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Rosa Luxemburgo: La Rosa Roja del proletariado
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per Barbara Funes |
30 gen 2004
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Nacida el 5 de marzo de 1871, días antes de que los obreros franceses proclamaran la Comuna de París, la vida de Rosa Luxemburgo estuvo signada por la revolución, desde sus inicios en la lucha antizarista en Polonia hasta su vil asesinato en Alemania, en enero de 1919. A 85 años de su muerte la recordamos porque, más allá de las diferencias que se pueda tener con algunas de sus ideas, es un ejemplo cabal para los revolucionarios de todas las épocas. |
Su juventud
Rosa Luxemburgo nació en el seno de una familia judÃa en Polonia, en la época en que Alemania y Rusia se disputaban ese territorio. A los 16 años, ya militaba en el Partido Revolucionario Socialista Proletariat. Una huelga, que concluyó con 46 obreros asesinados por la guardia zarista y la persecución polÃtica, la obligó a exiliarse en Zurich, donde concurrió a la universidad. En 1893 junto a León Jogiches fundó un nuevo partido, que comenzó a editar el periódico La Causa Obrera. Ella redactó un informe sobre el nuevo partido para la IIº Internacional revelando ya, a los 22 años, su gran capacidad como dirigente.
Frente a la revolución rusa de 1905, Rosa –que era la única que se interesaba por las cuestiones rusas en la IIº Internacional-, escribe numerosos artÃculos y pronuncia conferencias ante los obreros alemanes, mientras la burocracia del partido miraba hacia otra parte. Esto le costó una condena por incitación a la violencia y una temporada en prisión. Sin embargo, frente a la división dentro del partido ruso entre mencheviques y bolcheviques, Rosa se mantuvo equidistante. Su concepción de la “organización como procesoâ€? se enfrentaba a la tesis leninista de la necesidad de un partido dirigente, organizado conforme a los principios del centralismo democrático.
En 1907, participó en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, encabezada por su amiga Clara Zetkin. Por su condición de mujer, judÃa, extranjera y revolucionaria, los problemas la persiguieron hasta dentro de su partido. A los 27 años, replicó a los insultos de la redacción del periódico socialdemócrata Vörwarts, que censuraba sus artÃculos, reclamando que el partido llamara a la huelga general y a la insurrección.
El año de la revolucion
En los inicios de la Primera Guerra Mundial de 1914, el bloque de diputados de la socialdemocracia alemana votó casi unánimemente los créditos de guerra. Rosa repudió esta polÃtica y fue nuevamente detenida: se le abrió juicio por incitación a la insubordinación de las tropas. Pero ella replicó que podÃan encarcelarla o hacer lo que quisieran porque no claudicarÃa jamás de sus convicciones. Su condena levantó una oleada de indignación y sus denuncias contra la guerra imperialista tuvieron cada vez más auditorio. Asà fue como encontró a su aliado más fiel, Karl Liebknecht, con quien fundó la fracción Espartaco dentro del Partido Socialdemócrata Alemán, en enero de 1916.
Pronto se hacen sentir los ecos de la revolución rusa en Alemania. El 28 de enero de 1919 se declara la huelga general y se inicia la formación de Consejos Obreros. El proletariado mejor organizado del mundo se habÃa lanzado a la batalla: como nunca antes estaba en juego el futuro de la revolución mundial. El 31 de enero la huelga es prohibida y se declara el estado de sitio. Comienza la represión: en marzo, Rosa y otros espartaquistas son encarcelados.
Entre el 15 y el 17 de abril se producen huelgas de masas en BerlÃn. En setiembre los dirigentes reformistas de la socialdemocracia deciden participar en el gobierno nacional. El 20 de octubre Liebknecht es liberado de la prisión y es recibido en BerlÃn por más de 20.000 trabajadores. El dÃa 30 se producen los primeros motines de la marina de guerra, que son reprimidos y arrojan el saldo de 400 prisioneros. El 3 de noviembre, se producen nuevos motines y decenas de miles se organizan en Consejos. Los dirigentes revolucionarios hacen un llamamiento a la huelga general. En Stuttgart hay una manifestación a favor de la República Socialista. El dÃa 5 todo Kiel está en huelga y el poder pasa a manos de los Consejos de Obreros y Soldados.
El gobierno de Noske promete amnistÃa a cambio de que todo vuelva a la normalidad. Al dÃa siguiente, los obreros abandonan las fábricas y toman el control de la ciudad. El 8 de noviembre las masas revolucionarias llegan a las puertas de la prisión de Breslau (Polonia) y liberan a Rosa.
La marea de la revolución se extiende a decenas de ciudades. Ebert, dirigente socialdemócrata, se comunica con el Canciller Max de Bade y le dice: “Si el emperador no abdica, la revolución social es inevitable. Tampoco yo deseo la revolución. Para mà es como un pecado�. Pero el Consejo de Obreros y Soldados de Munich proclama la República, destituyendo al gobierno monárquico.
El 9 de noviembre la revolución llega a BerlÃn. La policÃa abandona sus puestos y los cuarteles son abiertos a las masas. El Canciller comunica la renuncia del emperador, mientras los dirigentes de la socialdemocracia proponen a los socialdemócratas independientes la formación de un gobierno común. Max de Bade también renuncia y el socialdemócrata Ebert es nombrado Canciller.
Se proclama la República Alemana y se nombra un Consejo de Comisarios del Pueblo, mientras los espartaquistas editan el primer número del periódico Bandera Roja. Al dÃa siguiente, Ebert se pone inmediatamente en contacto con el Estado Mayor para preparar la lucha contra el “bolchevismoâ€?.
Del 16 al 21 de diciembre se reúne el Primer Congreso de los Consejos de Obreros y Soldados de Alemania. El programa que sostienen los espartaquistas plantea todo el poder a los Consejos de Obreros y Soldados, la disolución del Consejo de Comisarios del Pueblo presidido por Ebert, el desarme de la contrarrevolución, dotar de armamento al proletariado y un llamamiento internacional a los proletarios de todo el mundo para la formación de Consejos de Obreros y Soldados que lleve a cabo la revolución socialista mundial. Mientras tanto la burguesÃa trataba de reorganizar sus fuerzas armadas y contraatacaba en varias ciudades, formando “Cuerpos de Seguridadâ€?.
Asesinada por un “perro policia� socialdemócrata
Finalmente, el 1º de enero de 1919, nace el Partido Comunista Alemán, del cual Rosa redactó el programa. Mientras tanto es desarmado uno de los regimientos revolucionarios más importantes en Bremen. El dÃa 4 es destituido el jefe de policÃa de BerlÃn, miembro del ala izquierda de los socialdemócratas independientes. Se suceden las manifestaciones contra esta destitución y el Partido Comunista llama a la huelga general. Los revolucionarios van ocupando todos los diarios. Se le otorgan plenos poderes a Noske para frenar el movimiento quien contesta: “Bien. Uno de nosotros debe ser el perro policÃa. No temo esa responsabilidadâ€?. El dÃa 11 los locales del diario Vorwärts, ocupados por los revolucionarios, son asaltados por las tropas.
El 15 de enero, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht son asesinados por orden de Noske. El 16, el gobierno cierra el diario Bandera Roja. DÃas más tarde, se realiza el entierro de Liebknecht, pero el cadáver de Rosa aún no ha aparecido. Recién se lo encontrará el 31 de mayo.
De a poco, el gobierno se consolida, mientras los Consejos son despojados de su poder. Del 20 al 23 de enero se producen huelgas de protesta por el asesinato de Rosa y Liebknecht. El 3 de marzo se declara la huelga general en BerlÃn; pero, finalmente, el gobierno declara el estado de sitio que continuará hasta fines de ese año.
A lo largo de 1919 se suceden las luchas y las huelgas, cada vez enfrentadas a un ambiente mayor de represión y persecución por parte del gobierno y las tropas de Noske. La revolución ha sido derrotada, pero no ha muerto.
Luxemburgo y Liebknecht fueron los dirigentes más conocidos. Junto a ellos cayeron en las calles miles de obreros revolucionarios: otros inauguraron los primeros campos de concentración. Dicen que todavÃa hay una pintada en los muros de los barrios obreros alemanes: ¡Trotzalledem! (¡Adelante a pesar de todo!), frase que pronunció Liebknecht al enterarse de las amenazas de muerte que pendÃan sobre ellos.
No han muerto en vano. Las lecciones de la revolución alemana y sus protagonistas contribuirán a la emancipación del proletariado mundial. Tal como decÃa Rosa, un camino de derrotas pero cuyas lecciones conducirán a la victoria final. |
Mira també:
http://www.pts.org.ar/contenido/lvo132luxemburgo.htm http://www.pts.org.ar/contenido/lvo132panyrosas.htm |
Comentaris
La huelga de PAN Y ROSAS
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per Celeste Murillo |
30 gen 2004
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Una mancha de tinta se expande en la tela porque penetra profundamente sus fibras. Una acción decisiva cambia a sus protagonistas porque penetra, como la tinta a la tela, profundamente la fibra de sus vidas. Esa es la historia de las mujeres de Lawrence (Massachusetts, EE.UU.), que protagonizaron una huelga que culminarÃa con implementación de la jornada reducida, aumento de salarios y reconocimiento de los sindicatos. Este mes se cumplen 92 años de esa lucha, conocida como la huelga de “pan y rosasâ€?.
Queremos el pan...
La década que inauguró el siglo XX en EE.UU. se vio plagada de huelgas duras, en gran parte protagonizadas por obreras textiles, la industria pujante del momento. La industria textil empleaba gran cantidad de mano de obra inmigrante –atraÃda por avisos mentirosos desde la empobrecida Europa-, femenina e infantil. Más de la mitad eran mujeres, muchas de ellas, menores de 18 años.
El año nuevo de 1912, lejos de los banquetes burgueses, las trabajadoras de Lawrence salÃan a la huelga. La enorme mayorÃa no estaba organizada en sindicatos, ya que la AFL1 sólo afiliaba obreros calificados, es decir, varones blancos. La organización que encabezó la huelga fue la IWW2, que por el contrario, veÃa indispensable organizar a los más explotados entre los trabajadores: mujeres, negros e inmigrantes.
El 10 de enero se realiza la primera reunión en la IWW, donde mil obreras, que acaban de recibir su cheque con un salario menor, deciden llamar a la huelga. La primer medida que se toma, además del fondo de huelga, es el método del piquete masivo alrededor de las fábricas: se resolvió formar una lÃnea infinita alrededor de los establecimientos, que se mantenÃa las 24 horas y se movÃa constantemente, haciendo imposible, a los carneros y la policÃa, entrar a la fábrica.
... pero también las rosas
La huelga se extiende, las obreras se mantienen firmes y la patronal también. El comité de huelga instala guarderÃas y comedores comunitarios para los hijos de las obreras. Las medidas apuntan a facilitar la participación de las trabajadoras. Además se realizan reuniones sólo de mujeres, ya que también es necesario combatir el machismo que reinaba entre los activistas.
La IWW tiene una polÃtica especial dirigida a los niños, que enfrentan los ataques de maestros, vecinos y amigos por la actividad de sus madres: inauguran reuniones infantiles del sindicato donde se discute por qué sus madres y padres están en huelga. Finalmente se decide enviarlos a otras ciudades, donde los albergan familias solidarias con la lucha. En el primer tren salen 120 chicos, que regresarán a casa cuando finalice la huelga. En el momento en que se dispone a salir el segundo tren, la policÃa desata la represión contra los niños y las mujeres que los acompañan. Este episodio lleva el conflicto a las páginas de los diarios nacionales y al Congreso.
La gran difusión, la firme decisión de las obreras y el miedo de la burguesÃa a que se extienda la huelga, hace ceder a los patrones que aceptan la jornada laboral reducida y el aumento de los salarios, temerosos de que se propagara el grito de “queremos el pan, pero también las rosasâ€?. Estas obreras de principios de siglo, tomaron el cielo por asalto y lograron una de las primeras victorias del proletariado en EE.UU., además de mostrar el protagonismo decisivo de las mujeres en las grandes luchas obreras.
1 American Federation of Labor (Federación Americana del Trabajo)
2 Industrial Workers of the World (Trabajadores Industriales del Mundo)
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Elizabeth, muchacha rebelde
A pocas semanas de iniciada la huelga, los dirigentes son arrestados y la IWW envÃa de inmediato a Elizabeth Gurley Flynn y otros activistas para suplantar a los dirigentes presos. Elizabeth tenÃa, entonces, sólo 22 años. Hija de militantes socialistas, dio su primer discurso, titulado “Qué hará el socialismo por las mujeresâ€?, a los 16 años. En la IWW la llamaban “Juana de Arco de la clase obreraâ€? y “Muchacha Rebeldeâ€?.
Fue militante por la libertad de los anarquistas Sacco y Vanzetti y la reconocÃan como especialista en “polÃtica de defensa obreraâ€?, por su trabajo a favor de los presos polÃticos. También fue una gran defensora de los derechos de las mujeres, como la equidad salarial, el derecho al voto y las campañas por el control de la natalidad. DecÃa: “Las mujeres trabajaban en las fábricas por un salario más bajo y además tenÃan que hacer todo el trabajo de la casa y cuidar de los niños. La vieja actitud de los hombres de ‘amo y señor’ era fuerte y al final del dÃa de trabajo, o ahora, de las tareas de la huelga, el hombre llegaba a la casa y se sentaba, mientras su esposa hacÃa todo el trabajo: preparar la comida, limpiar la casa, etc. Hubo una oposición masculina considerable a que las mujeres vayan a las reuniones y marchen en los piquetes. Combatimos resueltamente estas nociones. Las mujeres querÃan lucharâ€?.
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Agrupación Pan y Rosas
La agrupación Pan y Rosas surgió de la solidaridad con las obreras de Brukman y del viaje a Rosario para el XVIIIº Encuentro Nacional de Mujeres, donde las mujeres del PTS y otras compañeras independientes enfrentamos juntas el ataque de la Iglesia y nuestra bandera por el derecho al aborto libre y gratuito –que fue tapa de Página 12- encabezó el escrache a la Catedral.
Nos pronunciamos contra la opresión de las mujeres, convencidas de que esta lucha no es sólo antipatriarcal sino también profundamente anticapitalista, porque es imposible que haya respeto por las diferencias e igualdad de derechos en un sistema que se sostiene en la explotación de millones de hombres y mujeres que sólo cuentan con su fuerza de trabajo.
La abolición del trabajo asalariado y las clases sociales, si bien no resuelve Ãntegramente el problema de la opresión, sienta las bases de una sociedad inmensamente más democrática posibilitando un enorme avance en la lucha por la emancipación de las mujeres. Por eso, nos pronunciamos por la revolución social que establezca un gobierno de la clase obrera y el pueblo, donde las mujeres obreras serán, sin duda, su destacamento de vanguardia, como se ha demostrado hasta ahora.
<panyrosasparatodas ARROBA yahoo.com.ar> |
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