vendido la madera de los bosques con permiso de la Secrfetaría de Medio Ambiente y ahora lo hacen de nuevo". Allí son tanto priístas de Opdic como miembros de Asociación Rural de Interés Colectivo-Independiente y Unión de Uniones.

"Las generaciones que van a venir después de ellos y de nosotros no van a tener madera, que de por sí mucho se ha acabado. No queremos que se destruya más el bosque. El gobierno no debe otorgar esos permisos", enfatizó el vocero.

En una denuncia por escrito de la JBG, firmada por Rodolfo Vázquez Vázquez, Ricardo Gutiérrez Sánchez, Olegario González Ruiz y Felipe Muñoz Gutiérrez, se afirma: "Recientemente grupos priístas de San Antonio Las Delicias Pamalá y Nuevo Suchilá se han organizado para la explotación de maderas de pino y han exportado miles de metros cúbicos por conducto de una empresa que no mencionan su nombre. Sabemos que cuentan con concesiones y permisos del mal gobierno, al transitar con cargamentos de maderas con tráiler y camiones de altos tonelajes que atraviesan la ciudad de Ocosingo en completa tranquilidad".

Estas maderas son vendidas "a un miserable precio", agrega la JBG. "Desde un principio estamos exigiendo a esas comunidades que no realicen ese crimen contra nuestros recursos naturales, pero el mal gobierno les ha otorgado el permiso, según que para generar empleos, cosa que nos pone en peligro por las grandes destrucciones de madera existentes dentro de este territorio rebelde.

"Los hombres y mujeres bases de apoyo del EZLN señalamos que nuestra resistencia nos ha servido también para frenar explotaciones de maderas y cuidar el medio ambiente, ya que son riquezas de los pueblos y además es lo que nos da la vida a todos los indígenas y no indígenas, seres humanos del mundo. Por tanto, nos mantenemos firmes los zapatistas en decir no a la explotación de maderas dentro de los teritorios rebeldes."

Las autoridades autónomas exigen al gobierno frenar la destrucción de estos recursos naturales. Y a los ejidatarios de San Antonio Las Delicias Pamalá, Nuevo Suchilá y Nuevo León les dicen: "Hermanos y hermanas: los que tenemos la razón les pedimos que nos unamos en la defensa y cuidado de nuestros recursos naturales, que son alimentados por nuestra propia madre tierra. El mal gobierno no tiene razón para autorizar la destrucción de la selva".
Mira també:
http://www.jornada.unam.mx/2004/feb04/040206/014n1pol.php?origen=politica.php&fly=1

Comentaris

Sedena ocultó bajas sufridas por la irrupción del EZLN en 1994
06 feb 2004
Algunos de los militares habrían muerto por falta de capacidad de los mandos.


De las 16 bajas que sufrió el Ejército durante el conflicto armado en Chiapas -del primero al 12 de enero de 1994-, cinco fueron producto de la falta de capacidad y pericia del entonces comandante del 80 batallón de infantería, Moisés García Ochoa -actualmente secretario particular del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)-, quien expuso innecesariamente a los soldados cuando apenas se iban a incorporar a las unidades acantonadas en la zona militar de Rancho Nuevo.

Este, como otros pasajes del conflicto chiapaneco en los que soldados perdieron la vida, fueron ocultados durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, cuando incluso el entonces titular de la Sedena, Enrique Cervantes Aguirre, ordenó a sus comandantes que, en caso de que se registraran muertes, "que no se notara" la entrega de cadáveres a los deudos.

A diez años del inicio de la rebelión, la Sedena dio los primeros pasos para reconstruir la historia oficial del conflicto, al informar oficialmente sobre el número de los soldados muertos (17, sumando al coronel Hugo Alfredo Manterola Cedillo -quien falleció en febrero de 1995) y la unidad a la que pertenecieron.

Cabe señalar que la publicación de los nombres de los soldados muertos se hizo en un número de la Revista del Ejército y Fuerza Aérea correspondiente a enero de 1995, cuya distribución se limita a los miembros del Ejército.

El general de división retirado Luis Garfias Magaña, quien era comandante de la 23 Zona Militar, con sede en Tlaxcala, recibió la orden de enviar elementos (alrededor de 400 soldados) a la zona de conflicto. Dispuso lo necesario y el 10 de enero se trasladó el 80 batallón de infantería bajo las órdenes del entonces coronel Moisés García Ochoa.

Partieron los soldados del aeropuerto de Huejotzingo, Puebla, y arribaron a Tuxtla Gutiérrez por la tarde. Sin embargo, recuerda en entrevista Garfias, en lugar de ordenar que el batallón se quedara a pernoctar en la capital chiapaneca, García Ochoa ordenó el inmediato traslado a la zona militar de Rancho Nuevo, ubicada en los alrededores de San Cristóbal, que era una de las bases principales del Ejército.

El convoy fue atacado al amparo de la noche, además -dijo el general- no se tomaron las precauciones necesarias, pese al riesgo que representaba su traslado por lo irregular del terreno. "Fue una emboscada en la que murieron cinco soldados de mi batallón que viajaban en los últimos tres camiones. ¡Cómo es posible que no hayan tenido oportunidad de defenderse! Tuvieron que responder desde el techo de los camiones y usando su mochila como parapeto".

Recordó que la orden girada por Cervantes Aguirre fue "que no se notara" la entrega de cadáveres a los deudos, pero -reclamó-, "cómo que no se notara, si no murieron pollos. Nosotros, en el aeropuerto de Huejotzingo, rendimos los honores militares correspondientes".

Como "reconocimiento", García Ochoa recibió después la encomienda de dirigir el Centro de Inteligencia Antinarcóticos (Cian) del Ejército y en diciembre de 2000 fue designado secretario particular del titular de la Sedena, general Ricardo Clemente Vega García.

La citada lista corresponde, a excepción de la adscripción, a la que publicó La Jornada en febrero de 1995 y es la siguiente: coronel de arma blindada Hugo Alfredo Manterola Cedillo, primer regimiento blindado de reconocimiento; mayor de infantería Roberto Hernández Oropeza, primer regimiento blindado de reconocimiento; mayor de caballería Vladimir Lara Salgado, 24 regimiento de caballería motorizado; teniente de caballería Fernando Monroy Tinajero, 24 regimiento de caballería motorizado; sargento segundo de infantería Gilberto de Jesús Dámaso, y los cabos Jordán González González y Encarnación Mejía Hernández, del 83 batallón de infantería; sargento segundo de transmisiones Cicerón Gutiérrez Pérez, tercer regimiento de infantería; cabos René Mezquita López y Ernesto Santiago Santiago, 17 batallón de infantería; cabos Leonildo Zárate Martínez y Amado Robles Gómez, 22 batallón de infantería, y los cabos Juan Domínguez Farfán, Felipe Reyes Altamirano, José Luis Flores Nicolás, Mauro Campos Arroyo y Pascual Vázquez Torres, del 80 batallón de infantería.

http://www.jornada.unam.mx/2004/feb04/040206/015n1pol.php?origen=politic
Re: Sedena oculta bajas
01 mai 2004
Si van a hacer comentarios haganlos bien y no ¡Mentiras!..dicen que el General Cervantes dio la Orden....si en es entonces el no era Secretario todavia, era: El General Riviello...¡puras mentiras y estupideces!
Re: Bases zapatistas denuncian la destrucción de bosques tzeltales
01 mar 2006
el general que dio la ordel en 1994 fue el general rivielo basan y el comandante del 17 batallon de infanteria era el coronel solis yo como cabo de infanteria que fui se exactamente que paso en ocosingo puros cuentos la verda si hubo ejecucuines sumarias y pues nimodo asi son las ordenes se cumplen
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