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Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
Artículo que muestra los vinculos entre el supuesto izquierdista Chomsky y neonazis que niegan el holocausto
Compañeros en el odio: Noam Chomsky y los negadores de Holocausto

Por Werner Cohn
Traducido por Ã?ngel Vaca Quintanilla

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© Werner Cohn, 1985, 1995
Publicado por Avukah Press, Cambridge
Disponible en Internet en su versión original en la página del autor.

Indice

Prefacio a la edición de 1994
Las alianzas ocultas de Noam Chomsky
Chomsky y los neo-nazis
¿Es un asunto de libertad de expresión?
De Marlen a Faurisson
Las supuestas bases "documentales" del antisionismo
Notas

Prefacio a la edición de 1994

Avram Noam Chomsky, célebre lingüista del Instituto Tecnológico de Massachussets, es sin embargo más conocido por su filosofía izquierdista. Este libro pretende dejar claro que, en realidad, esa filosofía proviene tanto de la ultraderecha (especialmente, de la antisemita) como de la retórica de la izquierda norteamericana.

En marzo de 1989, no mucho después de la publicación de la primera edición de este libro, A. M. Rosenthal, del New York Times, escribió un artículo en conmemoración del décimo aniversario del tratado de paz entre Egipto e Israel. Aunque el tono del artículo era en general favorable a Israel, el autor también reprobaba la actitud de los judíos ante lo que calificaba como "el error histórico de rehusar a reconocer la realidad y el sufrimiento del Pueblo Palestino".

Uno de los argumentos de Rosenthal era que Jordania es un estado palestino (el territorio de esta nación se sitúa sobre el que el Reino Unido asignó originalmente a Palestina), por lo que se oponía a la creación de un segundo estado en esa zona. Esta opinión fue suficiente para desatar el legendario mal genio de Chomsky. El profesor escribió:

"Podríamos preguntarnos cómo reaccionarían los judíos si los árabes afirmaran que no se merecen una ‘segunda patria’, porque ya poseen Nueva York, con una población judía enorme, medios de comunicación que tienen controlados, un alcalde judío y el dominio de la vida cultural y económica". 1

Ocurre que Rosenthal no utiliza en ningún momento ni la expresión ni el concepto de "segunda patria". Aún así, a Chomsky le parece apropiado entrecomillar esas palabras, para atribuirlas textualmente a Rosenthal. Como veremos en este libro, este profesor del MIT suele manipular lo que escriben los demás. Pero no adelantemos acontecimientos.

Lo que resulta verdaderamente llamativo en el párrafo citado es el tono displicente que Chomsky emplea para referirse a los judíos de Nueva York y el hecho de que su malicia no se asimila al típico "antisionismo" de la izquierda. El blanco de su ataque en ese fragmento son, simplemente, los judíos, sin preocuparse por fingir "antisionismo pero no antisemitismo".

Ciertamente, cuando Chomsky redactó esa respuesta, el alcalde de Nueva York era judío y había una importante población judía en la ciudad. También había judíos en los medios de comunicación y en todos los niveles. No es menos cierto que los judíos tenían una gran presencia en la cultura y la economía neoyorquinas. Estos hechos son innegables.

Pero ¿qué son los "medios de comunicación controlados por los judíos"? ¿Qué se pretende decir con que "los judíos dominan la vida cultural y económica"? Son afirmaciones llenas de odio, producto del clásico antisemitismo, con las que se sugiere que los judíos no actúan como individuos, sino como agentes de un enorme cabildeo. La típica propaganda antisemita siempre ha proclamado que los artistas y hombres de negocios judíos, no persiguen las mismas metas que otras personas. No; para Chomsky, esos hombres y mujeres están "controlando los medios de comunicación" y "dominando la vida económica y cultural", con todas sus habilidades como judíos y en nombre de un esquema judío.

Pero, antes de nada: ¿es el propio Chomsky quien hace esas afirmaciones antisemitas? ¿O se trata de algún musulmán anónimo? El profesor no aclara nada al respecto, ni tampoco dice explícitamente que no es él, dando por sentado que es ese árabe hipotético quien habla, sin especificar si da o no por justificables esas acusaciones.

Lo que no dice explícitamente Chomsky en su respuesta, lo dice implícitamente. Al mezclar hechos reales con acusaciones de "controlar" los medios y "dominar" la cultura, todo ello en la misma frase y con el mismo tono, está ratificando y justificando las proclamas antisemitas. Y lo consigue sin implicarse directamente. El profesor se muestra, como siempre, astuto, en todos los sentidos de la palabra.

En realidad, estamos ante un magnífico ejemplo de la retorcida ambigüedad de Chomksy. Hace sus afirmaciones antisemitas de forma directa y entonces, en el guiño de complicidad a sus seguidores neo-nazis (a quienes nos volveremos a encontrar más adelante) fabrica una respuesta para sus adeptos de izquierdas: no soy yo el que dice todo esto, no señor, pero, ¿cómo podría evitar que un musulmán oprimido hiciera unas observaciones tan interesantes?

En los márgenes de la sociedad israelí se ocultan, fuera de la vista de los turistas e incluso de sus propios ciudadanos, un buen número de charlatanes, visionarios, fanáticos y demás sabelotodos. Ese tipo de gente resulta de interés principalmente para los sociólogos y periodistas que se ganan la vida describiendo rarezas y curiosidades. Ante ellos, los israelíes normales simplemente se encogen de hombros y asumen que los judíos, como todos los demás pueblos, tienen su cuota de chiflados.

Pero incluso en Israel, con su tolerancia a los excéntricos y perturbados, el caso de Israel Shahak merece un comentario aparte. Es, sin ninguna duda, el más conspicuo judío antisemita del mundo. De hecho, su especialidad es de lo más infrecuente, incluso entre los antisemitas no judíos; es decir, es infrecuente desde que el nazismo fue derrotado. Consiste en difamar el Talmud, al igual que hicieron los nazis. Más aún, ha convertido en una forma de vida, su afán por popularizar las maquinaciones en contra del Talmud de Johann Eisenmenger, un antisemita alemán del siglo XVIII. 2

Shahak, que en la actualidad es un farmaceutico jubilado, viaja por todo el mundo proclamando una tesis muy sencilla: los judíos, con sólo algunas pocas excepciones (adivinen ustedes quiénes podrían ser), son malvados. El Talmud les enseña a ser unos criminales, y el Sionismo es un resumen de todas las maldades. Naturalmente, Shahak es un defensor activo y entusiasta del terrorismo islámico.

El panfleto más reciente de Shahak, Historia Judía, Religión Judía (Jewish History, Jewish Religion; London and Boulder, Colorado, 1994) exige a los judíos que se arrepientan de sus pecados y de los de sus antepasados. Para empezar, dice Shahak, los judíos deberían aplaudir, retroactivamente, las "manifestaciones antisemitas populares del pasado" como, por ejemplo, las masacres de Chmielnicki, en Ucrania, en el siglo XVII. Según Shahak, éstas no fueron sino alzamientos "progresistas".

En lo que concierne a los judíos de la actualidad, Shahak asegura que "a los niños se les enseña" a musitar una maldición ritual cada vez que pasan frente a un cementerio no judío. Aún más, asegura que "antes y después de cada comida, el judío piadoso se lava las manos... en una de esas ocasiones, está adorando a Dios... pero en la otra, está adorando a Satán".

Historia Judía, Religión Judía es un folleto tan enormemente absurdo de por sí, que difícilmente se venderá lo suficiente como para amortizar lo que costó producirlo. Pero no es un escrito aislado. Está prologado por un famoso escritor, Gore Vidal, que asegura que no es antisemita. El libro también incluye, en su portada, una defensa entusiasta a cargo de Noam Chomsky, que dice "Shahak es un investigador sobresaliente, dotado de una perspicacia y profundidad de conocimientos notables. Su trabajo está muy documentado y resulta penetrante. Es una contribución de gran valor". 3

De modo que es así como ahora se examina a los estudiosos en el Instituto Tecnológico de Massachussets.

Desde que apareció este libro por primera vez, en 1988, se han publicado varios trabajos acerca de los negadores del Holocausto y otros temas afines, que han sido críticos con Chomsky. Sin embargo, creo que esos ensayos, en conjunto, no son totalmente satisfactorios. Sus autores suelen mencionar algunos de los casos más evidentes de la conducta infame del profesor, pero sin centrarse en lo que yo consideraría como el problema que subyace bajo el fenómeno Chomsky.

Como se demuestra detalladamente en este libro, Chomsky prestó su nombre para apoyar a Robert Faurisson, un conocido neo-nazi francés negador del Holocausto. Además, ha publicado artículos en una revista de este corte ideológico y ha tratado por todos los medios de que los neo-nazis franceses editaran libros suyos. Ha propagado la idea antisemita de que el judaísmo es básicamente antisocial. No obstante, la intención, tanto de las críticas de Chomsky como de sus alabanzas, es la de recalcar su imagen de partisano de la izquierda política. Su empleo de una retórica antisemita (no siempre oculta tras un velo de "antisionismo") se ignora sistemáticamente tanto por sus detractores como por sus simpatizantes (sus acólitos, por supuesto, son un caso aparte).

¿Cómo se puede responder a semejante negligencia?

En primer lugar, tenemos la bien conocida astucia de Chomsky, como ya se observó en su comentario al artículo de Rosenthal. Pero ésta, por sí sola, difícilmente habría podido despistar a los autores eruditos y sofisticados que han escrito sobre él (aunque, desde luego, ha podido tener algo que ver en bastantes casos).

En segundo lugar, tenemos lo oculto de gran parte de la bibliografía de Chomksy. Algunas de sus proclamas más maliciosas han aparecido tanto en publicaciones ultraizquierdistas como neo-nazis, con frecuencia en francés, con lo que han permanecido ocultas para del grueso de los lectores estadounidenses. 4 La descripción más reveladora de la estrecha relación de Chomsky con los neo-nazis fue escrita, en francés, por su socio Pierre Guillaume y publicada por una desconocida editorial parisina (como comento en detalle entre las páginas 52 y 62 de este ensayo; pido al lector que preste a este tema especial atención). Pero, por otro lado, el profesor también ha hecho algunas afirmaciones descaradamente antisemitas, como por ejemplo, sus declaraciones acerca de las enseñanzas "genocidas" del judaísmo, tal y como puede verse en "The Fateful Triangle", uno de sus libros, bien accesible y muy conocido.

En otras palabras, la célebre habilidad que Chomksy tiene para ofuscar y lo oculto de gran parte de sus publicaciones, pueden explicar (sólo parcialmente) por qué sus relaciones con los neo-nazis han escapado a la crítica general.

Desde mi punto de vista, hay algo que hace más difícil entender el fenómeno Chomsky. Creo que existe una arraigada mentalidad que tiende a dividir la política en "izquierda" y "derecha" y que ve a la primera incapaz de atormentar a los judíos. Incluso algunos de los escritores más lúcidos caen de vez en cuando en esta trampa.

Cualquier persona informada sabe, por descontado, que siempre ha existido antisemitismo en la izquierda. Aunque últimamente, se le disfraza de "antisionismo", es una vieja historia que se remonta hasta el siglo XIX. 5 En tiempos más recientes, la Unión Soviética, mientras existió, se encargó de propagarlo mediante facciones disidentes de la izquierda y no menos aún mediante la propaganda de los progresistas del cristianismo protestante. 6 Sin embargo, la retórica siempre ha sido esencialmente distinta de la del antisemitismo de la derecha. Mientras éste se expresaba en términos racistas o religiosos, la izquierda tendía a emplear un vocabulario propio del humanismo marxista.

Estas diferencias argumentales han llevado a la conclusión errónea de que la derecha y la izquierda son ideológica y socialmente incompatibles y que los antisemitismos de una y de otra son mutuamente excluyentes. Como consecuencia, se asume incorrectamente que un defensor de la ideología izquierdista no puede estar involucrado en cualquier anticuado ataque al judaísmo. La postura más característica de Chomsky, que le pinta como un gladiador de la izquierda, batallando contra el Sionismo, es una coartada que ha resultado serle muy útil.

Benito Mussolini comenzó su vida política como un socialista revolucionario. Cuando creó el Fascismo no abandonó ni los métodos ni las doctrinas de su viejo resentimiento "anti-burgués". De un modo parecido, el "nacionalsocialismo" hitleriano, por su propia definición, usaba las maneras, ideologías e incluso a los miembros de la ultraizquierda. En muchos lugares de la Europa de la preguerra, comunistas, nazis y anarquistas, aunque andaban enzarzados en peleas callejeras7, no tenían inconvenientes en pasar juntos de un terreno a otro según la ocasión lo requiriera. 8

Los factores comunes de esta sórdida algarada ultra-radical entre izquierdas y derechas, eran el antisemitismo, el culto a la violencia y la mendacidad desenfrenada; en pocas palabras: el rechazo a la respetabilidad de la burguesía. Todos estos ingredientes han creado un caldo de cultivo que aún perdura hoy día.

Los grupos sectarios que en la Europa actual se declaran abiertamente nazis e izquierdistas a la vez, como por ejemplo los "Nacional Bolcheviques", o los miembros de la Tercera Vía en Francia e Italia, siguen ocultos a la opinión pública.9 Este oscurantismo envuelve también a La Vieille Taupe (descrita más adelante en este libro) el principal vínculo de unión entre Chomsky y los neo-nazis. Sin embargo, aunque dicho caldo de cultivo ha permanecido oculto casi siempre, sobre todo en los años de la posguerra, de vez en cuando emerge y consigue llamar la atención pública. Y entonces, se muestra especialmente virulento, como el cólera. Cuando ya no lo vemos, creemos que lo hemos derrotado, pero el virus sigue latente y dispuesto a propagar una epidemia en cuanto se den las circunstancias.

Después de la Guerra de los Seis Días, en 1967, la Unión Soviética rompió sus relaciones diplomáticas con Israel y la Internacional Comunista se embarcó en una feroz campaña de propaganda difamatoria contra el estado judío. En el transcurso de ésta, la línea que separa el antisemitismo del antisionismo se difuminó deliberadamente. Los comunistas anti-stalinistas, como los trotskistas, fueron aún más lejos e impacientes por superar el órdago de Moscú, comenzaron a emplear un discurso antisemita que hasta la fecha había sido propiedad de la ultraderecha: los judíos de Israel (y no sólo los "capitalistas" que se contaban entre ellos) formaban ahora una "nación opresora". Por todo el mundo, se caricaturizó a los judíos como una casta de "usureros" 10 (como veremos más adelante, es de esta ultraizquierda anti-stalinista de la que Chomsky aprendió sus primeras lecciones políticas).

Pero estas maniobras marginales pasaron desapercibidas para el gran público. Fue necesaria la intervención de ciertos individuos especialmente destacados, para que el tema consiguiera una publicidad sustancial y eso a pesar de la naturaleza generalmente excéntrica, nefasta y ridícula de sus declaraciones. Esas personas consiguieron explotar una prominencia o notoriedad que les llegó de forma fortuita. Fueron muchos, pero sin contar al propio Chomsky, el más conocido bien podría ser Jacques Vergès.

Vergès es un abogado francés de ascendencia franco-vietnamita y un antiguo miembro del Partido Comunista y más tarde militante activo de la Nueva Izquierda. Saltó a la fama mundial cuando, hace unos 10 años, ejerció de abogado defensor de Klaus Barbie, un oficial nazi durante la ocupación de Lyon, que terminó siendo arrestado, acusado de múltiples asesinatos. 11. El interesante documental de Marcel Ophuls titulado Hotel Terminus, proporciona más de un dato revelador sobre la personalidad y las actividades del Maître Vergès.

Vergès, al igual que Chomsky, es aún considerado como un eminente representante de la izquierda. Es un activista mundial contra los Estados Unidos y las Democracias Occidentales. Promovió la agitación contra la guerra francesa en Argelia y está, de forma vehemente, al lado de los terroristas musulmanes, tanto como abogado defensor como propagandista. Al mismo tiempo, es un miembro activo del movimiento de los neo-nazis más recalcitrantes. Según Erna Paris, autora del libro "Unhealed Wounds" ("Heridas abiertas"), Vergès ingresó en el movimiento neo-nazi gracias a François Genoud, un financiero ultraderechista suizo cuyos fondos, al parecer, provienen del dinero que se les robó a los judíos durante la guerra. Es probable que la defensa de Barbie fuera financiada con fondos de Genoud y de algunos grupos terroristas islámicos. Paris asegura que Genoud "personifica un híbrido entre extremismo ultraizquierdista y neo-nazi... podría incluso decirse que ha creado escuela". 12

Vergès llevó la defensa de Barbie como una farsa mezcla de teatro callejero y parodia. Afirmó que los auténticos criminales durante la Segunda Guerra Mundial no fueron los nazis; no: los verdaderos criminales fueron los judíos. Lo fueron tanto durante la guerra, como lo son hoy día, por sionistas. También fueron criminales los miembros de la Resistencia Francesa. Además, el gobierno de Francia es culpable por su guerra en Argelia y otras ofensas similares. Por estos motivos, decía Vergès, Barbie debía ser absuelto. La Corte de Lyon estuvo en desacuerdo, todo hay que decirlo, pero no antes de que Vergès consiguiera publicidad mundial para él y para su ideología de lo absurdo.

En el verano de 1994, Vergès salió de nuevo en las noticias. Una vez más, su rostro, tan impactante y exótico, y que nos es tan familiar gracias a Hotel Terminus, volvió a mofarse de nosotros con su clásica sonrisa de superioridad. En esa ocasión representaba al célebre "Chacal", (Carlos Ilich Ramírez Sánchez) acusado en París de numerosos asesinatos en nombre de varios grupos terroristas islámicos. Además, existen ahora informes procedentes del antiguo gobierno de Alemania Oriental, que sitúan al abogado francés como miembro de organizaciones terroristas. 13

Vergès y Chomsky comparten un programa político y un estilo de violencia y vituperación comunes. Son anti-Israel sin excepción. Mientras trabajan con las izquierdas que se oponen a las Democracias Occidentales (y de hecho dependen totalmente del apoyo de dichas izquierdas) también respaldan, sin ningún pudor, a movimientos neo-nazis, especialmente en cualquier asunto que implique a los judíos.

Y así llegamos al verdadero significado del fenómeno Chomsky. Junto con Vergès y varios otros prominentes americanos y europeos, ha conseguido salvar al viejo odio antisemita de la extinción a la que, de otro modo, habría estado avocado en el mundo post-hitleriano.

Pero hay algo más. Al contrario que Vergès, Chomsky es judío. Este es un hecho que, seguramente, puede tener bastante interés. Algunos lectores me han pedido que especule acerca de la psicología de un judío que se comporta de esta manera. Desafortunadamente, no tengo nada que ofrecer, que no haya podido dar ya al lector atento. Después de todo, Chomsky no es el primer judío de la Historia, ni seguramente será el último, que dedica su vida a este tipo de empresa.

Desde la primera edición de este libro, se han reforzado los vínculos de Chomsky con el Institute for Historical Review (Instituto para la Revisión de la Historia), una organización neo-nazi y negadora del Holocausto.

El sello editorial del IHR se llama Noontide Press y la negación del Holocausto es sólo uno de los platos del menú antisemita de este supermercado del nazismo. El último catálogo de NP se publicó en 1995 y entre sus ofertas se cuentan comentarios sobre algunas películas filmadas por los nazis, que están prohibidas en Alemania a causa de su descarada propaganda del régimen nacionalsocialista (página 29) además del célebre Protocolo de los Sabios de Sión (página 10), algunos libros escritos por Adolf Hitlet y Joseph Goebbels (páginas 10 y 12) y uno de los últimos trabajos del padre Coughlin (página 7). Chomsky está presente con varios trabajos: The Fateful Triangle (página 16), Necessary Illusions (página 11) y Pirates and Emperors (página 12). Según el IHR, el profesor "arroja luz como ningún otro, sobre Israel, el Sionismo y la complicidad estadounidense" (página 4).

También desde la primera edición de este libro, Chomsky y sus amigos han seguido produciendo una auténtica riada de propaganda. Está la "Common Courage Press", en Maine y la "Black Rose Books" en Canadá, además de otras empresas, imprimiendo panfletos suyos y de sus colaboradores. Las revistas "Z Magazine" y "Lies of Our Time", entre otras, publican sus artículos. La radio Pacifica emite incansablemente sus discursos. 14. Y por último, una de las asociaciones de Chomsky se las ha arreglado para hacerse con fondos públicos canadienses, con los que ha producido una película hagiográfica titulada Manufacturing Consent, centrada en el propio profesor.

Chomsky no ha variado sus argumentos en medio de esta avalancha de palabrería. La mayor parte de lo que dice se resume simplemente en que los Estados Unidos e Israel son culpables de todos los males del mundo.

El chomskismo previo a las negociaciones de paz siempre alabó a la OLP y a su presidente, Yasser Arafat, para quien, hasta hace muy poco, Chomsky era el modelo de judío auténtico. Pero ahora que Arafat está negociando con el enemigo, el profesor se ha transformado repentinamente en un feroz oponente. El 17 de Abril de 1997, Chomsky ofreció un discurso en el Community Teather de Berkeley (California) en el que aseguraba al respecto que "algo está pasando". 15. Súbitamente, ha descubierto que la OLP está "corrupta", que es una dictadura y que Arafat se está vendiendo. Todo el proceso de paz no es más que un complot de Estados Unidos e Israel. Chomsky no deja lugar a dudas: mientras no haya una rendición incondicional de los israelíes, se opondrá y denunciará cualquier capitulación palestina en su intransigente guerra contra los judíos.

Por último, como ya se ha visto, Chomsky ha premiado, con su recomendación, al panfleto difamatorio de Israel Shahak contra el Talmud y los judíos.

El profesor entrará pronto en su octava década de vida. Da la impresión de que otras personas similarmente enajenadas (parece que Vanessa Redgrave está entre éstas) sufren una disminución de la inspiración que obtienen de su odio, conforme van envejeciendo. Otras, sin embargo, se vuelven más infames. Esperemos, más por su propio bien que por el nuestro, que Avram Noam Chomsky, hijo de un célebre erudito hebreo que le adiestró en el judaísmo cuando era joven, encuentre la paz de la moderación mientras envejece.

La primera edición de este libro fue publicada por Americans for a Safe Israel (Americanos por un Israel seguro). Mantengo una gran deuda de gratitud con aquellos que me ayudaron a escribirlo: Herb Zweibon, Erich Isaac, Rael Jean Isaac y Frances Besner Newman, quien diseñó la portada original. Dado que la AFSI es una organización muy activa en su apoyo a la oposición de derechas al actual gobierno laborista de Israel, algunos han sugerido que este libro puede asociarse con determinados puntos de vista. No creo que esto sea algo relevante en el tema de Chomksy, pero muchos lectores me lo han comentado y no pienso que sea perjudicial el que trate de dejar clara mi opinión personal. No soy miembro de la AFSI y, al contrario que esta organización, estoy (moderadamente) contento con las negociaciones entre Israel y la OLP.

Por su ayuda en esta nueva edición, agradezco a Jon Haber, Hillel Stavis y Gabriel Schoenfeld.


Las alianzas ocultas de Noam Chomsky

Todo el mundo sabe quién es Noam Chomsky, profesor del Massachussets Institute of Technology, por sus habilidades como lingüista y por su filosofía de izquierdas. Pero el hecho de que juega un papel crucial en el movimiento neo-nazi contemporáneo (del que es, sin ninguna duda, su mayor patrocinador) sólo es bien conocido en Francia. De un modo muy similar al de un bígamo que tratara constantemente de mantener cada una de sus dos familias oculta para la otra, Chomsky y sus acólitos más iniciados intentan impedir que sus seguidores progresistas e izquierdistas sepan demasiado acerca de su otra vida, la neo-nazi.

Chomsky asegura que su contacto con este movimiento se limita estrictamente a la defensa de la libertad de expresión del mismo. Afirma que no está de acuerdo con el principal dogma de fe de los neo-nazis, léase, que el Holocausto nunca ocurrió. Pero estas afirmaciones nunca le han impedido mantener una colaboración prolongada y políticamente variada, con el movimiento neo-nazi, incluyendo la coincidencia con éste en algunos otros argumentos esenciales, ni tampoco (y esto ha demostrado ser algo fundamental, especialmente para los neo-nazis franceses) le han impedido que utilice su condición de intelectual reputado para promover y dar propaganda a la causa de estos radicales.

Avram Noam Chomsky nació en Philadelphia en 1928. Es hijo del célebre intelectual hebreo William Zev Chomsky y fue educado en la doctrina progresista que emanaba del medio ambiente paterno. Más tarde, al parecer debido a su excepcional brillantez, obtuvo su licenciatura e incluso el doctorado en lingüística, sin asistir a los cursos necesarios ni pasar a través de las formalidades pertinentes. Hoy es profesor en el MIT y autor de numerosos libros, de gran influencia, sobre la naturaleza del lenguaje. Su obra es respetada por los estudiosos y admirada por el público general. Sería difícil encontrar un personaje de mayor prestigio, no ya en los Estados Unidos, sino en todo el panorama académico internacional.

Pero basándonos en el trato que siempre le ha dispensado la prensa, podemos decir que su fama se debe principalmente a su implicación en los movimientos en contra de la guerra de Vietnam, a finales de los 60 y principios de los 70. En la década que transcurrió entre 1966 y 1975, el New York Times le mencionó un total de 98 veces, de las cuales, 82 se debieron a su actividad política y el resto a su trabajo profesional.

A partir de 1976, su notoriedad pública decayó y sólo es posible encontrar 21 referencias sobre él, de nuevo en la mayoría de los casos (diecisiete) por asuntos políticos. Pero independientemente de que se hable de él en un sentido u otro, inevitablemente siempre ha de mencionarse su estatus académico y parece dudoso que sin éste sus proclamas políticas hubieran tenido el mismo eco.

He tratado de encontrar referencias a los vínculos entre Chomsky y los neo-nazis en el New York Times y sólo he podido dar con dos, de entre las más de cien dedicadas a él que mencionan sus actividades políticas. Las cosas son muy distintas en Francia, donde Le Monde y otras publicaciones escriben regularmente acerca de la relación que el profesor mantiene con el propagandista neo-nazi Robert Faurisson. Pero en los Estados Unidos, hay muy poco que mueva al observador ocasional a rechazar la imagen de Chomsky que le pinta como un catedrático sumamente razonable y que, en el peor de los casos, muestra quizás demasiado celo en su búsqueda de la sociedad ideal (es decir, de izquierdas).

Una de las características de los escritos de Chomksy que inmediatamente hacen que se cuestione su opinión, es su evidente animadversión hacia los Estados Unidos e Israel. El profesor suele decir cosas negativas sobre casi todos los gobiernos del mundo, pero es sobre estos dos sobre los que derrama todo su vitriolo. Siempre se guarda de no justificar a Hitler explícitamente, pero de sus escritos, uno saca la impresión de que los nazis no fueron mucho peores que los "criminales de guerra" de los Estados Unidos o Israel, hoy en día. De hecho (y esto es verdaderamente curioso), casi todas las referencias que hace al nazismo en sus libros, son para denunciar un comportamiento similar en los israelíes.

Sin embargo, es bien sabido que Chomsky es judío, de modo que su postura anti-Israel, cuando no se observa detenidamente hasta desvelar su núcleo extremadamente malintencionado, se toma a veces por la actitud de un judío progresista que se vuelca con los que sufren injusticias en el otro bando. En lo que respecta a su anti-americanismo, bueno, está claro que es algo que está bastante de moda...

Los admiradores de Chomksy suelen alabar sus escritos asegurando que están llenos de "hechos". No en vano, están plagados de notas a pie de página y muchas referencias a esotéricos fragmentos de información. Pero he descubierto que dichas referencias, al menos las que tratan sobre los aspectos más cruciales, simplemente no pueden demostrarse. A veces, es imposible localizar las fuentes en las que se basan. En otras ocasiones, la información está concienzudamente manipulada, con mucha frecuencia para volverla tan descaradamente tendenciosa, que ningún investigador responsable la aceptaría como prueba. Más adelante demostraré estos problemas analizando el tratamiento que Chomsky dio a dos importantes capítulos de la historia de Israel.

En lo concerniente a la interpretación de Chomsky de la política exterior de los Estados Unidos, Stephen Morris ya desenmascaró, en 1981, las maniobras de prestidigitador del profesor. 16

Pero nada de esto, ni su estridente izquierdismo ni su feroz activismo anti-israelí ni desde luego su discutible pericia en temas políticos, parecen impedimentos para que siga teniendo un gran prestigio entre muchos estadounidenses cultos. Habrá que ver qué ocurre cuando se conozcan mejor sus vínculos con los neo-nazis.


Chomsky y los neo-nazis

Robert Faurisson representa el vínculo más obvio (aunque no el más significativo) entre Chomsky y los neo-nazis. Es un chiflado lleno de odio, antiguo catedrático de literatura de la Universidad de Lyon, ultraderechista y profundamente antisemita. 17. Como veremos enseguida, Chomsky parece haberle tomado cariño a este caballero (aunque lo niega acaloradamente); en cualquier caso, le parece apropiado mantenerse en su compañía política.

Faurisson asegura que está orgulloso de que sus escritos sean distribuidos tanto por los activistas de ultraizquierda (La Vieille Taupe) como por los de ultraderecha (Ogmios). El asunto es que, en los dos casos, se trata de pequeños grupos marginales. Ogmios es una librería parisina que pertenece al sector más ultraderechista, antisemita y xenófobo del espectro político francés. Se sabe que ha recibido subvenciones del gobierno de Irán. Aunque para Faurisson, es mucho más importante La Vieille Taupe ("El Viejo Topo"), un grupo de supuestos izquierdistas liderados por Pierre Guillaume, que publican los libretos y panfletos de Faurisson, los anuncian y les dan publicidad y propaganda. Ellos son los que más relación tienen con Chomsky y es gracias a ellos que el profesor ha alcanzado su puesto actual de patrón honorífico del movimiento neo-nazi. (Mientras escribo estas líneas, La Vieille Taupe y Ogmion han unido sus fuerzas para publicar un nuevo ensayo antisemita: Annales d’Histoire Révisionniste).

Desde la década de los 60, Faurisson ha dedicado innumerables horas al estudio de lo que él considera un análisis muy profundo del destino de los judíos tras la Segunda Guerra Mundial. Ha escrito algunos libros y artículos al respecto y resume sus "descubrimientos" del modo siguiente:

Las supuestas cámaras de gas de Hitler y el supuesto genocidio de judíos forman parte de la misma mentira histórica, que ha abierto el camino a una gigantesca estafa político-financiera cuyos principales beneficiarios son el Estado de Israel y el Sionismo internacional y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán (pero no sus líderes) y el pueblo palestino. 19

Faurisson y sus afines a ambos lados del Atlántico, llaman tranquilamente a esta negación del Holocausto, "revisionismo". Instan (y no puedo estar en desacuerdo con eso) a las personas imparciales de los países libres a mantener una mentalidad abierta cuando se enfrenten a razonamientos que desafíen lo que se acepta comúnmente. Quizás Napoleón nunca existió ¿quién sabe? Quizás la Tierra es plana. Quizás los judíos persiguieron a Hitler, en lugar de a la inversa. Quizás no hubo ningún Holocausto. Todas estas estupendas opiniones tienen sus abogados y en su momento tendremos la ocasión de examinar a algunos de ellos. Teóricamente, toda verdad establecida puede y debe reevaluarse constantemente a la luz de nuevas evidencias y debemos estar agradecidos a los investigadores y otros hombres de razón, que nos confrontan con un juicioso escepticismo. Cuando, sin embargo, se proclama alguna infamia sin preocuparse por su verosimilitud o sin atender a ninguna lógica o evidencia, cuando se dice sólo para herir y denostar, en un caso así, sin duda, tenemos todos los motivos para respetar bien poco a tales supuestos "revisionistas".

Cuando estuve preparando este ensayo sobre Chomsky, me tocó leer las cosas que escribe Faurisson e incluso mantuve correspondencia con él. Puedo decir que su reto a lo que sabemos del Holocausto no sigue ningún criterio de honestidad moral o intelectual, de seriedad, de honradez de intenciones, ni tampoco de ética profesional. Lo único que resalta es su odio a los judíos y su esfuerzo por tomarle el pelo a sus lectores. No es de extrañar que no haya encontrado aún a ningún investigador que le tome en serio. Evidentemente, no tengo intención de discutir sus tesis más de lo que discutiría con alguien que asegura que ha sido devorado por un lobo, pero es necesario indicar el nivel intelectual de la propaganda de Faurisson para que el lector se haga una idea de por qué está condenado al ostracismo por todas las personas decentes.

Los argumentos de Faurisson se basan en su afirmación de que los testigos judíos del Holocausto sencillamente mienten; y mienten porque son judíos. Mi colega en la Universidad de British Columbia, el profesor Rudolf Vrba, fue testigo del exterminio en Auschwitz y es uno de los poquísimos que sobrevivieron. Faurisson le llama mentiroso y judío, y asegura que cualquiera que haya contribuido a sacar los hechos de Auschwitz a la luz (testigos, investigadores, jueces, etc.) es un judío, o como dice de un caso concreto, "probablemente, un judío". 20. El judaísmo de un testigo o de un escritor, en la obra de Faurisson, basta para destruir su credibilidad (aunque hace una excepción con Chomsky y otros dos o tres judíos que se han unido a él, en el verdadero paroxismo del odio a sí mismos).

Faurisson es seguidor de lo que podríamos llamar el Método de la Fuente Crucial, todo un clásico entre los chiflados. Consiste en aferrarse a una frase o cita, o a veces un párrafo, de no importa dónde, sin preocuparse por su procedencia o credibilidad, para "demostrar" toda una nueva teoría sobre la Historia o el Universo. Lo más frecuente es que la Fuente sea algo que se haya publicado en un periódico; a fin de cuentas, ¿qué no puede encontrarse en alguno de los periódicos que se publican en todas partes y en todo momento?

Entre la multitud de libritos y folletines que Faurisson y sus editores izquierdistas distribuyen por correo o en persona, la joya de la corona es un panfleto muy pretencioso, de 24 páginas, que contiene la traducción al francés de una entrevista (un largo texto de Faurisson salpicado de preguntas muy oportunas por parte del entrevistador) publicado originalmente en una revista italiana en 1979. 21 El panfleto tiene 61 notas a pie de página, escritas con una letra muy pequeña; incluso hay una extensa nota a pie de página, a una de las notas a pie de página. Está claro que Faurisson se esfuerza mucho para describir la esencia de lo que considera como su prueba de que el Holocausto nunca ocurrió.

Una de las afirmaciones básicas de Faurisson es que Hitler actuó contra los judíos en la misma medida en que éstos actuaron contra él; ambos bandos se provocaban mutuamente (página 15). Para demostrar que, ya en Marzo de 1933, los judíos le declararon la "guerra" a Hitler, Faurisson dedica la única ilustración que contiene el panfleto a una reproducción de la primera plana del Daily Express de Londres del 24 de Marzo de 1933, en la que se lee "Judea le declara la guerra a Alemania". El subtitular dice: "Los judíos de todo el mundo se unen para boicotear los productos alemanes".

Bien; Faurisson asegura que su especialidad es el análisis de documentos y fuentes controvertidos -como dice Nadine Fresco, semejante afirmación le da un toque de chifladura a su mala fe 22-. Aquí, el Daily Express es su Fuente Crucial y, supongo yo, el lector que se sienta más impresionado por tal propaganda, probablemente no se preguntará por la naturaleza que, en aquel entonces, tenía ese periódico.

En 1933, el Daily Express era un rotativo sensacionalista con una enorme tirada, dirigido por Lord Beaverbrook, un personaje excéntrico que no dudaba a la hora de utilizar los titulares de su periódico para ensalzar sus causas preferidas o para denunciar lo que le enfurecía. 23 Durante los años del régimen de Hitler, Lord Beaverbrook pensaba que Gran Bretaña debía evitar una alianza con Francia y otros países europeos amenazados. En una carta privada de 1938, expresaba su preocupación por que "los judíos nos puedan llevar a la guerra". 24. Sin embargo, su declaración más famosa en aquel entonces, aparecida en la primera plana de su periódico, en el mismo estilo del "Judea le declara la guerra a Alemania" de 1933, fue la de la edición del 30 de Septiembre de 1938: "El Daily Express avanza que Gran Bretaña no entrará en una guerra europea, ni este año ni el que viene. A las 12:30 de la madrugada de hoy se firmó un acuerdo de paz". 25

De todos modos, para Faurisson, los titulares del Daily Express representan la prueba más contundente de lo que realmente ocurrió. Y esta Fuente Crucial es de tal importancia para los "revisionistas" que el "Institute for Historical Review" (Instituto para la Revisión de la Historia) donde Faurisson da salida en California a sus ideas, considera apropiado emplearla con un par de añadidos de su propia cosecha: "¿Es cierto que se le declaro la guerra a Alemania en determinados círculos judíos? Sí, es cierto. Los periódicos de todo el mundo se publicaron con titulares como ‘Judea le declara la guerra a Alemania’ " 26.

Faurisson ha sido objeto de demandas judiciales por sus calumnias estridentes, exhibicionistas y sin escrúpulos, de testigos e investigadores respetables del Holocausto. Por razones similares, ha sido suspendido de su cargo en la Universidad de Lyon. Sus juicios, de los que tanto él como sus cómplices están tremendamente orgullosos, por la enorme publicidad que les supone 27, son de naturaleza similar a los de Keegstra y Zundel en Canadá. También en éstos, se llevó ante la Justicia a varios propagandistas neo-nazis, acusados de calumnias: la libertad de expresión no sirve de excusa cuando se demuestra que se están propagando falsedades deliberadamente, con el objetivo de avivar el odio. Faurisson viajó a Toronto para asistir al juicio de Zundel en calidad de "testigo experto" en distinguir verdades de falsedades, pero no convenció al jurado y Zundel terminó siendo condenado.

Cuando la libertad de expresión se superpone, o se dice que se superpone a otros derechos humanos, los que se consideren defensores sensatos de las libertades civiles no descansarán hasta estudiar todos los pormenores del caso. Chomsky afirma que no ve la necesidad de tales preocupaciones, basándose en que "quien salvaguarda la libertad de expresión no tiene por qué ser especialmente responsable o estar familiarizado con los puntos de vista que defiende". 28 Así que, en principio, propagar falsedades deliberadamente como, digamos, afirmar que un determinado producto es bueno cuando en realidad puede ser peligroso para los consumidores, contaría con la aprobación más entusiasta de Chomsky. En cualquier caso, el profesor asegura que es su devoción por la libertad de expresión lo que le ha llevado a defender con tanta frecuencia y tan enérgicamente a Faurisson. En un instante pasaremos a analizar en detalle esta aseveración.

La relación entre Chomsky y la editorial de Faurisson, La Vieille Taupe 29 (de aquí en adelante, "VT"), está documentada gracias a dos ensayos verdaderamente reveladores que se redactaron en 1986. 30 El primero, y con diferencia el más extenso, es una narración del director de VT, Pierre Guillaume. El segundo, es un comentario del propio Chomsky sobre dicho relato. Los dos documentos, juntos, llevan a conclusiones que seguramente molestarían bastante a los seguidores norteamericanos del profesor.

Guillaume comienza diciendo que otro de los miembros de VT y a quien volveremos a nombrar más adelante, Serge Thion, le presentó a Chomsky en 1979. En este encuentro, el francés mencionó a Faurisson, quien estaba empezando a tener ciertos problemas con la ley. Entonces, dice Guillaume, algunos meses más tarde, en los que no había vuelto a saber del profesor, éste firmó y promovió la siguiente petición (reproducida por Guillaume en inglés):
"El doctor Robert Faurisson ha sido un respetable profesor de literatura francesa del siglo XX y de crítica literaria en la Universidad de Lyon-2 durante cuarenta años. Desde 1974 ha venido estudiando minuciosamente el tema del Holocausto.

Desde que comenzó a hacer públicos sus hallazgos, el doctor Faurisson ha sido objeto de una cruel campaña de acoso, intimidación, difamación y agresiones físicas, en un bárbaro intento de hacerle callar. Las autoridades, temerosas, han tratado incluso de impedir su trabajo, prohibiéndole el acceso a bibliotecas y archivos públicos.

Protestamos enérgicamente contra esta privación del derecho a la libertad de expresión del doctor Faurisson y condenamos la vergonzosa campaña que se ha organizado para silenciarle.

Apoyamos rotundamente el legítimo derecho de la libertad académica del doctor Faurisson y exigimos que las autoridades del gobierno y de la universidad hagan lo posible para garantizar su seguridad y el libre ejercicio de sus derechos civiles".
La publicación de esta petición en los periódicos franceses, encabezada con el nombre de Chomsky, causó la primera preocupación seria de sus seguidores izquierdistas en todo el mundo. El lamentable Alfred Lilienthal, el único otro judío de renombre, vinculado al antisemitismo, también figuraba entre los firmantes. 31

Muchos de los defensores de las libertades civiles objetaron el uso de la palabra "hallazgos" que la petición emplea para referirse a la propaganda de Faurisson, al verla como un respaldo al trabajo de éste y que, por tanto, va más allá de una simple defensa de la libertad de expresión.

Chomsky intentó escabullirse, negando que en ese contexto, "hallazgos" significara lo que significa. 32 Pero también podría argumentarse que la petición describe a Faurisson, entre otras cosas, como un doctor "respetado" por su "crítica literaria". Lo cierto es que, sin contar a los elementos más lunáticos y antisemitas, este señor no tiene el respeto de nadie. 33 De cualquier manera, como él mismo dice 34, la petición no fue redactada originalmente por algún liberal neutral, sino por Mark Weber, un antiguo profesor norteamericano de alemán, que parece ser que cambió su carrera por la de propagandista "revisionista" a jornada completa. 35

Según dice Guillaume, la petición contribuyó de forma decisiva a conseguir que el "revisionismo" se ganara la aceptación de los franceses. Pero, por encima de todo, lo que más ayudó a la causa de los negadores del Holocausto fue el prestigio del nombre de Chomsky.

A continuación, Guillaume nos cuenta que Chomsky ha sido de mucha ayuda en otros aspectos, para el movimiento de VT. En un tiempo en el que éste sufría la marginación de todos y cuando el profesor podía haber publicado la versión en francés de su Political Economy of Human Rights (Economía política de los Derechos Humanos) mediante una editorial comercial, permaneció al lado de sus amigos de VT y publicó el libro a través de ellos. El propio Guillaume reconoce que habría entendido que el profesor hubiera guardado las distancias con VT en público. Pero no: demostró su firmeza.

Después de que se publicara la petición, cuenta Guillaume, Chomsky compartió con él las muchas cartas de protesta que recibió. Le comentó que el principio de libertad de expresión estaba amenazado por dichas cartas y que deseaba responderlas en público. Para ello, el profesor redactó un texto de aproximadamente 2.500 palabras, titulado en francés Quelques commentaires élémentaires sur le droit à la liberté d'expression (Varios comentarios elementales acerca del derecho a la libertad de expresión), en el que declaraba que todo el mundo debe tener el derecho a la libertad de expresión, incluyendo los fascistas y antisemitas, pero que daba la casualidad de que Faurisson no era ni lo uno ni lo otro. Al contrario: según Chomsky, a Faurisson se le podría describir mejor como "una especie de progresista apolítico". Por razones que quedarán claras enseguida, el mencionado texto se conoció más tarde como "El Prefacio de Chomsky" 36.

De acuerdo con lo que dice Guillaume, Chomsky envió este texto a Serge Thion, redactor y propagandista de VT y le pidió que le diera el mejor uso posible. El escrito es del 11 de Octubre de 1980. El 6 de Diciembre, parece que el profesor se lo pensó mejor y mandó una carta a Guillaume en la que argumentaba que, estando el mundo como estaba, sumido en la histeria, toda la lucha contra el imperialismo podría ser saboteada por una campaña que buscara asociarle con el neo-nazismo (desde luego, Chomsky nunca ha subestimado lo importante que es él mismo para los destinos del mundo). Por eso, el profesor le ruega encarecidamente a Faurisson que, si no es demasiado tarde, el texto no forme parte de un libro que el francés estaba escribiendo.

Pero desgraciadamente, para Chomsky y todo el movimiento antiimperialista, ya era demasiado tarde. El libro de Faurisson, con el texto del profesor como prefacio, ya estaba a la venta. Cuando Guillaume y Thion llamaron por teléfono a Chomsky, el 12 de Diciembre, su reacción fue (siempre de acuerdo con lo que afirma Guillaume) firme, rotunda y completamente tranquilizadora: ahora se ponía del lado de lo que decía en el prefacio y declaraba nula su segunda carta.

¡Qué buen amigo es Chomsky!

Guillaume reitera entonces la firmeza del apoyo del profesor e incluso confiesa que sin él, la pequeña e intrépida banda de "revisionistas" probablemente no habría crecido hasta alcanzar el poder que tiene hoy. Y todo esto es tan extraordinario, sigue Guillaume, porque Chomsky se está convirtiendo en una víctima de su propio país, los Estados Unidos, donde la repugnante ideología imperialista de Occidente ha conseguido, de algún modo, alzarse de nuevo. El resultado ha sido, concluye Guillaume, que la audiencia del profesor ha disminuido mucho y su popularidad está en peligro.

Guillaume no hace oídos sordos ante las afirmaciones rutinarias de Chomksy, cuando proclama que su punto de vista es "diametralmente opuesto al de Faurisson". Claro, pero también sabe cuál es la diferencia entre una verdad y un guiño n’est ce-pas (página 163; la traducción es mía):
"Cada vez que Chomsky dice que sus opiniones son ‘diametralmente opuestas’ a las de Faurisson, lo hace en unos términos absolutamente inocuos; siempre ha sugerido, con una palabra o una frase, que el que sus puntos de vista sean ‘diametralmente opuestos’ es más una cuestión de opiniones que de criterio científico".
Guillaume responde aquí a las críticas de una tal Chantal Beuchamp, que presume de ser aún más "revisionista" que él y que tiene sus objeciones a la colaboración de Chomsky, a quien parece ver como un neo-nazi inadecuado. Guillaume no le deja dudas (páginas 167 a la 168; la traducción es mía):
"Chomsky ha estado involucrado en una lucha agotadora [...] los trágicos sucesos que han tenido lugar en Oriente Medio. Su propio trabajo [...] el desenmascaramiento del imperialismo norteamericano allí, de la realidad del Sionismo y del Estado de Israel, es algo que podría dar resultados prácticos. ¿Qué tiene este trabajo de menos importante que el de Faurisson?"
El importante trabajo de Faurisson es la negación del Holocausto. El importante trabajo de Chomsky es su lucha contra Israel. Y el denominador común de ambos, a los ojos de Guillaume y los suyos, no puede ser sino el antisemitismo.

Ahora llegamos a la parte más interesante. Guillaume nos ha contado lo buen compañero político que Chomsky ha sido para él, cómo sacrificó sus propios intereses en favor de sus principios políticos, publicando uno de sus libros con VT, en vez de con alguna editorial comercial, cómo su "oposición diametral" a Faurisson no significaba lo que parecía, cómo el trabajo de Chomsky concerniente a Israel pertenece a la misma causa de la que forma parte la negación del Holocausto... y ahora, habiendo visto todo esto, Guillaume dice que se lo envió todo a Chomsky por si quería corregirlo o si no estaba de acuerdo con algo. O sea, que el profesor tuvo la oportunidad de contar su versión, si hubiera sido diferente de la de Guillaume. Y resultó que Chomsky, efectivamente, tenía una objeción que quería que se publicara y que Guillaume, magnánimamente, añadió a su trabajo a modo de apéndice. Parece que el francés se había equivocado totalmente en algo importante. El profesor dice que no es del todo cierto que sea ahora menos popular en su país de lo que lo era durante la guerra de Vietnam. "No tengo tiempo para aceptar ni siquiera una pequeña parte de las invitaciones que se me hacen para dar discursos. Y a estas alturas ya no es como en los 60, cuando hablaba a cinco personas en una iglesia. Ahora se reúnen verdaderas multitudes en universidades y centros comunitarios". Ahí terminan todas las objeciones de Chomksy. Se confirma así, del modo más directo posible, su estrecha relación con los "revisionistas" franceses.

El profesor no se limitó a publicar su Political Economy of Human Rights a través de la organización de Guillaume. Además, le dedicó a éste un panfleto, que no se ha publicado en ningún sitio, que contiene algunas de las autojustificaciones que el profesor empleó en el caso Faurisson. En este escrito, bajo el título de Réponses Inédites,37 figura el nombre de Chomsky, como autor y las iniciales de Guillaume, "P.G.", como editor. El propio Guillaume contó que el profesor revisó personalmente todas las traducciones de sus textos, del inglés al francés.

Por su parte, Faurisson utiliza frecuentemente su relación con Chomsky en su incesante búsqueda de algo de credibilidad. El australiano Bill Rubinstein asegura que supo por primera vez del vínculo entre ambos cuando un compatriota suyo, admirador de Faurisson, mostró, orgulloso, correspondencia en la que Chomsky proporcionaba información y aconsejaba a su socio. 38 Es prácticamente imposible encontrar alguna publicación "revisionista" francesa, ya sea a cargo de Guillaume, Thion, o del propio Faurisson, que no contenga la obligada referencia al patrocinio de Chomsky. 39

¿Y a qué se dedica el movimiento de Guillaume, para merecer tan cálida amistad por parte del famoso lingüista del MIT?

Aunque tiene un historial de dedicación a multitud de asuntos diferentes (que esbozaré más adelante), la pequeña organización La Vieille Taupe parece que, últimamente, se dedica a poco más que a atormentar a los judíos. Mediante un imperio en miniatura de pequeñas editoriales, que funcionan bajo el propio nombre de la organización de Guillaume, o con otros como Spartacus, Éditions de la Différence, etc, el movimiento provoca una auténtica riada de propaganda "revisionista" y antisemita. Principalmente, producen numerosos artículos por y sobre Faurisson. Además, han publicado textos del izquierdista antisemita Paul Rassinier y el célebre The Myth of Auschwitz (El Mito de Auschwitz), del neo-nazi alemán Wilhelm Stäglich.

Hace poco, Guillaume y Ogmios han comenzado a publicar una revista trimestral muy pretenciosa llamada Annales d’Histoire Révisioniste. Su apariencia es la de una publicación de investigación, pero su función es proclamar que el Holocausto nunca sucedió. En los dos primeros números se pueden encontrar, entre otras cosas, traducciones de artículos que aparecieron originalmente en la revista neo-nazi californiana Journal of Historical Review 40.

En la primavera de 1985, la película Shoah se estrenó en París y el líder de VT, Pierre Guillaume, evidentemente buscando notoriedad, fue personalmente a repartir folletos a la puerta del cine. Los pasquines denunciaban el engaño "político-financiero" de todos los que afirman que muchos judíos fueron asesinados por los nazis. Según la versión que da Guillaume de esta historia, el incidente le valió una demanda en su contra, por calumnias, a cargo de la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo. 41

El antisemitismo de VT no se limita a la negación del Holocausto. Ha descubierto algo que, aparentemente, cree que es un hallazgo muy inteligente. Parece que un joven Bernard Lazare, más tarde uno de los fundadores del sionismo izquierdista, escribió un curioso folleto años antes de que el caso Dreyfuss le convirtiera en un luchador por los derechos de los judíos. El texto, lleno de odio a sí mismo y titulado Antisemitism, Its History and Causes (Antisemitismo, su historia y sus causas) no es exactamente un descubrimiento de La Vielle Taupe. Lo han utilizado muchos movimientos antisemitas, desde los días de Dreyfuss hasta los de Vichy. Es un curioso batiburrillo de acusaciones y auto-acusaciones, particularmente duras en lo que se refiere al Talmud y su supuesta influencia sobre los judíos. El libro dice muy poco sobre el tema que sugiere su título, pero ha sido empleado repetidamente por los antisemitas como una forma de ratificar y justificar su odio. 42. Hoy en día ya no hay ningún motivo para reeditarlo, salvo por parte de alguna organización antijudía. Precisamente VT ha sacado una nueva edición, pasando por encima de las protestas legales de la organización Amigos de Bernard Lazare y de la familia de éste. 43

La Vielle Taupe está entre las más diminutas de las minúsculas sectas políticas parisinas, aunque publica libros como si fuera una gran institución. El aspecto físico de los productos de VT es verdaderamente profesional, y está claro que no parecen obra de una organización tan marginal.

Recientemente, envié a la organización una lista en la que les pedía algunas de sus publicaciones. Me mandaron, por correo aéreo, doce libros y panfletos, ocho de los cuales tenían precios que sumaban un total de 456 francos franceses. Calculo que los otros cuatro costarían en torno a los 50 francos, o sea, que el contenido del paquete tendría aproximadamente un valor total de 500 francos. Dado que los gastos de envío ascendían a 148’50 francos el coste total del regalo que La Vieille Taupe me remitió, ronda los 648’50 francos, unos 117 dólares estadounidenses. Evidentemente, no soy el único que agradece tanta generosidad. Ni conozco a nadie de la organización ni, hasta donde yo sé, ninguno de ellos me conoce a mí; y lo único que hice fue enviarles una petición para que me mandaran un simple catálogo. ¿De dónde sacan el dinero? Se ha relacionado a Ogmios, la librería de extrema derecha asociada a VT, con el gobierno de Irán (como se citó anteriormente), pero el origen de las pingües fuentes de ingreso de La Vielle Taupe sigue siendo un misterio.

Por supuesto, Chomksy ha recibido críticas por su relación con Faurisson y no sólo desde las izquierdas, pero se las ha arreglado para responder a todas diciendo:

a) Que no está de acuerdo con Faurisson; simplemente se limita a defender la libertad de expresión.

b) Que se está demonizando a VT y a Faurisson.

Y c) Que es un asunto de poca importancia y que no merece ser discutido.

De estos argumentos, sólo el primero, el de los derechos civiles, merece un análisis más detallado, que le dedicaremos más adelante. Los otros puntos pueden tratarse con bastante más brevedad:

Chomsky manipula continuamente las políticas de VT y Faurisson. En su famoso Preface dice que Faurisson es un progresista. 44. También ha creído conveniente elogiar a Serge Thion, calificándolo de "intelectual socialdemócrata liberal" 45 sin mencionar que Thion lleva más o menos nueve años escribiendo extensos libros y artículos sobre la premisa de que el Holocausto es una mentira judía. Tanto el australiano Bill Rubinstein como yo, le hemos enviado a Chomsky pruebas detalladas del antisemitismo de Faurisson. Hace poco, le remití al profesor el artículo de Faurisson en el que asegura que todos los testigos del Holocausto eran judíos y mentirosos -mentirosos por el hecho de ser judíos- 46, pero Chomsky sigue inflexible. A Rubinstein le contestó en estos términos:
"No veo implicaciones antisemitas en el hecho de negar la existencia de las cámaras de gas o incluso en el de negar el Holocausto. Ni tampoco es una implicación antisemita, per se, decir que se está aprovechando el Holocausto (crea uno que ocurrió o no) de forma agresiva, por parte de apologistas de la violencia y la represión israelíes. No veo ni un indicio de antisemitismo en el trabajo de Faurisson..."
Rubistein publicó este extracto de una carta que Chomky le envió. 47 Como suele hacer rutinariamente, el profesor protestó por la publicación de su correspondencia, aunque no ha negado ni la autenticidad ni la exactitud del párrafo.

Normalmente, Chomsky y sus amigos tratan de ocultar toda la información acerca de los vínculos neo-nazis del profesor. El caso más notorio de esta ocultación de información, implicó al lingüista británico Geoffrey Sampson, quien escribió una reseña biográfica sobre Chomsky en la revista Biographical Companion to Modern Thought (Guía biográfica del pensamiento moderno). Aunque Sampson habló de la calidad profesional de Chomsky en términos elogiosos, se permitió expresar sus reparos sobre la trayectoria política del profesor, con estas palabras:
"Ha perdido su credibilidad como analista político, debido a una serie de comentarios ampliamente considerados como imprudentes (su polémica e insistente minimización de las atrocidades que cometieron los Jemeres Rojos en Camboya, su aprobación de un libro –que admitió no haber leído- que negaba la fiabilidad histórica del Holocausto judío...)" 48
Recientemente, Sampson contó cómo Chomsky fue capaz, gracias a su influencia en las editoras estadounidenses, de censurar dicha reseña en la edición nortamericana del trabajo. 49

Ahora se ha publicado un libro de casi 500 páginas, titulado The Chomsky Reader (El lector de Chomsky), en la editorial Pantheon y bajo la dirección de James Peck 50. Pretende "reunir por primera vez el pensamiento político de los principales disidentes norteamericanos". La obra está muy bien organizada. No contiene ninguna referencia a Faurisson, La Vielle Taupe, Guillaume, el "revisionismo" o a cualquier otro asunto que pudiera dar al lector el menor atisbo de las relaciones de Chomky con los neo-nazis. La única mención que se hace a Thion, sugiere que el ultraderechista francés no es sino un intelectual marxista.

Aunque Chomsky critique a los comunistas de vez en cuando, éstos, por su parte, saben apreciarle como a un aliado y están siempre deseosos de tenderle una mano. La revista comunista Canadian Jewish Outlook (conocida ahora como, simplemente, Outlook) publicó un artículo en 1983 51 en el que se elogiaba los ataques de Chomsky a Israel, pero evitaba cualquier mención de su implicación en movimientos neo-nazis. Los comunistas siempre han sido muy sensibles en lo que respecta al neo-nazismo, pero con Chomsky, claro, hacen una excepción. 52

Hasta ahora he hablado acerca de las relaciones de Chomsky con los neo-nazis franceses, quienes parecen haber sido los responsables de su reclutamiento para la causa. Pero el movimiento "revisionista" tiene una ramificación en los Estados Unidos. Así que Chomsky se ha implicado también en este lado del Atlántico.

En su primer número, en 1980, la revista californiana Journal of Historical Review incluía un artículo sobre los judíos, escrito por un tal doctor Howard F. Stein, que acabó convirtiéndose en una especie de presagio de lo que sería el futuro de la publicación. 53 Incluso para un lector versado en la propaganda antisemita, el texto del doctor Stein debe de ser sorprendente, por la absoluta audacia de su malevolencia y además, da la casualidad de que prefiguró algunos temas que Chomsky retomaría más adelante.

El Journal of Historial Review describía a Stein como un profesor asociado de Antropología Psiquiátrica Médica, de Oklahoma. Hasta la fecha ha escrito numerosos artículos (usando una especie de "psicojerigonza"), publicados en revistas minoritarias dedicadas a la "psicología humanista". Incluso ha pronunciado un discurso en la meca de la psicología de la nueva era, el Esalen Institute de California. Además, es judío.

En su debut con los "revisionistas", Stein presentó una teoría más bien simplona sobre el Holocausto: es un mito judío. Por lo visto, los judíos siempre han fantaseado sobre un Holocausto, desde los mismos comienzos de su historia. Siempre han necesitado ser víctimas. Hoy en día, imaginan que fueron víctimas de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y se muestran completamente insensibles ante el sufrimiento de los no judíos, especialmente, de los alemanes y los musulmanes. El doctor Sampson remite a sus lectores a un artículo suyo anterior, en el que propone que los judíos padecen un "complejo de Sansón". 54 Por lo que se ve, igual que Sansón en la Biblia, los judíos están avocados a la auto-destrucción y se afanan por organizarlo todo de modo que el mundo entero también sea destruido en el proceso. Este es un punto de vista que Chomsky comparte, como veremos más adelante.

Creo que es un secreto a voces que en los Estados Unidos tenemos una serie de revistas de bajo nivel intelectual que se califican a sí mismas de "académicas". Son publicaciones nefastas que nutren la vanidad estúpida de los administradores de colegios mayores que quieren ver "artículos" de sus profesores. Los artículos de Stein, considerados desde el punto de vista de la pura competencia académica, deben de ser de lo más bajo de estas publicaciones: no hay ni un atisbo de evidencia en sus muchas páginas de jerigonza y en sus incoherentes discursos. En sí mismos, estos escritos deberían ser tan inofensivos como lo son casi todas esas publicaciones sensacionalistas. Pero resulta que los trabajos de Stein han añadido el uso de esa jerigonza a la causa del rencor y el odio, lo que los pone automáticamente en una categoría distinta.

El doctor Stein ha alcanzado cierto reconocimiento internacional por su contribución al odio a los judíos. La revista de los "revisionistas" franceses, dirigida por nuestro amigo Pierre Guillaume, ha publicado una traducción de su artículo original de 1980. 55

Comparados con la malevolencia de Stein, los demás artículos de la JHR parecen trivialidades. El último número que recibí, el del invierno de 1986-87, incluye el artículo de Faurisson sobre Höss que ya he mencionado. También publica un texto en el que se protesta por la injusta persecución de los German American Bund (un grupo nazi) en los Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial.

Una reseña de un libro asegura que cuando los nazis establecieron el gueto de Varsovia, "en esencia, la decisión alemana fue judía, ya que los propios judíos se oponían a los matrimonios mixtos e insistían en seguir sus propias leyes. Además, Alemania temía que se repitieran los sucesos de los pogromos polacos. El muro del gueto evitó eso también". Ya; por esto necesitamos que los "revisionistas" nos dejen claro cómo fue la historia real.

Las autoridades de aduanas canadienses han declarado a esta estupenda revista como "literatura del odio" y han restringido su importación. En consecuencia, no he podido examinar cada número y no sé con qué frecuencia han aparecido contribuciones de Chomsky. Tengo ante mí el número de la primavera de 1986, que incluye un artículo del profesor: "Todas las negaciones de la libertad de expresión minan la sociedad democrática". 56 El artículo contiene unas 2.200 pal

Comentaris

Re: Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
vaya una bazofia has publicado.
tal vez estes financiado por la CIA ?
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
sense energies per a contestar
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
Chomsky trabaja en una librería y Distribuidora Anarquista con lxs compañerxs músicos PROPAGHNADI (de Canadá).
Si queréis saber algo de él o ellos, id a la web de esta excelente banda de hardcore.

Esta noticia solo pretende lanzar MIERDA sobre gente que está luchando contra el sistema capitalista.
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
Chomsky es, a més d'un brillant intelectual, jueu. I les parrafades anteriors són un atac delirant contra el seu pensament libertari i antidogmàtic.
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
20 gen 2004
La gent està pillada. Ara Bové es neonazi, Hebe de Bonafini tortura anarquistes i els palestins extorsionen hebreus.
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
21 gen 2004
Aquest article és un pamflet reaccionari, encara hi ha algú que es cregui que les crítiques a Israel, d'un paio com CHOMSKY, que és jueu, són antisemites?

Els NAZIS proisraelians ja no saben què fer per justificar la neteja ètnica i el racisme que defensen contar els palestins.
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
21 gen 2004
Es facil, se llama: acabar con la credibilidad del que critica nuestra politica.. si todo lo anterior es cierto, que lo dudo estoy en mi drecho, con la cantidad de libros e informacion que Chomsky tiene en el mercado, tiene que ser un pedazo de mentiroso.... Acaba con la credibilidad de alquien y has ganado una batalla. Por estoso lares siempre hemos dicho que lo raro es que el tipo siga vivo, lo que pasa que no debe estar de moda matar al disidente como lo fue en los sesenta setenta ochenta... ahora utilizan la mentira para acabar con alguien. Lo de Antisemita, ultimamente escucho demasiado esta palabra escudandose en el Holocausto y demas, lo cual denigra tanto al que la usa como a la memoria de todos esos millones que murieron a manos de los Nazis. Recuerdo que no soy antisemita, sino Anti-Sharon, anti-Bush, anti-gobiernoshagoloquemesaledeloscojonesynopasanada... En fin, animo Chomsky seguire leyendo tus ensayos y aprendiendo como es mi drecho hacer.
Re: Noam Chomsky y los neonazis I
21 gen 2004
alfons una pregunta quien te a pagado por este mentiroso libelo la cia o el fbi.
Sindicat Terrassa