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Democracia a la española...o la Yankee
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01 nov 2003
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x Manuel Márquez (Historiador) para kaosenlared.net |
La verdad uno está cansado de esta situación, es más agotado y harto serian los términos más adecuados, aunque la expresión definitoria serÃa, hastÃo.
La democracia es un régimen polÃtico que no puede existir sin la intervención permanente y masiva del “demosâ€?, es decir del pueblo y sin que esta participación no suponga situar en un mismo plano lo social y lo polÃtico. Es decir un sistema polÃtico que quiera denominarse democrático debe poner el énfasis en la democratización de la vida económica de forma que esta quede supeditada a los intereses y necesidades de los seres humanos. Asà en esta democracia formal capitalista (que no es democracia en su sentido profundo), que presupone una igualdad jurÃdico-polÃtica de todos los ciudadanos, subyace una desigualdad económico-social innegable que impide la igualdad estricta entre todos. Pero la única forma de avanzar en este terreno es la lucha de la gente común, que de hecho es como históricamente hemos avanzado, no precisamente por la acción de la burguesÃa como algunos pueden creer. Es más es la burguesÃa la que a limitado, pervertido y destruido la democracia, más aun entre capitalismo y democracia no hay ninguna relación ni sincrónica ni diacrónica, asà es señor Bush. En definitiva, solo habrá democracia en el socialismo y este serà imposible sin democracia.
La forma de gobierno que hoy rige en el mundo contemporáneo no es democracia pues no garantiza el predominio del pueblo en el gobierno polÃtico en ninguno de los estados existentes. Su forma transmuta la participación de los ciudadanos libres a un mero ejercicio simbólico-temporal que sólo garantiza la conversión de los partidos polÃticos en meras agencias electorales y a las elecciones en un mercadillo del voto.
El ciudadano se ve sometido, sin capacidad de respuesta, a las formas económico sociales y culturales de dominación que la clase hegemónica determina. La fuerza mediática (medios de comunicación y de creación de conciencia ideologizada controlados por los poderes económicos) o la fuerza coercitiva (en los casos extremos de insubordinación al poder establecido), lo convierte en un ser aislado, limitadamente solidario e individualista que abandona la actividad social para recluirse en el ámbito de lo privado. Cuando lo privado es inexistente, pues el ser humano es un ser social que toma conciencia de ello durante su propia gestación como ser en el seno de una sociedad. Siendo su gestación como ser no más que la aprehensión de su realidad a través de la vida social, vida que otros gobiernan y controlan en interés propio y no de toda la sociedad.
En este contexto el abandono del espacio publico (social) el grupo dominante (paladines de la libertad, pero de empresa, no de otro tipo) ocupan este espacio, no para defender el interés común de toda la sociedad, sino para la defensa de sus intereses. En este contexto de libertad restringida son los partidos polÃticos (clase gobernante) los que intentan representar a los ciudadanos como forma de garantizar la estabilidad social y reducir el conflicto de intereses al mÃnimo, pero sin entrar en el meollo de la cuestión que es la imposición de una minorÃa, que todo lo tiene, sobre una minorÃa, que de todo carece.
Como dice la canción de Los Rabanes: “yo sabÃa que esto iba aparar muy malâ€?, la participación en este circo disminuye, pero eso no importa, el sistema se siente fuerte, es capaz de cualquier cosa, miles de ciudadanos movilizados contra la última guerra no fuimos capaces de cambiar nada, la frustración sigue haciendo mella, su camino es inexorable. Los grandes poderes gobiernan a su antojo con unos u otros polÃticos en el poder, nada cambia, la especulación, la guerra, la eventualidad de los derechos sociales adquiridos, la violencia irracional sigue aumentando. El capitalismo se ha convertido definitivamente en la máxima expresión del desorden.
Pero todo puede ser peor, en nuestro estado se agudizan las contradicciones, y algunos sin darse cuenta del riesgo que corremos, hacen de comparsa a los que nos han puesto hace unos años a un paso de la barbarie, en el mundo Bush y en España Aznar. Y me refiero a la situación generada en torno al nuevo orden mundial y al conflicto vasco, nos deslizamos por una pendiente peligrosa, que parece ser para algunos solo un fuego de artificios electorales, que no va a traducirse en nada peligroso. Pero somos muchos los que no creemos que esto no es asÃ, la semilla del odio esta sembrada, la destrucción del adversario es el objetivo, y evidentemente nadie va a dejarse destruir.
Por eso para muchos de nosotros es tan importante defender los derechos de los iraquÃes o de los vascos y vascas, porque si se vulneran sus derechos, se vulneran los de todos, y una izquierda que no vea eso, ni es izquierda, ni es nada de nada, es humo, sólo humo electoral.
Los ciudadanos debemos construir en nuevas formas de democracia participativa convertirnos de nuevos en agentes sociales de agitación democrática (en sentido profundo) sino el final de la pelÃcula no será el que todos y todas anhelamos.
Manuel Márquez (Historiador)
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