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Garzón en México... toda una experiencia!!!
01 feb 2004
1. Garzón: arrogancia confirmada: Editorial La jornada. 2. Garzón resbala en suelo mexicano. C. Aznárez 3. Carta del juez Baltasar Garzón a La Jornada
VVAA (Rebelión / La Jornada)
Garzón: arrogancia confirmada
Editorial de La Jornada
Baltasar Garzón envió ayer a esta casa editorial una extensa carta en la que se queja por el trato que recibió anteayer en el Reclusorio Norte (Reno) de esta capital, descalifica el trabajo informativo de este diario, tergiversa las posturas editoriales de La Jornada, pontifica sobre lo que cree que son las obligaciones de los periodistas mexicanos y expone una variopinta y muy subjetiva lista de agravios, desde el haberse sentido vejado por el personal del penal, hasta reclamarse como víctima de "manipulación informativa" y de supuestos insultos y denuestos para con su trabajo.

Por principio de cuentas, la acusación de manipular la información es falsa. Tras el incidente en el Reno, Garzón se negó a hablar con los medios y habría sido imposible, por ello, consignar su versión de lo sucedido. Con todo, la historia expuesta por el funcionario español en su misiva es muy semejante a la que aportaron funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) y que fue puntualmente incluida en la edición de ayer de La Jornada, junto con la muy diferente narración de los hechos que aportó la directora del centro de detención, Marcela Briseño.

En otro sentido, y a pesar de los argumentos pergeñados por Garzón en defensa de la supuesta legalidad de su actuación en México, el magistrado ignora, o pretende ignorar, que en este país tiene vigencia un documento titulado Código Federal de Procedimientos Penales, que en su artículo 16 establece: "A las actuaciones de averiguación previa sólo podrán tener acceso el inculpado, su defensor y la víctima u ofendido y/o su representante legal, si los hubiere". El juez peninsular se dice respetuoso del marco legal nacional, pero las víctimas mexicanas de su prepotencia han señalado que fueron interrogadas directamente por Garzón, sin ningún respeto por las formas ni por las disposiciones del Tratado de Asistencia Judicial mutua. Debe concederse, sin embargo, que la responsabilidad principal de esos atropellos no recae en los funcionarios españoles, sino en los mexicanos que se los han permitido.

Al magistrado español le escandaliza, por otra parte, la presencia, en el Reno, "de medios de comunicación incluso con cámaras de televisión con la intención de grabar la diligencia y actuación judicial", circunstancia que hacía imposible garantizar "el secreto que la legislación española impone para las diligencias sumariales". Bien: la legislación española, como su nombre lo indica, rige en España, no en un Estado independiente que se llama México. Líneas abajo, Garzón condiciona la credibilidad de La Jornada a que ésta "exija explicaciones" "del porqué los medios de comunicación, que por cierto cumplen con su obligación de atender a la noticia, fueron autorizados a violar el sigilo de unas diligencias judiciales, y por qué se preparó todo para que la autoridad judicial fuera 'cazada' por los mismos (sic) en el interior del Reclusorio Norte". El dislate es de tal magnitud que resulta obligado explicarle al magistrado un hecho más bien obvio: en México, en frecuentes ocasiones, reporteros y cámaras de televisión se encuentran presentes durante los procedimientos judiciales que se realizan dentro de los reclusorios y que tal presencia se inscribe en el derecho a la información y las leyes que rigen en el país y no tiene por objetivo "cazar" a ningún personaje.

En la última página de su extensa misiva, Garzón comete, él sí, una grosera maniobra de manipulación que linda con la calumnia, al aseverar que La Jornada presenta "como paladín de la libertad y de la dignidad restaurada a una organización terrorista". Si el juez español hubiese realizado una lectura mínimamente honesta de lo publicado ayer en este mismo espacio, se habría enterado que el titular sobre la "dignidad restaurada" no hace referencia a ETA sino a las autoridades del Gobierno del Distrito Federal. Cabe esperar que el magistrado logre comprender que la organización terrorista vasca y el Poder Ejecutivo de la capital mexicana son cosas diferentes.

Para finalizar, la carta del juez Garzón a este diario confirma -en su ignorancia despectiva de las leyes, realidades y prácticas mexicanas, en sus pretensiones de recibir tratos de dignatario, en su afán por dictar a los periodistas de este país cómo deben hacer su trabajo, y hasta en la grafía arcaica y peninsular del gentilicio "mexicanos", que él escribe en dos ocasiones con jota, ignorando la recomendación de la Real Academia Española de usar "las grafías con x por ser las usadas en el propio país y, mayoritariamente, en el resto de Hispanoamérica"- actitudes más propias de un corregidor colonial que de un moderno investigador judicial "que nunca ha pretendido avasallar a nadie".




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Garzón resbala en suelo mexicano
Carlos Aznárez
Resumen Latinoamericano


Desde tiempo atrás vienen surgiendo informaciones, datos y testimonios que contrarían la inmaculada imagen que el Juez español Baltasar Garzón ha trabajado en diseñar -para su propio interés- en lo que los peninsulares con nostalgias de la Conquista gustan llamar "Iberoamérica".

Los últimos traspies de Garzón en Latinoamérica son moneda repetida. Repudiado en varias ocasiones por los zapatistas y por el propio Subcomandante Marcos, por pretender meter sus narices imperiales en México (Garzón escribe "Méjico" a la vieja usanza colonial), vuelto a criticar en Colombia por las fuerzas populares, una vez que se conoció su concurrencia a reuniones con autoridades del gobierno fascista de Uribe Vélez para asesorarles sobre cómo reprimir más y mejor a los insurgentes de ese país, el juez acaba de alzarse con todos los premios del repudio a su apuesta en la lotería ingerencista.

Leyendo y releyendo la información publicada por el prestigioso diario La Jornada, se podrá observar que Garzón y ese tribunal de excepción represivo denominado Audiencia Nacional Española, parecen creer que todavía tiene plena vigencia la época de Hernán Cortéz o de Francisco Pizarro. En efecto: no sólo han participado en el interrogatorio de ciudadanos mexicanos (facilitado por auténticos "colaboracionistas" de la estructura judicial de ese país) sino que pretendieron -fallidamente- interrogar a los militantes vascos detenidos en México. Muy parecido a lo que en épocas no muy lejanas hicieron las estructuras represivas del continente para detener, torturar, enjuiciar y hacer desaparecer a ciudadanos de cada uno de nuestros países. En esa instancia lo llamaban "Operativo Cóndor".

Armado de su tradicional altivez y acompañado de otro funcionario de la Audiencia Española, Garzón intentó ingresar dias atrás en la prision mexicana (el Reclusorio Norte) y participar de la comparencia judicial de los presos vascos, que desde hace meses se hallan en esa condición esperando un pedido de extradición hecha por los españoles. Sin embargo, esta vez Garzón no tuvo luz verde y su enojo fue visible.(ver carta a La Jornada). Con tanta mala suerte que fue "escrachado" (para usar una terminología argentina) por los medios de comunicación presentes en el lugar.

Garzón cree que los latinoamericanos son idiotas y sumisos. Garzón supone que la colonización continúa y no se da cuenta que los pueblos se levantan una y otra vez para demostrar su hartazgo y desprecio a estos nuevos Cortéz y Pizarros que disfrazados de Telefónica, Repsol, BBV y Endesa pretenden amordazar y hambrear a los países del continente.

Garzón no puede entender -pero es tiempo ya de que lo anote en su agenda represiva- que son muchos los que saben que en España se tortura, se viola a los detenidos y detenidas, se destierra a los prisioneros políticos y sobre todo, se ilegalizan partidos, se clausuran periódicos y se intenta amordazar a la disidencia política vasca. Como muy bien ha informado siempre el diario La Jornada al que Garzón acusa de "manipulador".

Precisamente porque todo ello se sabe, es que empiezan a surgir solidaridades insospechadas contra el accionar impune de jueces españoles que se creen finqueros de latifundio.

De todos modos, lo que acaba de ocurrir en México es grave. No porque lo hayan sacado a Garzón con cajas destempladas sino porque demuestra que en nuestros propios países todavía quedan lacayos (A pesar de que el señor Vicente Fox, se esfuerce en desmentirlo en ruedas de prensa) dispuestos a violar sus propios preceptos constitucionales en aras de "quedar bien" con los amos del poder colonial. Lamentablemente para ellos, aún quedan los pueblos solidarios con todos aquellos que luchas por la autodeterminación, también algunos pocos pero meritorios funcionarios que cumplen con la letra de lo que debe ser un país independiente, y en especial, algunos medios honestos y progresistas como "La Jornada", dispuestos a contar lo que puede ser una gran afrenta a la nación mexicana. Entre todos, le estropearon la jugada a Garzón y sus mandantes.



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Carta del juez Baltasar Garzón al periódico La Jornada de México

La Jornada


Señora directora del diario La Jornada, Carmen Lira Saade.

Señora directora: Sé positivamente que no ha sido casual, ni siquiera errónea la información y opinión que ustedes han dado en estos días 29 y 30 de enero en su periódico sobre mi asistencia como Magistrado Juez a la práctica de la Comisión Rogatoria autorizada por las autoridades mexicanas.

Y digo que lo sé, porque específicamente ustedes han manipulado en forma grosera, con la clara intención de confundir a la opinión pública, lo que ha sido un acto de cooperación jurídica internacional propia entre países democráticos, respetuoso con las normas legales de ambos países y cumplidor de todas y cada una de las garantías exigidas por la ley mexicana y española, en cumplimiento del Tratado de Asistencia Judicial mutua.

Ninguna presión ha habido, como no sea la que deriva de su manipulación informativa con la connivencia de otras personas, que se desprende de la propia información hacia los jueces mexicanos con los que no he tenido ningún contacto.

A continuación le transcribo lo que ocurrió en la realidad conocida y vivida por mí.

En el día de ayer y sobre las 10:15 horas, la Comisión Judicial compuesta por el que suscribe y el Fiscal de la Audiencia Nacional, Enrique Molina Benito, acompañados de dos ayudantes del Fiscal mejicano, Mario Arzave, que ya estaba en el interior del establecimiento, se personaron en el Reclusorio Norte en cumplimiento de lo ordenado por su autoridad, con la intención de asistir a la práctica de las diligencias acordadas y autorizadas por los responsables mejicanos en la Comisión Rogatoria Internacional que se tramita en estos días en el marco de la investigación de un delito de integración en organización terrorista (ETA).

Una vez franqueada la entrada en el reclusorio por la parte que da acceso a los visitantes y familiares, firmamos en el libro registro y se nos facilitó una especie de credencial para el acceso, que en mi caso, por llevar traje negro, debió ser firmada en el reverso por tratarse de un color coincidente con el atuendo de los custodios.

Seguidamente y tras acceder a otra estancia por medio de un control rotatorio, fui cacheado y registrado mi maletín en el interior de una cabina por un funcionario de prisiones que me permitió entrar con mi teléfono celular (móvil).

A continuación, y sin que nadie nos ofreciera explicaciones de las razones por las cuales ninguna persona o autoridad hubiera salido a hacerse cargo de nosotros, fuimos conducidos a otra estancia, en donde tuvimos que entregar nuestros documentos de identidad.

Nuevamente pregunté si no existía un acceso para funcionarios o autoridades y el oficial que nos conducía indicó que sí pero que no era el caso y que teníamos que continuar por allí.

Por mi parte le indiqué cuál era el objeto de mi visita y que no me parecía correcto lo que estaba sucediéndome, me contestó que no protestara porque ya me habían dejado pasar con el celular y con traje negro y eso era un privilegio.

Ante lo absurdo de la situación y el tono desabrido del trato, incomprensible para mí, al tratarse de un acto oficial y autorizado, le pedí si podía hablar con algún responsable. La respuesta fue indicarme que continuara y que extendiera el brazo derecho, y que exhibiera la muñeca para que me marcaran con un número de identificación. Ante esta circunstancia y dado que no se había dado la más elemental información de cortesía al respecto, consideré oportuno retirarme y salir fuera del edificio hasta que se aclarase una situación que entendí, cuando menos, vejatoria para el cargo que representamos el señor fiscal y yo mismo, a parte de un trato personal absolutamente displicente.

Una vez fuera del centro, permanecí en unión del fiscal y el personal de seguridad aguardando en el interior del vehículo para que se nos informara sobre el acceso.

Después de una hora aproximadamente, el comandante encargado de la seguridad me informó que el acceso estaba permitido para mí y un policía, pero no para el señor fiscal, posibilidad que rechacé.

En este momento el fiscal, don Mario Arzave, que había tenido que salir del reclusorio, me comunicó que en el interior se encontraban medios de comunicación incluso con cámaras de televisión con la intención de grabar la diligencia y actuación judicial, a lo que se opuso frontalmente el señor fiscal Arzave. Ante esta circunstancia decidí no participar en la actuación y solicitar que él la suspendiera si así lo tenía por oportuno, al no garantizarse el secreto que la legislación española impone para las diligencias sumariales y considerar absolutamente irregular el hecho de que existieran periodistas en el interior y con acceso a las actuaciones que se iban a practicar.

Seguidamente la comisión judicial abandonó el lugar sin mayor incidencia.

Deseo resaltar que en ningún momento se nos impidió el acceso al centro penitenciario y que la decisión de abandonarlo primero y no entrar después en el mismo, fue debida exclusivamente a las razones antes expuestas.

Si después de esta nota ustedes no exigen explicaciones del porqué los medios de comunicación, que por cierto cumplen con su obligación de atender a la noticia, fueron autorizados a violar el sigilo de unas diligencias judiciales, y por qué se preparó todo para que la autoridad judicial fuera "cazada" por los mismos en el interior del Reclusorio Norte, ustedes carecen de credibilidad. Aunque supongo que les debe importar poco mi opinión. Pero a mí sí me interesa que los ciudadanos sepan si es o no real aquello que les transmiten.

Mire, no me preocupa en absoluto que ustedes me insulten o denosten mi trabajo y el de tantos profesionales de la justicia en México y España que tratan de proteger a los ciudadanos en sus derechos y en particular del terrorismo con arreglo a la ley, pero sí me preocupa que presenten como paladín de la libertad y de la dignidad restaurada a una organización terrorista que tantas muertes ha causado y que tanto dolor ha llevado y lleva a muchos hogares españoles y de otras nacionalidades.

La dignidad de un pueblo se consolida, no afirmando en forma hueca que se impidió entrar en un reclusorio a un juez, sino con el cumplimiento de la ley, como se ha hecho por las autoridades federales en este caso en la Comisión Rogatoria, y no mintiéndole al pueblo como ustedes han hecho.

Le aseguro, señora directora, que nunca he tenido "aires de corregidor" y que nunca he pretendido avasallar a nadie. Soy muy crítico con tantas cosas que España ha hecho a lo largo de su historia y que algunos gobernantes han realizado que se sorprendería, pero ahora tanto su gobierno como los responsables de la cooperación judicial internacional y los españoles, hemos cumplido la más estricta legalidad.

Siempre que he venido a este país lo he hecho con humildad, como ahora y siempre he respetado estrictamente las normas e instituciones y en particular a la Justicia del mismo y lo seguiré haciendo porque considero básica la armonía y cooperación de igual a igual entre nuestros estados y pueblos. Sin embargo, y con todo respeto, actitudes como la suya, en el caso que nos ocupa, no contribuyen en nada a ese fin, sino exactamente a lo contrario.

Espero y deseo que este incidente sea sólo una manifestación aislada y que no marque una trayectoria permanente.

México, DF, 30 de enero de 2004.

Atentamente,

Baltasar Garzón Real
Mira també:
http://www.kaosenlared.net/
http://www.esfazil.com/kaos/noticia.php?id_noticia=746

Comentaris

Re: Garzón en México... toda una experiencia!!!
02 feb 2004
Garzon Torturador: algun dia seràs jutjat pel poble.
Sindicato Sindicat