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Notícies :: criminalització i repressió |
Represión en Alemania
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per Alle frei!! |
27 oct 2003
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Para que veamos cómo entodas partes se cuecen habas... y en algunas a calderadas. |
El 21 de octubre comenzó el proceso contra Marco, Daniel y Carsten de Magdeburgo por “participación o eventual dirección de organización terroristaâ€?. Se supone que habrÃan perpetrado daños materiales con motivación polÃtica en vehÃculos y limusinas funcionariales. Por ello se les encausa ahora con el artÃculo 129a, el artÃculo antiterrorista. Con el artÃculo antiterrorista en la mano pudo la policÃa pasar por alto derechos fundamentales (el equivalente a nuestros “derechos constitucionales: la RFA no tiene constitución sino “ley fundamentalâ€?) y emplear métodos en las diligencias que ya no tienen que ver con el Estado de Derecho.
Especialmente a la vista del dÃa de acción a nivel federal contra la suspensión de los derechos fundamentales a través del artÃculo 129a en Magdeburgo se inició una campaña de acoso contra la escena de izquierdas (donde, para los alemanes, incluye también la autonomÃa y el anarquismo). En la mayor manifestación de aquel dÃa (25 de octubre) participaron, según l@s organizador@s, casi 2500 personas. Previamente habÃan sido cercad@s en la estación central de Magdeburgo un@s 300 presunt@s manifestantes de BerlÃn y Sajonia. En la autopista se detuvieron autobuses.
Marco y Daniel llevan ya un año en prisión provisional. Se supone que han cometido daños materiales con motivación polÃtica: en la fachada del edificio de la brigada de investigación criminal de Magdeburgo; en un autobús del servicio de protección de fronteras (es el cuerpo policial encargado de las instalaciones federales: protegen edificios, hacen de antidisturbios, deportan personas...); en dos coches de la empresa Telecom y dos limusinas en un concesionario. Estas acusaciones les bastaron a los instructores para sacar la maza legislativa: el artÃculo 129a, que atañe, por ejemplo, a organizaciones que cometen asesinatos, crÃmenes de guerra o genocidio. Dado para aplicarle esta ley a una organización terrorista se requiere que esta se componga de un mÃnimo de tres personas, la policÃa se arrojó con celo sobre la escena de izquierdas de Sajonia-Anhalt: hubo registros domiciliarios ilÃcitos, docenas de personas son interrogadas e intimidadas. Finalmente detuvieron a Carsten, que era polÃticamente activo en un grupo totalmente abierto junto con Marco y Daniel. (Abierto significa de asamblea abierta, lo contrario de grupos clandestinos o semiclandestinos).
El artÃculo 129a como artÃculo de diligencias
Una escena de pelÃcula mala: de seis a ocho encapuchados asaltan en plena calle a un joven y le reducen. Le cubren la cabeza con una bolsa, le esposan, le arrastran a un coche, las armas en la mano. Sólo en ese momento se le aclara al joven que sus perseguidores son agentes de policÃa. El motivo de todo el numerito: HabÃan “olvidadoâ€? tomar sus huellas digitales la última vez que le tuvieron en comisarÃa. El delito del joven: ser izquierdista en Magdeburgo. Después de tomarle las huellas se le deja otra vez en libertad.
En el curso de la persecución del asà llamado “comando: libertad de tod@s l@s pres@s polÃtic@sâ€? o, eventualmente, “acción revolucionaria carlo giulianiâ€?, que habÃan reivindicado los ataques incendiarios, fueron pasadas por alto una serie de derechos fundamentales y procesales. Se grabaron las conversaciones entre los acusados y sus abogados y se utilizaron las transcripciones como pruebas inculpatorias. Hubo registros de viviendas ilÃcitos y sin orden judicial. Se obtuvieron declaraciones mediante métodos de interrogatorio prohibidos. Por ejemplo, uno de los acusados fue amenazado, en el caso de negarse a declarar, con contarle a su familia que era homosexual. Las condiciones de internamiento de los acusados, de entre 22 y 24 años, son extremadamente duras.
El artÃculo 129a se emplea en la República Federal Alemana sobre todo contra la izquierda radical. AsÃ, por ejemplo, los Antifa Autónomos (M) de Gotinga y antifascistas de Passau fueron acusados de terrorismo. Sólo en el plazo de 1996-2000 fueron iniciados unos 500 procesos contra la izquierda mediante el artÃculo 129a. Con todo, sólo 29 concluyeron en acusaciones, de las que la mayorÃa fracasaron. Con estas cotas podemos consolarnos llamándolo el “artÃculo de las diligenciasâ€?. esto significa, que se trata menos de juzgar a delincuentes como de poder investigar salvajemente en el seno de la escena izquierdista sin tener que andarse con contemplaciones con molestos derechos (como la privacidad de los datos, inviolabilidad del domicilio, necesidad de buenos motivos para la prisión preventiva, etc.). La Alianza90/Los Verdes o el PDS (el antiguo partido único de la RDA, reciclado) sólo han exigido la retirada del artÃculo en cuestión asta que se vieron en alianzas de gobierno. Por cierto que el mismo Otto Schily ya sabÃa en los 70, como abogado de la RAF, que el artÃculo 129a contradice los principios procesales en un Estado de derecho. Lo calificó como un instrumento del Estado que sólo servÃa al propósito de acallar a l@s izquierdistas. Hoy es ministro del Interior y le encanta esgrimir la porra del 129a contra la oposición extraparlamentaria.
Traducido de indymedia.de
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