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Notícies :: corrupció i poder |
Atentados y postatentados
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per XX |
29 des 2003
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Cada día, con las notas de prensa facilitadas por los invasores, los periódicos de todo el mundo hacen un recuento de los muertos tras un atentado. |
Pero luego nada se dice ni se cuentan los muertos por las represalias y razzias de las tropas ocupantes llevadas a cabo sistemáticamente después...
No es difícil imaginar hasta qué punto un suicida que porta una bomba en su pecho desprecia no sólo su vida, sino sobre todo a los invasores, a los intereses de éstos y a los colaboracionistas; algo que el invasor ni entiende ni le intimida.
Es indiferente que la inmolación del suicida nazca de un autoconvencimiento o venga de un lavado de cerebro religioso o ideológico, pues al final lo que cuenta para él es que su país, su familia y los suyos están siendo violados. Lo que entrega es su vida, lo que defiende son sus tierras. Es indudable que considera mucho peor y menos fructífero para el grupo humano exponerse a ser muerto por una de esas tantas irrupciones nocturnas de las tropas extranjeras en las familias y casas, matando y torturando a diestro y siniestro, que morir a su vez matando. Lo mismo que sostiene a los que se defienden en las trincheras. Además, para lavado de cerebro, para cerebro enfermo, el del occidental que todo lo cifra en su bienestar y especialmente el reblandencido cerebro del estadounidense medio y el putrefacto de sus dirigentes actuales... |