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Notícies :: guerra |
El pueblo sirio celebra la liberación del yugo tiránico de Bachar al Assad.
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per Carlos de Uraba Correu-e: rebeldeya@yahoo.es |
26 des 2024
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El macabro resultado de esta larga guerra civil iniciada en el 2011 -en consonancia con las intifadas Árabes- se calcula en más de 507.000 personas han perdido la vida (15.102 muertes causadas por las torturas en las prisiones de toda Siria) 130.000 personas arrestadas, 100.000 más desaparecidas y 7.000.000 de desplazados dentro del país y otros 6.000.000 que tuvieron que refugiarse en Jordania, Turquía y Líbano o Egipto y Europa, EE.UU, los países del Golfo Pérsico o Arabia Saudita |
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En 1970 el general Hafez el Assad dio un golpe de estado que instauró un régimen autoritario bajo el control total del partido Baaz Árabe Socialista de ideología panarabista (Que con el tiempo derivó en una monarquía hereditaria de la dinastía Al Assad) Además, contó con el apoyo incondicional de la URSS a la que cedió la base naval de Tartús –esta es la primera base naval fuera de Rusia- que durante la Guerra Fría rivalizaba con la base de la Sexta Flota de EE.UU de la Maddalena en Italia. En el 2015 a causa de la guerra civil Bachar al Assad les entregó también la base aérea de Jmeimim cerca de Latakia.
Bachar al Assad cuenta con el apoyo irrestricto de la izquierda internacionalista como en el caso, por ejemplo, de España donde Izquierda Unida, PCE, Podemos o Bildu lo consideran “un héroe que derrotó al terrorismo yihadista que estaba a punto de implantar un califato islámico en Oriente Medio”. Siguen creyendo, a pesar de todas las evidencias en su contra, que el baazismo –en teoría- es un partido progresista revolucionario de corte socialista que lucha por la liberación de los países del Tercer Mundo (en especial Palestina) Muestra de ello es que cuando Bachar al Assad visitó Caracas el 26 de junio de 2010, el comandante Hugo Chávez lo condecoró con la “orden del Libertador” y le entregó una réplica de la espada de Simón Bolívar. Emocionado le dijo: “Presidente, usted representa a la resistencia de pueblos árabes y del mundo contra el imperialismo” lo proclamó como un “humanista y libertador del mundo nuevo a la altura de Bolívar” Siguiendo, por supuesto, la narrativa del Foro de Sao Paulo ningún militante de izquierda puede criticarlo puesto que supondría una traición hacerle el juego a la OTAN y al sionismo. La ortodoxia estalinista cierra filas en torno al “héroe del mundo Árabe” y todas las acusaciones en su contra son falsedades o, mejor dicho, hacen parte de una conspiración fraguada por la CIA y el Mossad.
Los analistas geopolíticos y periodistas especializados en el tema pasaron por alto que desde finales de septiembre Israel estaba construyendo una zanja o trinchera en la zona desmilitarizada de la línea Alfa en los altos del Golán. Esto supone una violación de alto el fuego pactado en 1967 tras la Guerra de los Seis Días. ¿Por qué el ejército sionista se adentró varios kilómetros para crear una “zona de contención”? –esa es la pregunta clave. El Mossad mediante seguimiento satelital detectó movimientos hostiles de las katibas de Irán, Irak y Hezbollah listas para asaltar los Altos del Golán al estilo de Hamas del 7 de octubre del año pasado. Pero lo que realmente revelaba es que algo grave iba a suceder en Siria las próximas semanas. Y no se equivocaban.
La ofensiva rebelde lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib en el noroeste de Siria la componían yihadistas del HTS, Jabhat al Nusra, La Brigada de los Mártires de Siria, el ENS o los pro turcos en una operación denominada como “Disuasión de la Agresión” bajo el mando de Abu Mohammad al Golani y patrocinada por la internacional sunnita y el gobierno de Turquía.
Pero esta acción sorpresa del Hayat Al Tahrir al Sham y sus aliados se mantenía en el más absoluto secreto. Hasta el punto que fueron incapaces de advertirla las agencias de inteligencia de Siria, Rusia, Irán o Hezbollah. Los únicos que tenía conocimiento de lo que se fraguaba eran el Mossad y la CIA. Los guerrilleros islámicos procedentes de la región de ldlib (frontera sirio-turca) lanzaron un ataque relámpago y tomaron por sorpresa Alepo sin encontrar apenas resistencia. Después tres días de combates el Ejército Árabe Sirio de Bachar al Assad, los militares rusos, el cuerpo de la guardia revolucionaria Al Quds de Irán y algunas facciones de Hezbollah iniciaron una “retirada táctica” hacia el sur. Y lo más increíble abandonando tanques, unidades antiaéreas, armamento pesado, helicópteros y hasta aviones de combate.
Ningún soldado del Ejército Árabe Sirio, con un sueldo de 15 a 17 dólares mensuales, estaba decidido a ofrendar su vida por el dictador. De nada valió el adoctrinamiento recibido en los cuarteles de entregar la vida por la patria y su juramento de fidelidad al el rais Bachar Al Assad. Con la moral baja, mal alimentados y al borde de la inanición estaban sentenciados al vengativo degüello por parte de los insurgentes y cundió el pánico; se despojaron sus uniformes y desesperados abandonaron sus armas y se rendían en masa.
Las fuerzas yihadistas del HTS tenían el camino expedito para asaltar Hama, Homs y ponerse en tiempo record a las puertas de Damasco. Ante la huida de las fuerzas gubernamentales y sus aliados se abrieron camino rumbo al sur y sin oposición alguna lograron conquistar Damasco. Y por fin después de trece años de guerra civil, la corrupción galopante, la inflación por las nubes y asfixiada por las sanciones internacionales precipitó la caída del régimen tiránico de Bachar al Assad y su camarilla.
Ha sido una acción muy audaz y bien calculada pues después del debilitamiento de Hezbollah en el Líbano y también de Irán en su enfrentamiento contra Israel, sumado a la guerra de agresión que lleva a cabo Rusia en Ucrania, se negaron a intervenir abandonando completamente al rais al Assad. El sanguinario dictador tuvo que escapar apresuradamente junto a sus familiares en un avión de Syrian Air cargado hasta los topes con toneladas de dólares, euros, oro, joyas etc, con destino a Moscú. Su camarada Putin le ofreció “asilo humanitario” pues al fin y al cabo se había comportado como su fiel sicario. Hezbollah, Irán y Rusia denunciaron que el Ejército Árabe Sirio perdió la voluntad de luchar y se negaron a de intervenir.
Siria realmente se había convertido en un narco-estado bajo la dirección suprema del clan al Assad. Por medio de la comercialización del captagón “la cocaína de los pobres” hecha a base de anfetaminas y producida en cantidades industriales. El capo de este próspero cartel no era otro que el matarife Maher al Assad, hermano del dictador, cuyo tráfico ilegal habría generado en el año 2021 unas ganancias de 5.700 millones de dólares. Una suma que les permitía sostener su economía de guerra, esquivar las sanciones internacionales y pagar a sus mercenarios. El régimen periódicamente enviaba vía aérea toneladas de dólares euros y oro con destino a Moscú.
El macabro resultado de esta larga guerra civil iniciada en el 2011 -en consonancia con las intifadas Árabes- se calcula en más de 507.000 personas han perdido la vida (15.102 muertes causadas por las torturas en las prisiones de toda Siria) 130.000 personas arrestadas, 100.000 más desaparecidas y 7.000.000 de desplazados dentro del país y otros 6.000.000 que tuvieron que refugiarse en Jordania, Turquía y Líbano o Egipto y Europa, EE.UU, los países del Golfo Pérsico o Arabia Saudita
En resumidas cuentas un número indeterminado aldeas, pueblos y ciudades fueron sistemáticamente destruidas y demolidas a causa de los bombardeos aéreos y el fuego de artillería. El régimen sirio no le tembló la mano a la hora de aplicar “la solución final”, o sea, tierra arrasada y que no quede piedra sobre piedra. Algo muy parecido a lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial cuando los aliados bombardearon Berlín o Dresde. Y es así como en muchas zonas contemplamos un paisaje desolador donde apenas quedan en pie los esqueletos de las edificaciones demolidas por las bombas y misiles como mudo recuerdo del holocausto. Hoy en día sus familiares intentan localizar a sus seres queridos y comienzan a escarbar la tierra de los camposantos y las fosas comunes para sacar los restos de los cadáveres y cotejarlos con muestras de ADN.
Entre los miles de incondicionales que formaron parte del aparato represor del régimen cabe destacar al carnicero Maher al Assad, comandante de la Cuarta División de elite del Ejército Sirio, el corazón de las fuerzas de seguridad y “máquina del asesinato sistemático”. Matar gente fue un negocio burocrático cotidiano. Los documentos recopilados en secreto dejan constancia de más de medio siglo de detenciones ejecuciones y desapariciones, abuso sexual y ataques con armas químicas. Es la represión más documentada de la historia, como la de los nazis pero con computadores.
Fue en la ciudad de Daraa donde se iniciarán los levantamientos populares del 2011 que exigía libertad y la democracia. Unas movilizaciones históricas reprimidas a sangre y fuego por el régimen baazista. Todo comenzó cuando unos estudiantes pintaron en las paredes la frase “libertad para Siria” “el próximo en caer será el Dr (Bachar)” Después de haber sido detenidos por la policía en la cárcel fueron torturados y algunos en escarmiento castrados para luego ejecutarlos con un tiro de gracia. Sus familiares encontraron sus cuerpos descuartizados en un basurero. A partir de esos infaustos sucesos el pueblo enfurecido se echó a la calle encendiendo la mecha del polvorín libertario que se extendió por toda Siria. En consonancia con las Intifadas que se desarrollaban en Argelia, Túnez, Libia o Egipto. Se aplicó el terrorismo de estado para intentar desmovilizar las protestas utilizando desde carros de combate, cazas bombarderos y helicópteros artillados que disparaban indiscriminadamente sobre la población civil desarmada.
Pero perversamente el régimen acusó a los insurrectos de “terroristas” pertenecientes al Qaeda de bin Laden que querían derribar la “democracia laica y prooccidental de Bachar al Assad” que ganaba todas las elecciones con el 99% de los votos. Y como nadie vino en su ayuda armados de palos, piedras y cócteles molotov intentaron en vano enfrentar la represión militar. Y a pecho descubierto fueron martirizados a cañonazos y misilazos. En esos instantes los muftíes e imanes de la Umma hicieron un llamado urgente a la yihad sunnita en defensa de sus hermanos de Siria. Se enrolaron miles de voluntarios para combatir a los chiitas de Hezbollah, los Alawitas y los militares rusos que llegaron al auxilio de la dictadura.
De inmediato Bachar al Assad astutamente denunció que Siria estaba siendo atacada por grupos terroristas de al Qaeda y el ISIS. Ante tamaño desafío Occidente encabezado por el gobierno de Barak Obama organizó la Coalición Internacional contra el Estado Islámico de Irak y Levante. Una verdadera cruzada en la que en la que participaron 32 países del mundo decididos a exterminar a los peligrosos yihadista por medio una campaña de bombardeos aéreos y navales. La operación “Inherent Resolve” se saldó con miles de víctimas entre la población civil que había que asumirlas como “los daños colaterales que se producen en todas las guerras”. En todo caso para conseguir la paz hay que pagar un alto precio. La palabra clave para justificar este genocidio no es otra que “terrorismo” porque a los terroristas hay que aplastarlos pues representan una amenaza para el occidente cristiano civilizado. Un secular enfrentamiento que se viene sucediendo desde la época de las Cruzadas y que va a ser imposible de aplacar
En este 2024 un terremoto geopolítico ha azotado a Oriente Medio. Las IDF de Israel ha destruido en un 80% al ejército sirio; aviones de combate, helicópteros, blindados, tanques, artillería antiaérea, misiles depósitos de armas y arsenales de municiones. También han eliminado en un 70% las capacidades ofensivas de Hezbollah y en un 85% las de Hamas. Esta coyuntura histórica marcará definitivamente el futuro de Oriente Medio en lo que resta del siglo XXI.
En el ámbito militar el Eje de Resistencia no tienen ninguna capacidad de respuesta y por lo tanto Israel sale victorioso del duelo que se inició el 7 de octubre de 2023. Sus encarnizados enemigos que desean borrarlo del mapa fracasaron. Las pérdidas materiales se estiman en miles de millones de dólares pues se han aniquilado a los principales líderes, desmantelado sus infraestructuras militares defensivas y ofensivas y bloqueado las comunicaciones por vía terrestre, es decir, el tan importante corredor Irán, Irak, Siria, Líbano (Hezbollah) para el suministro de pertrechos y armamento. El espacio aéreo lo dominan Israel y los EE.UU y por vía marítima la Armada de Israel ejerce un bloqueo naval en la costa del Mediterráneo. En resumen el sionismo ha ganado la partida y ahora es el pueblo palestino quien paga las consecuencias pues en Gaza se perpetúa el genocidio. Para rematar Israel quiere anexionarse los Altos del Golán, Cisjordania y la franja de Gaza. Donald Trump está decidido a dar luz verde a esta maquiavélica maniobra incluyéndola en los Acuerdos de Abraham. ¿y qué potencia se puede oponer a sus caprichos? Para los países occidentales es una prioridad defender Israel porque -según ellos- es la única democracia de Oriente Medio, una atalaya en el cómbate al terrorismo islamista-
En Siria hay muchas ciudades, pueblos y aldeas que al igual que en Gaza ha sido reducidas a los escombros, demolidas o incendiadas por los bombardeos de la Coalición Internacional, las fuerzas aéreas sirias, o la Fuerza Aérea Militar de Rusia VVS. Tras años de guerra indiscriminada el país está en la ruina económica y solo sobrevive gracias a la ayuda humanitaria que ofrece la ONU, la Cruz Roja y las ONGs- o de lo contrario miles de personas morirían de hambre y de frío en este invierno . Rusia, Irán, Hezbollah le brindaban al dictador Bachar al Assad la ayuda militar y económica necesaria para mantenerse en el poder. Pero tras la derrota del Eje de Resistencia a manos de Israel todo se fue a pique. El epílogo de 54 años de dictadura baazista fue la fuga nocturna de al Assad que traicionó a su familia, militares y amigos. El muy cobarde se embarcó con las maletas repletas de oro y dinero y escapó a Moscú. Temía ser linchado por las turbas incontroladas sedientas de venganza. “¡te ha llegado tu turno, doctor muerte!”
Nuevamente las potencias hegemónicas insisten en el pérfido argumento de criminalizar a las diferentes facciones opositoras bajo la acusación de pertenecer a “grupos terroristas decididos a instaurar una dictadura islámica inspirada en la Sharía”. Algo que conduciría a la persecución de las distintas confesiones religiosas y especialmente al sometimiento de la mujer a las leyes del patriarcado y la misoginia que las obligaría a usar el hiyab, el nikab o burka. Olvidan que la mujer en occidente es un objeto sexual que se compra y se vende al mejor postor. La consigna es que los musulmanes deben abrazar la modernidad y olvidar esas creencias arcaicas y oscurantistas e integrarse en la sociedad de consumo capitalista. O sea, abrazar la cultura woke, el ateísmo, casinos, pornografía, prostíbulos, alcoholismo, drogadicción, el opio de Facebook o TikTok etc… Virtudes a imitar en busca de la liberación. ¿Pero acaso Donald Trump no es un fundamentalista cristiano violador, estafador y golpista? el imperialismo norteamericano a lo largo de su historia ha empleado el terrorismo de estado (Hiroshima y Nagasaki) para imponer sus reglas de juego. La propaganda que se emite en los mass media exalta la islamofobia que es una de las banderas de la ultraderecha fascista.
Para occidente al Assad era una ficha imprescindible para mantener la estabilidad de Oriente Medio que es una de las zonas más convulsas del planeta. Las antiguas potencias coloniales siempre han protegido a los dictadores asesinos y corruptos con los que compartían sucios y lucrativos negocios como Sadam Hussein de Irak en la guerra contra Irán, Buteflika en Argelia, Ben Ali en Túnez, el rey Hassan II de Marruecos, Gadafi en Libia, Mubarak en Egipto o al Assad en Siria.
Bendecían al Assad a pesar de conocer el amplio prontuario criminal denunciado ante organismos internacionales competentes- Su régimen está acusado de crímenes contra la humanidad, que va desde el uso de armas químicas hasta la tortura sistemática y la violación y ejecución de prisioneros, que se reflejan en informes de la ONU y organizaciones independientes de Derechos Humanos, además será enjuiciado por la Corte Penal Internacional. Hay muchas evidencias en su contra. Basta con referirnos a la masacre de Baba Amr en Homs, el ataque con armas químicas en Duma o la demolición del campamento de refugiados palestinos de Yarmouk, la cárcel de Sednaya “el matadero” centro de tortura y ejecución de opositores al régimen de Bashar al Assad y que albergaba unos 20.000 presos. Bachar al Assad siempre estuvo al corriente de lo que se hacía en las cárceles y mazmorras con los prisioneros políticos y opositores. Y así el dictador sirio inscribe su nombre en la lista negra de los grandes arquitectos del terror: Idi Amin, Gadafi, Mubarak, Ben Ali, Milosevic, Lukik, Karadzic o Vladimir Putin.
Ahora el nuevo gobierno provisional de Siria hace un llamado para regresen los exiliados que residen en diferentes partes del mundo. Es la hora de ponerse manos a la obra en la reconstrucción del país y la reactivación económica (una titánica labor que se extenderá por décadas) Aunque va a ser difícil que cambien el estado de bienestar que gozan en los países del primer mundo y aterricen en la triste realidad de una Siria devastada por la guerra civil donde reina la precariedad y la miseria.
Pero cuidado porque aquí no termina todo el siguiente en el punto de mira de Israel y EE.UU es la República Islámica de Irán, patrocinadora del Eje de Resistencia o “eje del mal”. Donald Trump ha prometido que inmediatamente asuma la presidencia tomará cartas en el asunto y es que el Ayatola Jamenei lo ha sentenciado a muerte (objetivo legítimo de la venganza iraní). Por eso el único poder de disuasión que le queda a los Ayatolas son las armas nucleares, o sea, la obtención de la bomba atómica que es su único seguro de salvación.
Carlos de Urabá 2024 |
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